27 agosto 2007

"¡Que se fastidie Hamilton!"

---------- Un circuito que trae suerte en los momentos difíciles (Meridiano, Deportes Motor... - EFE) ----------
Andrés Mourenza -ESTAMBUL
El circuito Istanbul Park parece ser un amuleto para el piloto español Fernando Alonso (McLaren) en los tiempos difíciles. Los resultados de Alonso en el Gran Premio de Turquía no son para echar cohetes pero para los seguidores españoles fueron "espléndidos" estando las cosas como están. "Ya desde el principio las cosas se decantaban para los Ferrari y no pintaban nada bien para Alonso, así que estamos contentos con la tercera plaza", aseguró Raúl, venido desde Madrid. De hecho una revista de humor turca, 'Penguen', pronosticaba unos días antes de la carrera que el bicampeón mundial iba a sufrir una de las mayores lacras de Turquía, el tráfico, e incluso que se iba a dar de morros ¡contra un camión de agricultores temporeros!, uno de los accidentes más típicos en el país euroasiático en estas fechas del año. No andaban desatinados los caricaturistas turcos en cuanto a lo del tráfico, pues tras la mala salida del asturiano se vio metido en un embotellamiento con los BMW, más propio del Puente del Bósforo a media tarde que del rápido circuito estambulí. Pero si los dibujantes de 'Penguen' hubiesen consultado bien los posos del café (la forma turca de adivinar el futuro) se habrían dado cuenta de que quien iba a sufrir percances de mayor gravedad iba a ser el compañero de la escudería McLaren y rival de Alonso, el inglés Lewis Hamilton. El incidente del actual líder del campeonato fue recibido con júbilo por los seguidores españoles, quienes ya dejaban claro desde el principio con sus pancartas que no le tienen mucho aprecio. "Hamilton, llorón tramposo, nunca serás el mejor", se leía en una sábana junto a la bandera de Asturias, o "Ron Dennis: ¿Dónde está la igualdad de derechos? Cría cuervos que te sacarán los ojos", en perfecto inglés, aunque no se sabe si el patrón de la escudería anglo-alemana entiende de refranes ibéricos. "El equipo no se está portando bien. Ayuda mucho al inglés (Hamilton) y al de fuera (Alonso) nada. Al menos eso es lo que vemos nosotros", se quejaban Sergio y Margarita, aficionados de Zaragoza. "Después de una mala salida, la suerte nos ha ayudado un poco", reconoció contento Jaime, otro madrileño que viajó a Estambul para apoyar aAlonso. Tras un duro fin de semana dentro y fuera de la pista, llegó el momento de hacer cuentas para todos, desde los vendedores de roscas de pan, chorizos y alfombras que hicieron su agosto en la entrada del circuito a todo el mundillo que rodea la Fórmula 1, aunque la diferencia entre unos y otros sea más que patente. ¿Pero quién dijo que la Fórmula 1 es un deporte de elite y que sus miembros no sufren los mismos contratiempos que el resto de la gente?. El caluroso verano que han padecido todos los turcos con intermitentes cortes de agua, también lo tuvo que aguantar el manager del piloto japonés Takuma Sato (Super Auguri), Matthew Winter. Probablemente no esperaba tener que compartir el sufrido destino de los turcos de a pie reposando en un lujoso hotel de cinco estrellas de Estambul, pero incluso allí se produjeron cortes de agua durante todo el fin de semana, según la revista 'Red Bulletin'. Este panfleto bromista del equipo Red Bull es considerado una suerte de "contrapropaganda subversiva" por McLaren, que no permite a los periodistas entrar a sus instalaciones con la publicación bajo el brazo. Claro que, en medio de la 'guerra civil' que vive McLaren, incluir en las páginas centrales del Red Bulletin un montaje fotográfico de la escudería Ferrari con la cara de Ron Dennis en una diana y a FernandoAlonso entre bambalinas dispuesto a dar el salto al constructor italiano es considerado un gravísimo atentado contra la dignidad de los anglo-alemanes. El mismo Alonso, con mucho más sentido del humor, lee esa propaganda de Red Bull, "la inmundicia" según las palabras de Ron Dennis. Es de suponer que en McLaren no van a ahondar, con regañinas estúpidas, la herida de la polémica entre los dos pilotos del equipo y en la cual el público español no duda en señalar a los culpables: "Fernando, tú les ayudaste a ganar y ahora ellos te ayudan a perder", rezaba en una última pancarta. Tras el Gran Premio de Turquía, los españoles volverán a su casa con el dulce sabor de la "delicia turca" en la boca, no así los fans ingleses, a quienes se les amargó el postre otomano. "¡Que se fastidie Hamilton!", grita con júbilo María, española por supuesto. .-EFE

Travestis, modelos & raki

---------- La noche es golfa en Estambul (Cuaderno del verano, El Periódico) ----------
Texto: ANDRÉS MOURENZA Fotos: AGATA SKROWNEK
Estambul: bocinazos, atascos, estrés. Pero cuando llega la noche, la ciudad de los dos continentes no se retira a descansar. El sol comienza a caer, dorando las cúpulas de las mezquitas y recortando los minaretes mientras refulge en el Cuerno de Oro con una paleta de tonalidades amarillentas. En esos momentos hasta la más triste morada se levanta hacia el cielo con el aspecto orgulloso de un palacio y es entonces cuando se empiezan a llenar las terrazas de los bares. Puede ser una forma de divertirse o de matar la melancolía que produce esta ciudad, sucia, contaminada, avejentada, pero cuya esencia, hecha de las mil y una tragedias y heroicidades de la historia, te atrapa de tal manera que, cuando al abandonarla, se siente un inmenso dolor en el alma hasta que se consigue volver a recorrer sus calles. El lugar perfecto para refugiarse de las penas es la terraza del restaurante Ponte (Istiklal, 365), situada en el tejado de un edificio de oficinas del centro de la ciudad. Aquí se puede abrir el apetito con una copa de vino y una tabla de quesos turcos y halloumi de Chipre a la parrilla o deleitarse contemplando el panorama del Cuerno de Oro, el Bósforo y el Mar de Mármara. Los barcos cargueros se mueven acompasadamente, como empujados por la brisa del atardecer y la música, mientras las maravillas del cabo del Serrallo --Topkapi, Santa Sofía y la Mezquita Azul-- comienzan a iluminarse. Miradas indiscretas Ponte tiene unos de los mejores excusados del mundo, al menos en lo que respecta a sus vistas. Disponen de una gran cristalera que permiten al usuario contemplar el Bósforo sin ser visto en sus menesteres. "Los baños son muy importantes, por eso puse mucho cuidado en ellos", subraya el diseñador Rasim Orbay. Cuando todas las luces de la calle Istiklal se encienden, es el momento de adentrarse en la noche de Estambul. Istiklal es una avenida peatonal que recorre de norte a sur el barrio conocido como Taksim por la plaza que le da nombre. Repleta de históricos palacios, la anteriormente conocida como Ciudad de Pera era habitada por marineros, prostitutas y comerciantes europeos. Excepto en lo que respecta a la nacionalidad de los comerciantes y a los hombres del mar, no ha cambiado mucho: sigue siendo la ciudad de las ilusiones. Por el lugar pasean desde mujeres veladas y recios hombres anatolios a jóvenes de estética neogótica, travestidos o punks con sus perros. Velos, minifaldas, escotes y camisetas ajustadas conviven de forma inteligente. Hay otros centros para la diversión en Estambul pero ninguno es tan abigarrado y castizo como Taksim. Toda buena noche comienza con una bella canción cantada por la deliciosa voz de una türkücü (tonadillera tradicional). Juntarse con los amigos en torno a una mesa bien provista de raki y acompañado por un buen surtido de meze (tapas) o de pescado mientras se charla, se canta y se baila es toda una institución. El mejor lugar para este tipo de reuniones, las noches fasil, son las tabernas de la calle Balik Pazari, recorridas por bandas de música tradicional que acompañan a los comensales. A la misma velocidad que los turcos se llenan el coleto de raki, las alegres melodías del clarinete, la cítara, el laúd y la darbuka aumentan su ritmo y no es raro ver a muchos que terminan la cena bailando encima de mesas y sillas. La juerga continúa en los vecinos bares de Nevizade sentados en banquetas a ras de suelo con una jarra de cerveza Efes Pilsen sobre la mesa. La música se prolonga, en cada local de acuerdo a su ambiente, e incluso bailarinas de la danza del vientre pululan por los bares restregando sus carnes entre los hombres en busca de billetes para sus escotes y poniendo en aprietos a más de una pareja. Rubias platino, dorados, brillantes son los colores de la noche en los clubes nocturnos a la orilla del Bósforo, a los que hay que optar si se dispone de crédito suficiente. Reina y Sortie son las discotecas más famosas (unos 40 euros por entrada y 15 por consumición) y están situadas en el barrio de Ortaköy. "¡Esto parece una película de James Bond!", exclama una joven turca al entrar por primera vez a Sortie y ver como los ricos de Estambul llegan al club en lanchas que les trasladan desde sus fastuosos yates. Las discotecas del Bósforo son los puntos de encuentro del famoseo turco y objetivo de las cámaras de los programas del corazón. Incluso uno se puede topar con la nueva adquisición del Fenerbahçe, el exmadridista Roberto Carlos, quien parece haberse integrado rápidamente en el ambiente de la noche estambulí. Bandejas de fruta, azafatas con bandejas de cigarrillos, anuncios de yates, todo terrenos y deportivos, altos tacones, rubias de escándalo (resulta difícil encontrar a una turca que no lo sea, real o teñida, en estos lugares), modelos, actores, rudos hombres que no pueden ocultar su aspecto de mafioso a pesar de los costosos trajes en que se embuten, ricos hindúes o rusos acompañados por vedetes. Si se quiere sentir como el famoso espía británico, aquí lo tiene todo para vivir una velada plena de glamur y precios astronómicos. Pero si se prefiere una noche tan agitada como revuelta, es mejor optar por el ambiente crápula de Taksim. En las mil calles que se abren desde la avenida Istiklal, es posible disfrutar de bares con diferentes tipos de música, desde el duro rock anatolio y las canciones desvergonzadas de Duman, al ska de Athena o Kurban, el pop alegre de Aylin Aslim o el sensual de Nil Karaibrahimgil, el dance y el techno industrial. Pero en toda la música turca, también en la moderna, están muy presentes los ritmos tradicionales. Cuando la madrugada y los tragos avanzan, se ve a los jóvenes borrachos bailando entre risas el popular halay, la danza de Anatolia que se ejecuta en corro al sonido de dulzainas y tambores. Es divertido pasear por las mil callejuelas de Taksim en busca de nuevos garitos, a través de callejones cuyos antiguos palacetes han sido ocupados del primer al último piso por bares y discotecas. En cientos de tejados-terraza miles de personas, sobre todo jóvenes (el 70% de los turcos tienen menos de 30 años), se divierten como si bailar en el techo de la ciudad diese una increíble sensación de libertad y permitiese olvidarse de las mediocridades cotidianas. Bajos fondos Pero cuidado con perderse en ciertos lugares donde los edificios pintados de vivos colores no pueden disimular su aire decrépito: chulos, prostitutas, transexuales que se ofertan en las paradas de autobús e incluso algún que otro piso franco de los separatistas kurdos. En los bajos fondos de Taksim, donde el hedor dulzón de la basura acumulada en la calle se mezcla con el olor a fritanga, cantantes ciegos tocan el organillo en locales de mala muerte y cantan melodías para decadentes enamorados a cambio de un sobado billete de cinco liras. Las noches de Estambul no pueden terminar sin una buena tradición de los jóvenes turcos: lanzarse a devorar los exquisitos mejillones rellenos de arroz que ofrecen los vendedores callejeros o beberse una sopa de lentejas o callos. El estómago está suficientemente lleno y los ojos hinchados por el alcohol ya no permiten ver nada más que un extraño juego de luces en movimiento, los gestos de la gente se asemejan a las marionetas de sombras turcas Karagöz. El sonido de un casete con la voz grabada del muecín llamando a la oración acompaña el caminar de los últimos noctámbulos, los gatos se adueñan de las aceras. Raya el alba. Es hora de irse a la cama. EL RAKI, LICOR NACIONAL DE TURQUÍA El raki es un licor anisado típico de Turquía que rebajado con agua adquiere un color blanquecino que le hace ser conocido como la leche del león. El raki es tan importante en Turquía que la reciente propuesta de la Unión Europea para que Turquía establezca los impuestos de las bebidas en base a su graduación alcohólica ha despertado un mar de quejas ya que elevaría su precio el 14% al equiparar el licor turco, de 40 grados, a otras bebidas como el whisky. "Consumir raki junto a las comidas es un placer, pero ¿quiere la UE que bebamos whisky en las comidas?", critica Erdogdu Sentürk, un productor licorero. Turquía es un país musulmán, sí, pero el alcohol está bien presente en buena parte del país. "Comer cerdo es un pecado como dice el Corán, pero el alcohol- bueno, eso es otra cosa", afirma contemporizador Cengiz, un joven turco que, como tantos otros, aprovecha el fin de semana para perderse en la algarabía de Estambul. Incluso se sospecha que Mustafá Kemal Atatürk, el padre de la actual Turquía, falleció a causa de una grave cirrosis, aunque se debe tener mucho cuidado a la hora de sacar este tema en una conversación con un turco. Lo cierto es que Kemal Atatürk, como muchos otros turcos, amaba sentarse junto a sus amigos a comentar la existencia con un vaso de raki en una mano y el cigarrillo en la otra.

Los habitantes del altiplano

---------- Crónica desde Niksar: Cura de oxígeno en la yayla (El Periódico) ----------

Al contemplar las solitarias paradas de autobús cubiertas de descoloridos carteles electorales, uno se da cuenta de que se adentra de lleno en el mundo rural. Si se pasa demasiado tiempo en Estambul o en Ankara, conviene huir de vez en cuando de los perennes atascos, de la polución y del bullicio extremo y, como dicen los turcos de ciudad, "subir a la yaylaaltiplano a tomar oxígeno". El objetivo de esta excursión es Niksar, una ciudad de 40.000 habitantes en la llanura que forma el río Kelkit, en la frontera entre la Anatolia Central y el Mar Negro. La zona ha sido siempre un cruce de caminos, ahora de líneas de autobús, entre las rutas del otrora Imperio Otomano que conectaban las posesiones orientales en Irán con Estambul. Los habitantes de esta zona proclaman orgullosos que su ciudad ha visto el paso de 15 civilizaciones (desde los griegos y los romanos a los danishmend y los otomanos) y ha sido capital de reinos e imperios en tres ocasiones, con su consiguiente herencia de bellas construcciones. Pero a medida que uno comienza a ascender a la yayla --pasando de 350 metros de altura a 1.300 en apenas 20 minutos--, el paisaje humano y natural cambia por completo. La naturaleza se vuelve agreste, los regatos de agua purísima descienden entre bosquecillos y el aire sopla fresco aun en pleno verano. Los campesinos y los pastores viven en su tiempo aparte, el del campo, marcado por las estaciones y el regreso, de tanto en tanto, de los hijos pródigos que hicieron carrera en la ciudad. Últimamente, las yaylas turcas tienen nuevos habitantes: con el desarrollo económico, la gente de la ciudad comienza a comprarse chalets a donde van a hacer sus "curas de oxígeno". Es la "cultura de la yayla": "Se viene al altiplano y debe de ser por el oxígeno, pero se come y se bebe bien y se duerme mejor", dice Nursen, residente capitalina. La vida tradicional de la yayla difícilmente cambia a pesar de la llegada de nuevos residentes. En Özalan, donde habitan grupos de alevís (chiís heterodoxos), las paredes del café continúan adornadas con imágenes kitsch del profeta Alí y de los 12 imanes del islam y se vota, tradicionalmente, por los socialdemócratas. En el interior, verdes valles que recuerdan a la estampa de la Galicia profunda, donde los campesinos crían vacas entre campos de maíz y reciben al visitante con el agudo sonido de la zurna (dulzaina) y los tambores. La yayla reserva sus secretos en sus zonas más altas, de nombre tan extraño como la Meseta del Jueves, cubiertas de verdes prados y de aire inhóspito aunque sobrecogedoramente bello, solo disturbado por alguna muchacha que guía a los animales de vuelta a casa. El día de fiesta, la yayla cobra vida cuando todos los habitantes de la provincia se reúnen en torno a una gran campa: los de la ciudad en vaqueros y gafas de sol, las mujeres de los pueblos con sus mantillas de flores al aire y las jóvenes de la montaña con sus velos cuidadosamente bordados. Viendo el abigarrado colorido que se forma y escuchando la alegre música del Mar Negro, uno se olvida por completo del estrés y de los bocinazos de Estambul. Debe de ser también por el oxígeno.

20 agosto 2007

Yo no soy racista pero....

El ministro-presidente del estado de Baviera (Alemania), Edmund Stoiber (en la foto), es un tipo divertido. Stoiber es además el presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera, lo que viene a ser la versión cristiana del islamismo moderado. El 'cristianista moderado' Stoiber se desmarcó el otro día con unas declaraciones muy interesantes sobre los inmigrantes musulmanes en su país publicadas por los diarios Welt am Sonntag y Berliner Morgenpost. Vino a decir algo así como que "los alemanes quiere vivir en un país tolerante con las religiones" pero que "no quieren mezquitas más grandes que las iglesias". Muy bien Stoiber, eso es tolerancia. Lo que sucede es que estas declaraciones recuerdan mucho a esas frases de "Yo no soy racista pero...". El rapero congoleño-español Frank-T lo redondeaba en una buena canción con "... pero a los moros y a los gitanos no los quiero ni de vecinos". El debate en torno a la integración de los inmigrantes musulmanes en Europa está rodeado de una hipocresía que me saca de quicio, a mí que vivo en un país musulmán que me ha acogido sin problemas, facilitando mi integración.
Frank T, rapero hispano-congoleño cuyas canciones llaman la atención sobre el racismo cotidiano. A un amigo mío, sus padres, extremadamente cristianos, le prohibían escucharlo más de una vez a la semana porque decía demasiadas palabrotas.
Los fundamentalistas suizos, por ejemplo, ahora se dedican a realizar una campaña contra los minaretes después de que los musulmanes de una ciudad quisiesen ponerle una torre a la fábrica de pinturas abandonada donde rezaban. Y eso que los seguidores de Mahoma habían prometido no realizar la llamada a la oración. Vaya, yo que soy ateo nunca me he quejado por el repiquetear de las campanas ni he pedido la destrucción de los campanarios. Cosas veredes, amigo Sancho. El primero de los argumentos que se esgrimen es que los nuevos inmigrantes "no comparten el respeto por la democracia". Ahora bien, resulta difícil compartir ese "democratismo" del que se habla cuando ningún inmigrante dispone de el principio esencial de la democracia representativa: el derecho a voto, a pesar de que hayan vivido largos años en su país receptor. Una de las respuestas a estos argumentos ha sido la proposición de "soluciones" que rayan en la xenofobia más extrema: los exámenes de aptitud que se pretenden realizar a los nuevos inmigrantes. A pesar de que se ocultan en razonamientos más o menos civilizados, no se puede ocultar el doble rasero que subyace en estas propuestas. Parece lógico que los inmigrantes deban conocer la cultura y la lengua del país que los acogerá. Pero no lo es. ¿Por qué? Pongamos un ejemplo. En Turquía viven decenas de miles de inmigrantes de países europeos. No sólo trabajan en Turquía de forma ilegal ganando mucho más dinero que sus colegas turcos por hacer el mismo trabajo (ante lo que las autoridades hacen la vista gorda) sino que la mayoría ni siquiera se molesta en aprender turco -"una lengua difícil"- más allá de las cuatro palabras necesarias para hacer la compra en el colmado de debajo de casa. Muchos de estos "inmigrantes de primera clase" son alemanes, compatriotas de nuestro querido Stoiber. En segundo lugar, se pretende incluir en estos exámenes preguntas para comprobar si los inmigrantes "comparten nuestro valores europeos". Según me comentaba mi amigo y colega Ricardo Ginés, durante sus años en Alemania se propuso preguntar a los inmigrantes (muchos de ellos venidos del conservador interior de Anatolia) qué pensaban sobre la homosexualidad. ¿Qué pasaría en caso de que los mostachudos turcos y kurdos se mostrasen contrarios a las relaciones entre personas del mismo sexo? Claro, el tema suscitó comentarios jocosos sobre si se iba a preguntar lo mismo a los ciudadanos alemanes. Imagínense en España, uno de los pocos países donde el matrimonio homosexual es legal, si se pusiese en marcha un mecanismo de selección de la inmigración de esta guisa, ¿no deberíamos deportar, por ejemplo a Arabia Saudí, a todos esos miles reaccionarios que se manifestaron contra el matrimonio homosexual en las calles de Madrid? En fin, los que se posicionan contra la homosexualidad pueden ser unos burros, unos imbéciles, pero no son delincuentes. Otro razonamiento muy en boga es que los musulmanes no respetan a la mujer. El doble rasero en este tema es patente (como quedo demostrado con el caso del asesinato de una joven pakistaní en Italia el pasado verano). ¿Y qué hacemos con los animales patrios que se dedican a quemar vivas, acuchillar, golpear a sus mujeres?¿Los echamos del país? Ante toda esta lluvia de demagogia racista hay que responder con el sentido común. No se puede obligar a nadie a aceptar una cultura diferente a la suya, aunque viva en otro país (nadie en Marruecos obliga a los europeos que viven allá a vestir chilaba, o nadie en Turquía te obliga a aprender turco) . LO QUE SE DEBE EXIGIR ES EL CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES DEL PAÍS DE ACOGIDA, simple y llanamente: el que maltrata a su mujer, a la cárcel, sea autóctono o foráneo. El esfuerzo por la integración lo deberán hacer las personas de ambos lados, olvidando prejuicios.

Las relaciones jefe de estado-militares en el nuevo periodo

---------- El ejército y el presidente turco tendrán una tensa cohabitación (El Periódico, 18/08/07) ----------
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ante un retrato de Ataturk, el jueves. Foto: AFP / ADEM ALTAN
ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL

"No puedo hacerme el sordo ante el mensaje que ha enviado la gente", afirmó Abdulá Gul tras la mayoría absoluta conseguida por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) en las elecciones del pasado 22 de julio. En la campaña electoral, el PJD esgrimió el bloqueo a Gul como candidato a la Presidencia de la República por parte de los militares y la oposición como un ataque a la democracia, así que los islamistas moderados no podían menos que volver a proponer al todavía ministro de Asuntos Exteriores como candidato a la jefatura del Estado. "La gente votó contra las injerencias del Ejército", opinó el columnista Cengiz Çandar. Pero la cuestión de quién ocupará el palacio presidencial no es baladí para los militares, ya que se trata de un puesto tradicionalmente ligado al laicismo y, además, el presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. No es un secreto que los militares están descontentos con la nueva nominación de Gul y, el jueves, el jefe del Estado Mayor, Yasar Buyukanit, se reafirmó en sus declaraciones de que desea a un presidente "que defienda el laicismo en esencia y no solo de palabra". INQUIETUD Tras su reelección como candidato, Gul intentó templar los ánimos: "La protección del laicismo y la imparcialidad serán mis objetivos como presidente. Los principios de la Constitución serán mi guía". Pero los militares siguen inquietos, apoyados por el principal grupo de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (PRP). Los generales turcos, con una importante tradición golpista, publicaron el 27 de abril el llamado "memorando electrónico" dirigido contra la primera candidatura de Gul a la presidencia. Pero el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan fue el primero de la historia turca en reaccionar con dureza a una advertencia militar y recordó al Ejército que debe lealtad al primer ministro. "La victoria del PJD en las elecciones del 22 de julio no ha cambiado la opinión del Ejército respecto a Gul, pero ahora los militares saben que no pueden intervenir tan fácilmente porque no pueden ir contra la voluntad popular, así que no espero un nuevo golpe de Estado ni un nuevo memorando", explicó a este diario Lale Sariibrahimoglu, especialista en temas castrenses del rotativo Today's Zaman. PERIODO PELIGROSO La elección de Gul como presidente creará algunas tensiones, eso sí. "Los militares no acudirán a las recepciones del nuevo presidente y mandarán a oficiales de bajo rango para intentar desacreditar a Gul", vaticina Sariibrahimoglu. Los políticos del PRP actuarán del mismo modo y han anunciado que boicotearán de nuevo la votación presidencial. "Gul no respeta los principios básicos de la República, ni el laicismo ni los acuerdos nacionales. Es el comienzo de un peligroso periodo. En 10 ó 20 años, cambiará el aspecto de Turquía hacia un islam más conservador", auguró el líder del PRP, Deniz Baykal. Pero el resto de la oposición ha decidido esta vez optar por una actitud más moderada y no unirse al boicot del PRP. "Hemos hecho todo lo posible para bloquear la presidencia de Gul, pero ya no hay modo de pararlo", se lamentó el vicepresidente del CHP, Mustafá Ozyurek. Con el anuncio de los ultranacionalistas del Partido de Acción Nacionalista (PAN) y los kurdos del Partido de la Sociedad Democrática (PSD) de que participarán en el proceso parlamentario de elección presidencial que empieza el lunes, se deshace la posibilidad de que una falta de quórum impida seguir las votaciones, como ocurrió en abril. COLABORACIÓN KURDA "Nuestro partido no hace política a base de crear crisis", señaló Mehmet Sandir, vicepresidente del PAN, partido que considera que el PJD, como vencedor en las urnas, tiene derecho a postular a la Presidencia a quien quiera. También los kurdos del PSD se muestran dispuestos a colaborar, lo que enfurece al Ejército y a los círculos laicos: los islamistas y los separatistas, trabajando codo con codo. "La candidatura de Gul es respetuosa con la Constitución", dice Sariibrahimoglu. Y el "peligro islamista" es más un fantasma que una realidad: según las últimas investigaciones, en Turquía cada vez menos mujeres llevan velo.

08 agosto 2007

La foto de la tolerancia

Una foto que sorprendió gratamente a todos: el líder de los ultranacionalistas turcos, Devlet Bahçeli, y el de los nacionalistas kurdos, Ahmet Türk, intercambian un cortés saludo.
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Los kurdos evitan los desplantes al iniciarse la legislatura turca (El Periódico, 05/08/07)

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ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL
Sin sobresaltos, comenzó la vigésimotercera legislatura parlamentaria de la democracia turca. Los 22 diputados kurdos, sobre los que estaban pendientes todas las miradas, actuaron con un sentido común digno de encomio. No solo se limitaron a leer su juramento --en el que prometieron respetar la Constitución y la integridad del Estado-- sin lanzar consignas en kurdo, como ocurriese 16 años atrás, sino que, en un bello gesto, los dirigentes del Partido de la Sociedad Democrática (PSD) intercambiaron un respetuoso saludo con el líder de los ultranacionalistas turcos del Partido de Acción Nacionalista (PAN), Devlet Bahçeli, uno de sus mayores enemigos políticos. El nuevo Parlamento salido de las urnas del 22 de julio será, además, uno de los más representativos de la historia turca tras la recomposición de los grupos políticos, y habrá delegados desde la izquierda comunista, el Partido de la Libertad y la Solidaridad, a la extrema derecha, el islamista-ultranacionalista Partido de la Gran Unidad. Aparte de estos dos extremos, con tan solo un representante cada uno, dominarán de nuevo la Cámara los 341 islamistas moderados del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), dirigido por el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. Enfrente, tendrán la dura oposición del Partido Republicano del Pueblo (PRP), que se queda en 99 escaños tras la defección de 13 diputados del Partido de la Izquierda Democrática (PID), también socialdemócratas, que habían accedido a las elecciones en coalición con el PRP pero ahora formarán su propio grupo. Los ultranacionalistas del PAN contarán con 70 diputados, que se sentarán en la Asamblea junto a los 22 nacionalistas kurdos del PSD. AUSENTES EN LA CEREMONIA Los grandes ausentes a la ceremonia parlamentaria fueron el presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, Yasar Büyükanit, quienes no debieron encajar bien la amplia victoria electoral de Erdogan. Ambos dirigentes asistieron a la reunión bianual del Consejo Militar Supremo, en el que se decidieron ligeros cambios en la cúpula militar y se aprobó la expulsión de 23 soldados supuestamente ligados a "actividades fundamentalistas". La disciplina en el Ejército turco es extremadamente dura y la lectura de ciertos libros de pensadores musulmanes puede ser causa de expulsión. Mañana, Sezer recibirá a Erdogan para encargarle la formación del nuevo Gobierno, en el que se esperan nuevos nombres, sobre todo de entre los sectores socialdemócratas recientemente incluidos en el PJD. En cinco días, se deberá proceder además a la votación del presidente del Parlamento, aunque la decisión más importante del Ejecutivo de Erdogan será la elección del sustituto del presidente de la República, para la que el PJD aún mantiene al ministro de Asuntos Exteriores, Abdulá Gül, aunque no se esperan mayores crisis políticas.

Su mascarilla facial, señor

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El orgullo turco por los mostachos (El Periódico 03/08/07)

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ANDRÉS Mourenza
¿Le preparo una mascarilla facial?. Esta pregunta no solo se oye en las peluquerías de señoras, sino que es habitual en cualquier barbería de Estambul ya que, a pesar de lo que se pueda pensar, los turcos son extremadamente presumidos y, tanto hombres como mujeres, gustan de cuidar su aspecto externo. Un buen mostacho es todo un símbolo de estatus para cualquier turco que se precie, y su mantenimiento no es cosa baladí. A pesar de que Mustafá Kemal Atatürk, el padre de la república turca, se afeitó el bigote en la última etapa de su vida para darse un aire más europeo, esta fue una de sus ideas que menos prosperó. Los mostachos no solo son un adorno, sino que pueden llegar a marcar la orientación política de cada cual. Por ejemplo, un bigote bien definido que se extiende por debajo de las comisuras de la boca, en un estilo similar al de los moteros estadounidenses, denota una militancia ultranacionalista; mientras que los comunistas prefieren bigotes que caen con un ligero toque desarreglado por encima del labio. El bigote en ciernes del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, se ha convertido en un modelo a imitar por sus seguidores, a pesar de encontrarse muy lejos de los orgullosos mostachos anatolios, de varios dedos de grosor. Por lo tanto, las visitas al berber (barbero) o al kuaför (peluquero) son toda una tradición. Y bastante placentera, además. Lo primero que hace el barbero, como todo buen turco, es ofrecer un té --o una cerveza, los más atrevidos-- y cigarrillos a su cliente, mientras charla sobre lo divino y lo humano o entabla un duelo de puyas con alguno de los comerciantes vecinos. Todo transcurre en un ambiente de franca camaradería masculina. Por eso, lo más divertido, es ver a esos hombres con pinta de patriarca con la cara cubierta de masilla verde para suavizar el cutis. Y es que, aunque entre los turcos todavía predomine el machismo, puede más la coquetería. El cuidado estético del cuerpo, con una tradición de siglos, es algo que no se oculta, al contrario de lo que sucede entre los hombres del resto de Europa. Jóvenes y viejos se dejan hacer: el barbero extiende la cera en la periferia de las cejas y sobre la barba, sirve otro té y espera que se enfríen los afeites. Paciencia y aguante. El barbero termina su trabajo con las pinzas y quema con un mechero los pelillos que sobresalen de los orificios nasales y las orejas. Loción y masaje. Las barberías ocupan para los hombres turcos el mismo lugar que el hammam para las mujeres, un espacio donde acicalarse en comunidad. Así no es extraño que después de que a uno le afeiten bien la cabeza, le diga al barbero: "Maestro, páseme también la maquinilla por el pecho". Y así, de esta forma, se acaba igualmente con el vello corporal que con el cabello. "¿Sabes que en Europa y Estados Unidos les llaman metrosexuales a los que se depilan los sobacos?", le comenta un joven turco a su amigo. "¡Pues que no se piensen que nosotros somos maricas!", le responde afectado el otro.

Las relaciones gobierno-militares tras las elecciones

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El triunfo en las urnas fortalece el poder de Erdogan ante el Ejército (El Periódico 24/07/07)

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ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL
"Este es el memorando popular", tituló ayer a toda página el diario liberal Radikal. Tanto para este como para otros rotativos turcos, el fuerte apoyo recibido por el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD, islamista moderado) en las elecciones del domingo lleva implícito un mensaje contra la influyente posición del Ejército turco, que el pasado abril publicó un duro memorando militar contra el gobierno dirigido por Recep Tayyip Erdogan y contra sus pretensiones de elevar a la presidencia de la República a su número dos, Abdulá Gül. De momento, el Ejército no ha abierto boca tras las elecciones. "No ha sido solo una victoria del PJD, sino de todo el pueblo turco. También es una prueba de la madurez democrática de los turcos y un voto de protesta contra el intervencionismo de los militares turcos en la política", comentó a EL PERIÓDICO Cengiz Çandar, analista político y columnista del diario Referans. MANO TENDIDA Pese a revalidar la mayoría absoluta, Erdogan tendió la mano al resto de partidos políticos. El principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (PRP), supeditó su colaboración a la búsqueda de consenso por parte del Gobierno. Necla Arat, candidata electa por el PRP, consideró que el PJD ha comprado los votos a través de la caridad municipal: "Si las personas son pobres e ignorantes, se puede manejar su voto. Ciertas personas nos confesaron que el PJD les entregó dinero para que votasen por ellos". El diario Cumhuriyet, cercano al PRP, acusó a Erdogan de querer "transformar el país en un satélite islámico moderado de EEUU". El politólogo Hasan Bülent Kahraman negó que el Gobierno de Erdogan vaya a ser islamista: "Por supuesto Erdogan es más religioso que sus antecesores, pero eso no quiere decir que los turcos nos hayamos vuelto fundamentalistas, sino ahora no gobernaría Erdogan sino el Partido de la Felicidad (islamista radical)". "Al PJD se le ha votado desde todos los sectores de la sociedad y, puesto que la mayoría de la sociedad turca es laica, no se puede decir que haya una división entre el voto laico y religioso, más bien el voto se ha dividido entre aquellos que apoyan un Gobierno civil y aquellos que se amparan en los militares", afirma Çandar. De hecho, el partido de Erdogan consiguió la mayoría de los votos en 69 de las 81 provincias de Turquía, y en las restantes se situó como segundo partido más votado. Desde su llegada al poder, el PJD se ha ganado la confianza del mundo empresarial por levantar la economía turca, golpeada en el 2001 por una de sus peores crisis, y por el inicio de negociaciones para la adhesión a la Unión Europea (UE). Asimismo, ha conseguido ampliar su base electoral. Atrás quedaron los tiempos en que únicamente el voto rural y devoto servía de soporte a las formaciones islamistas. Al PJD le votan por supuesto las clases populares, también la burguesía musulmana de las ciudades y cada vez más, gente de todos los sectores que valoran su gestión gubernamental. En cambio, el PRP se ha convertido en un partido marginal en el este y sureste del país, de mayoría kurda, siendo superado incluso por partidos que ni siquiera obtuvieron representación. Los comentaristas achacaron esta derrota al reforzamiento del mensaje nacionalista. Seguidores del partido reclamaron la dimisión de su líder, Deniz Baykal. ABRIR LA CAJA DE PANDORA Abrir la caja de Pandora del nacionalismo, avivado por el aumento de las muertes de soldados en combate con el separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), no solo no ha beneficiado al PRP sino que, al dividirse el voto laico-nacionalista, ha permitido la entrada al Parlamento turco del ultraderechista Partido de Acción Nacionalista (PAN). "El día en que el PRP deje de hacer política con el miedo y pase a defender la libertad, entonces tendrá éxito", criticó Ismet Berkan en el editorial de Radikal. Los principales empresarios valoraron positivamente la reelección de Erdogan y la bolsa alcanzó máximos históricos.