El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, profundizó ayer su constante guerra con el estamento castrense impidiendo la normal renovación de la cúpula de las Fuerzas Armadas durante la reunión anual del Consejo Militar Supremo.
Se trata de un cónclave rutinario donde se aprueba la sustitución de los mandos del Ejército y un puñado de soldados son expulsados por «contrarrevolucionarios», un término que usan los militares para designar a aquellos con ciertas simpatías islamistas. Sin embargo, esta vez se hizo patente que el Gobierno no iba a dar manos libres a los generales.
Erdogan boicoteó la sesión para mostrar su oposición. En el centro de la polémica estaba la promoción de 11 altos oficiales que reclama un tribunal por su supuesta implicación en el plan golpista Balyoz (Mazo). Desde el punto de vista legal, está permitido ascender a los militares bajo los que pesa una orden de arresto hasta que no haya comenzado el juicio contra ellos, pero el Gobierno de Erdogan no estaba dispuesto a permitir un nueva cúpula militar compuesta de presuntos golpistas contrarios a su figura.
Otro punto de fricción fue el ascenso del actual comandante del Primer Ejército, Hasan Igsiz, al puesto de jefe del Ejército de Tierra, una posición que tradicionalmente da paso a la jefatura del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Mientras se celebraba el Consejo Militar, el fiscal que investiga la trama ultranacionalista Ergenekon llamó a Igsiz a declarar sobre su presunta participación en otro plan destinado a derrocar al Gobierno, algo que ha provocado que el Ejecutivo islamista moderado exija su jubilación inmediata.
En ambos casos Erdogan se salió con la suya: los 11 oficiales no fueron ascendidos e Isik se retirará en septiembre. Pero esto ha causado un vacío de poder en el Ejército de Tierra ya que el hasta ahora comandante, Isik Kosaner, ocupará la jefatura del Estado Mayor en sustitución de Ilker Basbug, que pasa a la reserva.
Si hace unos años era el Ejército el que presionaba al Gobierno para que siguiese sus indicaciones con amenazas de intervención, ayer el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, dio la vuelta a la tortilla y demostró quién manda en Turquía. Los militares, desde luego, cada vez menos.
Si 2009 fue el año de la esperanza en la solución del conflicto kurdo, 2010 es todo lo contrario: los combates han aumentado, los atentados del grupo armado PKK se han recrudecido y el ejército turco ha perdido más de 80 soldados en lo que va de año.
Fiuuuu Pum. Pum. El camarero se asoma a la ventana.“Estos son fuegos artificiales –dice-. Pero antes eran disparos contra la sede del AKP (el partido del primer ministro Recep Tayyip Erdogan)”. En esta época resulta difícil distinguir si lo que rompe el silencio de la noche son los festejos de las bodas o los sonidos de las escaramuzas.
Hakkari, la provincia más sudoriental de Turquía, es uno de los principales teatros donde se libra esta guerra no declarada -que ha dejado 45.000 muertos desde 1984- ya que los rebeldes kurdos utilizan la montañosa frontera para infiltrarse en territorio turco desde sus bases en Irak. Se trata de una región agreste, tanto que los diarios no llegan a la ciudad hasta las tres de la tarde, y tomada por las fuerzas de seguridad, que patrullan noche y día en vehículos blindados.
"La 'iniciativa kurda' (un plan del gobierno de Recep Tayyip Erdogan para solucionar el conflicto kurdo) generó muchas esperanzas, pero se ha demostrado que las medidas no eran suficientes. Además el ejército continúa atacando. La gente está descontenta y por eso el PKK ha retomado los combates", opina un vecino que pide el anonimato. El vicepresidente provincial del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), Adnan Hatiboglu, reconoce que la 'iniciativa kurda' está prácticamente muerta, pero culpa de ello a los jueces por ordenar la detención de cientos de representantes electos y la ilegalización del partido nacionalista kurdo tras acusarle de mantener lazos con el grupo armado PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán). "También el Partido de la Paz y la Democracia (BDP, las nuevas siglas bajo de los nacionalistas kurdos) debería habernos apoyado más", se lamenta.
En el exterior, un furgón policial armado con una metralleta vigila la sede del partido, cuyas ventanas y paredes muestran los agujeros de bala de un ataque del PKK. Ni el Ayuntamiento ni el BDP han condenado el atentado. "Los habitantes de Hakkari no colaboran con nosotros porque temen al PKK o porque simpatizan con él", se queja un oficial de policía.
"Guerrilla, guerrilla". Como si no les importase que Turquía, EEUU y la UE consideren al PKK un grupo terrorista, en el jardín de té de la alcaldía de Hakkari suenan canciones de apoyo al grupo armado. Aquí se sienten fuertes, pues el BDP gobierna con el 80 por ciento de los votos.
Recuerdos de los 90
M. recuerda lo que ha sucedido en cada rincón de Yüksekova, una comarca de la provincia de Hakkari: "En esta orilla del río torturaba la policía en la década de 1990. Esta casa la atacaron los soldados. De esta se llevaron preso a uno y el resto huyó a Irak. Este pueblo lo quemaron los soldados", relata. Son afrentas, abusos, muertos, que los habitantes de estas montañas no olvidan fácilmente. Sólo Yüksekova, de poco más de 60.000 habitantes, ha dado 3.000 mártires -como se llama a los caídos en combate- del PKK.
"Aquí te pueden matar en cualquier momento si entras en una zona militar, las detenciones son arbitrarias y controlan todos nuestros movimientos", denuncia Bedirhan Alkan, miembro de la Asociación Derechos Humanos (IHD) de Yüksekova. Ismail Akbulut, también de IHD, acusa al ejército de mutilar los cadáveres de los militantes del PKK antes de devolverlos a sus familiares, lo que incrementa la rabia y rebeldía de los jóvenes. "En los últimos meses ha aumentado la tensión y tememos que Turquía retroceda a la época de los años 90, y vuelvan los asesinatos por parte del Ejército y la policía", explica.
El gobierno del AKP, islamista moderado pero también profundamente neoliberal, mantiene una política basada en impulsar el desarrollo económico en la región kurda -una de las más subdesarrolladas del país- con la esperanza de que un mayor bienestar distienda también el conflicto. Pero para el teniente de alcalde de Hakkari, Abdullah Kiliç (BDP), ello no basta: "El conflicto no es sólo económico. No exigimos la independencia, pero sí que se respete legalmente nuestra identidad, lengua y cultura".
En una reciente entrevista con la BBC británica, el comandante del PKK Murat Karayilan ofreció el desarme a cambio de mayor autonomía para los kurdos de Turquía y el pasado año, otro de los comandantes del PKK, Bozan Tekin, aseguró a EFE que se darían por satisfechos con un modelo autonómico similar al español.
La mayoría de los dirigentes políticos turcos reconocen que el conflicto kurdo no se puede resolver exclusivamente manu militari, pero el gobierno se niega de momento a "negociar con terroristas". Mientras tanto, en Hakkari, este rincón tan apartado de los pasillos políticos de Ankara, los soldados y los miembros del PKK continúan matándose entre sí.
El puente sobre el Ingur es mucho más que el paso sobre un río. Sus 870 metros de longitud cubiertos de barricadas y bloques de hormigón dan paso a un Estado no reconocido por la comunidad internacional: Abjasia. A un lado del río vigilan los soldados georgianos, mal equipados pese al suministro de EEUU e Israel. Al otro, están los soldados rusos, mejor armados, para evitar que el Ejército de Georgia intente recuperar su antigua provincia por la fuerza.
Como Abjasia, a lo largo de la geografía exsoviética se extienden otros países que formalmente no existen: Osetia del Sur, también desgajada de Georgia en el 2008; Nagorno Karabaj, independizado de Azerbaiyán en 1994; y Transnistria, separada de Moldavia desde 1992. Son estados de facto; es decir que, a pesar de que la mayoría de miembros de la ONU no admite su soberanía, funcionan como estados independientes
LA GUERRA / A nadie se le escapa que el rápido reconocimiento de la independencia de Abjasia por parte de Rusia tras la breve guerra con Georgia de agosto del 2008 tuvo mucho de venganza por la aprobación occidental de la de Kosovo a expensas de Serbia, tradicional aliado de Moscú en los Balcanes. Ahora, el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) avalando la independencia de Kosovo ha sido bien recibido por el Gobierno de Sujumi. «Refuerza el derecho de Abjasia y Osetia del Sur a la autodeterminación», dice Nadir Bitiev, asesor presidencial abjasio.
Osetia del Sur está siguiendo un proceso de integración, sobre todo económica, con Osetia del Norte, situada en la Federación Rusa. En cambio, Abjasia, más celosa de su particular identidad, ha preferido forjar lazos más allá de su vecino del norte, por ejemplo con empresarios de Turquía, donde habita una importante comunidad abjasia. Ambos estados, aún habiendo sido reconocidos por Venezuela, Nicaragua y Nauru, funcionan solo gracias a la ayuda de Moscú. La jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Asthon, exigió la pasada semana a Rusia que retire sus soldados de las dos provincias que, formalmente, aún pertenecen a Georgia. «Necesitamos esas tropas para defendernos», contestó Bitiev.
Además de servir para los tejemanejes políticos de las grandes potencias, este tipo de estados son también utilizados por algunos vecinos como proxy (representante) de alto valor geoestratégico, como es el caso de Armenia y Nagorno Karabaj. Según relata el analista Sergey Minasyan, parte del sistema de misiles antiaéreos S-300 –de fabricación rusa– que posee la República de Armenia está situada en el Karabaj, más cercano a la enemiga Azerbaiyán.
A pesar de ello, ni siquiera Armenia reconoce al Karabaj. «Pero a partir de ahora los mediadores internacionales deberán tener en cuenta la decisión de Kosovo en el caso del Karabaj», argumenta Masilyan. Por eso la sentencia del TIJ no ha sentado nada bien en Azerbaiyán, que niega que sirva de precedente.
«La decisión del TIJ no debería tener un impacto en los movimientos separatistas de otras partes del mundo ya que solo ha considerado que la declaración de independencia no es ilegal, sin pronunciarse sobre el derecho de un territorio a independizarse», dice Paola Gaeta, profesora de Derecho Internacional de la Universidad de Florencia: «Pero será instrumentalizada, porque los políticos siempre usan los documentos legales para sus propios fines».
Lo cierto es que la decisión sobre Kosovo ha creado un precedente, dando alas a los gobiernos separatistas, tal y como reclama Bitiev: «Abjasia no es un territorio georgiano, nunca lo fue ni lo será jamás».
«Se busca mujer que sepa leer el futuro en los posos del café». Este anuncio escrito en claras letras de ordenador en un folio pegado a las paredes del Liceo Galatasaray podría parecer misterioso en cualquier parte del mundo. En Turquía pasa tan desapercibido como aquellos que buscan «un dependiente con experiencia».
La primera vez que lo percibí fue hace un par de años, cuando comenzaba a azotar la crisis, y solo al cabo de unos meses, como si los restauradores hubiesen adivinado el futuro, los locales del animado distrito de Beyoglu comenzaron a llenarse de anuncios que incitaban a los clientes a detenerse regalando una lectura de posos por cada taza de café.
La gente, debieron pensar los dueños de las cafeterías, estaría ansiosa por conocer qué iba a ser de ellos ante la situación financiera global.
Adivinar el destino a través de los posos del café es una antiquísima tradición entre los turcos y otros pueblos del sureste de Europa y de Oriente Próximo. Al terminar el fuerte café turco (que en Grecia se llama griego, chipriota en Chipre y armenio en Armenia) se gira la taza y se deja reposar hasta que los posos se enfrían dibujando formas caprichosas. Entonces, la persona apropiada lee en ellas el destino del bebedor creyente.
El fundador de la República, Mustafá Kemal Atatürk (1881-1938), pretendió a lo largo de su vida acabar con todo tipo de supersticiones y crear un islam ilustrado y racional, algo que chocaba con la esencia misma del hecho religioso, que no es sino una respuesta mágica y organizada al miedo vital del ser humano a la muerte y la finitud.
Antes de que eso ocurriera –nos cuenta el literato español Vicente Blasco Ibáñez sobre su viaje a Estambul en 1907–, existían en el Imperio otomano todo tipo de magos y derviches que curaban con el aliento e incluso el aullido. El mismo escritor acudió al ceremonial de un convento donde un hombre considerado santo curaba a los crédulos caminando sobre ellos.
Pero, a pesar de los mensajes aprendidos en la escuela republicana y laica y a pesar también de las autoridades religiosas musulmanas (que consideran este tipo de asuntos contrario a la ortodoxia del monoteísmo), las supersticiones de los turcos perviven, pues muchas tienen origen en su pasado chamanista y en las lejanas estepas de Asia Central, de donde partieron hace más de 10 siglos.
A (llamémosla así para proteger su anonimato) fue adivina durante un tiempo. Sus predicciones se hicieron tan famosas que empresarios y políticos de todo el país la requerían para que interpretase sus sueños y los posos de sus respectivos cafés. Finalmente, asustada por sus aciertos, dejó el negocio para refugiarse en la fe canónica.
Todo lo contrario que Manuel, a quien visito para probar fortuna. Es un armenio estambulí de aspecto ambiguo y de cuyo cuello penden collares, amuletos y rosarios. Falla en todo lo que se refiere a mi estado familiar y mi trabajo. Solo acierta en que viajaré «a una país de montañas». Quizá porque se trata de Armenia, la tierra de sus ancestros.
Los llamados "grupos de paz" enviados el pasado año a Turquía por la organización armada PKK han regresado al norte de Irak poniendo así fin a la "iniciativa kurda" del gobierno turco, destinada a resolver un conflicto que se ha cobrado unas 45.000 vidas desde 1984. La iniciativa, propuesta el año pasado por el ejecutivo del primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, levantó grandes expectativas entre la población kurda del sudeste de Turquía, oprimida durante años por el nacionalismo de Ankara.
Uno de los mayores símbolos de la reconciliación fue la llegada de un grupo de 34 personas procedentes de las montañas iraquíes de Kandil, donde el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) mantiene su comando central, y del campo de refugiados de Mahmur, también situado en el norte de Irak. Los militantes del PKK, que se entregaron a las autoridades turcas a instancia de su encarcelado líder, Abdullah Öcalan, fueron interrogados por varios magistrados, pero puestos en libertad sin cargos de forma casi inmediata.
Los llegados desde Irak fueron recibidos como héroes por miles de simpatizantes y miembros del Partido de la Sociedad Democrática (DTP), la formación pro-kurda con una veintena de diputados en el Parlamento turco. Sin embargo, las imágenes de la celebración enfurecieron a las asociaciones de víctimas del terrorismo, lo que motivó una nueva investigación judicial.
Los nacionalistas kurdos acusaron al Gobierno de que la "iniciativa" carecía de contenidos y lo cierto es que el ejecutivo del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) apenas tomó más medidas que las de mejorar las condiciones carcelarias de Öcalan y garantizar que los presos pudiesen comunicarse en kurdo. Las reformas exigidas por los kurdos para que la educación pueda ser recibida en su lengua materna no se llegaron a llevar a cabo ya que suponen una "línea roja" para el centralismo de Ankara, aunque sí se abrieron institutos de lengua kurda en diversas universidades.
Por otro lado, el pasado diciembre un grupo autónomo dentro del PKK rompió por su cuenta el alto el fuego que la organización mantenía desde hacía ocho meses con un ataque a un convoy militar en la localidad norteña de Resadiye, matando a 7 soldados. Una semana después, el Tribunal Constitucional recuperó el dossier sobre la ilegalización del DTP, aparcado desde hacia varios años, y ordenó la clausura del partido kurdo (posteriormente refundado como Partido de la Paz y la Democracia, BDP), acusándolo de actividades "separatistas" y de estar "ligado" al PKK.
Tras esta decisión judicial, se desataron los procesos y las detenciones de cientos de representantes electos del DTP, acusados de pertenecer a la Confederación Democrática del Kurdistán (KCK), el entramado político-social bajo el que actúa el PKK. El 6 de abril, la Fiscalía de Diyarbakir pidió el enjuiciamiento de los 30 adultos -los otros cuatro son menores de edad- que formaban parte de los "grupos de paz" del PKK y diez días después uno de ellos fue condenado a 10 meses de prisión por hacer "propaganda" del grupo considerado terrorista. En junio se ordenó prisión preventiva para 10 miembros del grupo, por lo que los restantes decidieron regresar al norte de Irak.
En un comunicado difundido por el PKK, el "grupo de paz" explica: "Esencialmente, el gobierno del AKP ha querido continuar la política de represión política y asimilación social (de los kurdos) que ha llevado a cabo el Estado de Turquía en los últimos 87 años".
Con la llegada de la primavera y el verano se han intensificado los combates entre el ejército turco y el PKK, de un modo en que no se habían visto desde los años 1990. En los últimos tres meses, unos 70 miembros de las fuerzas de seguridad y más de 200 rebeldes kurdos han muerto en los enfrentamientos. Por ello, 650 organizaciones de la sociedad civil hicieron hoy un llamamiento conjunto para que "callen las armas", tanto del ejército como del PKK, pero la esperanza del pasado otoño parece haberse evaporado.
El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, ha mantenido contactos en los últimos días con Hamás para pedirle que contribuya a la reconciliación con el resto de grupos palestinos, especialmente con el movimiento Al Fatah, fundado por Yaser Arafat, informó hoy la agencia de noticias estatal turca Anadolu.
El jefe de la diplomacia turca se reunió ayer en Damasco con Jalid Mashal, jefe del buró político de Hamás y representante del movimiento islamista en Siria, un político con el que Ankara mantiene buenas relaciones. Tras la victoria electoral de Hamás en las elecciones legislativas de 2006 y el enfrentamiento con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) dirigida por Al Fatah en 2007, los territorios palestinos han permanecido divididos en la Franja de Gaza, controlada por los islamistas y bloqueada por Israel, y Cisjordania, donde ejercer el control el grupo laico.
Diversos países, especialmente Qatar y Egipto, han tratado de mediar entre los grupos palestinos enfrentados, aunque Davutoglu, que hasta el pasado año era consejero de política exterior del primer ministro turco, también ha colaborado.
Por otro lado, Davutoglu, que hoy está en Kabul, mantuvo otros importantes encuentros en Damasco en los dos últimos días para tratar de contribuir a la estabilidad en Oriente Próximo.
El ministro turco se reunió con Muqtada Al Sadr, clérigo radical chií y líder del Ejército de Al Mahdi, bien relacionado con Teherán y Hizbulá, y que se opone tanto al anterior régimen de Sadam Husein como a la ocupación estadounidense de Irak y a la actuación de Al Qaeda en el país árabe. Al Sadr comparte con Ankara los temores a que los choques interétnicos y religiosos en el centro y sur del país y la creciente riqueza del norte kurdo, lleven a una desintegración de Irak.
El contenido de la reunión entre Davutoglu y Al Sadr versó, según Anadolu, sobre la formación del gobierno en Irak, pues las elecciones del pasado marzo en ese país no arrojaron un claro vencedor. Los suníes decidieron no boicotear las elecciones como habían hecho anteriormente en protesta por la ocupación de Estados Unidos y votaron mayoritariamente por el Movimiento Nacional Iraquí, del laico Ayad Allawi, que consiguió 91 escaños. Los chiíes, mayoritarios en Irak, concurrieron divididos a las elecciones entre las listas de la Coalición Estado y Ley, del hasta ahora primer ministro Nuri Al Maliki (89 escaños), y la Alianza Nacional Iraquí del islamista chií Ibrahim Al Jaafari (70 escaños). Tampoco los kurdos del norte, que la anterior legislatura habían sido socios de gobierno de Al Maliki, concurrieron con una sola lista, con lo que su peso se ha visto reducido en el Parlamento. Las negociaciones para la formación de Gobierno se han prolongado durante meses sin llegar a un acuerdo y Davutoglu ha instado a Al Sadr a que use su influencia para lograr un compromiso.
Finalmente, Davutoglu se reunió con el presidente sirio, Bashar Al Asad, y el primer ministro libanés, Saad Hariri, para tratar la pacificación entre las diversas facciones del país de los cedros. Según declaró este mes a EFE una fuente del Gobierno turco, Ankara prevé "fuertes tensiones" en Líbano durante el próximo otoño, cuando la ONU desvele el resultado de la investigación sobre el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri, padre del actual jefe de gobierno.
“Spain is an ideal place to begin because there are key elements already in place. We have a substantial body of opinion on our side, good working relations with the press and access to members of the scientific community who do not agree with the excesses of the anti-smoking campaign. Spain offers an additional advantage: regional government is already functioning in that country. Since the trend towards regional government is bound to increase all over Europe, Spain offers good testing grounds for a combined national-regional approach. We could move quite fast in Spain. If we were to implement the Social Acceptability Program here proposed, in no more than six months we would have concrete results which could then be used in other countries and regions to develop programs adapted to their special circumstances"
-Documento interno de Philip Morris sobre las estrategias de oposición a las leyes antitabaco-
Andrés Mourenza
Estambul
Turquía se ha puesto seria con el tabaco. Ayer se cumplió un año de la entrada en vigor de la ley que prohíbe su consumo en todos los bares y restaurantes, muy alejada de la normativa española de veto limitado que, a la espera de que se apruebe su reforma, es utilizada por las tabacaleras como argumento contra las restricciones en otros países. Aunque 9 de cada 10 turcos apoyan la prohibición, ciertas asociaciones de hosteleros no están contentas y la han recurrido ante el Tribunal Constitucional, algo tras lo que la experta turca Elif Dagli, investigadora y presidenta del Comité Nacional sobre Tabaco y Salud, ve la mano de la industria.
En Turquía, con 18 millones de fumadores en la actualidad, la prohibición ha supuesto un descenso del 20% en el consumo de tabaco, mientras las urgencias de los hospitales registran un 33,6% menos de ingresos por infarto de corazón y un 20,5% menos por asma. Pero la medida también ha propiciado pérdidas económicas para las tabacaleras. Turquía, uno de los 10 países que más cigarrillos consumen del mundo, es uno de los trozos más apetecibles del pastel.
«La industria del tabaco está atacando la ley por todos los medios», afirma Dagli y muestra un documento interno de Philip Morris fechado en 1995 en el que ya se preveía el peligro que supondrían las leyes antitabaco para las ventas de la compañía y se nombraba a la Unión de Hoteleros, Operadores e Inversores Turísticos (TUROB) como posible «aliada» en Turquía. «Miembros de TUROB han confesado que recibieron sobornos para proponer que solo se obligase a la instalación de sistemas de ventilación en lugar de la actual ley antitabaco», asegura Dagli.
En noviembre del 2008 tres influyentes columnistas de Turquía –Hincal Uluç del diario Sabah, Mehmet Yimaz de Hürriyet y Güneri Civaoglu de Milliyet– fueron invitados a pasar unos días en Madrid para comprobar cómo funcionaba la norma española. Los organizadores corrieron con todos los gastos: vuelo, alojamiento en el Hotel Ritz, comidas en Zalacaín, Tío Pepe y el Casino de Madrid, además de una noche en el club de alterne Hot. A su vuelta, los tres invitados escribieron artículos en los que alababan la permisiva ley española –aún más permisiva en Madrid por su laxa aplicación– y criticaban la turca, entonces a punto de entrar en vigor.
Los periodistas turcos han alegado que la invitación provenía de hosteleros turcos que temen la pérdida de la clientela fumadora. Pero eso no es razón suficiente para Dagli: «Según las estadísticas del Ministerio de Finanzas, el número de restaurantes y bares que se han visto obligados a cerrar este año es similar al de años anteriores».
Un estudio coordinado por el profesor de la Universidad Complutense Carlos Jiménez Ruiz concluye que las tabacaleras influyeron en la actual legislación española sobre el tabaco –también criticada por la Organización Mundial de la Salud– y que las grandes empresas utilizan España como laboratorio donde probar sus estrategias destinadas a impedir la prohibición total en otros países.
Pero Turquía y España no son los únicos casos. En Holanda, Ton Wurtz, tesorero de la fundación "Salvemos al pequeño empresario", que ha sido una de las puntas de lanza de la oposición a la ley anti-tabaco en ese país, reconoció el pasado año que la industria del cigarrillo le pagaba "unos 50.000 euros al año".
"Esta web ha sido bloqueada por decisión judicial», es el mensaje que recibe a los usuarios turcos de YouTube y de otras miles de páginas de internet. Según Engelliweb.com, las webs censuradas en Turquía en los últimos tres años son 6.522.
La razón subyace en la Ley 5651, impulsada por el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan y aprobada por el Parlamento turco en el 2007, que muchos apodan la ley censura. En principio tenía como objetivo proteger a los usuarios de ciertos contenidos como la pornografía infantil, las apuestas o las drogas. Pero, como un Doctor Jekyll que se transforma en Mr. Hyde, la normativa se ha convertido en un monstruo que está sembrando el terror en internet.
«El objetivo oculto de esta ley es la censura política. Desde su aprobación la censura ha crecido sistemáticamente», opina Yaman Akdeniz, portavoz de Cyber-Rights & Cyber-Liberties. «Entre las webs bloqueadas hay unas 200 que han sido censuradas por razones no especificadas
en la ley 5651. En su mayoría son prokurdas, izquierdistas o contrarias al Gobierno», añade Kerem Altiparmak, profesor de la Universidad de Ankara.
OFENSAS A ATATÜRK / Durante la aprobación parlamentaria de la 5651, la oposición laica añadió a los delitos en internet las ofensas al fundador de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, uno de los aspectos legales que la oenegé Reporteros sin Fronteras considera más problemático. «Si escribo en mi blog 'No me gusta Atatürk' podrían considerarlo un delito», protesta Ahmet Turan Han, miembro del movimiento Jóvenes Civiles.
Precisamente fue Atatürk la excusa para la censura de YouTube. En el 2008, debido a la presencia de varios vídeos cargados por nacionalistas griegos en los que se insultaba al héroe turco, un tribunal decidió el bloqueo de todo YouTube. «Es como si ordenas cerrar toda una biblioteca porque tiene un libro inapropiado», ejemplifica Han.
El pasado junio, los tribunales turcos extendieron el bloqueo a otras 44 direcciones IP (Protocolos de Internet) utilizadas por YouTube y que los turcos usaban para burlar la censura. El problema es que esas IP son compartidas por el buscador Google, propietario de YouTube, lo que ha provocado el mal funcionamiento de diversas utilidades como Google Maps o Google Analytics.
Los controvertidos vídeos han sido eliminados de YouTube o son
inaccesibles desde Turquía, por lo que varios usuarios exigieron ante los tribunales su apertura. Sin embargo, un juez desestimó la demanda alegando que el bloqueo debe continuar hasta que los vídeos contra Atatürk «sean retirados en todo el mundo». El ministro de Comunicación y Transportes, el islamista moderado Binali Yildirim, respondió a las acusaciones de censura arremetiendo contra el motor de búsqueda. «¿Debemos dejar que Google gobierne este país? Esta web está batallando contra la República de Turquía y eso no lo aceptaremos nunca».
Varias asociaciones ultranacionalistas, normalmente opuestas al Gobierno de Erdogan, han exigido el bloqueo total de Google. «Algunos quieren proteger a Atatürk, otros al primer ministro y otros al profeta Mahoma. Todos tienen en común que están contra la libertad de expresión porque no permiten que se critique a su líder», concluye Altiparmak.
La OSCE pide la derogación de la ley por "arbitraria"
"En Turquía existe una cultura de la censura. La mentalidad del Estado es arreglarlo todo a base de prohibiciones", denunia la activista Merve Alici. En los últimos años, el país euroasiático ha sido objeto de duras críticas por sus ataques a la libertad de expresión, debido a los juicios a periodistas en base al polémico artículo 301 que penalizaba las ofensas "a la identidad turca" a la Ley Censura de internet.
Por ello la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha exigido a Turquía la derogación de las leyes que restringen internet por considerarlas "arbitrarias y políticamente motivadas.
"El gobierno tiene una mentalidad paternalista y quiere decidir lo que vemos o no en internet. No se da cuenta de que así vamos camino de convertirnos en un país como Irán o Pakistán", denuncia Yaman Akdeniz.
El ataque a los informadores de la flotilla fue "una violenta violación de los derechos humanos básicos y del derecho a la información", ya que se les requisó el material filmado, las cámaras de vídeo y fotografía, los libros y los documentos que poseían.
Además, fueron retenidos contra su voluntad, sin que se les permitiera telefonear o ponerse en contacto con abogados ni asociaciones de periodistas.
"He estado en situaciones peligrosas en otras ocasiones, pero es la primera vez que me secuestran mientras hago mi trabajo", se quejó el periodista alemán Mario Damolin, que en el momento del abordaje colaboraba para el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Añadió que el valor del material y los equipos "robados" por el ejército israelí asciende a un millón de dólares.
(...)
El italiano Manolo Luppichini aseguró que su cartera no le fue devuelta y enseñó un documento bancario que demuestra que sus tarjetas de crédito fueron usadas los días posteriores al abordaje de la Flotilla, mientras él estaba preso, en territorio israelí.
"Israel sabía que quien gana la guerra informativa gana la guerra y por eso lo primero que hicieron (los soldados israelíes) durante el abordaje fue bloquear los satélites" que portaba el barco Mavi Marmara y requisar el material filmado, dijo Lee.
(versión ampliada del texto preparado para la Agencia EFE)
Turquía no está dispuesta a consentir la presencia del grupo armado kurdo PKK en Irak, desde cuyas bases lanza continuos ataques en territorio turco, y sopesa llevar a cabo una ofensiva en el país vecino, como ya hiciera en febrero de 2008, según diversas fuentes consultadas por Efe.
"Turquía da sus últimos avisos a Irak. Si Irak no hace nada habrá un ataque a las bases del PKK", afirmó en una entrevista con Efe el profesor Mesut Hakki Casim, experto en terrorismo y ex oficial de las Fuerzas Aéreas. También una fuente del Gobierno, que solicitó el anonimato, reconoció, en declaraciones a Efe, que "todas las opciones están sobre la mesa. Si el Gobierno, junto al Ejército, decide que así sea, habrá una operación militar".
En los últimos dos meses, se han incrementado los combates entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las fuerzas de seguridad, con más de 300 víctimas mortales (60 militares y 246 rebeldes kurdos), según cifras oficiales turcas. "Se han acabado las palabras", dijo el lunes pasado el jefe del Estado Mayor, Ilker Basbug, al denunciar que "el norte de Irak es lugar seguro" para el PKK y exigir al Gobierno iraquí actuar contra ese grupo armado.
"No debería sorprendernos que en el plazo de unas semanas, quizás en uno o dos meses, Turquía realice una operación militar dentro de Irak", escribió el analista del diario "Radikal" Murat Yetkin.
Ankara estudia no sólo una posible operación contra las bases fronterizas del PKK, como ya hiciese en 2008, sino también contra el mando central en las montañas Kandil, cien kilómetros al interior de Irak, que sería atacado conjuntamente por las Fuerzas Aéreas y las Fuerzas Especiales del Ejército, según el profesor Casim. El ejército turco ya ha designado un equipo especial destinado a capturar a los principales líderes del PKK en activo: Murat Karayilan, Cemil Bayik y Fehman Hüseyin.
"Ningún país puede convertirse en el campamento de un grupo terrorista que dirige sus ataques al país vecino", avisó el ministro del Interior, Besir Atalay.
Pero la presión no parece hacer mella en Bagdad y las fuerzas armadas iraquíes no actuarán contra el PKK. El portavoz del Gobierno iraquí, Ali Al Dabbagh, instó recientemente a Ankara a solucionar sus problemas dentro del marco del llamado "mecanismo tripartito", que conforman representantes de EEUU, Turquía e Irak. "Para que el problema se resuelva por vías apropiadas se debe seguir buscando una solución (al conflicto kurdo)", dijo Al Dabbagh. De hecho, quien tiene el control real de la región autónoma del Kurdistán iraquí son los 'peshmerga' kurdos y no el Ejército iraquí.
El Consejo de Seguridad Nacional turco decidió el 24 de junio plantear tres opciones a Irak y a Estados Unidos. Según Fikret Bila, un analista conocido por su estrecha relación con el Estado Mayor, esas opciones serían: que Irak neutralice por su cuenta a los militantes del PKK en su territorio; que lo haga junto a EEUU y Turquía o que dé permiso para que el ejército turco se encargue de ello. Se trata de la misma estrategia utilizada en 1998 para forzar a que el Gobierno sirio dejase de dar cobijo al líder histórico del PKK, Abdullah Öcalan, hoy encarcelado a perpetuidad en una prisión turca.
Para el profesor Casim, el PKK se encuentra actualmente en un estado de “colapso” y para evitar más defecciones ha iniciado una nueva ofensiva militar, aprovechando que Turquía pasa por una situación difícil a nivel exterior, además de haber fracasado la llamada “iniciativa kurda” del gobierno de Erdogan, destinada a poner fin a dicho conflicto. Nuevas estimaciones de los servicios secretos turcos reducen el número de milicianos del PKK: si hace unos años se creía que su número era de 7.000 miembros, ahora se calcula en 1.500 militantes activos en el interior de Turquía y otros 2.500 en el exterior, especialmente en el norte de Irak.
Su finaciación proviene, principalmente, del tráfico de estupefacientes en Europa, especialmente en Francia y Alemania. Sin embargo, Casim se pregunta de dónde le llega al PKK el armamento pesado que utiliza. Si en el pasado Siria o incluso Rusia daban apoyo al grupo kurdo pero actualmente han dejado de hacerlo, ahora hay quienes especulan con una posible ayuda indirecta de Israel y Estados Unidos. Esta conexión se debería al supuesto apoyo de ambos gobiernos al PJAK, una organización hermana del PKK que actúa en Irán, y que estaría siendo utilizada para desestabilizar al regímen de la República Islámica, según ha llegado a afirmar Osman Öcalan, hermano del líder histórico del PKK. “Es cierto que los sectores más nacionalistas de Israel apoyan la creación de un estado kurdo independiente en contra de los árabes, pero saben que apoyar al PKK podría volverse en su contra”, afirma Casim.
Lo que subraya Ankara es que el PKK ya no es sólo un problema interno sino una organización terrorista internacional, por lo que exigen a la UE y EEUU, que ya reconocen al grupo como terrorista, que actúen contra los rebeldes kurdos y sus fuentes de financiación. “Nosotros combatimos a Al Qaeda y los talibán en Afganistán, por tanto, siguiendo los pactos de la OTAN, EEUU debería ayudarnos a nosotros contra el PKK. Además, como poder ocupante en Irak, tiene la obligación, según la ley internacional, de actuar contra un grupo que utiliza su suelo para atacar un país vecino”, añade Casim.
En febrero de 2008, tras varios meses de amenazas y bombardeos aéreos a las posiciones del PKK en Irak, cientos de soldados turcos penetraron en territorio iraquí durante ocho días para acabar con las bases del grupo kurdo próximas a la frontera.
El Tribunal Constitucional de Turquía modificó hoy parcialmente la reforma de la Carta Magna aprobada por el gobierno islamista moderado de Recep Tayyip Erdogan el pasado mayo. Según informó el presidente de la corte, Hasim Kiliç, en rueda de prensa en Ankara, el tribunal anuló parcialmente los artículos que pretendían reformar el sistema judicial por encontrarlos contrarios a varios principios inmutables de la Constitución, entre ellos el de la independencia del poder judicial.
Esos artículos reformaban la composición del Tribunal Constitucional y del Consejo Superior de Jueces y Fiscales, similar al Consejo Superior del Poder Judicial en España, introduciendo la elección de sus miembros por el Parlamento, algo que los juristas turcos consideraron que podría politizar la Justicia. El Tribunal Constitucional, en cambio, no tocó otros artículos de la reforma, como los que tratan de la introducción de la figura del Defensor del Pueblo o los que otorgan mayor protección a mujeres y niños.
La sentencia responde a un recurso de inconstitucional presentado por la principal formación de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), de ideología nacionalista y laica.
La reforma había sido aprobada tras varias semanas de polémicas discusiones en el parlamento con los únicos votos del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que gobierna Turquía con mayoría absoluta desde 2002.
La reforma constitucional, con las modificaciones introducidas por el Tribunal Constitucional, será sometida a referéndum, tal y como estaba previsto, el próximo 12 de septiembre.
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El gobierno turco protesta por la sentencia que recorta su reforma constitucional
Andrés Mourenza
Varios representantes del Gobierno turco y del partido islamista moderado gobernante mostraron hoy su rechazo a la sentencia hecha pública ayer por el Tribunal Constitucional que recorta la reforma de la Carta Magna promovida por el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.
El alto tribunal anunció ayer la anulación parcial de dos de los más polémicos e importantes artículos de la modificación constitucional -los referentes a la Justicia- aunque, en una salomónica decisión, rechazó también la completa anulación del paquete de reformas, por lo que éste será sometido a referéndum el próximo 12 de septiembre, tal y como estaba previsto. Lo que critica el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que gobierna Turquía con mayoría absoluta desde 2002, es que los jueces del Tribunal Constitucional sólo tienen competencia para anular las reformas por "defecto de forma" y, según sostienen, en este caso han actuado sobre la "esencia" de la reforma. Sin embargo, los magistrados arguyen que los artículos de la reforma referentes a los cambios en la composición y elección del Tribunal Constitucional y el Consejo Superior de Jueces y Fiscales contribuirían "a politizar la Justicia" y por tanto serían contrarios a los "principios inmutables" de la Constitución, como son el estado de derecho y la separación de poderes.
"El tribunal se ha extralimitado en sus funciones. Esta decisión debilitará la democracia", denunció el presidente del parlamento turco y miembro del AKP, Mehmet Ali Sahin, citado por la televisión CNN-Türk.
En unas declaraciones publicadas hoy por el diario "Milliyet", el ministro de Justicia, Sadullah Ergin, criticó la decisión judicial pues, según dijo, la reforma constitucional pretendía cambiar un sistema judicial "cerrado y basado en castas" por uno "democrático". Además, añadió que el Tribunal Constitucional trata de "luchar contra la voluntad del parlamento", aunque consideró que "el espíritu de la reforma continúa intacto", por lo que llamó a la población a participar en el referéndum del próximo septiembre.
Pero la reforma tampoco ha agradado a la principal formación de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), de ideología nacionalista y laica, que fue el que interpuso el recurso de inconstitucionalidad exigiendo la anulación completa del paquete de reformas. "No estamos satisfechos con la decisión", afirmó hoy en rueda de prensa el líder del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, y llamó a todos los turcos a votar "No" en el referéndum. Aún así, reconoció que Turquía necesita un texto más "moderno" que sustituya a la actual Carta Magna, redactada en 1982 por la Junta Militar, por lo que se comprometió a redactar una nueva en caso de que su partido gane las elecciones del próximo año.
También los diputados ultraderechistas del Partido de Acción Nacionalista (MHP) mostraron su decepción por la decisión y criticaron que se lleve a referéndum una reforma que sólo ha contado con el apoyo del partido en el gobierno.
Representantes de los máximos órganos de la Justicia, conocidos por ser un bastión del laicismo y por su fuerte oposición al gobierno de Erdogan, hicieron patente su disgusto por la decisión. "(La sentencia) no anula todos los puntos de la reforma que creíamos inconstitucionales. Es una pena", manifestó Kadir Özbek, vicepresidente del Consejo Superior de Jueces y Fiscales. "Sin embargo nuestra lucha no ha terminado", avisó por su parte la presidenta de la Asociación de Jueces y Fiscales, Emine Ülker, opuesta al gobierno islamista moderado.
Turquía lanzó un nuevo ultimátum a Israel que puede llevar a la ruptura de relaciones -ya reducidas a la mínima expresión tras el incidente de la llamada 'Flota de la Libertad'-, acabando con una sólida alianza que resultaba clave para la estrategia de Estados Unidos en Oriente Próximo. "Los israelíes tienen tres opciones: o piden perdón o aceptan una investigación internacional e imparcial y sus conclusiones. De otro modo, romperemos nuestras relaciones diplomáticas", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, en declaraciones a la prensa turca.
El pasado sábado el primer ministro israelí, el derechista Benjamín Netanyahu, aseguró que su país no pediría perdón ni otorgaría compensaciones a los heridos y a los familiares de los ocho turcos y un estadounidense de origen turco fallecidos en el ataque a la 'flotilla'.
Hoy, la respuesta del gobierno de Tel Aviv tampoco se hizo esperar. "Quien quiere obtener una disculpa no utiliza amenazas y ultimátums, por lo que parece que lo que los turcos están buscando es otra cosa", declaró a Efe en Jerusalén un responsable gubernamental israelí que pidió no ser identificado.
Más duro fue el Ministro de Asuntos Exteriores israelí, el ultraderechista Avigdor Lieberman, quien aseguró que "quien debe pedir disculpas es Turquía", ya que, según la versión oficial de Israel, los soldados hebreos fueron atacados por "una turba que casi los mata" y hubieron de defenderse.
La principal asociación organizadora de la 'flotilla', IHH, una ONG de inspiración islámica, ha hecho público un informe en el que detalla lo que considera abusos de las Fuerzas Armadas israelíes en el asalto a los barcos, que se produjo en aguas internacionales, por lo que lo ha calificado de "ataque terrorista". Israel no ha accedido a aceptar las investigaciones de una comisión internacional, tal y como exige el gobierno islamista moderado de Ankara, sino que ha establecido una comisión de investigación propia.
En una entrevista con el diario turco 'Milliyet', el ministro israelí de Bienestar y Servicios Sociales, el laborista Isaac Herzog, aseguró que su gobierno se está tomando "muy en serio" la investigación de los hechos y que no cerrará en balde el incidente. Aunque Turquía no otorga mucho valor a las conclusiones de esta investigación interna, Davutoglu aseguró que si ello les lleva a pedir perdón será bienvenida.
Por otro lado, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió el pasado 18 de junio enviar una misión a Israel. "Hemos estado siguiendo los estudios de la misión de la ONU y estableceremos un calendario de acuerdo con ella", explicó el jefe de la diplomacia turca. "La recuperación de las relaciones no será posible si Israel no se disculpa. Aún no hemos establecido un plazo (para que pida perdón). Estamos esperando", añadió.
Lo que sí está decidido, por el momento, es que ningún avión militar israelí podrá sobrevolar el espacio aéreo turco. El pasado 28 de junio, el gobierno de Ankara impidió el paso de un avión de guerra israelí, algo que, según explicó Davutoglu a la prensa turca no es fortuito. "El espacio aéreo de Turquía está completamente cerrado a los aviones militares de Israel. No se trata de una prohibición que hagamos caso por caso, sino de una prohibición total", afirmó. Esta prohibición podría ampliarse a los vuelos civiles en caso de que Turquía cumpla su ultimátum.
El nuevo aviso llega sólo unos días después de la reunión secreta en Bruselas entre Davutoglu y el ministro de Comercio israelí, el laborista Benjamin Ben-Eliezer, para tratar de calmar los ánimos entre dos tradicionales aliados en Oriente Medio. La reunión ha causado una fuerte tensión entre los diversos socios de la coalición de partidos que gobierna Israel ya que, por ejemplo, Lieberman, ministro de Exteriores y jefe del partido ultraderechista Israel Betenu, no fue informado por el primer ministro Netanyahu sobre el encuentro. Sin embargo, los ministros laboristas del gabinete sí que han apoyado el encuentro. "Creo que ha sido un paso positivo y creo que (estas iniciativas) continuarán. (...) Estos temas tienen que ser discutidos cara a cara y en privado", opinó el ministro Herzog.
En Turquía, las duras palabras de Davutoglu se toman como un acto de presión hacia la administración que dirige Barack Obama, que mañana recibirá a Netanyahu en Washington en un encuentro de gran trascendencia política ya que se espera que el presidente estadounidense exija al mandatario israelí que inicie las conversaciones de paz directa con las autoridades palestinas.
El pasado 27 de mayo se cumplieron 50 años del primer golpe de Estado de la democracia turca y el 12 de septiembre se conmemorará el 30º aniversario de la asonada más sangrienta. En ninguno de ellos los militares se privaron de sacar los tanques a la calle, acabando con la democracia al más viejo estilo castrense.
Hace tres años, en el que fue el último intento serio de intervención de las Fuerzas Armadas en la política de Turquía, el rudo general Yasar Büyükanit hizo público el malestar de los militares por la posible elección como presidente del islamista moderado Abdullah Gül a través de un comunicado que colgó a medianoche en la página web del Estado Mayor. Fracasó estrepitosamente y algunos lo bautizaron como el e-golpe. Nadie puede dudar de que Turquía se desarrolla a pasos de gigante en las telecomunicaciones.
Los turcos descubrieron la red social Facebook mucho antes de que se hiciese popular en España. Durante un año, los usuarios de Turquía encabezaban la lista por ver quién creaba más grupos, especialmente dedicados a su fundador, Mustafa Kemal Atatürk, pero también al licor nacional, el raki, o a mil y una protestas. Hoy es el cuarto país con más usuarios: 22,5 millones, solo por detrás de EEUU, el Reino Unido e Indonesia. Uno de cada tres turcos se ha abierto una cuenta en la red social, bien sea desde su ordenador personal, su oficina o los miles de cibercafés que se extienden desde la aldea más cutre de la Anatolia rural a los barrios más chic de Estambul.
Esta imagen de los turcos informatizados choca con la merecida fama censora de ciertas autoridades del país. Desde que en el 2007 se desató un guerra virtual entre internautas nacionalistas griegos y turcos en la web de vídeos Youtube, los jueces de Turquía han ordenado el bloqueo de la popular página varias veces; tantas que los turcos se han habituado a su prohibición. Pero, inconformistas ellos, comenzaron a publicar en la prensa trucos que permiten burlar el bloqueo de las web censuradas. Incluso el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en su habitual estilo soltó: «¿Qué pasa? Yo entro en YouTube, entrad también vosotros». Las visitas se multiplicaron y, pese a la prohibición, YouTube es la quinta web más visitada.
Sin embargo, en las últimas semanas la censura ha vuelto a la carga al expandir el bloqueo a varias utilidades de Google (propietario de YouTube), levantando el temor de que Turquía pueda acabar en el mismo saco que China o Corea del Norte. Una de las reacciones más duras contra las nuevas restricciones llegó del presidente de la República.
No ofreció una rueda de prensa, ni convocó a los periodistas que le siguen habitualmente. No. Usó su cuenta en Twitter: «Buenas noches a todos. A causa de mi apretada agenda no he tenido mucho tiempo de escribir. Pero quiero compartir con ustedes mis opiniones sobre varios temas –posteó a las 20:53 del pasado 10 de junio–. Estoy absolutamente en contra de la censura en internet. He pedido que se busque una solución. Si hace falta, cambiaremos las leyes». De un fracasado e-golpe como el del 2007, no extraña que haya surgido un e-presidente.
Incluyo aquí una versión extendida del artículo aparaecido el pasado día 6 de junio en El Periódico de Catalunya.
Una alianza rota en mil pedazos
ANDRÉS MOURENZA
Estambul
¿Qué hace un niño palestino acarreando un retrato de Recep Tayyip Erdogan por las calles de Gaza? En los últimos años las fotografías del primer ministro turco y las banderas de Turquía se han sumado a la panoplia de símbolos que se enarbolan en las manifestaciones de Oriente Próximo. ¿Por qué?
Los sucesivos encontronazos entre los gobiernos de Ankara y Tel Aviv en los últimos meses han llevado a un enfriamiento de las relaciones entre ambos países, que antaño formaban una sólida alianza, y a un escoramiento pro-palestino del gobierno turco. El violento asalto israelí a la Flota de la Libertad, que navegaba bajo bandera turca, ha llevado casi a la ruptura total. “Esta vez no ha sido como en Davos -cuando Erdogan y el presidente israelí Shimon Peres protagonizaron una airada discusión-, aquí ha habido sangre”, sostiene el presidente del think-tank TÜRKSAM, Sinan Ogan.
La alianza turco-israelí se forjó al calor de la Guerra Fría. Ankara fue la primera capital musulmana en reconocer la existencia del estado hebreo, en 1949, y ambos países se convirtieron en dos peones fundamentales de la estrategia de Estados Unidos en la zona. En la década de 1990, Israel colaboró con Turquía en la lucha contra el grupo armado kurdo PKK.
“El mundo ha cambiado e Israel ya no tiene tanta importancia estratégica para nosotros como antes”, decía meses atrás el responsable de política exterior del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), Suat Kiniklioglu: “No es que Turquía haya dejado de mirar a Occidente para mirar Oriente, simplemente hemos diversificado nuestras relaciones diplomáticas”. Los analistas consultados por este diario coinciden en señalar que tras el abordaje a la flotilla había algo más. “Al atacar un barco de bandera turca, Israel está enviando un mensaje a Turquía sobre su política exterior”, opina Kaan Dilek, del Instituto de Pensamiento Estratégico (SDE).
Desde la llegada al poder del AKP (islamista moderado), el profesor Ahmet Davutoglu, actual ministro de Asuntos Exteriores, ha ingeniado una nueva diplomacia que algunos definen como “neo-otomana”, es decir, que intenta recuperar la influencia de Turquía en los territorios del antiguo Imperio Otomano. Y Oriente Próximo es uno de ellos. “Ankara ha mediado en Irak y Líbano para solucionar sus problemas locales. También ayudó a Siria a integrarse en la comunidad internacional y trato de que Tel Aviv firmara la paz con Damasco. Israel tampoco puede soportar que Ankara haya contribuido a llegar a un acuerdo sobre el contencioso nuclear iraní”, explica Taha Özkan, del centro de investigaciones SETA. “Turquía se ha convertido en un poder regional”.
La invasión israelí de Líbano en 2006 y el ataque a Gaza en 2008 dieron al traste con los esfuerzos turcos por avanzar en la paz de la región y también provocaron la suspensión de una iniciativa de la Cámara de Comercio de Turquía para revitalizar la zona industrial de Erez (Israel) y dar trabajo a los palestinos de la asediada Franja de Gaza.
Hasta ahora, el eslabón más resistente de la alianza turco-israelí eran las relaciones entre sus respectivos ejércitos. Buena parte de los 2,5 millones de dólares de volumen comercial se los lleva la compra de material militar israelí por parte de los generales turcos. El ejército turco vigila su montañosa frontera con Irak, que utiliza el PKK para infiltrase en el país, con aviones no tripulados Heron de fabricación israelí. Los militares judíos hasta ahora entrenaban a sus pilotos en el espacio aéreo turco, en las maniobras Águilas de Anatolia.
Pero la alianza también parece haberse roto por este eslabón. Esta semana, en declaraciones a la cadena NTV, el general turco retirado Necati Özgen consideraba el abordaje israelí “una declaración de guerra”. Aunque el gobierno turco se apresuró a negar que fuese a enviar barcos de guerra a la zona, sí que corroboró que las relaciones se verán reducidas. Los 400.000 turistas israelíes que cada año visitan las costas y bosques de Turquía, buscarán otros lugares, y tampoco los turcos podrán visitar fácilmente Israel ya que su embajada ha informado de que no les concederá visados al menos en un mes.
Muchos árabes han comenzado a ver al primer ministro turco como el único líder regional capaz de plantar cara a Israel, mientras sus propios gobiernos callan ante el sufrimiento palestino. Además, al contrario que la mayoría de regímenes árabes, Erdogan representa a un país democrático con una economía cada vez más desarrollada. “Si EEUU no hace nada por detener este tipo de comportamientos de Israel, también él perderá toda su legitimidad en Oriente Medio”, cree Özhan. Turquía se siente fuerte.
Aquí podéis encontrar los testimonios de los integrantes españoles de la Flota de la Libertad atacada brutalmente por el ejército israelí a su llegada a Estambul, a quienes agradezco enormemente su atención durante su breve estancia en Turquía. Laura, Manuel, David ya están libres. ¡Bienvenidos a casa!
Periodista freelance residente en Estambul y colaborador de diversos medios de comunicación en lengua hispana. He cubierto informaciones relacionadas con Turquía y los países de la región (Irak, Grecia, Chipre, Armenia, Georgia...). Miembro fundador de Eurasianhub.com
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