19 enero 2007

Hrant Dink (1954-2007), In memoriam

Hrant Dink (1954-2007). Periodista turco de origen armenio, director del semanario en lengua armenia Agos, izquierdista, intelectual. Asesinado.

16 enero 2007

Último grito en autopromoción: Sea un rostro conocido por 60 liras

Pues sí. Esa es la propuesta de este anuncio situado en plena plaza de Taksim (equivalente a la Puerta del Sol de Madrid o la Plaza Catalunya de Barcelona). Exactamente el panel reza así:
  • "SER FAMOSO ESTA EN SUS MANOS.
  • No sólo son 15 minutos sino 4 horas completas.
  • ¿No quiere que todo el mundo conozca su cara?
  • Para reservar un lugar en este panel necesitauna foto y 60 liras [32 euros]
  • Inscripciones en el teléfono 0555 765 11 66"

El sistema es simple: el sujeto que ha ideado este invento -supuestamente el enigmático hombre de la barba- ha contratado esta valla publicitaria y ahora realquila el hueco en el que podemos ver la otra fotografía. En la primera semana no ha tenido demasiados aspirantes a la fama, a excepción de esta sonriente señora que posa junto al nombre de su página web.

14 enero 2007

Zaman presenta su nueva edición en inglés con una campaña provocativa

El periódico Zaman -el único de Turquía en recibir premios internacionales de diseño- ha lanzado una provocadora campaña para presentar su nueva edición en inglés. En ella se puede observar un ejemplar del diario en el buzón de los líderes políticos europeos que se oponen a la entrada de Turquía en la UE (Nicholas Sarkozy, Angela Merkel...) acompañado por el lema del nuevo rotativo: "For everyone who needs to 'fully understand' Turkey" (Para todo aquel que necesita entender Turquía completamente). La publicación en inglés, bajo la cabecera Today's Zaman, aparecerá por primera vez el próximo martes día 16. Se suma así a los dos diarios ya existentes en inglés: The New Anatolian y Turkish Daily News, ambos fundados por la familia Çevik (cercana al ex presidente de la República y ex primer ministro Süleyman Demirel), aunque el segundo pertenece ahora al megagrupo mediático Dogan. Zaman es un diario conservador ligado al pensador musulmán Fethulla Gülen y cercano a la ideología del partido islamo-demócrata de la Justicia y el Desarrollo (AKP), actualmente en el gobierno. La presentación elegante y moderna de Zaman (lejos de la abigarrada maquetación habitual en la prensa turca) le valió en 2004 y 2005 numerosos premios de la Society for New Design, considerados los Oscar del diseño en prensa.

10 enero 2007

Sonata triste para piano por la partida del georgiano Misha

Mi gran amigo Misha, el georgiano, se fue ayer. Cambia Estambul por Kiev. Le echaremos de menos. Tampoco puedo reprocharle nada porque se va por amor: conoció a su novia trabajando en una de esas ciudades costeras de hormigón el pasado verano. Dice que también se marcha a Ucrania para poder continuar sus estudios de jurisprudencia y conseguir un futuro diferente al mísero sueldo que ganaba como camarero trabajando doce horas al día y seis días a la semana en un conocido restaurante español de la metrópolis turca. Misha llegó a Estambul el año pasado. Coincidimos en el mismo curso de turco y fue uno de los primeros en acercarse a mí: “How are you, Andrés?”. Me narraba historias de su ciudad natal, Batumi, de verdes prados junto al mar y buscábamos semejanzas entre la vida rural de nuestros países. Como muchos otros georgianos, me peguntaba sobre “los vascos”. Los pianistas no son para la crisis En Georgia hace ya muchos años que las cosas no van bien para la gente. Sin contar con los conflictos internos en las provincias independentistas; la corrupción, la crisis y las temerarias provocaciones mutuas que se lanzan los gobiernos ruso y georgiano no hacen sino perjudicar la vida de los georgianos de a pie. En la casa de Misha en Estambul viven varias familias, como en las demás casas de emigrantes georgianos, como en las de todos los emigrantes. La madre de Misha es profesora de música: fue la primera en abandonar Georgia. En Estambul consiguió salir adelante dando clases privadas de solfeo y piano. Luego le llegó el turno al señor Mijail, reconocido pianista y hombre de cultura. Cabello cano y lentes redondos, amante de Picasso y de los clásicos de la liga de fútbol española: Gento, Arconada, Di Stéfano. El día que despedimos a Misha llevaba un chubasquero azul y gris, que le daba un barniz jovial a la profunda melancolía de su vida. El señor Mijail, que, como ya hemos dicho, es un gran pianista, dejó en Tbilisi a su pequeña Ellene y a su mujer. Aunque consigue que de vez en cuanto vengan a Estambul a visitarlo. Pero no basta con ser un virtuoso del piano para poder ganarse la vida. Cuenta Misha que el señor Mijail es incapaz de hacer aprender a sus alumnos. Mientras la madre de Misha, modesta pianista, es una buena profesora, el gran maestro no logra enseñar su arte. Las casas de los emigrantes georgianos, como las de todos los emigrantes, son pequeños puertos donde desembarcan otros conocidos, familiares, vecinos, primos lejanos y permanecen hasta que pueden instalar otra casa, otro puerto. En los húmedos atardeceres de Estambul, el señor Mijail seguirá extrayendo música de las teclas del piano, y entre las boscosas montañas de Georgia, la pequeña Ellene, que se aburre mortalmente en la lección de ruso, aprenderá español escuchando la música que se descarga de internet. En los fríos inviernos de Kiev, bien acompañado, mi gran amigo Misha, el georgiano, será feliz. Iyi yolculuk dostum!
En las fotos: calle del centro histórico de Kiev (Ucrania) y vista de la costa de Batumi (Georgia)

09 enero 2007

Segundo número de dviaG, dedicado a Turquía

El portal de viajeros Viamedius.com acaba de publicar el segundo número de su revista electrónica dviaG y lo ha dedicado a Turquía: un viaje de Estambul a Capadocia y de ahí a Éfeso. Si algo caracteriza a esta joven publicación es que no se queda en el típico viaje turístico sino que intenta profundizar en el alma del país al que dedica su número a través de artículos escritos por personas que viven en aquel lugar, profesores o amantes de su cultura e historia. En este número participan el dibujante y pintor Joaquín González Dorao, la escritora Alicia Jiménez-Bartlett, la egiptóloga Teresa Bedman, el viajero profesional José Luis Martínez, los historiadores Fernando Garcés y Juan Carlos Moreno y el que firma estas líneas. La revista se puede descargar gratuitamente de Internet y sólo hace falta registrarse en el portal para poder leerla. Aquí os dejo con un pedacito de mi contribución al segundo número de dviaG: “Detalles de Estambul” por Andrés Mourenza Un buen día empieza siempre con un buen té. Cargado y con un par de terrones de azúcar que se van deshaciendo, con pequeños suspiros, en la infusión de color cobrizo. El vaso en forma de tulipa transmite su calor, en los fríos despertares de Estambul. «Simiiiiiiiiit-aaal-simiiiiiiiiit-aaaal!!», gritan los vendedores de roscas de sésamo (simit). El tráfico es ya caótico a las nueve de la mañana, pero queda tiempo para disfrutar de un buen desayuno turco: tomate, pepino, fuerte queso blanco (beyaz peynir) –no se les ocurra asegurar que es como el feta griego si no quieren comenzar una discusión bizantina sobre quién lo inventó– y sabrosas aceitunas negras. En marcha. Sólo hace falta salir a la calle y parar uno de esos campeones de la velocidad que son los minibuses Se trata de grandes furgones –de color crema o azul claro dependiendo de la zona de la ciudad– habilitados hasta para 30 pasajeros. El minibús tiene su ruta establecida pero cada uno le indica donde quiere bajar. Son un tanto curiosos estos ases del volante. Para muchos estambulitas están completamente locos y la verdad es que hace falta ser un tanto osado para conducir, abrir y cerrar las puertas en marcha, recoger las monedas, devolver los cambios… todo al mismo tiempo y sin equivocarse en un céntimo. El conductor enciende un cigarrillo y se lanza a la carrera. El transporte es esencial en una ciudad como Estambul, con unos 14 millones de habitantes y cien kilómetros de punta a punta. A pesar de la sensación de anarquía que puede producir al recién llegado, lo cierto es que la combinación de transportes colectivos públicos y privados funciona francamente bien y las combinaciones son infinitas. Seguir leyendo en dviaG

Fotos: Andrés Mourenza (extraídas del segundo número de dviaG)