17 noviembre 2009

Los Kurdos de Irak exigen solución a problemática ciudad petrolera de Kirkuk (EFE - Público)

La multiétnica ciudad de Kirkuk, con grandes reservas de hidrocarburos, se ha convertido en objeto de disputa entre el gobierno central de Irak y la autonomía del norte del país dirigida por el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG).

Los kurdos exigen el cumplimiento del artículo 140 de la Constitución iraquí, que prevé la celebración de un referéndum de autodeterminación para decidir si diversas poblaciones en disputa del norte de Irak -entre las que destaca Kirkuk- se incorporan a la región del Kurdistán iraquí o permanecen bajo el dominio de Bagdad. Aunque el nivel de la violencia interétnica de años pasados ha descendido, la cuestión de Kirkuk sigue produciendo tensiones y enfrentamientos entre kurdos, árabes y turcomanos, pues gran parte de las dos últimas comunidades no acepta que la mayoría kurda fuerce la anexión de la ciudad al KRG.

"Kirkuk para el Kurdistán", clama seguro un transeúnte en uno de los zocos que dominan los kurdos. Los 'peshmerga' (milicianos kurdos), ocuparon esta y otras ciudades del norte de Irak tras la invasión estadounidense de 2003 que acabó con el régimen de Sadam Husein y aún controlan buena parte de Kirkuk, 250 kilómetros al norte de Bagdad, a excepción de algunos barrios de mayoría claramente árabe o turcomana. Kirkuk está prácticamente tomada por los policías y 'peshmerga' kurdos, el ejército iraquí y diversos grupos de seguridad privados, y la mayoría de edificios con un mínimo interés estratégico están protegidos por grandes muros de cemento, barricadas y alambre de espino.

"En 2003 tuvimos la opción de enviar a los 'peshmerga' y echar a los árabes de Kirkuk, pero decidimos que el proceso debía ser democrático", explica Sadi Ahmed Pide, portavoz de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), uno de los dos grandes partidos kurdos. Se refiere a los colonos árabes llevados a Kirkuk por el régimen de Sadam Husein durante su política de arabización, cuyo objetivo era alterar la demografía del Kurdistán iraquí. Más de 100.000 de estos colonos árabes de Kirkuk han sido ya repatriados al sur, aunque esto no parece suficiente para el KRG.

"Sólo en la provincia de Kirkuk, el régimen de Sadam destruyó 779 pueblos kurdos y en todo el país mató a 182.000 kurdos", recuerda Kemal Kirkuki, presidente del parlamento del Kurdistán iraquí. "No reclamamos las zonas en disputa como kurdas porque sí, sino porque hay documentos de la época otomana que las definen como kurdas. Incluso los geógrafos árabes, desde el siglo XVI, llamaban Kurdistán a estas zonas", añade.

Una de las claves de la disputa -aunque no lo reconozcan las partes- es el rico subsuelo de Kirkuk, del que se extrae un millón de barriles de petróleo diarios. Abu Ibrahim, miembro destacado de la comunidad árabe de Kirkuk, es moderadamente optimista respecto a la solución del problema, ya que considera un "paso positivo" la aprobación el pasado domingo de la ley electoral iraquí, que permitirá a Kirkuk participar en los comicios como el resto del país, algo que no ha ocurrido desde 2005. Aún así, considera que la población árabe de Kirkuk necesita "garantías" de que sus derechos serán respetados por los kurdos.

El presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, ha amenazado en repetidas ocasiones con que si no se cumple la Constitución y se celebra el referéndum, el Kurdistán iraquí podría vengarse proclamando la independencia de su territorio.

En este tema los kurdos lo tienen claro. "Nosotros en ningún caso vamos a abandonar nuestros derechos. Intentaremos que la solución sea por la vía pacífica y del diálogo y no seremos los primeros en disparar. Pero en ningún caso vamos a abandonar nuestros derechos", subraya Kirkuki.

15 noviembre 2009

Entrevista al PKK: "España puede ser un modelo para solucionar el conflicto kurdo" (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA
KANDIL (IRAK)
En algún lugar de las montañas Kandil, en territorio iraquí pero cerca de la frontera con Irán y Turquía, EL PERIÓDICO entrevista a dos líderes del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que desde 1984 se ha enfrentado al Ejército turco en una guerra que ha acabado con la vida de más de 40.000 personas. En estos picos, situados a más de 3.000 metros de altura, el PKK mantiene su base central desde hace años. Los comandantes Bozan Tekin, considerado número 2 de la organización, y Ronahi Serhat, dejan sus armas en la puerta y atienden a las preguntas mientras el resto de la unidad armada patrulla fuera del refugio.
–¿Han merecido la pena tantos años de lucha armada y tantas muertes?
–RONAHI SERHAT: Por supuesto. Nos entristece que haya muerto tanta gente pero si no hubiese habido esa lucha, los kurdos habrían sido asimilados y nadie hablaría de la cuestión kurda. Las políticas de aniquilación del Estado turco habrían triunfado.
–¿Qué opina el PKK de la iniciativa del Gobierno turco para solucionar el conflicto kurdo?
–R. S.: Es importante que, por primera vez, se discuta la cuestión kurda en el Parlamento, pero no vemos pasos concretos. El Gobierno está dispuesto a dar derechos individuales, pero no a reconocer a los kurdos como un pueblo diferente, con su propia lengua, cultura e historia, para lo que necesitaría cambiar la Constitución. Lo único que escuchamos son exigencias de que nos entreguemos, y no una solución político-social al tema kurdo. Por eso no vemos una actitud sincera en el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan .
–¿Hay una negociación entre el Gobierno turco y el PKK?
–BOZAN TEKIN: No. El Gobierno aún ve al PKK como una fuerza a destruir, no como un interlocutor y así no se puede negociar. Ankara debe aceptar como interlocutores al PKK y a su líder, el camarada Abdulá Ocalan. Y si no, al menos tienen que establecer un diálogo con los parlamentarios kurdos del Partido de la Sociedad Democrática (PSD). Pero en lugar de eso, desde marzo se ha detenido a más de 400 miembros del PSD. Entonces, ¿con quién va a negociar el Gobierno? Inglaterra veía al IRA como terrorista, pero negoció con el grupo; lo mismo ocurrió en España, en Suráfrica o incluso entre israelís y palestinos.
–¿Ha abandonado el PKK sus demandas independentistas?
–B.T.: El sistema de los estados-nación ha sido superado. Fue un sistema impuesto por Europa a Oriente Próximo, que no ha funcionado porque esta región es un mosaico de culturas. Por eso el PKK está en contra de un estado nacional (para los kurdos). Lo que apoyamos es una solución confederal que nos garantice a vivir de forma libre y democrática. Por ejemplo, la Constitución española de 1978 puede servir de modelo para arreglar el conflicto kurdo [Ronahi Serhat cita de memoria varios artículos de la Constitución española]. También los modelos británico o el canadiense podrían servir de ejemplo.
–¿Qué ha ocurrido con la hoja de ruta de Ocalan?
–B. T.: Por lo que nos han podido explicar los abogados del camarada Ocalan, el plan exige una reforma constitucional y legal para garantizar los derechos del pueblo kurdo, desarrollar un diálogo entre las partes, dar un lugar al PKK para expresarse y levantar los obstáculos que impiden que Ocalan participe y forme parte del proceso. Pero el Gobierno no se ha comportado de una forma seria y ha impedido que se conozca la hoja de ruta.
–¿En qué condiciones estaría dispuesto a abandonar la lucha armada el PKK?
–B.T.: Si se termina con los paramilitares, se establece una comisión de investigación y reconciliación, se levantan todas las prohibiciones sobre la lengua kurda, se otorga plena libertad de organización a los kurdos y se libera a Ocalan, no habrá razón para que sigamos luchando.
R.S.: Nosotros queremos la paz, pero continuaremos nuestra revuelta hasta que a nuestro pueblo se le permita vivir dignamente.

El gobierno turco presenta ante el parlamento su plan para dar más derechos a los kurdos (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA
ESTAMBUL

El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan presentó ayer al Parlamento turco su plan para solucionar el conflicto kurdo, que se ha cobrado más de 40.000 vidas desde 1984. Se trata de un plan que pretende ampliar los derechos y las libertades de los kurdos para así poner fin a la lucha armada del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización considerada terrorista por Turquía, la UE y EEUU.

«Durante 25 años hemos considerado este problema desde el prisma de la seguridad. Se han bombardeado las montañas (donde se refugia el PKK) y se han realizado operaciones militares. Pero, ¿se ha conseguido algo?», se preguntó el primer ministro turco durante una sesión parlamentaria destinada a valorar la llamada iniciativa kurda del Gobierno.

Desde que la pasada primavera el presidente turco, Abdullah Gül, pidiera a la sociedad que no dejara pasar la oportunidad para resolver el conflicto kurdo y el PKK declarase una tregua, el Ejecutivo de Erdogan ha trabajado en diversas medidas para mejorar la situación de la población kurda de Turquía.

Los diputados kurdos del Partido de la Sociedad Democrática (PSD) acusan al Gobierno de quedarse solo en las palabras y no pasar a la acción. «Si el Gobierno mostrase una verdadera voluntad de solucionar el conflicto, (el PKK) podría entregar las armas en tres meses», aseguró el presidente del PSD, Ahmet Türk.

En el otro lado, los nacionalistas turcos y las asociaciones de víctimas del terrorismo han puesto el grito en el cielo por el plan del Gobierno y acusan a Erdogan de «traidor», de querer «dividir» el país y de «negociar con terroristas».

Para el Gobierno islamista moderado, la solución al problema kurdo no pasa por negociar con el PKK, algo que ha dejado claro, sino por democratizar Turquía y aumentar los derechos individuales.

«La democracia no dividirá este país, sino que reforzará la unidad y la hermandad. La democracia es el mejor antídoto», afirmó Erdogan. Entre las medidas que ayer enumeró el Gobierno para solucionar la cuestión kurda destacan la petición de sustituir la actual Constitución, creada en 1982 por la dictadura militar, y permitir el uso de la lengua kurda en mítines y campañas políticas, donde aún está prohibida.

BATERÍA DE MEDIDAS / Además, anunció que se permitirá reponer los antiguos nombres kurdos a las localidades en que fueron cambiados por la denominación turca, se autorizará la comunicación en kurdo entre los presos y se incrementarán los controles para evitar las torturas en las cárceles. Otra de las propuestas que se barajan es la de revisar los juicios a los presos acusados de terrorismos en los casos en que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos haya presentado quejas.

11 noviembre 2009

Minorías de Irak luchan por sobrevivir al enfrentamiento étnico (EFE- El Vocero Hispano)

Erbil (Irak)
Las pequeñas minorías de Irak luchan por sobrevivir en medio de las luchas políticas y militares entre los grandes grupos étnico-religiosos (árabes suníes, árabes chiíes, kurdos).
Aunque la violencia sectaria en Irak se ha reducido en los últimos años, la vida para las comunidades étnico-religiosas más pequeñas como la turcomana, la cristiana, la yezidí o la shabak no es fácil.
Un informe publicado hoy por Human Rights Watch (HRW) alerta sobre la situación de estas minorías "atrapadas" en territorios disputados entre Bagdad y el Gobierno Regional Kurdo (KRG), que administra tres provincias norteñas de modo casi independiente y exige parte de otras cuatro, formalmente bajo dominio árabe. "Las minorías de Irak se encuentran en una posición cada vez más precaria, mientras el Gobierno central, dominado por árabes, y el KRG compiten por los territorios en disputa. Estos territorios contienen la mayor diversidad étnica, cultural y religiosa del país", explica el informe. La ONG subraya el caso de los ataques a las minorías cristiana, yezidí y shabak de la provincia de Nínive cometidos tanto por grupos extremistas árabes suníes, que las acusan de ser "infieles", como por las fuerzas de seguridad kurdas, empeñadas en anexionar estos territorios al Kurdistán iraquí.
"Todo el mundo ha sufrido estos años en Irak, pero las minorías especialmente. Los cristianos no tenemos un partido político fuerte que nos defienda y los poderes occidentales, sobre todo, Estados Unidos, se han olvidado de nosotros", cuenta el padre Sabri, de la iglesia St. Joseph de Erbil. En 2003, la comunidad cristiana de Irak (mayormente católicos de rito caldeo, siríaco o árabe) contaba con un millón de personas -el 6 por ciento de la población iraquí-, pero durante estos años se ha reducido a la mitad.
"Cientos de miles de cristianos han huido del país. En el sur de Irak, por ejemplo, el cristianismo ha desaparecido, a pesar de llevar siglos arraigado en esta tierra", añade el sacerdote. Los cristianos que han decidido permanecer en Irak han tenido que refugiarse en el norte kurdo, donde existe mayor seguridad. Es el caso de Meryem, una cristiana que tuvo que abandonar su hogar en Bagdad para instalarse en Ankawa, el barrio cristiano de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.
"En los últimos años hemos tenido que cerrar centros importantes para el Cristianismo en Basora, Bagdad, Mosul y Kirkuk. Hemos acogido a más de 50.000 familias aquí en el Kurdistán, porque el ambiente es más democrático y seguro", relata Rayan Panlos Atto, pastor de la iglesia de Mar Qardaj, también en Erbil.
Aún así, no todo el mundo está contento y algunas familias reclaman que el KRG se ha quedado con tierras pertenecientes a los cristianos. "Saddam Hussein nos quitó las tierras de las afueras de Erbil, luego los kurdos nos las devolvieron en 1991; los americanos se las quedaron en 2003 y ahora las ha cogido el gobierno kurdo y ha edificado el aeropuerto sin darnos ninguna compensación", se queja una cristiana.
Mientras que en Bagdad los grandes grupos suní, chií y kurdo debaten sobre el reparto de poderes, las minorías se van quedando cada vez más fuera de juego. Los cristianos continúan su éxodo hacia el norte de Irak o fuera del país. En la iglesia de St. Joseph, un hombre vigila aburrido la puerta del templo con sus manos puestas sobre la culata de un kalashnikov.
Atardece sobre Ankawa y la gente procura continuar su vida aparentando normalidad.

02 noviembre 2009

Cortometraje 'La báscula' ganador del Amal Express en el Festival Amal de Santiago

'La báscula', cortometraje de 5 minutos, realizado por los periodistas españoles Daniel Iriarte, Francisco Martínez y Andrés Mourenza, gana el concurso Amal Express, convocado por la Fundación Araguaney durante el Festival de cine euroárabe Amal, que se realiza cada año en Santiago de Compostela. El concurso exige a sus participantes idear, rodar, montar y enviar en 96 horas un cortometraje de un máximo de 5 minutos de duración, basándose en una palabra determinada. En esta primera edición del concurso, la palabra escogida fue 'esperanza' y fue comunicada el 23 de octubre. El cortometraje se puede ver aquí
Extraído de www.mediterraneosur.es
'La báscula' en la prensa:

Crónica desde Diyarbakir: La lengua kurda ha salido del armario (El Periódico, 28/10/09)

Andrés Mourenza
Diyarbakir

“Cîhaneke din jî pêkan e”, es decir “Otro mundo es posible” en lengua kurda, es el lema que recibe a los visitantes del primer Foro Social de Mesopotamia, organizado entre el 26 y el 29 de septiembre por la alcaldía de Diyarbakir y diversos movimientos sociales. En los jardines del Sümerpark se codean hombres vestidos al estilo de los peshmerga kurdos con militantes izquierdistas europeos y latinoamericanos, niños de la calle que piden limosna, feministas turcas y kurdas, simpatizantes de la causa kurda en general (algún que otro gallego, catalán y vasco) y unos pocos representantes de grupos palestinos pues, aunque el foro sea destinado a los pueblos de estos lares, árabes y kurdos no se llevan precisamente bien.
En una ciudad como Diyarbakir, la capital oficiosa de los kurdos de Turquía, donde el sentimiento de sentirse observado por los múltiples cuarteles del ejército y la Gendarmería es constante, la organización de un Foro Social es un acto de rebeldía de un Ayuntamiento dominado por los nacionalistas kurdos y que recibe desde hace años un apoyo mayoritario de la población. Por toda la ciudad cuelgan pancartas en kurdo, en turco y en inglés con palabras del carismático alcalde de Diyarbakir, Osman Baydemir, dando la bienvenida a los participantes.
Durante muchos años, los nacionalistas turcos se esforzaron por demostrar que el kurdo no era sino un dialecto del turco, lo cual es incorrecto pues proviene de la familia persa, o que los kurdos hablaban así de raro por influencia del sonido de sus pisadas en la nieve. Cualquier excusa era buena para mantener la lengua vetada. Pero a partir del levantamiento de su prohibición, en 1991, y sobre todo, tras el fin de la legislación de emergencia en las provincias kurdas en 2002, la situación se relajó y la lengua kurda experimentó un resurgimiento.
El kurdo salió del armario y hoy, en las calles de las provincias surorientales de Turquía, es la lengua más escuchada, aunque sea, en muchas ocasiones, mezclada con términos turcos pues la falta de una enseñanza reglada en este idioma juega en perjuicio de su corrección. En las tiendas de discos, los apartados dedicados a la música en kurdo son ya mayores que los dedicados a ritmos en otras lenguas, y algo parecido ocurre con el cine. En el segundo mayor festival de cine de Turquía, el de Antalya, competirá este mes la película Min Dit, rodada íntegramente en kurdo y que también participa en San Sebastián. Además, filmes que tratan el conflicto desde el punto de vista de los kurdos como Bahoz (La tormenta) o Günesi Gördüm (He visto el sol) han sido éxitos de taquilla durante el último año, no sólo entre los kurdos sino en todo el país y, de hecho, ésta última cinta ha sido elegida para representar a Turquía en los Oscar.
“Lo hemos pasado muy mal, ha habido torturas y no podíamos vivir nuestra cultura. Ahora, los kurdos, en el este, vivimos tranquilos, pero cuando sales fuera te tratan mal. Yo tenía un profesor que era nacionalista turco y siempre me suspendía”, explica un joven de voz suave. Él tuvo que dejar su región natal no por gusto, sino para esconder su homosexualidad. Después de todo, a pesar de estar experimentando un cambio, la región kurda de Turquía sigue siendo un lugar pobre y atrasado, donde el peso de la tradición no hace de la vida un juego fácil.