13 septiembre 2011

Erdogan trata de aíslar a Israel con su visita a la cuna de las revueltas árabes (El Periódico)

ANDRÉS MOURENZA El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, partió ayer hacia El Cairo en la primera etapa de una gira diplomática que le llevará a los escenarios de las revueltas árabes –Egipto, Libia y Túnez– con un claro objetivo estratégico.
Erdogan pretende ganarse –además de al pueblo, entre el que disfruta de gran popularidad– a las nuevas autoridades de estos países ahora que se produce un realineamiento político en Oriente Próximo y el Mediterráneo derivado de las revoluciones populares y las disputas entre Turquía e Israel. Ayer, el primer ministro turco volvió a cargar contra el Gobierno israelí, de quien dijo que había incurrido en un casus belli cuando asaltó la denominada Flota de la Libertad el pasado año –provocando la muerte de nueve turcos–, algo que si no llevó a la guerra fue por la « grandeur de Turquía», que «supo manejar el incidente con paciencia». «Incluso Occidente ha comenzado a mirar de otra manera a Israel», afirmó durante una entrevista con la cadena Al Jazira.
INFLUENCIA / La situación es tensa en la región pues a nadie se le escapa que la casi ruptura de relaciones con Israel en protesta por la negativa de Tel-Aviv a pedir perdón por el ataque a la flotilla ha influido en el reciente asalto a la embajada de Israel, que tampoco se ha disculpado –o, al menos, no lo ha hecho con la contundencia exigida por El Cairo, aunque el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, expresó su pesar por el incidente– por la muerte de cinco policías egipcios a manos del Ejército israelí el pasado agosto.
De ahí que, para no caldear más el ambiente, Erdogan haya decidido cambiar de localización su discurso de la célebre plaza de Tahrir por la más tranquila Universidad de El Cairo y aparcar su anunciada visita a Gaza. «Estamos haciendo lo que debemos. No somos partidarios de crear tensiones innecesarias y lo estamos discutiendo con nuestros hermanos egipcios. Iré a Gaza tarde o temprano», explicó Erdogan. De hecho, el líder de Hamás y primer ministro de facto de la franja de Gaza, Ismail Haniya, aseguró que su Gobierno está haciendo los preparativos necesarios para la visita de la delegación turca: «Si finalmente viene, será un momento histórico».
Además de con las autoridades de cada país, el primer ministro turco mantendrá contactos con los ministros de Exteriores de la Liga Árabe. El ejemplo de una Turquía musulmana, democrática, con una economía en expansión y que se permite criticar abiertamente a Israel es visto como modelo por no pocos ciudadanos y políticos de la región. Tal y como afirma Gideon Levy, columnista del diario israelí Haaretz , a las nuevas autoridades egipcias no les queda más remedio que seguir la política turca hacia Israel si no quieren verse asediados de nuevo por el pueblo, que rechaza la alianza forjada con Tel-Aviv por el depuesto dictador Hosni Mubarak. «Israel quedará más aislado a partir de ahora», asegura el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. Desde luego, es uno de los objetivos primordiales de la gira de Erdogan.
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LOS INTERESES ECONÓMICOS
Junto a Erdogan viajan 280 empresarios que tratarán de sacar partido de la gira. Antes de las revueltas árabes, firmas turcas, sobre todo dedicadas al textil, se habían instalado en Egipto, Libia y Siria para aprovecharse de la mano de obra barata, ya que en Turquía ha aumentado el poder adquisitivo de los trabajadores. En Libia, los turcos componían la segunda comunidad extranjera, con más de 25.000 personas e intereses en diversos sectores, y ahora Turquía –mal posicionada en el reparto de los hidrocarburos– aspira a liderar la reconstrucción de infraestructuras y edificios destruidos durante la guerra.
El comercio con el norte de África y Oriente Próximo se ha multiplicado por seis desde que Erdogan llegó al poder en l 2002. La UE, aunque ha reducido su importancia, sigue siendo el principal socio comercial de Turquía.

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