20 agosto 2007

Las relaciones jefe de estado-militares en el nuevo periodo

---------- El ejército y el presidente turco tendrán una tensa cohabitación (El Periódico, 18/08/07) ----------
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ante un retrato de Ataturk, el jueves. Foto: AFP / ADEM ALTAN
ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL

"No puedo hacerme el sordo ante el mensaje que ha enviado la gente", afirmó Abdulá Gul tras la mayoría absoluta conseguida por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) en las elecciones del pasado 22 de julio. En la campaña electoral, el PJD esgrimió el bloqueo a Gul como candidato a la Presidencia de la República por parte de los militares y la oposición como un ataque a la democracia, así que los islamistas moderados no podían menos que volver a proponer al todavía ministro de Asuntos Exteriores como candidato a la jefatura del Estado. "La gente votó contra las injerencias del Ejército", opinó el columnista Cengiz Çandar. Pero la cuestión de quién ocupará el palacio presidencial no es baladí para los militares, ya que se trata de un puesto tradicionalmente ligado al laicismo y, además, el presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. No es un secreto que los militares están descontentos con la nueva nominación de Gul y, el jueves, el jefe del Estado Mayor, Yasar Buyukanit, se reafirmó en sus declaraciones de que desea a un presidente "que defienda el laicismo en esencia y no solo de palabra". INQUIETUD Tras su reelección como candidato, Gul intentó templar los ánimos: "La protección del laicismo y la imparcialidad serán mis objetivos como presidente. Los principios de la Constitución serán mi guía". Pero los militares siguen inquietos, apoyados por el principal grupo de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (PRP). Los generales turcos, con una importante tradición golpista, publicaron el 27 de abril el llamado "memorando electrónico" dirigido contra la primera candidatura de Gul a la presidencia. Pero el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan fue el primero de la historia turca en reaccionar con dureza a una advertencia militar y recordó al Ejército que debe lealtad al primer ministro. "La victoria del PJD en las elecciones del 22 de julio no ha cambiado la opinión del Ejército respecto a Gul, pero ahora los militares saben que no pueden intervenir tan fácilmente porque no pueden ir contra la voluntad popular, así que no espero un nuevo golpe de Estado ni un nuevo memorando", explicó a este diario Lale Sariibrahimoglu, especialista en temas castrenses del rotativo Today's Zaman. PERIODO PELIGROSO La elección de Gul como presidente creará algunas tensiones, eso sí. "Los militares no acudirán a las recepciones del nuevo presidente y mandarán a oficiales de bajo rango para intentar desacreditar a Gul", vaticina Sariibrahimoglu. Los políticos del PRP actuarán del mismo modo y han anunciado que boicotearán de nuevo la votación presidencial. "Gul no respeta los principios básicos de la República, ni el laicismo ni los acuerdos nacionales. Es el comienzo de un peligroso periodo. En 10 ó 20 años, cambiará el aspecto de Turquía hacia un islam más conservador", auguró el líder del PRP, Deniz Baykal. Pero el resto de la oposición ha decidido esta vez optar por una actitud más moderada y no unirse al boicot del PRP. "Hemos hecho todo lo posible para bloquear la presidencia de Gul, pero ya no hay modo de pararlo", se lamentó el vicepresidente del CHP, Mustafá Ozyurek. Con el anuncio de los ultranacionalistas del Partido de Acción Nacionalista (PAN) y los kurdos del Partido de la Sociedad Democrática (PSD) de que participarán en el proceso parlamentario de elección presidencial que empieza el lunes, se deshace la posibilidad de que una falta de quórum impida seguir las votaciones, como ocurrió en abril. COLABORACIÓN KURDA "Nuestro partido no hace política a base de crear crisis", señaló Mehmet Sandir, vicepresidente del PAN, partido que considera que el PJD, como vencedor en las urnas, tiene derecho a postular a la Presidencia a quien quiera. También los kurdos del PSD se muestran dispuestos a colaborar, lo que enfurece al Ejército y a los círculos laicos: los islamistas y los separatistas, trabajando codo con codo. "La candidatura de Gul es respetuosa con la Constitución", dice Sariibrahimoglu. Y el "peligro islamista" es más un fantasma que una realidad: según las últimas investigaciones, en Turquía cada vez menos mujeres llevan velo.

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