27 abril 2010
Testimonio de una de las últimas supervivientes del "Genocidio Armenio" (El Periódico)
26 abril 2010
Baño junto a la ciudad fantasma (El Periódico)
Por desgracia, los soldados turcos tomaron Famagusta durante la invasión de 1974, organizada en respuesta a un golpe de Estado orquestado por Grecia días antes. Los turcos pensaron que el capturado corazón del turismo grecochipriota sería una buena carta para negociar.
La población local y los escasos turistas que se acercan a Famagusta –que ha pasado de ser una ciudad de diversión a una aburrida localidad provinciana– se bañan, a pesar de todo, en Palm Beach. A sus espaldas los edificios andrajosos esperan a sus antiguos dueños. «No tengo problema con los turcochipriotas, son buena gente –dice George–. El problema no es la gente, sino los políticos».
El freno al acercamiento entre Turquía y Armenia marca la conmemoración (El Peródico)
23 abril 2010
Pyla, la aldea común de Chipre (El Periódico)
Por supuesto que la convivencia en Pyla no es todo lo perfecta que podría ser: existe cierta desconfianza entre las dos comunidades, apenas hay un par de matrimonios mixtos –que además se hubieron de casar en el extranjero– y solo otros tantos negocios comunes, pero por algo se empieza. Quizá, algún día, todo Chipre vuelva a ser como Pyla.
19 abril 2010
Elecciones en Chipre: La victoria de Eroglu pone en peligro las negociaciones de paz
Con todo, según diversos analistas, el Gobierno turco podría presionar a Eroglu para que acepte la solución pactada por su predecesor. Después de todo, Turquía es quien paga la existencia de la RTNC.
18 abril 2010
La papeleta de la unificación (los turcochipriotas acuden a las urnas)
En la apertura del último puesto de control, el campesino Andreas se aproximó a los dos presidentes de la isla y les espetó: «Este nuevo check-point es un gran paso. Pero queremos que negociéis la paz definitiva de buena fe para poder movernos en nuestro país libremente. No nos gustan los puestos de control». «A nosotros tampoco», replicaron.
Entrevista al presidente de la República de Chipre, Dmitris Chistofias: «Los chipriotas debemos poner fin a la tragedia de la partición»
–Nosotros deseamos continuar las negociaciones con Talat, porque está comprometido con la solución. Si gana su contrincante, el nacionalista Dervis Eroglu, tendremos problemas. Con Talat ya hemos acordado que la solución se basará en un estado federal, de soberanía indivisible, una sola ciudadanía y una personalidad internacional única. Por desgracia, Eroglu sigue una política a favor de dos estados.
Crónica desde Nicosia: La radio, esa brecha en la Línea Verde
Ser de izquierda tiene cierta importancia en la isla, pues las únicas asociaciones que agrupaban a los turcos y a los griegos antes de la división eran los sindicatos y el Partido Comunista. Aunque de esas cosas ya solo se acuerdan los viejos. «Este país es desesperante, dice Kemal, «Tenemos la solución tan cerca pero nunca llegamos a ella”. Calla y sigue conduciendo por las rondas de Nicosia, mientras atardece.
08 abril 2010
"Welcome to Kurdistan!" Bienvenidos al Irak rico
Erbil (Irak)
“Welcome to Kurdistan”, da la bienvenida el anuncio publicitario de una compañía de telefonía móvil en el aeropuerto de Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí. Dos helicópteros de combate se recortan en la luz suave del atardecer mientras el taxi esquiva a toda velocidad los bloques de hormigón de la carretera que conecta con el aeródromo, pero el paisaje cambia apenas lo dejamos atrás: grandes centros de convenciones, urbanizaciones y hoteles se levantan en las afueras de la ciudad en nuevas y amplias avenidas.
Siete años después de la invasión estadounidense, mientras el Irak de la posguerra se haya sumido en los enfrentamientos étnicos y religiosos, los kurdos del norte del país han aprovechado para construir su propio y próspero estado, que funciona de forma semi-autónoma. Durante la década de 1990, los kurdos consiguieron cierta autonomía pero la guerra civil entre las dos principales facciones kurdas -el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK)- , unido al embargo de Saddam Hussein a los kurdos, sumió a la región en la pobreza. Sin embargo, el apoyo a las tropas de EEUU en la guerra de 2003 permitió a los líderes kurdos ganar influencia en el gobierno de Bagdad -no en vano, el presidente iraquí es el kurdo Yalal Talabani- y presionar para que la Constitución redactada tras la contienda estableciese un modelo territorial federal, lo que ha permitido el florecimiento económico de la región kurda.
“¡Ha sido todo tan rápido!”, explica un habitante de Erbil mientras toma un refresco en la terraza de su chalet: “Se ha pasado de la violencia extrema a la paz. En 1992, cuando regrese al Kurdistán, en los restaurantes te pedían que dejases las armas en la puerta y ahora, en cambio, los jóvenes crecen sin violencia”. De hecho, el Kurdistán iraquí recibe varios millones de turistas al año -sobre todo del Golfo Pérsico-, además de ser el lugar al que se retiran a descansar los soldados y políticos cansados del problemático Bagdad.
“Desde marzo de 2003 ningún soldado de la Coalición ha muerto y ningún extranjero ha sido secuestrado en las áreas administradas por el Gobierno Regional del Kurdistán (GRK). Con la cooperación de la población, las fuerzas de seguridad de la Región del Kurdistán han mantenido esta zona estable y a salvo”. Éste es uno de los lemas con los que el Gobierno kurdo recibe a los hombres de negocios. Al Kurdistán iraquí le llueven las inversiones, especialmente de la vecina Turquía, Líbano, EEUU y China. Austrian Airlines y otras aerolíneas europeas tienen vuelos regulares al Kurdistán y los principales países de Europa han abierto consulados en Erbil.
Sin embargo, algunos grupos -como el recién creado Goran, que se convirtió en la principal fuerza de oposición en las pasadas elecciones de julio- acusan al gobierno de coalición del PDK, dirigido por el presidente kurdo, Masud Barzani, y la UPK, de Yalal Talabani, de repartirse el pastel entre ellos solos. En la carretera que une Erbil con Suleymaniye, las dos principales ciudades del Kurdistán, es posible advertir cómo llegado a un punto los uniformes de los peshmerga (soldados kurdos) cambian completamente: la primera ciudad es el feudo del Partido Democrático; la segunda, de la Unión Patriótica, y cada uno mantiene sus propias fuerzas de defensa. La división llega incluso a la telefonía móvil: el accionariado de la compañía Korek es mayoritariamente del PDK, mientras que su rival, Asiacell, pertenece a la UPK.
Pero el mayor problema de la región son los territorios que se disputan el Gobierno Regional Kurdo y el gobierno central de Bagdad. Oficialmente, el Kurdistán iraquí está sólo formado por las provincias de Dohuk, Erbil y Suleymaniya, pero el GRK reclama parte de las provincias vecinas, lo que ha producido constantes tensiones en el parlamento iraquí y choques violentos en las zonas disputadas. Los principales conflictos se están produciendo en torno a Kirkuk, una rica ciudad petrolífera de gran importancia simbólica para los kurdos, pero que también reclaman árabes y turcomanos. Masud Barzani ha amenazado en varias ocasiones al primer ministro iraquí, el chií Nuri Al Maliki, con declarar la independencia del Kurdistán sino se convoca un referéndum de autodeterminación en Kirkuk, algo que los árabes ven con recelo. La ciudad es un dédalo de callejuelas a cada cual más fortificada, que vigilan peshmerga kurdos bien armados o grupos de seguridad privada árabes, mientras hombres y mujeres abarrotan los mercados rezando por que ese día no haya atentados.
En 2008, el gobierno central desplegó en Kirkuk la 12ª División del ejército iraquí, con unos 9.500 soldados a lo que los kurdos respondieron desplegando otros 3.000 peshmerga. EEUU mandó entonces a sus propias tropas para calmar los ánimos. Desde este punto de vista, es comprensible lo reacio que son los políticos kurdos a la retirada estadounidense de Irak, prometida por Barack Obama para finales de 2011. “Creemos que aún es pronto para que se vayan. Los recientes ataques terroristas demuestran que la seguridad en Irak no es tan buena como se dice”, opina el presidente del parlamento kurdo, Kemal Kirkuki. Según los miembros de la resistencia anti-estadounidense, lo que de verdad temen los políticos es que, sin el apoyo estadounidense, caiga el gobierno de Bagdad. “Porque su control no va más allá de la Zona Verde de Bagdad, el resto de Irak lo dominan los clanes y las milicias”, denuncia una persona cercana al clérigo chií Muqtada Al Sadr, cuyo Ejército del Mahdi ha puesto en jaque a las fuerzas de ocupación.
“Los problemas que tenemos en Irak ahora se derivan de pasar de una dictadura centralista a una democracia descentralizada. Los actos terroristas, la presión a los cristianos y los ataques en Bagdad tienen todos el mismo objetivo: detener el proceso político que se está viviendo y facilitar un golpe de estado”, se queja Sadi Ahmed Pide, responsable de relaciones exteriores de la UPK. Pide achaca estas actividades a grupos dirigidos por países vecinos o por la minoría árabe suní, privilegiada durante la época de Saddam Hussein y cuyo poder ha sido adquirido por kurdos y árabes chiíes, los parias del anterior régimen.
“La mayoría de los kurdos es favorable a la independencia porque es una demanda histórica, pero lo primero que quiere la gente es tener una vida mejor y democracia y, si es así, no les importa permanecer en Irak, porque el Kurdistán ya es casi independiente de facto”, explica la periodista Chimen Saleh. La estrategia kurda pasa formar un estado propio viable y permanecer en Irak, aunque preparados para declarar la independencia en caso de que la estabilidad iraquí se venga abajo. En un eventual combate contra el ejército iraquí, los peshmerga, más experimentados, conseguirían la victoria fácilmente, pero un Kurdistán independiente difícilmente podría sobrevivir ya que ningún estado de la zona lo apoyaría, con la probable excepción de Israel. “Si preguntas a tu alrededor, la gente dirá que quiere la independencia, -reitera con una sonrisa un representante del gobierno kurdo-, pero como políticos sabemos cuál es nuestra realidad”.