25 septiembre 2007

Arte, crítica, ideología

---------- La Bienal de Arte de Estambul busca rescatar la utopía de las ideologías (EFE - El Mundo) ----------
ANDRÉS MOURENZA (EFE)

ESTAMBUL.- Rescatar la utopía de las ideologías del Siglo XX podría parecer un acto de locos o nostálgicos en la despolitizada aldea global actual, pero no en la décima edición de la Bienal Internacional de Arte de Estambul. 'No sólo posible sino necesario, optimismo en la era de la guerra global', es el título que acompaña a una Bienal que cumple 20 años y que bajo la dirección del chino afincado en París Hou Hanru presenta este año un diseño bien estructurado, compacto y radical. La muestra de arte de Estambul se ha caracterizado en todas sus ediciones por su imbricación con la arquitectura de la ciudad del Bósforo, lo que siempre ha dado buenos resultados, pero el objetivo en esta ocasión ha ido más allá. La Bienal ha abandonado sus tradicionales localizaciones en los barrios históricos (Sultanahmet y Pera) para expandirse a los barrios que no aparecen en las guías turísticas y para recuperar el espíritu utópico de los edificios que un día fueron imagen del sueño modernizador de la joven República turca. Hoy catalogados como "viejos", "feos", "de estética soviética" u objetivo de la piqueta de un ayuntamiento liberal-islamista, el Centro de Cultura Atatürk (AKM), construido en los años 60, el Mercado de los Manufactureros de Estambul, de los años sesenta y el decadente almacén portuario Antrepo No.3 son los escenarios de esta nueva muestra de arte comprometido. "(Estambul) ha ido creando una historia única a través de la invención de su propia modernidad. Es un ejemplo perfecto de modernización más allá de la perspectiva eurocéntrica. Esta es la ocasión de ayudar a su reposición local como un actor significativo en la actual estructura geopolítica y cultural del mundo", afirma Hou Hanru en su presentación de la exposición. Por eso, situar parte de la muestra en el centro AKM -cuyo futuro, según los organizadores es "ser sustituido por un complejo más bello, posmoderno y de carácter corporativo"- supone toda una declaración de intenciones, aún más teniendo en cuenta el título que la acompaña: 'AKM: ¿quemarlo o no?'. Los trabajos que acoge la exposición del AKM, se centran en los significados arquitectónicos de edificios similares: la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el Hotel Rosiya de Moscú, la Biblioteca de París o los edificios abandonados a medio construir en la ciudad de Gyumry en la Armenia de la época comunista. "Uno no puede dejar de pensar en el brillante futuro que se les reservaba y el aura utópica que estos edificios llevan consigo", explica el artista armenio Vahram Aghasyan.

La arquitectura, 'un gesto ideológico'

Todos están impregnados de ideas que suenan a "idealismo, utopía, progreso tecnológico, solidaridad, justicia social y democracia", y eso es lo que pretenden recordar los trabajos del AKM, porque, como afirma el grupo AIR "la arquitectura es un gesto ideológico". Otro de los proyectos exclusivos de esta edición es 'Nightcomers', una serie de vídeos-denuncia rodados por profesionales y aficionados de todo el mundo que pretenden imitar en forma electrónica la "democracia radical de los Dazibao", periódicos murales en los que los ciudadanos escribían sus quejas u opiniones durante la Revolución Cultural China. El principal escenario de la Bienal -que agrupa a la mayoría de artistas y a todos los representantes españoles (Cristina Lucas, Fernando Sánchez Castillo, Grupo Democracia y Ramón Mateos)- es Antrepo No.3, que con su muestra 'Entre-polis' se centra más en la crítica del mundo actual en su "era de guerras globales y globalización del capitalismo liberal". La guerra convertida en una marca en los carteles de 'Fuego Amigo' del británico Jonathan Barnbrook o las 'Lecciones de amor' de la kuwaití Hamra Abbas en las que esculturas extraídas del Kamasutra practican el sexo alertando de que el miedo a la guerra global ha alcanzado todos los aspectos de la vida, son algunos ejemplos de esta ácida crítica. También apuntan directamente el español Ramón Mateos, con su Lenin retorciéndose en la tumba ante la pérdida de combatividad de una izquierda que ha dejado de ser revolucionaria y que escenifican ocho personas cantando de forma desacompasada y en diferentes lenguas la Internacional o el montaje de Democracia que convierte el derribo de una barriada de chabolas en un espectáculo similar a la Fórmula 1. Merecen una mención aparte la dura crítica al sistema político turco, y especialmente a su nacionalismo, realizada por el grupo Extramücadele (Lucha Extra), que juzga los inamovibles principios del Estado turco mostrando en una pegatina (que distribuye entre el público) a una 'Caperucita Roja' que en realidad es una estudiante con velo guiada a través de un bosque encantado por un maléfico Atatürk (el fundador de la República turca). La décima edición de la Bienal de Arte de Estambul, que abrió sus puertas el día 8 de septiembre, será clausurada el próximo 4 de noviembre.

20 septiembre 2007

El debate sobre la nueva constitución turca (II)

---------- Marcelino Oreja Aguirre: "Turquía recuerda a la transición en España" (El Periódico)
----------
LUGAR DE NACIMIENTO MADRID EDAD 72 AÑOS ESTUDIOS DERECHO Y DIPLOMACIA PALMARÉS MINISTRO DE EXTERIORES (1976-1980) MILITANCIA UCD Y PP JUBILACIÓN DE LA POLÍTICA 1999 ACTUALMENTE MIEMBRO DE LA COMISIÓN INDEPENDIENTE SOBRE TURQUÍA ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL
Marcelino Oreja Aguirre, exministro de Asuntos Exteriores español (1976-1980) y miembro de la Comisión Independiente sobre Turquía (ICT) que monitoriza el proceso de adhesión a la UE, constató, tras un viaje de trabajo a Turquía, la voluntad reformista del nuevo Gobierno encabezado por Recep Tayyip Erdogan, y expresó la buena impresión que le causó el nuevo presidente turco, el islamista moderado Abdulá Gül. De Gül, Oreja dice, con una sonrisa: "Le conocí durante un almuerzo en el que se sirvió vino". La visita de la ICT a Turquía coincidió, además, con las discusiones sobre la redacción de una nueva Constitución que está preparando el Ejecutivo turco. --¿Cómo valora la situación actual de Turquía? --Me recuerda mucho a lo que sucedió en España durante la transición, sobre todo en esa inquietud de que las cosas no avanzan suficientemente deprisa. Todo esto forma parte de la incertidumbre propia de un proceso de cambio y lo importante es que quienes lo dirigen tengan la determinación de llegar hasta el final. La transición hacia un sistema totalmente democrático no es cosa de un día, sino que es un proceso. Lo importante es ver si va en la dirección correcta y, en el caso de Turquía, creemos que es así. Tanto el presidente como el primer ministro tienen la determinación de caminar por la senda marcada por la Unión Europea. Me han parecido gente seria y bien organizada. --¿Qué relación hay entre la ICT y la adhesión de Turquía a la UE? --En el 2004 concluimos en un informe que Turquía cumplía las condiciones necesarias para abrir las negociaciones de adhesión y el Consejo de Ministros de la UE decidió comenzarlas. Sabemos que el proceso será largo: España tardó nueve años y tenía un nivel económico, social y político superior al de la Turquía actual. Ahora que las negociaciones están en marcha, hemos querido saber cómo van en Turquía y la impresión que hemos tenido, después de varios días de intensas reuniones con grupos muy diversos, es que el proceso sigue adelante, aunque haya algunas dificultades. --¿Cuáles son esas dificultades? --En primer lugar, los militares deben someterse al poder civil. Esto debe quedar muy claro en la nueva Constitución: no hay más que un poder, el poder democrático. En segundo lugar, el laicismo. Un régimen democrático debe ser un régimen laico, lo cual no quiere decir que no haya un espacio, no solo privado sino también público, para las manifestaciones religiosas (actualmente en Turquía la religión se circunscribe al ámbito privado). La libertad religiosa es un ingrediente más de la libertad. En España se hizo con el artículo 16 de la Constitución, en el que se reconoce un estatus especial para una de las religiones, aunque desde la aconfesionalidad del Estado. Pero cuestiones como las relacionadas con el uso del velo no son los principales problemas. Lo que me preocupa más es el sometimiento al poder militar. --¿Cómo ve el futuro de la democracia en Turquía? --En España es difícil de explicar la contradicción de Turquía: hay un poder militar laico al que se contrapone un poder democrático islamista. Esta contradicción tiene que terminar con la imposición del poder civil sobre el militar y la preeminencia de un laicismo que respete la religión. La transición suele requerir una gran paciencia. En España es difícil señalar cuando comenzó la transición, pero aún lo es más decir cuando terminó.

El debate sobre la nueva constitución turca (I)

---------- Erdogan planea abrir Turquía al uso del velo y a la enseñanza del kurdo (El Periódico) ----------
  1. Los islamistas apuestan por permitir el pañuelo en la universidad pese a la firme oposición laica
  2. El primer ministro promete consenso para una Constitución "liberal y en consonancia con la UE"
Viñeta de Ibrahim Sari en el diario Sabah que muestra la utilización del velo como argumento de lucha política entre ambos bandos.
ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL
Levantar la prohibición del velo en las universidades y permitir la enseñanza del kurdo son dos asuntos espinosos en la laica y nacionalista Turquía que pueden hacerse realidad con la nueva Constitución, aún en sus borradores iniciales, que prepara el Gobierno islamista liberal dirigido por Recep Tayyip Erdogan. "Ha llegado el momento de que Turquía tenga una nueva Constitución moderna y para todos", proclamó Erdogan ayer en una rueda de prensa en la que se refirió a los preparativos del nuevo texto, "liberal" y "en consonancia con la Unión Europea", que sustituirá al actual, redactado por los militares en 1982. En los esbozos publicados hasta ahora por la prensa local se establece que "nadie puede ser privado de la educación superior por su modo de vestir", lo que permitiría a las mujeres que se cubren con un pañuelo (el 48% de las turcas) o con un velo islámico (el 12%) acceder a la universidad, un recinto prohibido hasta ahora para ellas. Sin embargo, según el diario Milliyet, se busca una redacción de consenso que impida el acceso con vestimentas más fundamentalistas, como las túnicas y el çarsaf, un mantón negro que cubre a la mujer de la cabeza a los pies. MALESTAR LAICO La iniciativa ya ha puesto en guardia al llamado establishment laico (militares, jueces, altos funcionarios y burguesía urbana), que ayer lanzó un duro aviso a Erdogan y amenazó con llevar a los tribunales e incluso a la Corte Europea de Derechos Humanos el levantamiento de la prohibición del velo. "Permitir que se vista libremente en la universidad no es posible desde el punto de vista legal", aseguró Erdogan Teziç, portavoz de los rectores y presidente del Consejo Superior de la Educación, órgano heredado de la dictadura militar y que puede desaparecer con la nueva Constitución. Su supresión es una histórica demanda de las organizaciones estudiantiles que reclaman más democracia en las universidades. Las asociaciones feministas y de defensa de los derechos humanos habían solicitado repetidamente el fin de lo que consideran una "discriminación injusta" de una importante porción de la población. El presidente, Abdulá Gül, quitó hierro al asunto y afirmó que, pese a no haber tenido acceso al borrador, está seguro de que la nueva Constitución respetará el laicismo: "Turquía no es Malasia, es un país que está en proceso de convertirse en miembro de la Unión Europea". DIVERSIDAD RECONOCIDA El establishment laico tampoco ve con buenos ojos la apertura del Gobierno en el tema de la educación en kurdo. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD, gubernamental) anunció ayer que estudia el modo de permitir que esta lengua, hasta ahora arrinconada, pueda ser estudiada en las universidades, "aunque sea como lengua extranjera". La Constitución abrirá la puerta al reconocimiento de la "diversidad" de Turquía, un guiño a los kurdos, y en el actual artículo 3, que afirma que "la lengua de Turquía es el turco", se introducirá el matiz de que es "la lengua oficial", lo que supone un reconocimiento de facto de la existencia de otras lenguas. "La nueva Constitución se preparará con el mayor consenso", prometió Erdogan.

El texto también plantea un recorte del poder de los militares

La nueva Constitución de Turquía reducirá el poder de los militares turcos. El Ejército se aseguró una serie de prerrogativas en la Constitución de 1982 que fueron restringidas en sucesivas reformas constitucionales, pero que serán eliminadas en el nuevo texto. El jefe del Estado Mayor pasará a depender del Ministerio de Defensa en lugar del primer ministro y perderá la inmunidad judicial. Los tribunales militares no podrán juzgar a personal civil y se abrirá el camino para procesar a los responsables del golpe de Estado de 1980, al levantarles la inmunidad. Las funciones del Consejo de Seguridad Nacional, un órgano con representación civil y militar, quedarán menguadas o incluso se baraja su desaparición.

La historia

DESDE LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA TURCA (1923) HASTA LA ACTUALIDAD, EL PAÍS HA TENIDO TRES CONSTITUCIONES. LOS PRINCIPIOS La Constitución de 1924 fue diseñada por el líder turco Mustafá Kemal, Ataturk. Estableció los principios republicanos y laicos y sirvió de base para el inicio de las reformas modernizadoras. LA MÁS MODERNA En 1961, tras un golpe de estado de la baja oficialidad del Ejército contra un Gobierno conservador, los militares redactaron, paradójicamente, la Constitución más progresista que ha tenido Turquía, y que puede servir de ejemplo para la que se proyecta ahora. Reconoció por primera vez derechos colectivos como la huelga o los sindicatos y aumentó las libertades, lo que favoreció el florecimiento de partidos de diverso signo. Por primera vez reconoció como fundamental el respeto de los derechos humanos. GIRO CONSERVADOR En 1980 el Ejército turco dio el golpe de estado más sangriento de su historia y reprimió con dureza toda actividad política, sobre todo la de izquierdas. Durante los tres años siguientes de dictadura militar, la Junta redactó la Constitución de 1982, aún vigente, muy conservadora y nacionalista. Su objetivo fue acabar con las libertades del anterior periodo. Establece que el Ejército turco es el "garante" del orden laico y republicano, eliminó todo vestigio de los derechos de las minorías étnicas y, curiosamente, instituyó una asignatura de religión obligatoria que ahora los islamistas moderados quieren eliminar.

14 septiembre 2007

¡Señor Gül, que las manos van al pan!

---------- Al presidente 'islamista' turco Abdullah Gül se le 'olvida' el ayuno de Ramadán (EFE-El País)
----------
El presidente de la República de Turquía, el islamista moderado Abdullah Gül, olvidó su ayuno en el primer día de Ramadán.
En su primera visita como nuevo jefe de estado turco, que le ha llevado a una gira por el pobre y tradicionalista sudeste del país, Gül se llevó sin darse cuenta un vaso de agua a la boca, algo que junto al comer, fumar y practicar relaciones sexuales, está prohibido por la tradición musulmana durante el ayuno de Ramadán.
Además, el flamante presidente tuvo la mala suerte de que este hecho ocurrió durante una reunión televisada por todas las cadenas del país.
"¿Por qué no me habéis avisado? -preguntó contrariado Gül al darse cuenta de su error-. Estaba ayunando".
El Ramadán, noveno mes del calendario lunar musulmán (no oficial en Turquía) durante el cual los creyentes ayunan entre la salida y la puesta de sol, comenzó la noche del miércoles por lo que hoy fue el primer día de abstinencia para muchos turcos.
Con todo, su seguimiento es bastante desigual en un país laico como Turquía y lo más relevante de estas fechas es el ambiente festivo y familiar de las cenas de ruptura del ayuno, incluso entre aquellas personas que no lo practican.
La anulación involuntaria del ayuno, como en el caso del presidente Gül, provoca que el afectado deba añadir un día más de ayuno a los 30 del mes de Ramadán.
La elección de un musulmán practicante como presidente de la laica república turca despertó ciertos temores entre los círculos seculares del país.
Sin embargo, Gül ha procurado templar los ánimos desde su designación evitando aparecer en público con su mujer, cubierta por el velo islámico, y ofreciendo alcohol en todas sus recepciones oficiales.

06 septiembre 2007

Cabeza cubierta, mentalidad abierta

---------- Con velo y sin prejuicios (El Periódico, 02/09/07) ----------
Andrés Mourenza
Una falda negra de la que parten dos trozos de tela que, con forma de tulipán, cubren los senos. El resto del torso de la mujer queda al desnudo, solo cubierto por una leve malla de rejilla. Lo último que imagina la mente cargada de prejuicios de un europeo occidental es que la diseñadora de este sensual traje de noche es una musulmana practicante que se toca la cabeza con un türban (velo islámico) y lleva un sencillo pero elegante vestido que la cubre casi por completo. "Diseño mis trajes para todas las mujeres del mundo, independientemente de sus creencias y de su nacionalidad", explica convencida Rabia Yalçin, modista de alta costura, en su estudio situado en un bello edificio de Nisantasi, uno de los barrios más elitistas de Estambul. Prohibida la entrada Yalçin, toda sonrisa, se muestra partidaria de que cada mujer pueda vestir en público lo que quiera, sea provocativo o recatado, algo que no está tan claro en Turquía, donde las mujeres que usan el velo tienen prohibido entrar en las universidades o desempeñar funciones en la Administración del Estado. También obtener un trabajo cara al público es más difícil para las musulmanas practicantes. Las creaciones de Rabia Yalçin abundan en escotes y espaldas al descubierto, también en vestidos largos, pero todo con un estilo especial que cautivó en la Semana de la Moda de Nueva York, uno de sus últimos éxitos internacionales, tras su debut en 1996. La diseñadora turca confiesa que su inspiración procede "del interior de la mujer" y está influida por el esplendor del Imperio otomano, por los antiguos reinos de Europa y por el pasado glorioso de Oriente Próximo, de un tiempo "en el que los diseñadores se prodigaban en la creación de vestidos". "La herencia otomana es de una riqueza increíble. Si una persona no reconoce su pasado, no puede haber futuro, por lo que hay que integrar ambas cosas. Los turcos somos nietos del Imperio otomano e hijos de la República", subraya Yalçin, ejemplificando la síntesis de tradición y modernidad que define la esencia contemporánea de Turquía. Yalçin razona su idea de la sensualidad en la moda: "Introduzco muchos escotes, aunque pienso que deben ser abiertos, pero no demasiado. No hay que mostrar mucho, sino que es mejor insinuar". Entre sus clientes figuran empresarios, artistas, políticos y miembros de la realeza; y tanto personas de sensibilidad laica como religiosa. Para las mujeres más tradicionales diseña modelos igual de exuberantes pero acompañados con una chaquetilla o algún otro tipo de prenda que les permita cubrirse en el exterior y destaparse durante reuniones familiares o en ambientes femeninos. "La moda debe nutrir la individualidad de cada mujer y favorecer su belleza única y su espíritu. Lo más importante para mí es reflejar el alma de mi cliente en cada vestido que diseño", afirma. La modista turca defiende que trabaja "para toda la sociedad". Eso sí, solo para aquellos que pueden permitirse los costosos trajes (entre 2.200 y 11.000 euros) de la línea Rabia Yalçin Haute Couture. Con todo, sus ideas sobre la tolerancia son encomiables en los tiempos que corren. "Hay que pensar que, aparte de lo que crea una, hay otras personas que piensan y viven de manera diferente y hay que respetarlo. Yo amo a todas las personas y por eso diseño para gente que es diferente de mí. Soy una artista y no hay que poner barreras al arte". Pero hay una pregunta mordaz que el periodista no puede aguantar en la boca. ¿No es un pecado diseñar estos vestidos tan atrevidos siendo una musulmana practicante? Rabia Yalçin ríe a carcajadas. "Todos me preguntan lo mismo. Pero yo creo que no puede serlo, ya que no obligo a nadie a cubrirse o a destaparse".
Foto: Agata Skowronek (El Periódico)