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Marcelino Oreja Aguirre: "Turquía recuerda a la transición en España" (El Periódico)
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Marcelino Oreja Aguirre, exministro de Asuntos Exteriores español (1976-1980) y miembro de la Comisión Independiente sobre Turquía (ICT) que monitoriza el proceso de adhesión a la UE, constató, tras un viaje de trabajo a Turquía, la voluntad reformista del nuevo Gobierno encabezado por Recep Tayyip Erdogan, y expresó la buena impresión que le causó el nuevo presidente turco, el islamista moderado Abdulá Gül. De Gül, Oreja dice, con una sonrisa: "Le conocí durante un almuerzo en el que se sirvió vino".
La visita de la ICT a Turquía coincidió, además, con las discusiones sobre la redacción de una nueva Constitución que está preparando el Ejecutivo turco.
--¿Cómo valora la situación actual de Turquía?
--Me recuerda mucho a lo que sucedió en España durante la transición, sobre todo en esa inquietud de que las cosas no avanzan suficientemente deprisa. Todo esto forma parte de la incertidumbre propia de un proceso de cambio y lo importante es que quienes lo dirigen tengan la determinación de llegar hasta el final. La transición hacia un sistema totalmente democrático no es cosa de un día, sino que es un proceso. Lo importante es ver si va en la dirección correcta y, en el caso de Turquía, creemos que es así. Tanto el presidente como el primer ministro tienen la determinación de caminar por la senda marcada por la Unión Europea. Me han parecido gente seria y bien organizada.
--¿Qué relación hay entre la ICT y la adhesión de Turquía a la UE?
--En el 2004 concluimos en un informe que Turquía cumplía las condiciones necesarias para abrir las negociaciones de adhesión y el Consejo de Ministros de la UE decidió comenzarlas. Sabemos que el proceso será largo: España tardó nueve años y tenía un nivel económico, social y político superior al de la Turquía actual. Ahora que las negociaciones están en marcha, hemos querido saber cómo van en Turquía y la impresión que hemos tenido, después de varios días de intensas reuniones con grupos muy diversos, es que el proceso sigue adelante, aunque haya algunas dificultades.
--¿Cuáles son esas dificultades?
--En primer lugar, los militares deben someterse al poder civil. Esto debe quedar muy claro en la nueva Constitución: no hay más que un poder, el poder democrático. En segundo lugar, el laicismo. Un régimen democrático debe ser un régimen laico, lo cual no quiere decir que no haya un espacio, no solo privado sino también público, para las manifestaciones religiosas (actualmente en Turquía la religión se circunscribe al ámbito privado). La libertad religiosa es un ingrediente más de la libertad. En España se hizo con el artículo 16 de la Constitución, en el que se reconoce un estatus especial para una de las religiones, aunque desde la aconfesionalidad del Estado. Pero cuestiones como las relacionadas con el uso del velo no son los principales problemas. Lo que me preocupa más es el sometimiento al poder militar.
--¿Cómo ve el futuro de la democracia en Turquía?
--En España es difícil de explicar la contradicción de Turquía: hay un poder militar laico al que se contrapone un poder democrático islamista. Esta contradicción tiene que terminar con la imposición del poder civil sobre el militar y la preeminencia de un laicismo que respete la religión. La transición suele requerir una gran paciencia. En España es difícil señalar cuando comenzó la transición, pero aún lo es más decir cuando terminó.
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