11 octubre 2009

Derribar los muros, los prejuicios (una de anuncios)

No es que simpatice yo con el diario 'Zaman', de hecho me parece tan extremadamente pro-gubernamental que sólo lo leo cuando es completamente necesario (otra cosa es su versión inglesa 'Today's Zaman' que al estar dirigida a los extranjeros es más abierta de miras). Pero este anuncio me parece memorable y una muestra perfecta de la actual Turquía.
El lema es: ¿No ha llegado la hora de derribar los muros invisibles, nuestros prejuicios? Y de propina éste otro. Tampoco me cae especialmente bien la compañía de telefonía móvil Turkcell, pero además de bonito, este anuncio es un reflejo de todos esos colores que conviven en Turquía y cuya variedad es cada vez más visible y libre.

Turquía y Armenia ponen fin a un siglo de odio y sellan la paz (El Periódico )

  1. Los dos estados firman protocolos para abrir la frontera y establecer relaciones
  2. Nacionalistas radicales de ambos países protestan en la calle contra el pacto
ANDRÉS MOURENZA
ESTAMBUL
Por primera vez en la historia, Turquía y Armenia aprobaron ayer normalizar sus relaciones diplomáticas. El ministro de Asuntos Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, apenas pudo pegar ojo la noche anterior: «Es un día histórico», comentó a la prensa poco antes de partir hacia Zurich (Suiza) donde el político turco y su homólogo armenio, Edvard Nalbandian, firmaron una serie de protocolos que prevén el establecimiento de relaciones, la apertura de la frontera común y el establecimiento de una comisión de expertos que estudie el llamado «genocidio armenio».
Aunque Turquía fue uno de los primeros estados en reconocer la independencia armenia tras la caída de la URSS en 1991, nunca establecieron relaciones diplomáticas plenas debido a la invasión por parte de Armenia de Nagorno-Karabaj y otras siete provincias pertenecientes a Azerbaiyán, aliado de Ankara.

DESTACADOS POLÍTICOS / La presencia en Suiza de destacados políticos internacionales --la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Javier Solana, entre otros-- indica la importancia que otorgan los grandes poderes a la pacificación de esta zona del Cáucaso Sur, imprescindible para el tránsito energético desde Asia Central a Occidente.
En los últimos años se han producido acontecimientos claves en la región, como el acercamiento a Rusia de Turquía y Azerbaiyán --aliados de EEUU-- o la guerra ruso-georgiana del 2008, que minó la credibilidad de Tbilisi como socio de Bruselas y Washington. Así se ha impulsado el acercamiento de Turquía y Armenia, tradicionalmente fiel a Moscú.
El primer gesto de distensión se produjo el pasado año gracias a la llamada «diplomacia del fútbol» ya que el presidente turco, Abdulá Gül, visitó Armenia por primera vez con ocasión del partido entre las selecciones de Turquía y Armenia. Ahora se espera que su homólogo armenio, Serj Sarkisian, viaje el miércoles a Turquía para el partido de vuelta.

RATIFICAR LOS ACUERDOS / A pesar del importante paso dado ayer, el camino aún no está libre de obstáculos, ya que ahora los parlamentos de los respectivos países deben ratificar los acuerdos. Además, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dejado claro que no se abrirá la frontera con el país caucásico hasta que Armenia solucione sus problemas con Azerbaiyán.
El viernes, armenios y azerís se reunieron en la ciudad de Chisinau (Moldavia) para intentar avanzar en la solución del conflicto, pero la reunión no produjo demasiados resultados. Ankara exige a Ereván que, como signo de buena voluntad, retire sus tropas al menos de las siete provincias azeríes que rodean Nagorno-Karabaj y que también fueron ocupadas por los armenios.
Además, tanto en Turquía como en Armenia existe una fuerte oposición nacionalista que critica los acuerdos. El viernes, 10.000 personas se manifestaron en la capital armenia con pancartas en las que se leían ninguna concesión a los turcos y no se puede negociar el genocidio y en las visitas de Sarkisian a diversos países donde habita la diáspora armenia se le recibió con protestas y gritos de «traidor». Por eso la presencia del cantante franco-armenio Charles Aznavour en la ceremonia de la ciudad suiza fue interpretada como un mensaje para que el resto de la diáspora dé su brazo a torcer y acepte el acuerdo con Turquía.

La muestra más palpable de los roces entre los dos países, tuvo lugar poco antes de la firma del acuerdo, que se retrasó tres horas a causa de las reticencias de ambas delegaciones respecto al redactado de los acuerdos y que sólo pudieron ser superadas gracias a la presión de Hillary Clinton.

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10 octubre 2009

Los increíbles niños del castillo de Van

Muchos niños pobres de Van se dedican a enseñar las ruinasdel castillo al turista y explicarles su larga e impresionante historia de carrerilla. En el vídeo, un chaval de 6 años lo hace en 4 lenguas: turco, inglés, kurdo y japonés.

07 octubre 2009

De nuevo el gas: un muerto y 96 detenidos en las protestas contra el FMI (EFE - EiTB - Terra)

Una persona ha muerto y cerca de 100 personas han sido detenidas en los enfrentamientos hoy entre policías y manifestantes que protestaban contra la celebración en Estambul de las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), han informado las televisiones locales.

Según la cadena Habertürk, el fallecido ha sufrido un ataque cardíaco durante los disturbios cuando la Policía ha penetrado en la avenida peatonal Istiklal, en el centro de Estambul, y ha arrojado gases lacrimógenos.Las personas que se encontraban cerca de la víctima, identificado como Ishak Kalvo, han intentado llevarle a un hospital en taxi. Pero debido a los disturbios y el cierre de calles ha sido imposible por lo que ha tenido que recogerle una ambulancia, aunque entonces ya ha sido demasiado tarde y el hombre, de 55 años de edad, ha fallecido en el trayecto.

Citando fuentes de la Dirección General de Seguridad, la cadena NTV ha informado de que 96 personas han sido detenidas durante la jornada de protestas.

Desde las 10.00 hora local (07.00 GMT) militantes de sindicatos y partidos de izquierdas se congregaron en diversos puntos del distrito de Beyoglu y unas 1.500 personas caminaron hasta la céntrica plaza de Taksim, desde donde pretendían acceder hasta el lugar donde se celebran las reuniones del FMI y el BM.

Durante media hora de concentración pacífica, que provocó el corte del tráfico en la plaza, se corearon eslóganes como 'FMI fuera de Turquía' y se desplegaron pancartas con los lemas 'Haz que el capitalismo pase a la historia' y 'El Banco Mundial es un criminal medioambiental'. Hacia las 11:30 hora local, la Policía intentó disolver la manifestación con tanquetas de agua a presión y lanzando bombas de gas lacrimógeno, para evitar que los manifestantes accediesen al recinto donde se celebran las reuniones. Entonces, y según mostraron las cadenas turcas, comenzaron una serie de persecuciones entre policías y manifestantes por las calles del centro, especialmente por la avenida Istiklal y los callejones adyacentes.

Algunos manifestantes radicales lanzaron cócteles molotov a los policías y apedrearon algunos escaparates y paradas de autobús. Según un comunicado policial, once bancos, cinco negocios, seis edificios de la administración pública y ocho vehículos policiales fueron dañados durante los disturbios. Además, la policía turca confiscó una decena de cócteles molotov, 29 tirachinas y 150 perdigones, según informaron las propias fuerzas de seguridad.

También se produjeron protestas pacíficas dentro del recinto donde, en medio de fuertes medidas de seguridad, se celebran las reuniones del FMI y el BM.

'Debemos escuchar a quienes protestan', pidió el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, durante la inauguración de las asambleas. 'Aceptamos las críticas y las protestas pero se deben hacer de forma civilizada', afirmó en declaraciones a la prensa el ministro de Estado turco, Cevdet Yilmaz, y agregó que estos disturbios 'no ensombrecen la reunión'.

Hacia las 15.00 hora local, la situación se calmó en la plaza de Taksim y la avenida Istiklal, aunque se siguieron produciendo escaramuzas en algunas callejuelas del centro estambulí. Según pudo comprobar Efe, hasta bien entrada la tarde los transeúntes que pasaron por el distrito de Beyoglu, donde se produjeron los disturbios, tuvieron que protegerse con pañuelos y mascarillas para evitar el efecto de los gases lacrimógenos, estancados en el aire ante la falta de viento.

06 octubre 2009

Elecciones en Grecia: Papandreu afronta el reto de las reformas económicas (EL Periódico)

ANDRÉS MOURENZA

«Clara», «Aplastante», «Histórica», fueron ayer algunos de los adjetivos con que la prensa griega definió la victoria del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) de Giorgos Papandreu en las elecciones del domingo, también celebrada por cientos de simpatizantes de los socialistas que inundaron el centro de Atenas de bocinazos, banderas y bengalas durante toda la noche.

Pero las celebraciones dieron también paso a las reflexiones sobre el futuro. Papandreu, que ayer recibió el mandato de formar Gobierno del presidente de la República, Carolos Papulias, se enfrenta a una tarea titánica. Según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía griega entrará en recesión este año tras tres lustros de crecimiento ininterrumpido, aunque los mayores problemas son estructurales: una inmensa deuda pública, déficit presupuestario y un sistema de pensiones que, según los expertos, se colapsará en los próximos 15 años si no se acometen reformas.

Todo ello derivado de una economía poco competitiva y basada casi exclusivamente en el comercio marítimo, el turismo y la construcción. Sirva como ejemplo que Grecia debe importar todos los automóviles que se utilizan en el país y buena parte de la carne que se consume.

Mañana está previsto que Papandreu jure el cargo junto a su nuevo Gabinete que, como novedad, establecerá un Ministerio de Medio Ambiente autónomo y otro de Protección al Ciudadano, uno de cuyos objetivos será mejorar la coordinación en la lucha contra los incendios.

El mayor problema para Papandreu será lograr conjugar políticas sociales que satisfagan a la población –durante la campaña prometió aumentar los salarios públicos y las pensiones y congelar los impuestos indirectos– y ajustarse a la disciplina fiscal que reclama la UE. El nuevo primer ministro heleno podría pedir una moratoria de tres años a la Comisión Europea, que exige a Grecia reducir su déficit del 8% al 3% antes de finales del 2010, para poder aplicar una inyección de 3.000 millones de euros a la economía y crear puestos de trabajo gracias al estímulo estatal.

La reforma del sistema educativo, desfasado y clientelar hasta el punto de que algunos estudiantes aprueban o suspenden según su afiliación política coincida o no con la del profesor, será otra patata caliente, pues los gobiernos anteriores no lograron echarle mano.

Los mercados de valores griegos reaccionaron con subidas al entender que la mayoría absoluta del PASOK le da el poder para llevar a cabo las reformas necesarias.

05 octubre 2009

Elecciones en Grecia: Grecia otorga la mayoría absoluta a los socialistas de Papandreu (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA
ATENAS / ENVIADO ESPECIAL

El Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), liderado por Giorgos Papandreu, venció ayer con mayoría absoluta las elecciones griegas, desbancando del poder al primer ministro conservador Costas Caramanlis, de Nueva Democracia (ND). De esta forma, los griegos han castigado duramente a un Gobierno que, en cinco años y medio al frente del país, se ha visto ensombrecido por graves casos de corrupción, una pésima gestión de los incendios forestales y el aumento de las desigualdades económicas, por lo que ha sido contestado en la calle con manifestaciones sindicales y juveniles.

El PASOK recibió el 43% de los votos, casi nueve puntos por delante de Nueva Democracia, según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior con más del 76% de los votos escrutados. El nuevo Parlamento estará dominado por los socialdemócratas, con 160 diputados, ya que la ley electoral premia con 40 escaños al primer partido. La oposición estará liderada por los conservadores, con 93 parlamentarios, mientras que las fuerzas de izquierda –el Partido Comunista, con 20 escaños, y la coalición SYRIZA, con 12– redujeron ligeramente su representación.

Quienes mejoraron sus resultados fueron los ultraderechistas de LAOS, que se convierten en la cuarta fuerza parlamentaria con 15 diputados, cinco más que en el parlamento saliente. La participación rondó el 70%, cuatro puntos por debajo que en las elecciones del 2007.

LOS PEORES RESULTADOS / Cuando apenas habían transcurrido cuatro horas del cierre de los colegios electorales y la diferencia en el recuento se hacía palpable, Caramanlis compareció ante la prensa y, con gesto circunspecto, anunció su dimisión. «Asumo la responsabilidad de la derrota», afirmó el hasta ahora líder de Nueva Democracia (ND).

Ayer, la ND cosechó los peores resultados desde su fundación hace 35 años y la «única salida honrosa», según dijo el propio Caramanlis, era retirarse de su liderazgo. Entre los conservadores muy pocos entendieron por qué adelantó las elecciones cuando aún quedaban dos años para el término de su mandato. Caramanlis avisó a su sucesor de que la economía de Grecia se encuentra «en la peor situación desde la posguerra».

«Reconozco la responsabilidad que se me ha otorgado, afirmó ante sus seguidores Papandreu, quien instó a los griegos a trabajar «unidos» en favor de un país libre de corrupción y que se desarrolle de forma respetuosa con el medio ambiente. Papandreu, actual presidente de la Internacional Socialista, devuelve el poder al PASOK, el partido que más años ha gobernado Grecia desde la caída de la dictadura en 1974.

El trabajo al que deberá hacer frente en cuanto tome posesión de su cargo es inmenso: Grecia es considerada la economía más débil de la Eurozona, con una deuda pública que supera su PIB, y eso a pesar de ser el país que más ayudas comunitarias recibe. Los jóvenes de la generación llamada «700 eurista» reclaman mejoras laborales y creación de empleo. El paro juvenil es del 18%.

El nuevo Gobierno ha presentado un plan de acción que prevé crear nuevos puestos de trabajo y aumentar los salarios de los funcionarios y las pensiones, además de inyectar 3.000 millones de euros para activar la economía. Ese dinero será recaudado, según el líder del PASOK, a través del aumento de los impuestos a los más ricos y a la Iglesia y mejorando el control de la evasión fiscal.

ESCÁNDALOS Y CORRUPCIÓN / El otro gran problema al que deberá poner fin Papandreu si quiere evitar que aumente el número de desencantados con la política griega es la corrupción, y ahí es donde realmente se verá si el nuevo mandatario es capaz de zafarse de la herencia de escándalos de anteriores gobiernos.

Para ello, antes deberá poner orden en las filas del PASOK. «Un partido que asemeja un cóctel incongruente de viejos fieles al populismo y al clientelismo de Andreas Papandreu, y dirigentes crecidos en los tiempos sobrios y laboriosos del modernista Costas Simitis (exprimer ministro), junto a nuevas personalidades que aún no han sido puestas a prueba», analiza el politólogo y economista Manos Matsaganis en su blog.

PÉRFIL: Abierto, anglosajón y ecologista

A. M. ATENAS

La dinastía Papandreu vuelve al poder en Grecia con el tercer primer ministro de la saga. Después de Giorgos y Andreas, la hora ha llegado para Giorgos Papandreu junior. Nacido en 1952 en EEUU, donde su padre se había exiliado y trabajaba como profesor universitario, el nuevo presidente del Gobierno griego se educó en algunas de las mejores universidades anglosajonas del mundo y, de hecho, su nivel de inglés es considerablemente superior a su griego, lo que le ha acarreado no pocas chanzas de sus adversarios políticos.

Regresó a Grecia en 1974 con la reinstauración de la democracia para servir en las filas del PASOK. Giorgos fue nombrado por su padre ministro de Educación y Asuntos Religiosos en 1988, puesto desde el que introdujo medidas de discriminación positiva hacia la minoría musulmana.

En el segundo periodo de Gobierno del PASOK, ya bajo las órdenes del primer ministro Costas Simitis, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores, cargo que conservó entre 1999 y 2004 y desde el que dirigió la mejora de las relaciones con Turquía gracias a la amistad que le unía con su entonces homólogo turco, Ismail Cem. De hecho, durante la campaña electoral prometió continuar apoyando la candidatura de Turquía a la UE.

La prensa lo considera un político de mentalidad abierta y con talante para el diálogo, aunque la mayoría de los griegos lo ven un tanto soso. Amante de la bicicleta y la naturaleza, ha logrado introducir el debate ecológico en la campaña electoral.

Elecciones en Grecia: Un juego de dos dinastías (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA
ATENAS / ENVIADO ESPECIAL
Una joven de unos 20 años reparte folletos electorales con la imagen de uno de los candidatos a diputado por el Partido Panhelénico Socialista (PASOK) en una de las grandes avenidas del centro de Atenas. ¿Por qué apoyas al PASOK? «Es que el candidato es mi tío?», responde la joven. ¿Y tú crees que puede aportar algún cambio a la política griega? «No sé, quizás», se encoge de hombros y sigue repartiendo octavillas.
La política en Grecia es cosa de familia. En los comicios de hoy se enfrentan dos candidatos representantes de las familias políticas que han dominado la política griega en el último medio siglo: los conservadores Caramanlis y los socialdemócratas Papandreu. «Sería mejor que no se diese esta situación, pero al final hemos terminado por acostumbrarnos», dice Alex, un treintañero que en las elecciones de hoy votará al centro derecha.
El actual primer ministro, Costas Caramanlis, de Nueva Democracia (ND), es el sobrino de Constantino, fundador del partido, jefe de Gobierno durante 14 años y presidente de la República durante otros 10. Giorgos Papandreu, líder del PASOK y favorito en los comicios, es nieto de Giorgos Senior, primer ministro en la década de 1940 y en la de 1960, e hijo de Andreas Papandreu, fundador del partido socialista y primer ministro durante 12 años. También la ministra de Exteriores saliente, Dora Bakoyannis, es hija del primer ministro Constantinos Mitsotakis y viuda de otro influyente diputado conservador, Pavlos Bakoyannis.
Los dos principales candidatos tienen en común el haber estudiado en el extranjero (Papandreu incluso domina mejor el inglés que el griego) y haber entrado desde jóvenes en las formaciones dominadas por sus respectivas familias. Incluso se dio el hecho de que el actual líder de los socialdemócratas sirvió de ministro a las órdenes de su padre.
Hay quienes defienden este sistema, como Anna, una votante de ND de clase alta: «Al haber gobernado durante más años son más responsables y saben gestionar mejor». Pero la mayoría de los ciudadanos se queja de los vicios que acarrea este sistema, ya que el gobierno se termina viendo como un medio de dar trabajo a los familiares, amigos y seguidores del partido ganador. De hecho, el hartazgo con este sistema se refleja en la caída del apoyo a los dos grandes partidos: si en el 2004 ND y PASOK agrupaban al 86% de los electores, en estos comicios apenas superarán el 75% de los votos.
«Es como cambiar un rey por otro, porque los dos grandes partidos gobiernan como si Grecia fuese su reino, ayudando solo a sus amigos. PASOK y ND ya se han alternado en el poder antes, por tanto no va a cambiar mucho si gana uno u otro», opina Roxana, una rumana que desde hace 6 años estudia en Grecia.
«Llevamos con este juego político entre dos familias desde la guerra civil (1946-49). La gente cree que solo estas familias pueden resolver los problemas del país, pero en realidad solo gobiernan para sí mismos», dicen Sofiaanna y Fotis, dos simpatizantes de la coalición izquierdista SYRIZA, en el moderno estand del partido adonde acude la gente a por información. El ambiente es festivo y juvenil ya que, de hecho, el líder de SYRIZA, Alexis Tsipras, es con diferencia el más joven de los principales candidatos a gobernar Grecia.
«No es bueno que los Caramanlis y los Papandreu dominen la política, eso está claro, pero la gente los vota, ¿qué le vas a hacer?», opina otra universitaria de ideas liberales en la Escuela de Jurisprudencia de Atenas. Este centro fue tomado por estudiantes de la izquierda extraparlamentaria durante la revuelta del pasado diciembre y ahora luce cubierto por cientos de carteles del Partido Comunista, pero el espíritu de aquella rebelión estudiantil parece haberse perdido. «Este país necesita un partido nuevo, con gente nueva que pueda entender a los jóvenes. Grecia está llena de problemas que no debería tener un país de la UE –prosigue Roxana–. Me arrepiento de haber venido a estudiar aquí».
Imágenes: la saga Papandreu al completo

03 octubre 2009

Elecciones en Grecia: Los socialdemócratas cierran la campaña como claros favoritos (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA
ATENAS / ENVIADO ESPECIAL

Grecia clausuró ayer su campaña electoral para los comicios del domingo con el presentimiento de que habrá cambio de Gobierno. Se respiraba en el ambiente en los mítines de los dos principales partidos y lo corroboraban las últimas encuestas publicadas, que dan un margen de ventaja de casi siete puntos al Partido Panhelénico Socialista (PASOK), en la oposición, frente a Nueva Democracia (ND), del primer ministro conservador Costas Caramanlis. La mayor duda que queda por disipar es si los socialdemócratas alcanzarán una mayoría absoluta que les permita constituir un Gobierno capaz de acometer las urgentes reformas que necesita el país.

«Dinero limpio, medio ambiente limpio y palabras limpias» ha sido uno de los lemas más repetidos por Giorgos Papandreu, líder del PASOK, cuyas principales promesas son rehabilitar la maltrecha economía griega y luchar contra la evasión fiscal y la corrupción. Pero precisamente esa era la divisa con la que Caramanlis accedió al poder en el 2004. Tres asuntos sangrantes en Grecia y que el político conservador no ha sido capaz de enmendar. De ahí que los griegos no estén demasiado entusiasmados con estos comicios que el propio primer ministro se vio forzado a adelantar por los continuos casos de corrupción, la revuelta estudiantil del diciembre pasado y la mala gestión de los incendios del verano.

Si se le pregunta a cualquier griego por el principal problema de su país, la respuesta inmediata será: «la economía». Aunque, al contrario que España, Grecia no ha entrado técnicamente en recesión, eso no significa que su economía esté aguantando bien la crisis.

DIFERENCIAS SOCIALES / El comercio marítimo, el turismo y la construcción se han hundido durante este último año y las diferencias sociales han crecido hasta convertir a Grecia en el cuarto país con más desigualdades de la UE, y todo ello a pesar de ser el principal beneficiario de las ayudas comunitarias. Al último gran mítin de Papandreu en Atenas, el jueves por la noche, acudieron miles de personas que abarrotaron la larga avenida 28 de Octubre con banderas y camisetas de color verde, el del PASOK, y la alegría de saberse casi ganadores pintada en el rostro. Decenas de puestos ambulantes vendían artículos de propaganda del partido, y otros tantos, mazorcas de maíz hervido y souvlaki, pinchos de carne de cerdo.

Para muchos griegos, el PASOK representa la única posibilidad real de arrebatar el poder a Caramanlis. «Hay muchísimos problemas: las finanzas, la situación económica, la falta de transparencia, la educación. Esperamos que, al menos, el PASOK cambie algo», afirman Jaris, Fotis y Cristina, tres ingenieros en la treintena. María, de 25 años, es una de las miles de jóvenes griegas en busca de trabajo, en otro país donde el empleo basura y el paro se ceban especialmente con los recién licenciados: «Papandreu puede apoyar a la gente y crear nuevos puestos de trabajo, que es lo más necesario».

El PASOK ha presentado un plan de acción para los primeros 100 días de su Gobierno en el que promete inyectar 3.000 millones de euros a la economía y crear varios cientos de miles de puestos de trabajo. Pero parece una tarea complicada para un país con una deuda superior a su PIB y un déficit presupuestario que podría alcanzar el 8%, mientras la UE exige apretarse el cinturón y reducir ese déficit hasta un máximo del 3%. La solución para el Partido Comunista, que será la tercera fuerza política, pasa por ignorar los mandatos de Bruselas, algo que, aunque en menor medida, comparten los izquierdistas de SYRIZA, que entrarán en el Parlamento.

IMPAGO MASIVO DE IMPUESTOS / Papandreu asegura que estimulará la economía elevando los impuestos a los más ricos y a la casi intocable Iglesia ortodoxa, además de luchar contra la evasión fiscal, ya que uno de cada cuatro griegos no paga sus impuestos.

Caramanlis ha reconocido «errores» en su gestión, pero ha pedido un voto de confianza para acometer las reformas económicas necesarias. Según el líder de Nueva Democracia, el programa de Papandreu está «poco definido» y «solo contiene cosas agradables», y acusa al líder socialdemócrata de haber estado «desaparecido» durante el último periodo legislativo. Para los analistas, si el PASOK vence en las elecciones será más por el mal Gobierno de Caramanlis que por méritos propios.

SUBIDA DE LA ULTRADERECHA

El partido ultraderechista LAOS es otro de los beneficiarios del declive del gobierno conservador gracias a la utilización populista del tema de la inmigración clandestina. La llegada de inmigrantes a Grecia se ha incrementado en los últimos años a causa del reforzamiento de la vigilancia costera en España e Italia y en 2008 la policía griega detuvo a 146.000 sin papeles, sobre todo afganos e iraquíes. Dirigido por Giorgios Karatzaferis, ex culturista que fue expulsado de Nueva Democracia en el año 2000, LAOS ha experimentado un gran crecimiento en las últimas elecciones, alcanzando un histórico 7 por ciento en las pasadas europeas. Las encuestas vaticinan que superará el 6 por ciento y se convertirá en la cuarta fuerza política.

Imágenes: (de arriba a abajo) Costas Caramanlis (ND); Giorgos Papandreu (PASOK); Aleka Papariga (Partido Comunista, KKE); Alexis Tsipras (SYRIZA); Giorgos Karatzaferis (LAOS)

02 octubre 2009

Ahtamar, la isla de la reconciliación (El Periódico)

Andrés Mourenza
Van
Desde la orilla se escucha el rumor suave y acompasado de las olas del lago de Van (Turquía), junto al que se levanta la ciudad del mismo nombre, la última gran población antes de llegar a la frontera con Irán. Pululan las abejas, afamadas por su miel, y revolotean las gaviotas a pesar de que estamos a más de 1.700 metros de altura y el mar más cercano se halla a 400 kilómetros.
Cerca de la costa, el agua es de un color turquesa caribeño; hacia el interior se cubre de un azul oscuro y profundo; más allá, sobre las altas montañas que cercan el lago, peladas, agrestes, algunas cubiertas de nieve perpetua, comienza a caer una tormenta gris, empujada por el viento otoñal hacia un bello islote rocoso que sobresale entre las aguas.
Es la isla de Ahtamar, donde según una vieja leyenda armenia habitaba la princesa Tamar, enamorada de un campesino que cada noche cruzaba las aguas del lago para visitarla guiado por una hoguera. Hasta que el padre de la princesa descubrió el amor secreto, apagó la hoguera y el campesino, perdido el rumbo, se ahogó gritando: «¡Ah Tamar!».
Este mágico lugar fue elegido en el siglo X por el rey armenio Gagik I como sede desde donde gobernar su pequeño imperio y, desde entonces, alberga una de las iglesias más bellas que sobreviven en Turquía. Salvada de la demolición en los años 50 por la pluma de un joven kurdo de ideas comunistas y novelista en ciernes, Yasar Kemal, no fue finalmente restaurada hasta el 2007, como un primer paso en la reconciliación entre Turquía y Armenia, dos países largamente enfrentados.
El mismo día en que las balas traidoras de un ultranacionalista acabaron con la vida del periodista turco-armenio Hrant Dink, se publicaba su última columna. En ella denunciaba la restauración de la iglesia de Ahtamar como una «comedia» en la que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan lo único que pretendía era ganar puntos ante la UE. En efecto, aunque a la inauguración asistieron el patriarca armenio y una delegación del Gobierno de Ereván, a la iglesia nunca se le devolvió su cruz original y no fue consagrada como templo sino como museo, en un polémico acto que algunos intelectuales turcos de ideas liberales tacharon de «genocidio cultural».
Hoy los dos países están a punto de restaurar sus maltrechas relaciones y la isla de Ahtamar es un objeto más de atracción turística. Desde el embarcadero parten constantemente barcas cargadas de visitantes y guiadas por los kurdos locales, más bien despreocupados por el simbolismo de ese peñón que sobresale del lago. Cuando el viento otoñal comienza a encabritar las olas y la barquichuela se bambolea como la cáscara de una nuez, el capitán Recep toma el mando. «No hay nada que temer», afirma con su boca torcida por una parálisis, mientras el anterior piloto, mucho más joven, huye atemorizado. Recep sujeta firmemente el timón, abre la ventanilla y enciende tranquilamente un cigarrillo, enfrentándose a las olas del lago. A su lado, una anciana turista surafricana, con los ojos entornados por las arrugas, lo observa sonriendo, admirada por su hombría oriental, sorprendida por su temeridad.

01 octubre 2009

Alcalde de Diyarbakir: La desconfianza dificulta una solución pacífica al conflicto kurdo (EFE-Univisión)

Andrés Mourenza

Diyarbakir

La falta de confianza dificulta la búsqueda de una solución pacífica al conflicto kurdo en Turquía, tras ocho décadas en las que esta minoría no viera nunca cumplirse las promesas hechas por el Gobierno de Ankara, según el alcalde de Diyarbakir, Osman Baydemir. "Durante los últimos ochenta años, no se ha cumplido ninguna promesa hecha a los kurdos por el Estado, ni han tenido lugar avances reales. Y por eso ahora hay un problema de confianza", explica Baydemir en una entrevista a Efe durante la celebración del Foro Social de Mesopotamia en Diyarbakir, la capital oficiosa de los kurdos de Turquía, en el sureste del país. "Tampoco podemos decir que en el tema de la democratización o de los derechos humanos haya habido grandes avances", añade.

"Los kurdos quieren vivir en Turquía con los mismos derechos que los turcos. Vivir su identidad y su cultura libremente y que este derecho sea reconocido por la Constitución", explica este político del Partido de la Sociedad Democrática (DTP, nacionalista kurdo).

Actualmente, los medios de comunicación y la esfera política de Turquía debaten la llamada ´iniciativa kurda´, un proceso iniciado por el gobierno de Recep Tayyip Erdogan dirigido a poner fin a un conflicto que desde 1984 se ha cobrado más de 40.000 vidas entre civiles, militares turcos y militantes del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El líder histórico del PKK, Abdullah Öcalan, condenado a cadena perpetua en la isla-prisión de Imrali, también ha anunciado la publicación de una ´hoja de ruta´ en la que, según se especula, podría ordenar el desarme del grupo kurdo, considerado terrorista en Turquía, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

Baydemir, jurista de profesión, curtido en la defensa de los derechos humanos durante la década de 1990 en el sudeste de Turquía y, posteriormente, abogado defensor de Öcalan tras su captura en 1999, fue elegido alcalde de Diyarbakir por primera vez en 2004 y revalidó su victoria en las pasadas elecciones de marzo, con el 65,6 por ciento de los votos. Esta predilección entre los habitantes de Diyarbakir por Baydemir se explica por el gran carisma del alcalde y por la persecución judicial a la que se ha visto sometido a causa de su defensa de la cultura kurda.

Considerado por los nacionalistas turcos como un "amigo de los terroristas del PKK", Baydemir acumula cientos de juicios contra su persona, algunos de ellos por apología del terrorismo, pero la mayoría por usar la lengua kurda. Una de las últimas causas contra el alcalde de Diyarbakir, que fue archivada a petición del Ministerio de Justicia, fue debida al envío de felicitaciones de Año Nuevo que utilizaban las letras ´w´, ´q´ y ´x´, presentes en el alfabeto kurdo pero no en el turco. "Los fiscales piden en total 283 años de cárcel para mí y el 70 por ciento de esas penas son por utilizar el kurdo", cuenta.

A pesar de que la prohibición de expresarse en kurdo se levantó en 1991, esta lengua hablada por casi un 20 por ciento de la población de Turquía "aún está vetada en la esfera pública", denuncia el alcalde. Con todo, gracias a los esfuerzos de Turquía por buscar el visto bueno de Bruselas para adherirse a la UE con reformas de las leyes turcas siguiendo el acervo comunitario, el Gobierno de Ankara ha permitido en los últimos años la apertura de canales privados y públicos en kurdo, así como la enseñanza privada de este idioma, pero ello no es suficiente para el político del DTP.

"En la cárcel de Diyarbakir y en las cárceles de la región se encuentran cerca de 300 menores de 14, 15 ó 17 años, que se enfrentan a penas de hasta 30 años de cárcel por el simple hecho de participar en manifestaciones, hacer el signo de la victoria, corear eslóganes o tirar piedras. En esta atmósfera política nos encontramos", critica.

Por ello, la alcaldía de Diyarbakir ha puesto en marcha un modelo de administración participativa único en una región castigada por la pobreza, además de ofrecer sus servicios en lengua turca y kurda, que sirva de modelo alternativo al poder central del gobierno de Ankara. "En 10 años de gobierno (del DTP en las alcaldías de la región) hemos conseguido dar a la población cuatro o cinco veces más servicios que durante el resto de los 80 años de la República de Turquía", se felicita el alcalde.

28 septiembre 2009

El sistema de guardias paramilitares divide a los kurdos sobre la solución al conflicto (EFE - Telecinco)

Andrés Mourenza
Bingöl
En Turquía se ha desatado un debate sobre la necesidad de desarmar al cuerpo paramilitar de los Guardias Rurales, uno de los principales escollos para encontrar una solución al conflicto kurdo ya que su existencia divide a parte de la población en las provincias orientales del país.

Actualmente, hay más de 80.000 guardias rurales, de los que 27.000 son voluntarios y el resto reciben un salario del Estado. La Gendarmería les provee de un fusil Kalashnikov y los utiliza, por su conocimiento de la región, como guías y traductores en las operaciones militares y como vigilantes de caminos. Pero, desde la masacre en mayo pasado de 44 personas de una familia durante una boda en la provincia de Mardin a manos de guardias rurales, este cuerpo de kurdos leales a Ankara instaurado en 1985 para luchar contra el grupo armado PKK ha sido fuertemente criticado.

Yasettin Kesin es uno de estos guardias rurales: en 1985, tras oír noticias sobre asaltos, matanzas y secuestros cometidos por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que un año antes se había alzado en armas para reclamar la independencia de los kurdos, decidió entrar en el cuerpo para defender su pueblo.En su aldea de las montañas de la provincia de Bingöl (Anatolia Oriental), la mayoría siguieron el mismo camino, no sólo por razones de seguridad sino porque, en una región castigada por el desempleo y la pobreza, un sueldo de unos 250 euros al mes no es desdeñable.

Además, en otros muchos lugares del este y el sudeste de Turquía, donde se concentra la población kurda, el ejército obligó a sus habitantes a tomar las armas contra el PKK o abandonar sus pueblos. "En esta zona nos presionaron para que aceptásemos ser guardias rurales, pero nadie quiso, a excepción de los habitantes de dos aldeas", explica Ferit Çelik, alcalde del distrito de Karliova por el partido nacionalista kurdo DTP.

Bingöl y Karliova están unidos por una carretera sinuosa entre montañas pedregosas a cuyos lados aún se observan grupos de nómadas kurdos que han cambiado las tradicionales ´yurtas´ por tiendas de campaña cedidas por organizaciones humanitarias. "Ahora la situación está más tranquila que hace años", cuenta el anciano Abdülselam, un nómada del clan Berita, que en esta época del año abandona el fresco de las alturas, donde se cobijan militantes del PKK, por el abrigo del valle.

Según un informe de la Universidad Atatürk de Erzurum, las aldeas de esta parte del país están compuestas por una sola familia y, debido a ello, sus habitantes actúan siguiendo las normas tradicionales de su familia más que por propio instinto individual. Esta estructura de clan ha sido utilizada por el Estado turco para instaurar el sistema de los guardias rurales, aprovechando las rencillas y los ajustes de cuentas pendientes entre familias. Entre los kurdos nacionalistas, los guardias son marginados por "traidores" y viven bajo la constante amenaza de muerte del PKK, lo que aumenta la espiral de rencor y venganzas.

Las organizaciones de derechos humanos denuncian que al estar protegidos por el Estado, los guardias rurales se sienten impunes a la hora de involucrarse en crímenes y luchas entre clanes. "En Bingöl, en los últimos 20 años, de 3.000 guardias rurales que tenemos, sólo 20 han sido condenados por delitos", destaca el presidente de la Asociación de Mártires de Bingöl, Ziya Sözen, de etnia zaza, un pueblo emparentado con el kurdo. Sözen denuncia que si el gobierno desarma a los guardias rurales, medio millón de personas (entre los paramilitares y sus familias) perderán su medio de subsistencia y que, si se concede una amnistía general a los militantes del PKK, éstos quedarán a merced de las revanchas de los nacionalistas kurdos.

"Nuestros hijos han dado la vida por la patria durante años y ahora (el gobierno) quiere que hagamos las paces con las familias de los terroristas y que recibamos alegremente a esos bandidos de las montañas, simplemente porque afirmen haberse arrepentido. No puedo aceptarlo", añade. "Es cierto que será muy difícil que hagan las paces", reconoce el gobernador provincial, Irfan Balkanlioglu.

Ziya Yener, un ex guardia rural retirado como ´gazi´ (veterano herido en guerra), que tiene la nariz aplastada y le faltan parte de sus dedos a causa de una explosión, asegura que "ningún guardia rural hace su trabajo por los 250 euros que le pagan, sino por la patria; no es por el dinero, sino por el honor".

20 septiembre 2009

¿De qué vive el hombre? Bienal de Arte de Estambul 2009 (EFE - El Financiero)

La undécima edición de la Bienal Internacional de Arte de Estambul abrirá sus puertas mañana con el objetivo de estimular el pensamiento crítico a través de la pregunta "¿qué es lo que mantiene viva a la humanidad?".
Este año, la Bienal presentará 141 proyectos de 70 artistas procedentes de 40 países, entre ellos la española María Ruido, con un vídeo que explora las nuevas prácticas laborales de la economía postindustrial en Barcelona. También estará el colectivo argentino 'Etcétera...', con sus sugerentes "performances" sobre lo que ellos llaman el "movimiento errorista" y la crítica al actual sistema político y económico.
Los comisarios de la muestra son los miembros del colectivo WHW (quién, qué y para quién, por sus siglas inglesas), una organización sin ánimo de lucro formada en 1999 en Zagreb e integrada por Ivet Curlin, Ana Devic, Natasa Ilic, Sabina Sabolovis y Dejan Krsic.
El lema de la bienal ha sido tomado de una canción de la obra "La Ópera de los tres centavos", escrita en 1928 por Bertold Brecht, Elisabeth Hauptmann y Kurt Weill. Y es que el célebre autor comunista alemán y sus reflexiones serán uno de los hilos conductores de la exhibición.
"La aseveración de Brecht: 'un criminal es un burgués y un burgués es un criminal', continúa siendo tan verdadera como entonces", sostiene WHW en la presentación de la Bienal. "Hoy, igual que en aquel tiempo, una de las consecuencias de la crisis económica ha sido el desplazamiento hacia la derecha del electorado (europeo). Por supuesto, nadie sabe cómo se desarrollará esta crisis endémica. Las soluciones no están predeterminadas sino que dependen de las acciones de los actores. De nuestras actividades. O de nuestras pasividades", mantienen los miembros de WHW.
De esta forma, la undécima Bienal de Estambul continúa la senda, abierta por ediciones anteriores, de convertir la mayor exposición artística de Turquía en un foro de expresión y reflexión crítica. La muestra permanecerá abierta hasta el 8 de noviembre y está patrocinada por Koç, uno de los mayores grupos empresariales de Turquía.

04 septiembre 2009

Batumi: la gran fuente de las pequeñas ilusiones (El Periódico)

Andrés Mourenza

«Mierda de Gobierno!», escupe Viktor al ver los precios de la gasolinera. Han vuelto a subir. En el ambiente flota un calor húmedo y Víktor, un taxista de 62 años, conduce su viejo automóvil a lo largo del litoral de la República Autónoma de Adjara, en el suroeste de Georgia, con la camisa abierta sobre el pecho. «En la época de los comunistas toda la costa estaba llena de pensiones, venían rusos e incluso europeos. Ahora a los rusos no les dan visados y hasta las natachas [prostitutas rusas] se fueron a Turquía al abrirse la frontera, hace ya 20 años».

Aun así, Batumi, la capital de Adjara, sigue siendo uno de los centros del escaso turismo que visita Georgia y también uno de los pocos lugares a los que los georgianos se pueden permitir viajar de vacaciones.

Hasta hace unos años, Adjara era el feudo de Aslan Abashidze, apodado el Sultán Rojo porque fue comunista cuando había que serlo, musulmán practicante tras la independencia, capitalista cuando tocaba y siempre atento a que su familia tuviese buenos puestos de mando. Pero el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, se plantó con el Ejército en Batumi para forzar la dimisión del señor de Adjara y colocar a un discípulo suyo.

Lo primero que hizo Saakashvili tras la reconquista fue prometer que convertiría Batumi en el Mónaco del mar Negro, y se puso manos a la obra. Por todos lados surgen edificios en construcción, la mayoría inversiones de empresarios turcos. Incluso ordenó edificar una gigantesca estatua en honor a la heroína mitológica Medea que costó medio millón de euros. La escultura de la amante de Jasón fue polémica, ya que la mitad de los georgianos viven por debajo del umbral de la pobreza, pero para Saakashvili Medea bien valía esa cifra: es el símbolo del encuentro entre la cultura georgiana y Europa y el Gobierno está empeñado en demostrar su europeidad.

Aunque el mayor interés de Batumi es su centro histórico, de aire mestizo y casas de principios del siglo XX, cuando la fiebre del oro negro convirtió al puerto de Batumi en un importante nudo comercial, sus mayores atracciones son la playa y las diversiones veraniegas. Por la noche brillan los neones de las discotecas y los de pequeños locales de tragaperras o salas de póquer. A espaldas de la costa, nubes con formas caprichosas –planas como brumas vespertinas unas, esponjosas otras– se engarzan en las altas montañas de espesos bosques añadiendo al conjunto un toque casi tropical.

En el bulevar cercano al paseo marítimo, los turistas caucásicos se sientan a comer pipas ante una inmensa fuente decorada con estatuas de plástico kitsch. Los chorros de colores se elevan al cielo, acompañados de la potente música que surge de altavoces ocultos entre exóticas especies vegetales de los jardines. Ante tal derroche de agua, luz y sonido, los jóvenes georgianos, que en sus ciudades y pueblos del interior sufren los cortes de agua y las averías de las pobres instalaciones eléctricas, se maravillan. Por eso no es extraño que ellos, que no conocieron los tiempos de cierta bonanza que recuerda el taxista Viktor, hablen de Batumi como si fuera el paraíso.

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Foto: Fuente iluminada del bulevar de Batumi (Álvaro Deprit)

01 septiembre 2009

Los refugiados de Abjasia, enterrados en el olvido (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA
ZESTAPONI (Georgia)
A Valeris Svelidze jamás se le olvidará una fecha: el 27 de septiembre de 1993. Ese día, cuando llegaron a su pueblo las noticias de la caída de Sujumi en manos de los separatistas abjasios, decidió huir. Como otros 200.000 georgianos. Más tarde, los milicianos abjasios, acompañados de partidas de chechenos y cosacos rusos, incendiaron la casa que había sido su hogar.
El relato de Rusiko Beltadze, que parece ya una anciana de cabellos blancos a pesar de contar solo 52 años, no es muy diferente: cuando los abjasios tomaron la bella Sujumi, aquella ciudad famosa por sus playas y sus veraneantes se convirtió en un infierno para los georgianos. Solo le dio tiempo a meter un par de mudas en su bolsa y tomó el primer barco hacia un lugar seguro. Su apartamento fue ocupado por una familia armenia leal a los separatistas.
Los recuerdos de un niño
David, en cambio, tiene más dificultades para recordar. Cuando abandonó Gali en una columna de refugiados apenas tenía 11 años: «Solo recuerdo disparos, bombas, fuego. Personas muertas, muchas personas muertas y tumbadas en las calles».
Valeris, Rusiko y David son refugiados georgianos de la guerra de Abjasia (1992-1993). Oficialmente son desplazados internos (IDP, en su sigla en inglés), porque, también oficialmente, la separatista República de Abjasia sigue formando parte de Georgia. La realidad es que desde hace 16 años no han podido regresar a sus hogares y viven, languidecen, en una vieja residencia de estudiantes de la localidad de Zestaponi. En el interior del destartalado edificio, un olor avinagrado, a podredumbre y orines, emana de los tres cuartos de baño y las tres cocinas que deben compartir 23 familias.
Desde que se levantan por la mañana, esperan. Por la tarde, esperan. Por la noche, duermen y esperan. ¿Pero esperar a qué? Nada, pues nada llega. Es una vida que destroza los nervios a cualquiera. «Estamos sin trabajo, sin dinero, sin miel. Antes de la guerra reparaba electrodomésticos o hacía de albañil, ahora nadie quiere contratarme», explica Valeris. El Gobierno georgiano paga a cada desplazado nueve euros al mes. «Yo me dedico a cuidar de mis hijas, de mi nieto y de mis dos pollos», añade Rusiko.
Tina, una mujer de 73 años, se encara con el funcionario municipal. Le reprocha que el Gobierno de Mijail Saakashvili los tenga olvidados. Viste de luto riguroso. Su historia, por trágica, vence a la de todos sus vecinos: su primer hijo murió en combate y no sabe donde está enterrado; el segundo emigró a Rusia, pero falleció de un ataque cardiaco cuando Vladimir Putin expulsó a todos los georgianos; su hermana quedó atrapada en Ochamchira y jamás la volvió a ver.
«La situación de los refugiados de la guerra de Abjasia es espeluznante. Malviven en viejos e insanos edificios. Ahora se están construyendo instalaciones para alojarlos pero, tras la guerra en Osetia del Sur, no saben si serán para ellos o para los nuevos refugiados, por lo que hay mucha tensión entre ambos grupos», cuenta un miembro español de la Misión de Observadores de la Unión Europea.
Tras el conflicto de agosto del 2008, gracias a la ayuda internacional, el Gobierno de Tiflis construyó más de 5.000 viviendas para los 26.000 refugiados georgianos de Osetia. Aunque su situación no es buena y achacan a la belicosidad de Saakashvili el haber perdido sus hogares y trabajos, al menos disfrutan de viviendas con televisión, aire acondicionado, huerto y condiciones higiénicas aceptables.
Regreso imposible
«Lo único bueno de esta última guerra ha sido que, después de tantos años, se han empezado a acordar de nosotros», opina Rusiko. Sin embargo, las autoridades abjasias consideran «muy difícil» que los refugiados georgianos puedan volver a Abjasia, porque se les acusa de haber comenzado la guerra. Pero aún así, aunque sepan que es imposible, todos albergan el secreto deseo de volver algún día a sus antiguos hogares.

El joven David ha conseguido un trabajo en la construcción de los nuevos edificios para los refugiados en Zestaponi, pero no es lo que él quiere. No quiere construir otro edificio provisional para su vida de espera. Quiere construir una vida normal. «Volver a casa, conseguir un buen trabajo, casarme con una bella chica». Al decir esto, una sonrisa casi imperceptible se dibuja en su rostro.

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Foto: Valeris, Rusiko y el nieto de ésta en la residencia en la que viven como refugiados en Zestaponi, Georgia (Álvaro Deprit)

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El refugio de los uigures (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL

A pesar de sus 72 años, Mahmut Kashgarli conserva unos ojos vivarachos y encendidos, casi de genio de la lámpara, sobre todo mientras cuenta la historia de cómo su familia, al igual que otros muchos uigures del Turquistán Oriental, como llama a la región de Xinjiang (China), se exiliaron en Turquía.

Era el año 1937. Los independentistas uigures supervivientes de la República Islámica del Turquistán Oriental (1933-34) se batían contra los nacionalistas chinos. La señora Zeynep Kashgarli pidió a su hijo Davut que la llevase a celebrar la peregrinación ritual a La Meca, que todo musulmán debe realizar una vez en la vida. Davut preparó todo lo necesario para el viaje y se despidió de su hijo, Mahmut, que entonces tenía seis meses. Ignoraba que no volvería a ver a su familia hasta pasados 45 años.

Los Kashgarli emprendieron un largo periplo para evitar conflictos eligiendo la ruta más larga. Penetraron en la Unión Soviética a través de Kirguistán; de allá a Taskent (Kazajistán), Moscú (Rusia) y Odesa (Ucrania). En un vapor cruzaron el Mar Negro, el de Mármara y el Egeo hasta Esmirna (Turquía) y embarcaron hacia Alejandría (Egipto). Alcanzaron primero El Cairo; luego Yida (Arabia Saudí) y, por fin, apareció ante ellos la ciudad sagrada del Islam: La Meca. Pero, al llegar, se dieron cuenta de que el plazo anual de la peregrinación (Hajj) había expirado el día anterior.

¿Qué vamos a hacer, qué vamos a comer, qué vamos a beber?» Zeynep, desolada, lloraba su mala suerte, pero su hijo la convenció para permanecer en La Meca y realizar el ritual al año siguiente. Cuando se disponían a volver, supieron que los chinos habían dominado todo el Turquistán Oriental y las fronteras estaban cerradas. Nunca más regresaron a su tierra.

Mientras, Mahmut creció y estudió en Urumqi. Se licenció, se casó y comenzó a dar clases de Literatura en la Universidad de Xinjiang. «Había presión política y la gente no podía hablar libremente. Comenzaron a castigar a los profesores de la universidad. Se los llevaban y a algunos los torturaron. Estaba preocupado, porque soy una persona que no se calla las cosas», relata Mahmut Kashgarli. Así que decidió exilarse. Tras un año de espera para que las autoridades chinas le diesen un pasaporte, pudo viajar a Estambul y reunirse con su padre. Corría el año 1982.

Desde entonces, Mahmut Kashgarli ha enseñado en las universidades de Turquía uigur y otras lenguas de raíz turca y ha trabajado para la Fundación del Turquistán Oriental, que ayuda a los más de 30.000 uigures que durante el siglo XX se han exiliado en este país.

Las autoridades turcas y, especialmente los partidos islamistas y nacionalistas, se sienten obligados a acogerlos por los lazos religiosos y culturales que los unen: de aquella lejana tierra surgieron los pueblos turcos que acabarían instalándose en este rincón de Europa. Además, tras la firma de los acuerdos de la Organización de Cooperación de Shanghái, los países vecinos se comprometieron con China a deportar a todos los uigures en situación ilegal en su territorio, algo que no hace Turquía. Salvando las distancias, Turquía cumple para los uigures el papel que Nepal ha desempeñado para los tibetanos.

En el centro histórico

En una antigua madraza del siglo XVI, en pleno centro histórico de Estambul, Hamit Göktürk dirige el trabajo de una asociación uigur. «Somos una especie de consulado. Gestionamos los permisos de residencia de nuestros compatriotas, les preparamos para la universidad, les ayudamos económicamente si hace falta». El patio de este bello edificio otomano también sirve de lugar de encuentro y ceremonias, aunque cada vez menos.

Y es que el grado de integración de los uigures en Turquía es muy alto. «Es fácil porque la lengua es muy parecida», opina Mahmut. «Pero no abandonamos el sueño de vivir, algún día, en un Turquistán Oriental libre». Su mujer, Merih, profesora de biología en China y ahora ama de casa, añade: «Los chinos nos pegan y dicen que somos terroristas. Ellos son los verdaderos terroristas. Pero hemos viajado a muchos lugares y ahora sabemos cómo son los países democráticos. Ya no nos pueden engañar».