30 abril 2011

El Proyecto Loco de Erdogan: Estambul será una isla en 2023 (El Periódico)

Durante 2.500 años, reyes, emperadores y sultanes han querido dejar su huella en Estambul en forma de bellos palacios, fuertes murallas y elegantes mezquitas, considerando esta ciudad especial por su situación a caballo de los continentes europeo y asiático, separados por el estrecho del Bósforo. Sin embargo, ninguno se atrevió a modificar la topografía de Estambul. Erdogan sí: la convertirá en una isla.

Desde hace meses, la prensa turca especulaba con el llamado «Proyecto Loco» para Estambul, que el Gobierno islamista moderado de Recep Tayyip Erdogan mantenía en secreto. Ayer, en precampaña electoral, el primer ministro y exalcalde de Estambul hizo público el plan: construir «un segundo Bósforo» en la parte europea, de modo que la ciudad quede convertida en «una isla» custodiada por dos penínsulas.

El nuevo Bósforo estará situado unos 60 kilómetros al oeste del original y será un canal artificial entre el mar Negro y el de Mármara de entre 40 y 50 kilómetros de longitud, 150 metros de anchura y unos 25 metros de profundidad. El objetivo es descongestionar el Bósforo, por el que transitan unos 50.000 buques al año -buena parte de ellos petroleros-, lo que lo convierte en el segundo estrecho del mundo con más tráfico. En los últimos 50 años se han producido cerca de 500 accidentes, por lo que el nuevo Bósforo debería alejar ese peligro del centro de la ciudad, algo que contrasta con los planes para el Canal de Estambul, como será denominado. En sus orillas se edificarán centros de negocios, puertos marítimos, «el mayor aeropuerto de toda Turquía» y «nuevos y modernos» núcleos de población, según el primer ministro.

«Los canales de Panamá y Suez no podrán ni compararse al nuestro, será uno de los proyectos del siglo», afirmó Erdogan en un arranque de megalomanía. Los estudios de viabilidad se prolongarán durante dos años y la construcción otros 10, pues la intención es que esté listo para el año 2023, centenario de la proclamación de la República. La cadena NTV calculó el coste total del proyecto en 10.000 millones de dólares, que serán financiados por el Gobierno turco. «Es un precio elevado que provocará el endeudamiento del Estado. Será una carga para la población», criticó el presidente del Colegio de Arquitectos de Estambul, Eyüp Muhcu, en declaraciones a este diario. El arquitecto opinó que provocará daños irreversibles en el medioambiente -especialmente en los bosques y acuíferos al norte de Estambul- y en su habitabilidad.

Ciudades en los extremos

El «Proyecto Loco» de Erdogan llega solo unas semanas después de que él mismo anunciase su intención de aligerar el tamaño de Estambul fundando dos nuevas localidades en cada extremo de la ciudad, que tomarán parte de los 15 millones de habitantes de la megalópolis. Pero, según Muhcu, estas medidas tendrán el efecto contrario ya que «atraerán a más gente» y elevarán la población de Estambul y sus alrededores a los 20 o 30 millones de personas, «muy por encima de su capacidad».

«Lo que hace única a Estambul es ser una ciudad en dos continentes. Por eso es Patrimonio Mundial de la Humanidad. Con estos nuevos proyectos se borrará su identidad», denunció Muhcu. El líder de la oposición, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, también fue duro: «Lo que necesita Estambul no son proyectos locos, sino proyectos humanos».

Erdogan parece no conformarse con ganar las próximas elecciones -algo que muchos dan por seguro- y, después de ellas, ser elegido presidente tal y como planea. Parece que, con sus proyectos locos, desea estampar sobre Turquía y sobre Estambul su sello de nuevo sultán.

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