29 septiembre 2008
La maraña energética del Cáucaso se Tambalea (II): El oleoducto Tamraz y la ruta armenio-turca del oleoducto BTC
28 septiembre 2008
Entrevista al director del Museo del Genocidio Armenio en Ereván
HAYK DEMOYAN
EDAD: 33 AÑOS LUGAR DE NACIMIENTO: GYUMRI (ARMENIA) FORMACIÓN: INVESTIGADOR E HISTORIADOR
Urfa: viaje por tierra de profetas (El Periódico)
"Cada turista es un embajador", saluda a los recién llegados un cartel del ayuntamiento. No va dirigido a los viajeros sino, más bien, a los nativos. Un aviso para que extiendan la legendaria hospitalidad a los turistas. Urfa, la heroica Urfa, la antigua Edesa, no es el principal destino del país y no está muy habituada al extranjero. La vista que se extiende ante mis ojos, un inmenso barranco de roca rojiza, palmeras, casas bajas del color de la tierra, es la postal mental que todos nos hacemos de Oriente Próximo. ¡Estamos en Oriente Próximo! Siria queda apenas a unos 35 kilómetros, Irak a unos 300. El sol de verano pica en el cogote como el famoso isot, el rabioso pimentón local. Afortunadamente, el particular oasis urbano de Urfa es un delicioso parque de sombras vegetales formado por el lago de los peces sagrados y los numerosos santuarios en torno a la cueva donde, según las tradiciones islámica y judaica, nació Abraham, el padre de las llamadas religiones del libro, y murió Job, el santo de la paciencia. Los lugareños explican la historia de Abraham como si lo hubiesen presenciado ellos mismos hace unos días, como si se tratase de una simple riña de vecinos y se hallasen ante las cámaras de la televisión: "Mira, ¿ves ese peñasco? Pues desde allá arrojaron a Abraham", relata Yilmaz, un guía cargante y cojo, educado por el programa municipal de reinserción de personas discapacitadas. "El dinero nos hace falta, pero lo más importante es que los turistas se vayan contentos y hablen de nuestra ciudad", añade con una sonrisa y la mano abierta para recibir una propina en billetes. Este mito de la tradición islámica, no recogido por la Biblia, señala que el malvado rey Nimrod (o Nemrud, el constructor de la Torre de Babel) se dispuso a quemar en la hoguera a Abraham por negarse a adorar a los ídolos de piedra pero los troncos saltaron a un lago y se convirtieron en las gordinflonas carpas que hoy alimentan en un estanque sagrado cientos de peregrinos de la región. Así que, en su honor, la mitad de los habitantes de Urfa se llaman Ibrahim (Abraham) o Halil, de Halilürahman (amigo del Misericordioso), apodo de Abraham. Basta hacer la prueba gritando uno de esos nombres en la calle. "¡Se volverían todos!", ríe Mehmet (Mahoma). En una de las mezquitas, un imán explica que, en tiempos, se encontró el pañuelo enviado por Jesucristo con su cara estampada al rey Abgaro V de Edesa, que sanó de una enfermedad incurable. Es el mítico mandylion, el primer icono del cristianismo y uno de los pocos datados en vida de Jesús (profeta para cristianos y musulmanes). Urfa es en sí un oasis en medio de "la Turquía obsesionada por la modernidad", por decirlo con las palabras del matrimonio turco armenio Nisanyan, autores de las mejores guías del país. Urfa, ciudad de kurdos y árabes. En el dédalo de callejuelas de su bazar, en las mansiones de piedra al estilo de los riyad árabes, en los sabores especiados, en la música, en los hombres y las mujeres cubiertos por velos teñidos de índigo, se perciben otras vidas, otros aromas. Otros colores.
21 septiembre 2008
Dalí a lo grande en Estambul
----------
Estambul abre la mayor exposición en el extranjero de la obra de Dalí (El Periódico, 20/09/08)
- • El prestigioso Museo Sakip Sabanci exhibe hasta el 20 de enero 270 piezas del artista ampurdanés
- • El presidente de Turquía, Abdulá Gül, recorrió la muestra, que fue inaugurada con 700 asistentes
12 septiembre 2008
Cáucaso: El pacto Ruso-Turco por el Cáucaso Sur
Cáucaso: Georgia trata de recobrar la calma un mes después de la guerra (El Periódico)
- Los habitantes de Jobi protestan ante el control militar ruso instalado en las afueras de la ciudad, ayer. Foto: REUTERS / VASILY FEDOSENKO
Ayer, a primera vista, todo parecía normal en la capital de Georgia. Un mes después de que el Gobierno georgiano ordenase tomar por la fuerza las regiones irredentas de Osetia del Sur y Abjazia, a lo que Rusia respondió invadiendo el norte del país, la vida transcurría tranquilamente en las desordenadas calles de Tiflis. Las mujeres vendían vestidos, apetitosos quesos blancos y enormes pepinillos en vinagre, y la mayor iglesia del país, Sameva, construida hace solo cuatro años, estaba repleta sobre todo de mujeres jóvenes (los georgianos son un pueblo muy religioso). Como siempre. Tan solo algunos panfletos pidiendo ayuda para los refugiados, los soldados de permiso en los vagones del metro y los carteles en algunos autobuses urbanos de la campaña ¡Stop Rusia!: Detengamos la agresión rusa contra Georgia recordaban la guerra que sacudió el Cáucaso el pasado agosto. BAILE DE CIFRAS Pero las consecuencias están ahí. En declaraciones al semanario Georgian Journal, el presidente de la comisión parlamentaria sobre las reparaciones de guerra, Shota Molashjia, estimó en 28,3 millones de euros las pérdidas provocadas por el conflicto, aunque otras instituciones elevan esta cifra hasta los 708,6 millones de euros. "Aún estamos calculando los resultados de la reciente agresión, pero por el momento podemos decir que las perdidas serán del doble que en el conflicto con Abjazia de 1992-93", añadió Molashjia. Precisamente, los empresarios de Armenia, la vecina del sur cuyo abastecimiento depende de la estabilidad de Georgia, echan en cara a Tiflis haber cometido el mismo error que en 1992: provocar a Rusia. Los bancos, a instancia de la Agencia Financiera Georgiana, han decidido no realizar nuevos préstamos a sus clientes por la urgente necesidad del Gobierno de dinero líquido para la reconstrucción del país. El comercio por la carretera que comunica el este y el oeste del país y el transporte por ferrocarril se reanudaron hace dos semanas y se han retomado las privatizaciones, pero aún pasará tiempo hasta que la economía se recupere. "En las ciudades hemos vuelto a la normalidad, pero en los lugares donde aún quedan soldados rusos se quejan de que les roban la comida", explica Mijail Lomtazde, un abogado de Tiflis que durante el conflicto permaneció resguardado en su pueblo natal de la República Autónoma de Adjaria. Unos 10 kilómetros al oeste de Tiflis se encuentra el valle de Mtsieta, la antigua capital medieval de Georgia y el único paso hacia Tiflis entre las montañas. Allí se fortificó el Ejército georgiano en espera de una eventual invasión rusa de la capital, que no sucedió. Ayer solo quedaban un par de tanques al pie de la iglesia de Ivari, una de las más antiguas del país, y solo deambulaban por allí el párroco, un vendedor de flores y unos pocos visitantes. Ahora el Gobierno del presidente Mijail Saakashvili vuelve a centrarse en sus mensajes a favor del desarrollo, el neoliberalismo y la "integración con Occidente". "Creo que lo está haciendo bien y que nos lleva hacia Europa. Pero no satisface a todos. Ni a los tradicionalistas, porque creen que así perderemos nuestra esencia, ni a los que tienen nostalgia de la URSS", explica Lomtazde. A pesar de las proclamas, Georgia sigue siendo un país rural y pobre. Fuera de Tiflis, la gente camina con sus herramientas hacia los campos de labor, los soldados de frontera vigilan en desastradas garitas, los capitalinos trabajan entre lo que fueron bellos edificios que necesitan una urgente reconstrucción. Sobre todos ellos se alza un inmenso huevo de cristal ultramoderno: es la residencia de Saakashvili.
La visita de presidente turco Gül a Armenia deja esperanzadas a ambas partes (EFE-Terra 07/09/2008)
La visita a Armenia del presidente de Turquía, Abdullah Gül, para asistir al partido de fútbol entre ambas selecciones, abrió la posibilidad de que en un futuro puedan restablecerse relaciones diplomáticas entre dos países que tienen la frontera cerrada desde 1993.
Cáucaso: acercamiento entre Turquía y Armenia I
Por Andrés Mourenza
Ereván, (EFE).- El presidente turco, Abdullah Gül, se convirtió hoy en el primer jefe de Estado de Turquía en visitar Armenia, algo que, según analistas de ambos países, podría abrir una nueva etapa en las relaciones en el Cáucaso, una zona de gran importancia energética y geoestratégica. Turquía fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Armenia tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, pero el conflicto que enfrentó entre 1993 y 1994 a Armenia y Azerbaiyán por Nagorno-Karabaj llevó a la ruptura de las relaciones y al bloqueo de las fronteras de Armenia por parte de Turquía y Azerbaiyán. Además, turcos y armenios mantienen una fuerte disputa en torno a la matanza de cientos de miles de armenios en 1915 a manos del Imperio Otomano, antecesor de Turquía, que Ereván considera un "genocidio", algo que Ankara rechaza. Por eso, poco antes de partir hacia la capital armenia, Ereván, Gül deseó que su histórica visita a Armenia para asistir al encuentro de fútbol que ambas selecciones disputan hoy suponga un acercamiento entre los países vecinos. El jefe de estado turco llegó a media tarde a Armenia, donde se entrevistó con su homólogo Serge Sargisián y la delegación turca encabezada por el ministro de Exteriores, Ali Babacan, hizo lo propio con la diplomacia armenia. El objetivo de esta visita, aplaudida por la Unión Europea y Estados Unidos, es abrir un canal de diálogo que ha permanecido prácticamente cerrado durante 15 años (con la salvedad de contactos diplomáticos esporádicos en terceros países) y que el deshielo en las relaciones bilaterales lleve a una reapertura de fronteras que tendría una fuerte influencia en toda la zona del Cáucaso. Según el columnista Yavuz Baydar, del diario turco 'Sabah', "la situación de la región es urgente y le interesa a todos los vecinos de la zona. Por eso ahora es más fácil que se encuentre una base común de entendimiento que asegure la paz y la estabilidad en el Cáucaso". La periodista de investigación armenia Laura Baghdasaryan, directora del centro de estudios caucásicos 'Region', explicó a EFE que el acercamiento entre Turquía y Armenia hay que ligarlo al giro de los acontecimientos en los últimos meses. Según esta analista, comenzó a gestarse hace unos meses en relación a los acontecimientos de Moscú, cuando tras una visita del presidente ruso, Dimitri Medvedev, a Azerbaiyán, se reforzaron los lazos energéticos entre estos dos países. Entonces, el presidente armenio, Serge Sargisián, envió la invitación a su homólogo turco para acercarse a Ankara, tradicional valedor de Bakú en la región, como Moscú lo es de Ereván. "Es una cuestión normal porque Armenia y Azerbaiyán siempre persiguen equilibrar la balanza geoestratégica cuando uno de los dos países ha dado un paso adelante", relató. Otro elemento que ha hecho irrupción en el 'ajedrez caucásico' es la guerra ruso-georgiana del pasado agosto, que ha empujado a Gül a aceptar la invitación de Ereván, según Baghdasaryan. La prensa armenia pro-rusa mantiene que la guerra entre Rusia y Georgia ha supuesto un duro golpe para la influencia turca en la región, por lo que, aumentando sus relaciones económicas y políticas con Armenia, donde existe también una fuerte presencia militar rusa, Ankara conseguiría retomar una importante posición como actor regional. En Armenia sorprendió la posición neutral que tomó Turquía durante el conflicto y que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, volara a Moscú y Tiflis para proponer una Plataforma de Estabilidad y Cooperación en el Cáucaso. "Hay que entender que Turquía, aunque es un importante aliado de Occidente y miembro de la OTAN, tiene sus propios intereses regionales, como se vio con la posición (contraria) que tomó en la Guerra de Irak", explicó. "Tras la invasión estadounidense, Ankara teme el surgimiento de un Kurdistán independiente y eso le ha hecho acercarse un poco a Rusia y no intervenir a favor de Georgia", analizó Baghdasaryan. Aún así, esta investigadora prevé nuevos enfrentamientos en el Cáucaso meridional, ya que se trata de una región de países pequeños atrapada entre la presión de dos superpoderes -Rusia y Estados Unidos- y con varios conflictos latentes: el enfrentamiento por Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán, la lucha de Rusia y Georgia por las regiones de Osetia del Sur y Abjazia y las relaciones congeladas entre Turquía y Armenia. Aunque no es optimista respecto a los resultados tangibles de la Plataforma propuesta por Erdogan, Baghdasaryan cree que "Turquía puede jugar un rol estabilizador en el Cáucaso, siempre y cuando mejore sus relaciones con Armenia".
La 'diplomacia del fútbol' tiende puentes entre Turquía y Armenia (El Periódico, 07/09/2008)
- • Los presidentes de los dos países asisten juntos a un partido e inician el deshielo
- • La mejora de las relaciones de los dos vecinos es clave para estabilizar la región
El fútbol ha demostrado ser un deporte diplomático", decía Turgan, un joven turco, en la capital armenia, Ereván, horas antes del inicio del histórico partido entre las selecciones de Armenia y Turquía. El primer encuentro de la historia entre ambos equipos se ha convertido en la oportunidad para descongelar las relaciones entre los dos vecinos. El presidente turco, Abdulá Gül, llegó ayer a Ereván invitado por su homólogo armenio, Serj Sarkisian, para asistir al partido y discutir un posible acercamiento entre Turquía y Armenia en el marco de la actual situación en el Cáucaso, una región clave para el tránsito de la energía hacia Europa. "Tenemos la voluntad política de resolver nuestras diferencias", afirmaron ambos mandatarios. Los resultados de esta diplomacia del fútbol se irán viendo poco a poco, pero el viaje de Gül es ya considerado un éxito, puesto que se trata de la primera visita de un presidente turco a Armenia. A su vez, Gül invitó a Sarkisian al partido de vuelta. PLATAFORMA REGIONAL Las delegaciones turca y armenia discutieron también la propuesta de Ankara de establecer una plataforma de estabilidad y cooperación en el Cáucaso formada por Turquía, Rusia, Azerbaiyán, Armenia y Georgia para evitar el estallido de nuevos conflictos en la región. El comisario de Ampliación de la Unión Europea, Olli Rehn, aplaudió los esfuerzos de Turquía por mediar en las crisis del Cáucaso y Oriente Próximo e instó a que se reconcilie con Armenia, una de las condiciones para su acceso a la UE. Con todo, Gül no tuvo un viaje fácil, pues hubo de enfrentarse a grupos de nacionalistas armenios y a la oposición interna de los nacionalistas turcos, y la selección de Turquía fue pitada con fuerza durante todo el partido. "Sabemos que hay oposición, pero creemos que se puede superar con el diálogo. Eso es lo más importante que puede aportar esta visita", afirmó Pinar, quien, como Turgan, forma parte de la plataforma turca Jóvenes Civiles, que viajó a Ereván para asistir al encuentro con colegas armenios y dar un ejemplo de amistad entre pueblos. Entre bambalinas también se movían ayer los contactos económicos, con la presencia de destacados hombres de negocios de la comunidad armenia de Turquía, que presiona a ambos gobiernos para que se reabra la frontera. Armenia tiene cerrados el 80% de sus límites territoriales desde 1993 a causa del bloqueo de Turquía y Azerbaiyán. Las únicas salidas por tierra del país son, al sur, Irán (con el que está reforzando las relaciones) y, al norte, Georgia, su frontera más importante, ya que desde allí llegan las indispensables mercancías de Rusia. "Con la guerra entre Rusia y Georgia vivimos momentos de crisis, ya que no llegaba gasolina ni pan. Dependemos de que las relaciones ruso-georgianas marchen bien", explicó Liana Sayadyan, periodista del diario armenio Hetq. PRECARIEDAD Esta semana, el diario armenio Haykakan Zhamanak ironizaba con que si Moscú bloquea las carreteras en dirección a Georgia, los aviones rusos deberán lanzar ayuda humanitaria sobre Armenia. Según la analista Laura Baghdasaryan, la apertura de la frontera y de las líneas férreas entre Turquía y Armenia repercutiría muy positivamente en la economía a ambos lados de la frontera y en todo el Cáucaso, ya que si Ankara y Ereván recomponen sus relaciones, "Turquía ejercerá un papel muy importante en la estabilidad regional". En el campo, Turquía ganó por 0-2, pero lo importante, según el Gobierno armenio, fue que en política ganaron "todos".
Estambul con ajo y embuchados
- Un puesto de kokoreç.
El travesti, con una capa de maquillaje de un dedo de grosor ocultando sus duras facciones --y lo que por la mañana sería una hirsuta barba-- y unos pechos abultados de papel higiénico o calcetines, entró en la fonda y con acento callejero y duro vozarrón pidió: "¡Un bocata de embuchados!". El extranjero no podría menos que levantar la vista y disimular una sonrisa, pero los comensales, proletarios y habituados al panorama, siguieron hurgando en las sopas de callos con mucho ajo. A lo largo del decadente bulevar de Tarlabasi, donde las prostitutas esperan junto a la parada de autobús desde por la mañana, algunos kurdos pasan cantando provocativamente frente a la comisaría del distrito, blindada como para una guerra, los taxistas se desesperan y huele a embuchados de cordero. Los edificios son viejas mansiones del siglo XIX, ocupados ahora por familias y familias de clase media-baja y, claro, sus paredes reumáticas absorben el olor de los cocidos y las frituras de las tripas de oveja, además del hedor dulzón de la basura pudriéndose en la calle cuando los camiones de limpieza del ayuntamiento se demoran. En los hornos de estos restaurantes, las madejas de tripas de cordero (kokoreç, en turco) giran y giran tostándose al fuego. La grasa cae sobre el carbón elevando por el aire el sabroso tufillo de la carne. No se diferencian de los embuchados del norte de España, los zarajos de Cuenca, las gallinejas de Madrid, la pajata de Roma o los kokoreti griegos. Troceados, acompañados de tomate y pimiento crudos y espolvoreados con orégano y pimentón picante, son un buen bocado para ahogar los tragos de la noche. De ahí que no sea extraño ver los puestos de kokoreç cerca de las cervecerías. Los alemanes, que son más de chucrut (col fermentada), siempre han acusado de apestar a ajo a sus turcos, también a Günter Wallraff cuando se disfrazó de inmigrante anatolio para airear las miserias de la sociedad germana con su monumental Cabeza de turco. El mismo sambenito que pesaba sobre los inmigrantes españoles en el centro de Europa. Insultos para pobres. Las comidas de esta parte de Europa siempre les han parecido demasiado fuertes a los del norte, al menos hasta la aparición del döner-kebab. Quizás por eso, por temor a los gustos de los europeos del norte, desde hace unos años, se extendió un curioso rumor. "¿Sabes? Si entramos en la Unión Europea, prohibirán los kokoreç", me decía una estudiante universitaria hace unos años. "Pues si van a prohibir los kokoreç, prefiero que no seamos parte de la UE", aseguraba otro. Cuando el Gobierno desveló su plan de reformas para adecuar la legislación turca a la comunitaria, aseguró que los embuchados no son contrarios a la europeidad. Aquellos en la disyuntiva de optar entre la Unión y las tripas de cordero pueden respirar tranquilos. El ministro de Agricultura y Asuntos Rurales, Mehdi Eker, lo dejó bien claro: "¿Había antes döner-kebab en Europa? A Europa le encantó el döner y el sector tiene unos ingresos de 2.800 millones de euros. Como el döner, los kokoreç entrarán en la UE".
Se retoma el proceso de paz en Chipre
Chipre estrena un "histórico" diálogo para reunificar la isla (El Periódico, 4/09/2008)
- • Grecochipriotas y turcochipriotas confían en un acuerdo antes de fin de año
Los líderes grecochipriota, Dimitris Christofias, y turcochipriota, Mehmet Alí Talat, lanzaron ayer el proceso de negociación para acabar con la división de Chipre. En un ambiente optimista, según ambas partes, los presidentes del sur y el norte de la isla mantuvieron una entrevista de varias horas en el antiguo aeropuerto de Nicosia, un edificio ruinoso desde los enfrentamientos interétnicos de los años 70, situado en zona de nadie y controlado por la fuerza de pacificación de la ONU. Talat y Christofias se mostraron de acuerdo en que el proceso de paz, enésimo intento por llegar a un acuerdo desde la división de 1974, llegará a buen puerto en breve. Para el turcochipriota, las negociaciones podrían concluirse "antes de fin de año", aunque según el Gobierno grecochipriota no se pueden establecer plazos. Con todo, el enviado especial de las Naciones Unidas para la cuestión de Chipre, el australiano Alexander Downer, calificó el encuentro de "día histórico para Chipre". En esta ocasión, los analistas turcos y griegos señalan que existen claras posibilidades de conseguir un arreglo satisfactorio debido a la camaradería entre ambos líderes y su postura favorable a la reunificación y por la coyuntura internacional. El Gobierno turcochipriota (solo reconocido por Ankara) se apoya en las proclamaciones unilaterales de independencia de Kosovo, Osetia del Sur y Abjasia para presionar a la República de Chipre, que había permanecido a la defensiva en las negociaciones desde que pasó a ser miembro de la UE en el 2004. La táctica de Talat es aprovechar el miedo que levanta el precedente de estos tres territorios secesionistas y forzar a los grecochipriotas a negociar una solución rápidamente. SISTEMA CADUCO "No ha habido sorpresas. Ha sido como siempre", describió Christofias, quien subrayó que el peso de las negociaciones lo llevan los grupos de trabajo establecidos por las dos partes en marzo que intentan acercar posiciones en temas que aún provocan división. La cuestión más espinosa resulta la presencia de 40.000 soldados turcos en el norte de la isla desde 1974. El Gobierno grecochipriota exige que los ejércitos extranjeros (Turquía y Grecia) abandonen el país y que se elimine el sistema de estados garantes (Turquía, Grecia y Gran Bretaña), vigente desde 1960, algo a lo que se oponen los turcochipriotas. Lo que sí parece claro es la organización que tomará el nuevo estado tras la eventual reunificación: será una entidad federal y bicomunal. El próximo día 11 de septiembre, Christofias y Talat volverán a reunirse para discutir la formación de Gobierno y el reparto de poderes en el nuevo estado chipriota.
3/9/2008
ENTREVISTA CON MEHMET ALÍ TALAT, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA TURCA DEL NORTE DE CHIPRE
Mehmet Alí Talat: "No nos fiamos de los grecochipriotas" (El Periódico)
- Mehmet Alí Talat.
EDAD 56 AÑOS PROFESIÓN INGENIERO ELECTRÓNICO LUGAR DE NACIMIENTO KYRENIA ESTADO CIVIL CASADO Y PADRE DE DOS HIJOS La vida de Mehmet Ali Talat ha transcurrido siempre inmersa en los enfrentamientos entre las comunidades griega y turca de Chipre. Su elección como presidente de la República Turca del Norte de Chipre (TRNC, solo reconocida internacionalmente por Ankara), en sustitución del nacionalista Rauf Denktas, además de su pasado comunista, igual que el presidente grecochipriota, Demetris Christofias, hacen pensar que las negociaciones para la reunificación de Chipre que se retoman hoy podrían llegar a buen puerto. --¿Cómo vive la gente en un país que, formalmente, no existe? --Es difícil y por eso nos quejamos. Nuestro aislamiento es injusto e inmerecido. Lo único que nos alivia es la ayuda de Turquía. Sin su apoyo no podríamos vivir. --¿En qué punto se encuentran las negociaciones con la República de Chipre y los grecochipriotas? --Si los grecochipriotas deseasen una solución global ya la tendríamos. Pero tienen que estar preparados para compartir el poder con los turcochipriotas. Deben ser más flexibles. La ONU ha establecido una serie de parámetros para conseguir una solución: compartir poderes, igualdad política y una visión común para un nuevo Estado. Pero lo más difícil es el tema de la propiedad. --En el norte de Chipre se están vendiendo a extranjeros propiedades que pertenecen a refugiados grecochipriotas, ¿qué pasará cuando se logre la reunificación y los refugiados regresen? --Hay tres soluciones: la compensación económica; el intercambio entre la propiedad que abandonaron los refugiados turcochipriotas en el sur por la abandonada por los refugiados grecochipriotas en el norte o la restitución de las propiedades. --Usted critica la actitud negativa de los grecochipriotas en el diálogo y ellos le reprochan lo mismo. ¿Cómo llegar a la reunificación? --En el 2004 fuimos todos a las urnas para votar el plan de la ONU para la reunificación. Nosotros lo apoyamos y ellos no. La responsabilidad de que no haya una solución es de ellos. --¿Jugará el Ejército turco algún papel en la resolución del conflicto? --No lo creo. Nuestro interlocutor es el Gobierno turco, no el Ejército. --La TRNC depende económicamente de Turquía. Unos 40.000 soldados turcos permanecen en el norte de Chipre ¿Su Gobierno es independiente para negociar? --Casi ningún Gobierno es del todo independiente de otros países. Por ejemplo, el Gobierno grecochipriota depende de Grecia, de la UE y de los tratados internacionales. Nosotros jugamos con una gran desventaja y es que tan solo nos apoya Turquía. --¿No cree que ha sido la injerencia de los países garantes (Grecia, Turquía y Gran Bretaña) la que ha llevado a la división de la isla? --Sí. Creo que han tenido mucha culpa. Grecia fue la culpable del golpe de Estado del 74 y de las luchas intercomunales. Turquía trató al principio de proteger la República de Chipre. Cuando se proclamó la República Helénica de Chipre, tras el golpe del 74, Turquía tuvo que intervenir para emancipar a los turcochipriotas. Por tanto, Turquía no es puramente responsable del problema. --Entonces, ¿por qué los turcochipriotas insisten en mantener a los países garantes? --Porque no nos fiamos de los grecochipriotas. Es normal que exijamos que Turquía siga siendo un país garante de la integridad de Chipre. --El año pasado se encontró una gran reserva de petróleo en aguas territoriales de Chipre. ¿Qué papel puede desempeñar el petróleo en las negociaciones? --No creo que afecte a la solución. En todo caso, si no hay una solución, los grecochipriotas no podrán extraer el petróleo. --¿Propondrán una solución similar a la de Kosovo? --No quiero mencionarlo ahora. Mi objetivo es llegar a una solución.
Encuentran una colosal estatua de Marco Aurelio (EFE - Diario de Cádiz 26/08/2008)
La pasión turca de las árabes (El Periódico, 17/08/2008)
- • Turquía invade con telenovelas de éxito las cadenas de TV de Oriente Próximo
"Tengo que hacer esta cama al menos 10 veces al día", explica con gesto de fastidio Arda, uno de los guías del palacete de Mehmet Abut Efendi de Estambul, mientras estira cuidadosamente los edredones de un lecho del siglo XIX. Por esta mansión decimonónica pasan cada día unas 200 personas de diferentes países árabes y todos quieren tumbarse un momento en la misma cama que sus estrellas de televisión favoritas: los protagonistas de la serie turca Gümüs (Noor en su versión árabe). En este palacete de ensueño, situado a la orilla del Bósforo en la parte asiática de la metrópolis turca, se rodó hace unos años Gümüs, una telenovela más de las decenas que cada noche llenan la parrilla televisiva de Turquía. La serie combina, como casi todas las producciones turcas de este género, amores platónicos, terribles celos, hijos fuera del matrimonio, escarceos amorosos e infidelidades, divorcios, abortos (cuya práctica es más fácil en Turquía que en España), drogas y mafia. Curiosamente, al principio pasó sin pena ni gloria por las pantallas turcas, pero cuando en abril de este año, doblada al árabe en Siria, se estrenó en varios países de Oriente Próximo, obtuvo un éxito sin parangón. Cada noche, en Arabia Saudí, entre 3 y 4 millones de personas (la población total es de unos 28 millones) se sientan delante de sus televisores para disfrutar de los amores de Noor. Esta adicción une a televidentes árabes (sobre todo mujeres) desde las azotadas calles de Gaza a los rascacielos de cristal de Qatar; desde el conflictivo Líbano a la tranquila monarquía jordana. Como en muchos otros lugares del globo, la mayoría de las telenovelas en Oriente Próximo eran hasta hace poco de origen suramericano, pero los espectadores parecen haberse cansados de las vicisitudes de María Mercedes y otras de parecido nombre compuesto y las series turcas comienzan a hacer furor. Puede que una de las principales razones sean los ojos de un profundo azul del rubio Kivanç Tatlitug (en el papel de Mohannad), actor turco de origen balcánico y elegido Best Model of the World en el 2002, definido por un diario saudí como "una adorable versión de Justin Timberlake" y "el epítome del esposo romántico y que apoya a su mujer, una figura ausente en Oriente Próximo". Modelo occidental También las mujeres árabes se sienten atraídas por Noor (interpretada por la actriz turca Songül Öden), vestida a la occidental, emprendedora y que se planta ante su marido y le recriminarle sus faltas con "una personalidad admirablemente decidida", según escribió Amira Salah-Ahmed en el rotativo egipcio Daily News. "Me gusta como Noor consigue ser una empresaria independiente y de éxito y cómo la dulzura de su carácter hace que todos la amen y respeten", explica a EL PERIÓDICO Lubna Adil, una joven egipcia. Hace unos meses, Mona Al Shazli, presentadora del programa de entrevistas egipcio 10 P.M, ofreció datos que relacionaban el aumento de los divorcios en los países del Golfo con el auge de la serie: algunos de ellos son simples arrebatos de celos de maridos que ven a sus mujeres colocar la imagen de Tatlitug en sus móviles, otro fruto de la visión más liberal que transmite la serie. "Me alegro de que los hombres árabes tengan que tragar con lo que sufrieron sus esposas durante la invasión de Haifa y Nancy (dos populares y bellas cantantes libanesas): los hombres se volvieron locos por ellas, los divorcios aumentaron y la cirugía plástica se disparó. Ahora saben lo que se siente", explica con sorna la bloguera egipcia Zenobia en sus Egyptian Chronicles. Pero el prestigio de Noor no satisface a todos. El 27 de julio, el gran muftí de Arabia Saudí emitió una dura fatua: "No está permitido ver series turcas, pues están repletas de maldad, cosas diabólicas e inmoralidad en cuestiones de las que solo Dios conoce la verdad", dijo, y el Ministerio de Comercio saudí va a retirar las populares camisetas que se venden con la efigie de los protagonistas. Clubs de fans Aún así, estas cuestiones poco parecen importarles a los millones de árabes que cada noche reciben la serie por satélite o los que discuten sobre ella en miles de páginas de internet. Solo en la web de relaciones sociales Facebook se han formado unos 90 grupos de entre 500 y 70.000 fans cada uno. Y es que, como explicaba hace unos años la feminista marroquí Fátima Mernissi, la revolución social en los países árabes se está produciendo gracias a la ruptura de fronteras (hudut) de las nuevas tecnologías. Aunque algunos de los visitantes del Palacete de Mehmet Abut Efendi le preguntan extrañados a los guías si "los protagonistas de Noor son de verdad musulmanes" (que sí lo son), lo cierto es que son cada vez más los árabes que visitan Estambul. De los 41.000 saudís que lo hicieron en el 2007 se ha pasado a 100.000 en lo que va de año, atraídos por la magia de la serie y el modo de vida turco.
Hacer el dominguero en Las Islas (El Periódico 20/08/2008)
- Vista del puerto de Büyükada.
A pesar de que Estambul está rodeado de mar es muy difícil encontrar una playa donde hacer más llevadero el caluroso tedio de agosto. Los más atrevidos se lanzan al mar desde la rocosa Punta del Serrallo, en la desembocadura del Cuerno de Oro, pero hay que nadar con el ojo puesto en la costa para que no se le lleven a uno los pantalones. Aparte de eso, solo hay un par de playas en la costa norte de Estambul: Kilyos y Sile. Por eso, la mayoría de los estambulís a los que no les queda tiempo ni dinero para pasar sus vacaciones en las arenosas playas del sur de Turquía, eligen las Islas de los Príncipes, el pequeño archipiélago situado al sur de Estambul al que los turcos llaman simplemente Las Islas. Un domingo cualquiera. Agosto. Cientos de personas se agolpan desde primeras horas de la mañana en el muelle de Kabatas o en el de Eminönü. "¡Bañadores! ¡Gafas de sol!", gritan los mercaderes ambulantes. La gente, sorteando vendedores de gorras, flotadores y roscas de pan, se esfuerza en pasar cuanto antes los tornos del embarcadero para alcanzar sitio en el transbordador. Las Islas, junto a Estambul, fueron los únicos lugares que se libraron del oprobioso intercambio de población entre Grecia y Turquía de 1923 por lo que aún es posible escuchar griego entre sus colinas y culminar un buen banquete de pescado a la plancha con una copita de Metaxa. En casi todas las islas quedan iglesias, ermitas y monasterios cristianos en uso y sobre la loma de la isla Heybeli se eleva lo que hasta su cierre en 1971 era la mayor escuela teológica de los ortodoxos griegos. Pero, ¿a quién le importa eso en un agobiante domingo veraniego? El muelle de Büyükada, la mayor de las islas, es un enjambre de embarcaciones. Los capitanes se gritan. Algunas embarcaciones llegan tan repletas de domingueros desde el Estambul continental que recuerdan a los buques de refugiados albaneses de la película Lamerica. Afortunadamente, las carreteras isleñas están cerradas a los automóviles y todos los desplazamientos --entre bellas casas de madera propiedad de la elite de Estambul-- se deben hacer a pie, en bicicleta o en calesa. El objetivo es encontrar una hamaca libre en las varias playas privadas (sin arena) que hacen el agosto en este mes de estío. Las hay de todos los tipos: de las más o menos tranquilas a las más macarras. Un espontáneo comienza a golpear la darbuka y un par de chicas de afortunado físico menean el trasero acompañadas de un joven, cerveza en mano, coreando canciones populares: "Te buscaré, te buscaré, en todos los lugares te buscaré. Preguntaré: ¿dónde está mi amado en las noches solitarias?" Se extiende el olor de la carne: köfte (albóndigas a la parrilla), patatas fritas y cerveza, menú típico de los chiringuitos turcos. Otros, que han gastado parte de su paga en la entrada de la playa, extraen un fuerte queso blanco de sus bolsas y varias barras de pan, el alimento básico de la clase obrera. Estambul, con sus edificios, sus atascos y su contaminación queda allá lejos, como un recuerdo. Apenas un centímetro libre junto al mar. Huele a comida y atruena la música. Es domingo.
La puerta oriental de Europa (El Periódico 12/08/2008)
Un millón de inmigrantes han entrado en la UE por Turquía desde 1990
- • La mayoría procede de Irak, Irán y Pakistán, aunque cada vez hay más magrebís y subsaharianos
- Foto: REUTERS / OSMAN ORSAL
Se llamaban Jawed, Husain, Rani, Faruk o Zayad. Nadie se molestó en preguntarlo. En algún punto entre Joy, en territorio iraní, y la frontera turca de Kapiköy, un camionero dedicado a estas lides se ofreció a llevarlos escondidos en su tráiler hasta cruzar la frontera de Grecia, o sea, de la Unión Europea. El trayecto costaba 3.000 dólares (unos 2.000 euros) y 138 personas aceptaron la oferta. Eran en su mayoría jóvenes de Pakistán, aunque había algún birmano y unos pocos eritreos. El camionero cerró las puertas del contenedor y se puso en marcha con la intención de recorrer Turquía lo antes posible y sin llamar la atención. 2.000 kilómetros sin más paradas que las básicas para los conductores. Es decir, 24 horas sin agua ni comida para unos emigrantes encerrados en una asfixiante caja de hierro. Muerte en el remolque Cuando atravesaban Estambul, en la madrugada del 30 de julio, algunos de los sin papeles se desmayaron por la falta de aire y sus compañeros comenzaron a golpear las paredes del contenedor y a gritar para que el conductor detuviese el camión. El hombre buscó una desolada área de las afueras para aparcar y, al abrir las puertas, encontró a 13 de los ocupantes muertos. Presa del pánico, ordenó a los demás que bajasen, arro- jó a los fallecidos a un descampado y huyó. Por la mañana, la policía halló los 13 cadáveres, las penúltimas víctimas del sueño de llegar a Europa atravesando Turquía. Desde hace tres años, el número de inmigrantes que utilizan este país como zona de tránsito hacia la Unión Europea se ha disparado. Solo en el 2006, la policía turca atrapó a 51.983 inmigrantes. Rodeo por dos continentes No es un fenómeno nuevo: a finales de los 80 y principios de los 90, Turquía cambió su naturaleza de emisor de emigrantes a receptor, especialmente de aquellos que venían de Ucrania, Rusia y el Cáucaso, y se estableció como el paso principal de las rutas migratorias dirigidas a la Unión Europea. Según Ahmet Içduygu, director del Programa de Investigación sobre las Migraciones de la Universidad Koç de Estambul (MIREKOÇ), desde 1990, aproximadamente un millón de personas han atravesado o intentado atravesar Turquía para entrar en territorio europeo. El incremento migratorio se notó sobre todo a partir del 2005. Además de los procedentes del Cáucaso y de Asia, los datos de MIREKOÇ indican que en los últimos años se ha producido "un ligero aumento de los inmigrantes de origen norteafricano" --marroquís, argelinos y tunecinos-- que han de dar ese rodeo ante la presión policial que existe en el estrecho de Gibraltar. El profesor Içduygu señala que las razones del au- mento de inmigrantes son, por un lado, "el deterioro de la situación en Irak y el empeoramiento de la economía en Pakistán y otros países asiáticos" y, por el otro, el "relajamiento de las medidas de seguridad de Turquía". La ruta que siguen los sin papeles para cruzar Turquía es prácticamente siempre la misma: la entrada se realiza a través de la frontera turco-iraní (obviamente, la de Irak ha quedado en desuso); luego, cruzan el país escondidos en remolques de camiones. La salida se realiza de dos formas. La primera es por las fronteras terrestres con Grecia o Bulgaria (ambos miembros de la Unión Europea), bien a pie por la noche o escondido en un medio de transporte. La segunda opción es navegar, en pequeñas embarcaciones, desde la costa del Egeo a las islas griegas que están a pocos kiló- metros de la costa turca. 24 horas nadando El pasado diciembre un trágico suceso conmovió a la opinión pública turca, cuando un barco con más de 70 inmigrantes procedentes de Mauritania, Somalia, Bangladés y Palestina se hundió en alta mar y solo sobrevivieron las siete personas que consiguieron nadar durante 24 horas hasta alcanzar la costa. Justo antes de zarpar, el capitán dijo a los ocupantes: "Aquí está el timón, aquí el acelerador y aquí el freno. Seguid todo recto y en dos horas estaréis en la isla". Después, los abandonó a su suerte. Otra variante de esa ruta pasa por la dividida isla de Chipre, cuya mitad norte no está reconocida y, por ende, no es controlada por nin- gún organismo internacional. En el 2007, la República de Chipre, miembro de la UE desde 2004, registró 6.000 entradas ilegales. De acuerdo con las investigaciones de Içduygu, el tráfico de inmigrantes en Turquía está controlado en más del 70% por redes informales formadas por pequeños grupos, sobre todo integrados por camioneros o pescadores, que ofrecen sus servicios a los inmigrantes. Tan solo el 30% del negocio lo ejercen las grandes mafias del tráfico de seres humanos. Içduygu calcula que el millón de personas que han atravesado de forma irregular Turquía en las últimas dos décadas ha dejado unos 867 millones de euros en los bolsillos de estas redes.