30 enero 2009

Debate sobre la polémica entre Erdogan y Peres acerca de Gaza

A partir de los comentarios del último post, que hacen referencia a la agria discusión entre el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente israelí, Shimon Peres, en el Foro de Davos, abro aquí un artículo para establece un debate sobre lo que opina cada uno acerca de este tema. Incluyo la trascripción del vídeo y, más abajo, reproduzco nuevamente estos comentarios. NOTA: en la transcripción diferencio las palabras de Erdogan en inglés -sin traducir- y en turco -traducidas- las del moderador eran siempre en inglés.
[Ha terminado la intervención del presidente israelí, Shimon Peres, en la que, prácticamente a gritos y mirando a Erdogan, ha defendido la intervención de Israel en Gaza]

DAVID IGNATIUS (moderador): Quiero decir…

ERDOGAN: One minute

D.I.: Disculpe primer ministro Erdogan

ERDOGAN: One minute, one minute, one minute

D.I: Bueno, yo…

ERDOGAN: ¡One minute! ¡No puede ser! ¡One minute! ¡One minute!

D.I: Ok, vamos a tener un minuto más.

ERDOGAN: Estimado señor Peres, eres mayor que yo. Has alzado la voz y sé que detrás de eso hay un sentimiento de culpabilidad. Yo no alzaré tanto la voz, pero esto que te voy a decir lo sabes bien.En cuanto al tema de matar, ustedes saben bien cómo matar. Cómo bombardeásteis a los niños en las playas [de Gaza], como los matásteis, eso yo lo sé bien.

Ha habido dos de sus primeros ministros anteriores que han dicho algo que es muy significante para mí: Cuando entraron en Palestina sobre tanques se sintieron felices. Cuando se metieron en los tanques, se sintieron felices al entrar en Palestina. Así han sido algunos de sus primeros ministros.

Usted me da cifras. Yo daré nombres, quizás haya algunos de ustedes que tengan curiosidad.Condeno a aquellos que, escondidos, aplauden [las operaciones sobre Gaza], porque levantarse a aplaudir a los que han matado a estos niños, a estas personas yo creo que es un crimen contra la humanidad.

Miren, aquí he tomado muchas notas [sobre la intervención de Peres], aunque ahora no tengo la oportunidad de darle respuesta a todas. Pero les diré ahora sólo dos palabras sobre el tema. La primera…

D.I: Disculpe, no podemos comenzar el debate de nuevo.

ERDOGAN: Excuse me.. La primera…

D.: Disculpe

ERDOGAN: No me corte la palabra. La primera… la Torá

D.I: De verdad, tenemos que llevar a la gente a cenar.

ERDOGAN: El sexto mandamiento de la Torá dice: ‘No matarás’ y aquí ha habido matanzas. La segunda cosa [que les quiero decir], miren, es muy interesante. [Cita al músico y escritor] Gilad Atzmon: ‘La barbarie de Israel es algo que va más allá de la brutalidad’. [Atzmon] Es un judío.Además, el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford Ali Shalam, que sirvió en el ejércidto israelí, dice en el periódico inglés The Guardian dice lo siguiente…

D.I: Primer ministro, le quiero pedir… le quiero pedir que devuelva la palabra a nuestro anfitrió. Gracias.

ERDOGAN: Gracias le doy yo a usted, a usted. Para mí Davos ha terminado, no vuelvo a venir a Davos. Que lo sepan. Usted no deja hablar. [Peres] ha hablado 25 minutos, a mí me ha dejado hablar sólo 12 minutos. Así no puede ser. [Se levanta y se va, y el secretario de la Liga Árabe le estrecha la mano].

D.I.: Le cedo la palabra a nuestro anfitrión.

Acabo de leer en El País: "Erdogan abandona Davos tras una bronca con Simon Peres sobre Gaza". Y estaba Ban Ki-moon y toda la peña. Y mira, me alegro. Yo qué sé será un gesto simbólico, y no servirá de nada, a ver si por lo menos se enteran que no nos tragamos sus excusas ni sus mentiras.
Sí, parece que mucha gente alrededor del mundo va a aplaudirle. Moralmente no hay nada que objetar a lo que dijo Erdogan: "Ustedes (Israel) saben a quién estaban matando. Yo sé cómo han disparado y matado a niños en las playas (de Gaza)"; Peres se había puesto a gritar defendiendo el ataque a Gaza lo que según Erdogan significa "una psicología de la culpabilidad"; el moderador le dejó hablar a Peres todo lo que quiso y más y al de la Liga Árabe y a Erdogan les cortó rápidamente. Supongo que a Erdogan le ha hartado, como a muchos, ese doble rasero de los países europeos y EEUU respecto a Israel.
Pero el modo en que se puso "yo no vuelvo a Davos", revela que Erdogan sigue siendo el chico de barrio de Kasimpasa (Estambul), que podría compararse con Vallecas (Madrid) o el Carmelo (Barcelona) y, hombre, ¡se le olvida que Davos es una reunión de los poderosos aristócratas del mundo!
Yo sinceramente creo que Erdogan está un poco 'tocado' por los siete años en el gobierno y todas las polémicas y crisis que ha tenido que soportar.
La cuestión es cómo afectará ahora esto a la relación entre Turquía e Israel que son dos socios muy dependientes el uno del otro: por ejemplo, el ejército turco adquiere muchas armas de Israel y las armadas de ambos países hacen maniobras conjuntas; el primer destino turístico de los israelíes es Turquía (600.000 israelíes visitaron Turquía en 2008); la energía del Cáucaso llega a Israel desde Turquía... después del pollo que se montó ayer, Peres telefoneó a Erdogan, según los medios turcos, para pedirle perdón y garantizar que las relaciones sigan como estaban.
Veremos qué pasa

28 enero 2009

El ministro de Exteriores iraquí asegura que en 2009 no habrá una retirada importante de tropas de EEUU de Irak (EFE-Terra, 23/01/09)

Estambul.- El ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Hoshyar Zebari, dijo hoy que "durante 2009 no habrá una retirada significativa" de las tropas estadounidenses del país árabe. Así lo expresó el titular de Exteriores iraquí en una comparecencia de prensa tras ser cuestionado sobre los cambios que conllevará el inicio de legislatura de Barack Obama como presidente de EEUU.
Zebari definió 2009 como un "momento trascendental" para Irak porque se celebrarán elecciones provinciales el 31 de enero y legislativas (aún no convocadas, pero previstas para diciembre). Por ello, el jefe de la diplomacia iraquí se mostró convencido de que la política estadounidense respecto a Irak no cambiará en 2009.
Durante la campaña electoral, Obama prometió que retiraría las tropas estadounidenses de Irak en un plazo de 16 meses desde su toma de posesión.
Zebari se reunió en Ankara con su homólogo turco, Ali Babacan, para tratar temas de seguridad común y relaciones comerciales. Turquía, que se opuso a la participación en la guerra de Irak en 2003, teme que una retirada precipitada de los soldados estadounidenses pueda producir una peligrosa inestabilidad que podría ser aprovechada por la administración autónoma kurda del norte de Irak para declarar su independencia.
La semana pasada, el presidente de la región del kurdistán iraquí, Massoud Barzani, declaró que no ha abandonado su "sueño" de ver un "Kurdistán independiente" y éste es uno de los temores de los dirigentes de Turquía, donde viven 12 millones de kurdos y permanece activo el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, nacionalista kurdo). "Queremos que Irak sea un país estable y estamos haciendo todo el esfuerzo necesario en ese sentido", aseguró hoy el ministro turco Babacan y añadió que su país defenderá la "integridad territorial" del estado vecino.
Ankara ha denunciado la presencia de bases del grupo kurdo -considerado terrorista por la UE, EEUU y Turquía- en el norte de Irak, desde donde se infiltra en territorio turco para cometer atentados. Aunque el gobierno turco ha acusado en varias ocasiones a los kurdos de Irak de no actuar contra la presencia del PKK, a finales del pasado año se estableció un canal de diálogo directo entre Ankara y Erbil. "Hay una nueva atmósfera de cooperación y entendimiento (entre Turquía e Irak", afirmó Zebari.

El papel de Turquía en Oriente Medio

Aquí siguen dos piezas publicadas durante y al final (?) de la ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza relacionadas con el papel que desempeña o pretende desempeñar Turquía en la región de Oriente Próximo.
---------- La guerra de Gaza complica el papel mediador de Turquía en Oriente Medio (EFE, 14/01/09) ----------
Andrés Mourenza
Estambul, 14 ene (EFE).- La actual ofensiva israelí contra el movimiento radical islámico palestino Hamás en la franja de Gaza está complicando el papel de Turquía -el principal aliado musulmán de Israel- como mediador en el conflicto de Oriente Medio. Por esa razón, emisarios turcos buscan una solución dialogada a la actual crisis, aunque sus principales dirigentes, como el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, elevan a diario el tono de sus críticas hacia Jerusalén.
"Mis críticas son duras, pero no tanto como las bombas de fósforo (supuestamente utilizadas por Israel en Gaza)", manifestó Erdogan esta semana después visitar a diez palestinos heridos que han sido trasladados a Turquía para su tratamiento.
El presidente saliente de EEUU, George W. Bush, habló esta semana por teléfono con su homólogo turco, Abdullah Gül, para pedirle que comprendiese la actitud de Israel, aliado de ambos países. Según ha trascendido en los medios turcos, Bush comparó la ofensiva en Gaza con las operaciones turcas contra las posiciones del grupo armado kurdo PKK en el norte de Irak, a lo que Gül respondió que ambas situaciones no tienen parangón y que Turquía no ha matado a civiles.
Algunos analistas sostienen que la posición crítica con Israel podría minar la capacidad mediadora de Turquía en la región, un papel que Ankara pretende reforzar este año a través de su asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. La diplomacia turca no ha descansado desde el inicio de las operaciones militares contra Gaza a finales de diciembre, pese a que sus relaciones con Israel se han resentido, según indica el "think-tank" pro gubernamental SETA en un reciente informe. Un indicio del enfriamiento de las relaciones es que en su reciente gira mediadora por la región, Erdogan no pasó por Israel, y pocos días más tarde el gobierno turco rechazó una visita a Ankara de la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni.
Mientras tanto, el peso de las mediaciones lo lleva uno de los principales asesores de Erdogan en política exterior, Ahmet Davutoglu, considerado un 'ministro de Exteriores en la sombra'. Davutoglu, que en los últimos días ha viajado a Siria y Egipto para entrevistarse con sus líderes, mantiene estrechos contactos con Irán e incluso con el líder de Hamás en Damasco, Jalid Mashal.
Además, el emisario turco parece haber convencido a Hamás a aceptar una misión de observadores internacionales en Gaza, siempre y cuando Turquía participe en ella, lo que Ankara estaría dispuesta a hacer.
Pero Erdogan parece sentirse traicionado por Israel, ya que no fue informado de antemano sobre la ofensiva, en un momento en el que su país llevaba meses patrocinando un diálogo indirecto de paz entre Jerusalén y Damasco. Inciertos son los efectos a largo plazo del malestar turco hacia Israel, aunque cabe recordar que no es la primera vez que una ofensiva israelí ha causado tensiones entre los dos países. Pero al final el interés en la cooperación -sobre todo militar- siempre ha prevalecido. Israel y Turquía mantienen una estrecha colaboración comercial y militar. Entre 1996 y 2004 el ejército turco compró material militar a Israel por valor de más de 3.000 millones de dólares, incluyendo la modernización de cientos de tanques y aviones de combate turcos por parte de ingenieros israelíes. Turquía recibe de Israel aviones autopilotados que el ejército turco usa en su lucha contra el PKK, mientras que pilotos de las fuerzas aéreas israelíes suelen entrenarse en espacio aéreo turco. Además, Turquía es uno de los destinos preferidos por los turistas israelíes, de los cuales miles descienden de familias sefardíes radicadas en el Imperio Otomano durante siglos.
Aparte de la furia de decenas de miles de manifestantes turcos contra la ofensiva en Gaza y el malestar del Gobierno, hay otras razones que explican las duras críticas de Ankara contra Israel. Turquía celebra el próximo 29 de marzo elecciones locales y las más recientes encuestas señalan que el partido islamista SP (Saadet Partisi) podrían aumentar un 5 por ciento sus votos en detrimento del más moderado AKP de Erdogan.
Por eso, el ejecutivo turco continua buscando un alto el fuego a través de la diplomacia informal, de manera que su imagen pro-palestina de cara a la opinión pública turca no quede manchada, mientras prosiga la cooperación estratégica y militar con Israel.
---------- El amigo turco (Cuaderno del Domingo, El Periódico de Catalunya - 25/01/09) ----------

Andrés Mourenza / Estambul

Acaba de regresar. Ahmet Davutoglu habla con el cansancio del viaje y la calma de un diplomático, sereno, midiendo cada palabra que sale de su boca. Solo ríe cuando relata que al inicio de su gira por Oriente Próximo, el destino de su misión era tan incierto que muchos de sus colaboradores partieron con una sola muda de ropa y con ella hubieron de aguantar durante ochos días.

Cuando comenzaron los ataques de Israel sobre Gaza el pasado 27 de diciembre, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, encomendó a Davutoglu, su asesor en política internacional, un rol de mediador entre los países europeos y Hamas para intentar alcanzar una solución al conflicto. Unas semanas después, en una sala de conferencias de un lujoso hotel de Estambul, Davutoglu cree cumplida la primera parte de su misión: “Si Hamas ha aceptado el alto el fuego, ha sido gracias al esfuerzo de Turquía”, aunque reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer.

Turquía, cuyo proceso de adhesión a la Unión Europea camina por senderos inciertos debido a la lentitud de las reformas internas, ha jugado la carta de mediador internacional para sumar puntos a su candidatura europea. Su situación estratégica y su habilidad en las relaciones internacionales quedaron patentes en las negociaciones durante la guerra que enfrentó a Georgia y Rusia el pasado verano y en el acercamiento entre Siria e Israel, cuyo objetivo era alcanzar un acuerdo de paz y la devolución a Damasco de los Altos del Golán, ocupados por los israelíes desde 1967. A pesar de que este último proceso saltó por los aires cuando Israel comenzó a bombardear Gaza, la UE ha agradecido los esfuerzos diplomáticos de Turquía en ambos temas.

Pero Ankara también se ha involucrado en mejorar las relaciones del grupo radical islámico Hamas con Egipto, entre los que existe gran suspicacia; en solucionar la crisis política del Líbano; en convencer a los grupos suníes de Irak de que se integrasen en la vida política del país e, incluso, se ha ofrecido para mediar entre Irán y la nueva administración de EEUU. “Esta es nuestra región y no nos interesa que se desestabilice. Por eso no podemos permitirnos el lujo de no prestar atención a los problemas de Oriente Próximo”, explica Davutoglu.

Pero, ¿quién es este hombre que está detrás de los esfuerzos mediadores de Turquía? Profesor universitario y embajador, Davutoglu es un asesor silencioso que no gusta de cámaras ni presión mediática y el arquitecto de la nueva política exterior de Turquía, que algunos estudiosos han denominado “neo-otomana” porque busca recuperar la influencia de Ankara en los territorios que antaño pertenecieron al Imperio Otomano. “Turquía es un país europeo, asiático, caucásico, balcánico y de Oriente Próximo, así que tenemos una política exterior integrada”, defiende el asesor turco y enuncia los principios de su estrategia: “mantener buenas relaciones con todos los actores de la región y una política activa para rebajar las tensiones”.

Así pues, al comenzar ofensiva israelí, los servicios diplomáticos turcos se pusieron manos a la obra. Erdogan se mantuvo constantemente en contacto con varios líderes europeos y, en especial, con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien, a pesar de su oposición a la entrada de Turquía en la UE, parece haber encontrado en el primer ministro turco un aliado para una suerte de diplomacia europea algo más independiente. Una delegación encabezada por el embajador turco Feridun Sinirlioglu se desplazó a Israel. Otra, liderada por Davutoglu, viajó a El Cairo, para estar en contacto con los dirigentes egipcios, que desempeñan un papel clave en el conflicto de Oriente Próximo. Desde allí, Davutoglu voló varias veces a Damasco, donde se halla la cúpula de Hamas en el exilio, con quien mantiene contactos desde 2006, cuando Ankara intentó sin éxito que la comunidad internacional aceptase la victoria islamista en las elecciones palestinas. Y desde Siria, los turcos cerraban el círculo entregando los mensajes de Hamas a la UE, que al considerar al grupo palestino como terrorista no puede dialogar con él.

Esta cercanía a Hamas, sumada a las duras críticas de Erdogan al gobierno israelí por las masacres de civiles de Gaza (las definió como “crimen contra la humanidad”), ha provocado un enfriamiento de las relaciones entre Israel y Turquía, dos países cuyos lazos son antiguos y sólidos. En 2008, 600.000 israelíes pasaron sus vacaciones en Turquía y el ejército turco es uno de los principales clientes de las fábricas de armamento israelí. Los medios israelíes, como el diario Haaretz, han cargado contra la posición del gobierno turco y el gobierno de Tel Aviv ha rehuido los contactos con Turquía. “Un (país) que es líder en la región no puede permanecer callado ante la muerte de más de 1.000 personas. Las críticas no van dirigidas a la gente de Israel ni contra los judíos; si esto ocurre en otro país, Turquía reaccionará igual”, justifica Davutoglu y pide que Hamas no sea marginado nuevamente.

Según Sinirlioglu, el siguiente tema en la agenda es fomentar la “reconciliación nacional” entre Hamas y Al Fatah, el partido del presidente palestino Mahmoud Abbas, cuyo mandato terminó el 9 de enero. Puesto que “sin reconciliación palestina será imposible rescatar el proceso de paz con Israel”. Este proceso de reconciliación será dirigido por Egipto, con la asistencia de Turquía, Qatar y Siria y debería dirimir el reparto de competencias en los territorios palestinos, además de la fecha de las próximas elecciones legislativas y presidenciales. “Esta vez todos los países deben reconocer el resultado de las elecciones”, pide Davutoglu.

En otra cuestión candente, el control de la frontera entre Egipto y Gaza -a través de la que Hamas se abastece de armas, según Israel-, las negociaciones prosiguen. Egipto se opone a la presencia de una fuerza militar extranjera -aunque sea turca, como proponía Hamas-, alegando su derecho a la soberanía territorial, por lo que en los círculos diplomáticos se habla del envío de una misión de observadores. Con todo, el mediador turco, asegura que sí hay un “acuerdo implícito” sobre los principios para lograr la paz: la apertura de corredores humanitarios, la retirada total del ejército israelí de Gaza, conseguir una reconciliación nacional en Palestina y un mecanismo para levantar el bloqueo israelí sobre los territorios palestinos. “El bloqueo se levantará, eso es seguro, el problema es hallar un mecanismo que satisfaga a todos”, dice.

Davutoglu define 2009 como un año clave para la estabilidad en Oriente Próximo, ya que se deben celebrar elecciones legislativas en los territorios palestinos, Israel y Líbano; presidenciales en Irán y locales en Irak. “Si algo va mal en ellas, perderemos otros cinco años”.

La investigación sobre la trama golpista 'Ergenekon' se incauta de nuevos arsenales de armas (EFE-Yahoo 15/01/09)

Estambul. La Policía turca se incautó hoy de nuevas armas y munición supuestamente relacionadas con la trama golpista "Ergenekon" en diversas operaciones en tres diferentes provincias de Turquía, informó la televisión turca.
El objetivo de esta presunta trama sería causar el caos social a través de atentados y asesinatos para de esta forma justificar un golpe de Estado contra el actual gobierno islamista moderado de Recep Tayyip Erdogan. En la última ola de detenciones -la décima desde que comenzara la investigación en junio de 2007- se detuvieron a 37 personas.
En las afueras de Estambul se hallaron 15 balas para fusiles de asalto G-3 y un proyectil de batería antiaérea, depositadas en una bolsa que descubrió un barrendero. También en bolsas de plástico se encontraron otras 15 balas de fusiles de asalto G-3, tres granadas y una bomba de humo en la entrada de un apartamento de Aksaray, una localidad en el centro de Anatolia, y unas 30 granadas más fueron halladas en dos puntos diferentes de Ankara. Estos hallazgos se añaden a los arsenales descubiertos en los últimos días en la capital turca en diferentes operaciones: más de 1.000 balas de fusiles de asalto, varias docenas de granadas y al menos nueve bombas de humo. Prácticamente todas las granadas encontradas fueron fabricadas por la empresa estatal turca MKE, que suministra al Ejército y, según informó hoy el diario 'Sabah', el Estado Mayor turco ha reconocido que esas armas procedían de las Fuerzas Armadas.
El reciente descubrimiento de estos arsenales ha sido posible gracias a la confiscación de diversos planos y croquis en la vivienda del teniente coronel Mustafa Dönmez, quien, tras permanecer huido durante varios días, se entregó el pasado martes. De esta forma, Dönmez retrasará su puesta a disposición de la justicia civil, que investiga el caso "Ergenekon", en el que están supuestamente implicados mandos del Ejército, políticos, miembros de la judicatura, académicos y periodistas de ideología ultranacionalista.
La mayoría de los detenidos posee un pasado militar o policial no exento de honores, un coronel retirado que dirigió la operación de captura del líder del grupo armado kurdo PKK, Abdullah Öcalan, y participó en diversos ataques a las bases de los rebeldes kurdos en el norte de Irak durante la década de 1990. Pero precisamente durante la guerra no declarada contra el PKK, que incluyó no pocas operaciones de guerra sucia (según han reconocido dirigentes de la época), fue cuando más se desarrollaron las conexiones entre mafiosos, fuerzas de seguridad y grupos de ultraderecha, calificado por la prensa local como "estado profundo".

Afganistán y Pakistán se comprometen a aumentar cooperación antiterrorista (EFE-Soitu, 05/12/08)

Andrés Mourenza
Estambul. Los presidentes de Afganistán, Hamid Karzai, y de Pakistán, Asif Ali Zardari, acordaron hoy en Estambul y bajo la mediación de su colega turco, Abdulá Gül, "incrementar la cooperación en la lucha antiterrorista".
"Pakistán y Afganistán están seriamente afectados por un problema de terrorismo. Desde la elección del presidente Zardari los contactos han ido muy bien y nuestros gobiernos han acordado un mecanismo de lucha contra Al Qaeda y otros grupos terroristas", explicó Karzai en rueda de prensa tras la cumbre.
"En Turquía hemos acordado llevar esta lucha antiterrorista a un plano más detallado y cooperativo, que englobe a todas nuestras instituciones", añadió el presidente afgano en relación a la reunión de hoy. Gül, por su parte, definió la cumbre trilateral en Estambul como un encuentro "abierto, sincero y muy fructífero" en el que se decidió instituir un grupo formado por secretarios del Ministerio de Exteriores de cada uno de los tres países que "trabajará en la puesta en marcha de medidas que creen confianza". También se acordó cooperar en la lucha contra el narcotráfico y "explorar la futura cooperación militar entre los tres países, incluido el entrenamiento de tropas".
"Hemos demostrado que tenemos el coraje de establecer un diálogo para solucionar los conflictos de nuestra región", añadió Gül. En concreto, respecto a los atentados que la pasada semana se cobraron 188 muertos en la ciudad india de Bombay, los tres mandatarios hicieron una condena conjunta. En respuesta a una pregunta sobre las acusaciones a Pakistán sobre la posible colaboración de sus servicios secretos con el grupo islamista Lashkar-e-Taiba, sospechoso del ataque, Zardari aseguró que "existe una investigación interna en marcha" y que su país "continuará su guerra contra el terror". Las tensas relaciones entre India y Pakistán a causa de la región de Cachemira podrían empeorar si se demuestran los vínculos entre los responsables de los atentados de Bombay e Islamabad, lo que a su vez repercutiría negativamente en la guerra que mantienen el Gobierno de Afganistán y la fuerza de la OTAN contra los talibanes.
En declaraciones a la emisora NTV, la profesora experta en el sur de Asia, Oya Akgönenç Mugisuddin, explicó que si la tensión entre India y Pakistán crece, Islamabad podría reforzar militarmente su frontera oriental, lo que disminuiría el control de las zonas noroccidentales, desde donde los talibanes atacan Afganistán. Washington y Kabul acusan a Pakistán de no hacer lo suficiente por controlar las regiones tribales del noroeste, especialmente el Waziristan, donde previsiblemente tienen sus bases los talibanes y se sospecha que se esconde el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
El gobierno saliente de EEUU está incrementando la presión sobre el nuevo Ejecutivo paquistaní para que mantenga todos los compromisos antiterroristas del anterior presidente y gran aliado estadounidense, Pervez Musharraf, e incluso ha llegado a bombardear territorio paquistaní. El presidente de EEUU, George W.Bush, telefoneó ayer, jueves, a su homólogo turco para agradecer su mediación en un momento en que las relaciones entre Washington e Islamabad se han resentido tras la caída de Musharraf y las denuncias paquistaníes de violaciones de su integridad territorial por parte de fuerzas norteamericanas. Pakistán ha contado hasta 17 ataques estadounidenses contra su territorio desde el pasado agosto, nunca confirmados o desmentidos por el Pentágono.
Por otra parte, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado su intención de reforzar la presencia militar estadounidense en Afganistán, ante los problemas de la OTAN para controlar el territorio afgano por los crecientes ataques de los talibanes. Pero, según dijo a NTV el analista turco y asesor de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), Esedullah Oguz, este incremento de soldados "no resolverá el problema, pues se necesita primero una solución política".
En abril de 2007, los líderes de Afganistán y Pakistán, también bajo el auspicio de Turquía, se reunieron en Ankara por primera vez, donde se comprometieron a unir sus esfuerzos para luchar contra los talibán y respetar la integridad territorial y las fronteras comunes. También esta vez los tres países acordaron continuar sus reuniones trilaterales en 2009.

Grecia vuelve a la protesta ¿y España?

Este análisis sobre la revuelta griega se publicó originalmente en el Cuaderno del Domingo de El Periódico de Catalunya:

Andrés Mourenza

“Hablo 4 lenguas y mi futuro es un trabajo de 700 euros. Estamos jodidos”, decía en un español casi perfecto un joven cubierto por un gorro negro, integrante de las protestas que recorrieron Grecia durante tres semanas en diciembre y se retomaron el pasado día 9 de enero. Su solución a los problemas: “la revolución social”. Su justificación de la violencia: “los bancos son símbolos del capitalismo y hay que quemarlos”, un síntoma de la radicalización de la juventud griega.

Lo cierto es que la revuelta ha asustado, y no poco, a los líderes políticos. El primer ministro griego, Costas Caramanlis, destituyó la pasada semana a 9 de sus 16 ministros para lavar su imagen. Expertos y analistas comienzan a criticar la creciente brecha que se está creando entre la generación que ahora ostenta sólidas posiciones económicas y la de sus hijos, abocada al trabajo precario. Por ejemplo, el columnista John Psaropoulos se quejaba de que el debate sobre las pensiones en Grecia “muestra la poca disposición de los griegos para asumir los costes que provoca una generación en la siguiente”. Se trata de esa generación que algunos estudios en Estados Unidos han bautizado como generación boomerang, pues, por primera vez en varias décadas, vivirá peor que sus padres a pesar de haber crecido en un oasis de abundancia. Y es ese miedo a la proletarización el que azuza a los manifestantes griegos.

Es cierto, como señala el filósofo y profesor de la Universidad Pompeu Fabra Francisco Fernández Buey, que Grecia acumula una serie de factores autóctonos que han desatado la revuelta. “La muerte del adolescente Alexis Grigoropulos fue sólo la gota que colmó el vaso”, explica el periodista griego Ioannis Mantas. Sin embargo, la “jodida” situación de la que hablaba el estudiante del gorro negro no es exclusiva del país heleno: España, por ejemplo, es el único país de la OCDE (que agrupa a países tan dispares como Turquía, México o Finlandia) en el que durante la bonanza económica se redujo el poder adquisitivo de sus ciudadanos, además de tener los mayores índices en la UE de desempleo (11,33 %) y temporalidad laboral (que afecta a uno de cada tres trabajadores españoles). Respecto a la media de horas trabajadas, España (1.800 por persona y año) no anda a la zaga de Grecia (1.900) y ambos son escasamente productivos.

“Aquí también hay un malestar difuso y generalizado entre los jóvenes, que contrasta con la euforia de las autoridades académicas y políticas cuando estamos en plena crisis económica”, dice Fernández Buey. Los manifestantes griegos critican la lógica neoliberal que ha provocado la crisis y también los planes de rescate de la banca con dinero de los contribuyentes: “El gobierno da dinero a los mismos bancos que nos roban, en lugar de a los parados, que cada vez son más”, denunciaba Irini, una profesora griega. “Para mí, la revuelta griega es lógica y ejemplar”, afirma Arcadi Oliveras, presidente de la ONG Justicia i Pau, “lo extraño es que no se haya producido también en otros países de la UE”.

En cierto modo, la protesta de Grecia asemeja a la de la banlieue parisina en 2005 por su carácter antisistema -aunque en Francia se trataba de inmigrantes excluidos y en Grecia de la clase media que se siente ahora cada vez más excluida- y porque también la chispa que prendió ambas fue el fallecimiento de jóvenes tras una cuestionable actuación policial. No extraña pues, que, tras la muerte del estadounidense de origen hispano Oscar Grant el pasado 1 de enero, cientos de manifestantes tomasen las calles de Oakland (EEUU) y se enfrentasen a la policía para protestar contra “los asesinatos de Oscar Grant y Alexi Grigoropoulos”.

Y es que en los tiempos de internet, las noticias locales se convierten fácilmente en globales y de ahí que las muestras de apoyo a la revuelta griega se hayan internacionalizado. “La comunicación se produce a través de internet, pero también existen federaciones y asociaciones que se reúnen periódicamente para coordinarse”, explica Oliveras, experto en movimientos sociales.

Con todo, la mayoría de analistas coincide en que la revuelta de Grecia está lejos de reproducirse en nuestro país, como asegura el ex rector de la Universitat Politecnica de Catalunya Josep Ferrer. Una de las razones que da es que grandes movilizaciones como la que critica el Proceso de Bolonia no han conseguido arrastrar a una mayoría de los estudiantes universitarios. Tampoco el sociólogo Javier Elzo prevé un efecto dominó: “los jóvenes griegos tienen un nivel de vida mucho menor que el de otros jóvenes europeos. Además en España los movimientos de protesta son muy limitados”. “Lo que veo de común es que hay muy poca sensibilidad a las demandas de los estudiantes. Que sea sólo una vanguardia de estudiantes no le quita razón, todo movimiento social alternativo comienza siendo minoritario”, opina Fernández Buey.

Como el movimiento antiglobalización, la revuelta de Grecia está compuesta por grupos bien diversos. Por un lado los adolescentes que acuden a las manifestaciones -con sus teléfonos móviles último modelo- sin una ideología clara, sino por la rabia que causa el asesinato de uno de los suyos. Por otro lado se encuentran los partidos políticos, especialmente el Partido Comunista de Grecia (KKE), la Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA) y la izquierda extraparlamentaria, junto a sindicalistas y estudiantes con claras simpatías políticas. Finalmente se encuentran los que en Grecia llaman “desconocidos habituales”, miembros de grupos pseudo-anarquistas que desde hace años se enfrentan periódicamente a la policía.

Éstos últimos ganaron un fuerte ascendente sobre los manifestantes en los primeros momentos de la protesta y, no en vano, lo que más sorprendió a los comentaristas extranjeros fue el nivel extremo de violencia. Es más, el día 12 de diciembre, cuando la policía comenzó a perseguir a un grupo de estudiantes que les lanzaba piedras, algunos adultos que tomaban tranquilamente café en una terraza dejaron su descanso para enfrentarse a la policía y defender a los manifestantes. Una muestra del nivel de hartazgo de la sociedad griega. Estos jóvenes son los que han crecido con las violentas películas, series de televisión y videojuegos promocionados por el mismo sistema contra el que protestan. Por decirlo con una frase de Karl Marx: “cada sistema crea el germen de su propia destrucción”.

Las protestas se retomaron el pasado día 9 “de forma más pacífica”, relata Ioannis Mantas. Según este informador, un hecho ha cambiado el curso de la revuelta: el pasado día 5 un joven policía fue herido por los disparos de kalashnikov de un comando del grupo armado ultraizquierdista Lucha Revolucionaria, que también atacó un convoy de policía el pasado 23 de diciembre. “La revuelta podría irse calmando -dice Mantas- aunque aún se prolongará durante unos meses más, ya que la mayoría de la sociedad griega apoya a los manifestantes pacíficos”.

“Lo interesante del caso griego es que una protesta estudiantil se ha convertido en una revuelta social y por eso se ha producido tanta alarma”, analiza Reyes Mate. De acuerdo a este filósofo del CSIC, en las sociedades europeas existen unas “condiciones objetivas” similares para los jóvenes y las identifica en la competitividad, la crisis y “el esquema intelectual extremadamente rígido y asfixiante en el que nos movemos y que puede crear un caldo de cultivo para las revueltas”. “Lo que no hay en España son las condiciones subjetivas: una cultura crítica como la que había en el 68, y eso dificulta el que el malestar pueda convertirse en revuelta social”, concluye.

Crónica desde Atenas: La tristeza que trajeron de Anatolia (El Periódico, 02/01/09)

ANDRÉS Mourenza
Iskender kebab, kebab de Urfa, kebab de Adana... los platos del menú de aquel restaurante de la calle de Themistokleus, en el centro de Atenas, son exactamente los mismos que se pueden encontrar en cualquier lugar de Turquía. Sí, es cierto que la gastronomía griega y la turca son similares, pero, en este caso, todo, hasta los nombres, coincide. Se trata de la politiki kuzina o cocina de la Ciudad, es decir, Constantinopla, como aún se sigue llamando en griego la moderna Estambul; una cultura culinaria que, con todos sus sabores, sus especias y su añoranza, transportaron a Grecia junto a sus bártulos de refugiados los cientos de miles de griegos expulsados de Turquía.
En 1923, al finalizar la guerra entre Turquía y Grecia (1919-1922), los gobiernos de Ankara y Atenas se reunieron para firmar la paz en Lausana. Fridtjof Nansen, un diplomático y explorador noruego y sus esfuerzos en la liberación de los últimos prisioneros de la primera guerra mundial que le valieron el Premio Nobel de la Paz, propuso solventar las disputas entre Grecia y Turquía intercambiando las minorías religiosas de ambos países. El plan suponía una limpieza étnica en toda regla, pero ni las grandes potencias ni los gobiernos implicados se opusieron. Sin tener en cuenta su voluntad, 500.000 musulmanes de Grecia, muchos de ellos turcos, fueron enviados a la nueva República de Turquía y un millón y medio de cristianos ortodoxos que vivían en Turquía, en su mayoría griegos, fueron expulsados a Grecia.
"Si habías perdido tu propiedad en Anatolia, el Gobierno griego te daba algo, si no tenías nada, como mis padres, el Gobierno no te ayudaba. El sufrimiento fue terrible", explicaba a la prensa Costas Markopulos, un descendiente del intercambio. Hijos de siglos de cultura Anatolia, con sus especias orientales que no cuadraban en la moderna Grecia bajo influencia británica y pobres de necesidad, los griegos expulsados de Turquía apenas encontraron lugar en un país destrozado por la guerra y los enfrentamientos políticos y hubieron de instalarse en barrios de chabolas o en lugares como el puerto del Pireo entre golfos, prostitutas y fumaderos de hachís, otra costumbre traída de tierras otomanas, donde esta droga no era mal vista.
Y allá, como el blues estadounidense o el tango argentino, floreció una de las músicas tradicionales más bellas de Grecia: el rebetiko, de ritmo electrizante y agridulce, de métrica otomana, suspiros turcos y letras griegas de bajos fondos. "Y por mi ansiedad, fumo cocaína ¡Ay, maldita seas, cocaína! ¡Me estás matando!", dice una de sus piezas más conocidas. Como los personajes de la película grecoturca Un toque de canela (2003), los griegos expulsados de Turquía han permanecido durante décadas en medio de sentimientos encontrados: las riñas políticas entre ambos países y la nostalgia de su antiguo hogar.
Una anciana señora griega guarda la oficina de la prensa extranjera de Atenas. En su cuello, en lugar de la cruz que suelen portar los griegos, luce un tugra de plata, la insignia del sultán otomano. "Hösgeldiniz", da la bienvenida en turco. Cuando habla esa lengua, en sus ojos brilla una extraña añoranza.

Crónica desde Estambul: Navidad a la turca (El Periódico, 23/12/08)

ANDRÉS Mourenza
Cuando llega un visitante a Estambul invariablemente pregunta si las luces decorativas que cubren la Avenida Istiklal "están ahí aún desde Navidad". No. Están siempre. Todo el año. Son luces patrocinadas por la compañía de teléfonos móviles Türkcell. Aún así, en Turquía también se celebra la Navidad, cada vez más. Y no es que los turcos se estén convirtiendo masivamente al cristianismo, no, hay otras razones.
Al final de Istiklal, un vendedor de lotería anuncia el sorteo de año nuevo vestido de Papá Noel. Está en todo su derecho: Papá Noel es turco. ¿No lo sabían? Nicolás de Myra, conocido como San Nicolás o Santa Claus, nació en el siglo III en la actual Demre (sur de Turquía) y por su bondad y milagros fue reconocido por los cristianos como protector de los niños, patrón de los marinos y de múltiples cofradías. Luego los italianos trasladaron sus reliquias a Bari, llegó la apropiación nórdica y el vestido rojo de Coca-Cola.
En Demre, las autoridades han convertido la basílica de San Nicolás en un objetivo turístico para los 300.000 rusos que la visitan cada año e, incluso, un avezado empresario turco, Muammer Karabulut, instituyó la Fundación Noel Baba junto a un socio para promover las fundaciones a favor del simpático santo alrededor del mundo y otorgar los premios de la Paz Papá Noel en honor a una figura "símbolo de la paz, el amor y la hermandad". Pero en Turquía los niveles de surrealismo son siempre superados por nuevos casos aún más surrealistas y, recientemente, el señor Karabulut fue detenido y acusado por un tribunal estambulí de formar parte de la peligrosa red ultranacionalista Ergenekon, cuyo objetivo era promover un golpe de estado militar.
Sin embargo, los tejemanejes de Papá Noel con el Ejército y la mafia no son rémora para que los habitantes de Estambul coloquen su modelo en chimeneas, tejados y balcones, cual ladrón a punto de asaltar un hogar desprevenido, porque regalos no da el santo barbudo y gordinflón. En Turquía, los presentes no se dan el día 6 de diciembre (día de San Nicolás), ni en Navidad (que solo es festivo para estudiantes y profesores de fe cristiana), sino en Fin de Año, según una nueva costumbre. En realidad, toda esta parafernalia navideña en un país laico pero donde la mayoría de sus habitantes son musulmanes se justifica con la celebración del Año Nuevo, el único día de asueto dentro de lo que sería el calendario navideño en países como España.
La noche del 24 de diciembre, los creyentes de las exiguas minorías cristianas se reunirán en sus iglesias para celebrar en familia y con sentidas misas el nacimiento del que consideran su profeta. Mientras tanto, en el exterior, miles de estambulís disfrutan de las compras, de los adornos y de todo en lo que se ha convertido la Navidad, o el Año Nuevo, en el resto de países europeo.
En una esquina de la plaza de Taksim, una violinista del este de Europa, quizá rusa, toca la música de Jingle Bells y la plaza, con su enorme bandera y pequeños banderines con la media luna y la estrella de la enseña nacional, se cubre de un ambiente extraño. ¿Dónde estamos?

Crónica desde Atenas: Los taxistas que responden 'oji' (El Periódico, 09/01/09)

ANDRÉS Mourenza
Taxistas, como personas, hay de todos los colores. Pero, en ocasiones, parecen conformar una raza aparte del resto de la gente de su país, al menos los taxistas de Atenas.
Si en Estambul una carrera en taxi es una aventura, la odisea en Atenas es conseguir montarse en uno. Los habitantes de la capital griega se alinean en el borde de la calzada y, cada vez que pasa uno de esos vehículos amarillos, alzan el brazo y gritan su barrio de destino. Si hay suerte, el conductor se detendrá y pedirá la dirección, si no, pasará de largo y habrá que repetir la acción. No importa lo fuerte que se grite, la respuesta más oída será "no".
En ese gesto común de griegos y turcos, el taxista levantará ligeramente la cabeza con una expresión entre cansada y desdeñosa mientras repite: "oji, oji" (No, no).
A veces hay que acercarse a ellos como el león a la gacela, cuando están detenidos en una acera, y, entonces, soltar de repente: "¡Buenas tardes! ¿Me lleva a Paleo Faliro?". "Look, my friend" (mire, amigo), comienza en su inglés para turistas el conductor, delgado y de ancho bigote, sin dejar que entre en su vehículo: "Este es un teletaxi y te va a salir más caro". No importa. "Pero que no, my friend, que esto es un T-E-L-E-T-A-X-I", dice remarcando las letras, como si se tratase de un conjuro secreto. "Estoy aquí, esperando que alguien de un hotel me llame, funcionamos así. Un viaje en teletaxi cuesta al menos 40 euros".
Es mentira. El taxi en Grecia es francamente barato y una carrera por el centro de la ciudad nunca sube de los tres o cuatro euros, que pueden ser ocho o nueve si se aleja a barrios del extrarradio como Faliro.
¿Omonia? "Oji". ¿Kipseli? "Lo siento, esto es un teletaxi". ¿De Mikrolimano a Trocadero? "¡Uy! Van a ser 15 euros". Y ocurre esto a pesar de que la normativa deja bien claro que un taxista "no puede negarse a llevar a un cliente a menos que éste se encuentre bajo el influjo de cualquier tipo de sustancias ilegales o no esté sobrio". El problema es que muchos conductores recogen a varias personas a lo largo de su ruta, como si fuesen autobuses de línea, sin hacer por ello descuentos a los pasajeros y, por eso, los extranjeros --no habituados a estos usos--, los grupos de amigos o las familias con niños pueden convertirse en personas no gratas para los taxistas de Atenas.
Lo cierto es que todas estas prácticas han dado a los taxistas griegos tan mala fama que se ha extendido a las guías de viajes, algunas de las cuales son verdaderas invectivas contra los vehículos amarillos. Por ejemplo, en una página web para viajeros, un usuario griego explica el significado de los diferentes números del taxímetro: 1, tarifa diurna; 2, tarifa nocturna; 3, viajes fuera de la ciudad; 4... "Atención, la tarifa 4 no existe. Si ves una tarifa 4 es que el conductor ha instalado un programa especial para timar y te está robando a manos llenas". Todas, sin excepción, recomiendan llamar a la policía antes que ponerse a discutir.
Sin embargo, Atenas cuenta con un sistema de metro y tranvía moderno y eficiente que cubre casi todo el centro de la ciudad. Así que, ya sabe, use el transporte público. Si no hay huelgas, claro.