01 febrero 2008

La situación de las personas homosexuales en Turquía

---------- Las asociaciones gay turcas continúan su lucha a pesar de la presión judicial (EFE-La Estrella de Panamá) ----------
(EFE).- El juicio contra la asociación de defensa de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y travestis Lambda Istanbul, cuya tercera sesión se celebró hoy, ha levantado críticas de diversas organizaciones de derechos humanos dentro y fuera de Turquía. En realidad la acusación contra este grupo no tiene visos de prosperar, según comentaron a Efe fuentes de la defensa, ya que no existe en el ordenamiento jurídico turco nada que imposibilite las asociaciones de esta índole, conocidas como LGBTT, pero la Delegación del Gobierno de Estambul continúa acusando a Lambda de "atentar contra la moralidad pública". "El derecho de asociación en Turquía está reconocido a todos, porque estamos en un país democrático", puntualizó Boysan Yakar, miembro de Lambda. Esta situación ya se repitió en el pasado con otras asociaciones gays, pero en aquellos casos el informe preliminar del fiscal concluyó que dichas agrupaciones se enmarcaban en el derecho de asociación reconocido por la ley y el proceso finalizó en ese punto. Sin embargo, en este caso la Delegación del Gobierno de Estambul se empeñó en llevar adelante el juicio, que ya se ha pospuesto en tres ocasiones por la incapacidad de la acusación de presentar pruebas contra Lambda. "Si miramos unas décadas atrás, la situación de los homosexuales en Turquía está mejorando muy rápidamente. Pero se trata de un largo y difícil proceso, porque el cambio de mentalidad necesita varias generaciones", explicó Öner Ceylan, portavoz de Lambda. Cada domingo en el horario de máxima audiencia, los turcos sintonizan en televisión el concurso musical 'Popstar Alaturka', en cuyo jurado se halla la más famosa transexual de Turquía, Bülent Ersoy, quien mantuvo su nombre de varón tras cambiar de sexo. No es una excepción: uno de los artistas más queridos de la canción turca del último medio siglo, Zeki Muren, actuaba siempre vestido de mujer y era homosexual. ¿Cómo puede entonces una sociedad ser homófoba y al mismo tiempo adorar a estrellas homosexuales? "Creo que esta hipocresía es bastante universal. La gente hace una excepción en sus consideraciones hacia Ersoy porque es una estrella, pero cuando se trata de la vida del día a día con los homosexuales su visión cambia", se queja Öner Ceylan. "Desde que las organizaciones LGBTT comenzaron a organizarse hace 15 años para reclamar ser una parte igual de la sociedad, se ha empezado a hablar de estos temas y han aflorado los problemas que nos afectan", razonó Ali Erol. El punto negro en este tema es la violencia continuada de la policía contra los travestis y transexuales dedicados a la prostitución, que denuncian torturas, abusos y detenciones arbitrarias, además de la presión social en algunos barrios. "Los transexuales y travestis son trabajadores del sexo ¿Pero quién se acuesta con ellos? Funcionarios, tenderos, obreros, empresarios... y la mayoría son hombres casados", criticó Ali Erol. Ecem, una simpatizante del movimiento LGBTT, explicó que a pesar del aumento del conservadurismo no cree que el juicio contra Lambda tenga que ver con que la Delegación del Gobierno esté controlada por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), islamista moderado. "En Turquía todos los partidos, tanto de la derecha como del centroizquierda, son conservadores. No hay diferencias entre ellos respecto al tema de los LGBTT", afirma. De hecho, fue el líder del centro-izquierdista laico Partido Republicano del Pueblo, Deniz Baykal, quien recibió simbólicamente el Premio al Político Más Homófobo otorgado durante el último Día del Orgullo Gay, en junio pasado, por haber afirmado que los derechos de las personas homosexuales "no son política". En unas recientes declaraciones sobre el tema del velo, el presidente de la comisión constitucional del parlamento, Burhan Kuzu (AKP), se preguntó: "¿Por qué no vamos a dejar libertad para el uso del velo si hasta los homosexuales exigen sus derechos?". A pesar del tono de la declaración, Ozan Gezmis, miembro de Lambda, la consideró un cambio de mentalidad hacia una cierta "normalización" de la cuestión de los derechos de las personas gay. Por eso, en Lambda tienen cierta esperanza de que en la nueva constitución que prepara el Gobierno se pueda introducir en el articulado un pasaje que especifique que "nadie puede ser discriminado en razón de su identidad sexual". EFE

¿El fin de la prohibición del velo? (II)

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El Ejército turco advierte contra la autorización del velo en las universidades (El Periódico)

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ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL
"Nadie ignora cuál es la opinión de los militares acerca del velo", espetó severo el jefe del Estado Mayor de Turquía, Yasar Büyükanit. Esta frase, en boca de la máxima autoridad del Ejército turco, con un largo historial de injerencias políticas, sonaba ayer a advertencia ante la propuesta del Gobierno turco de modificar la Constitución para permitir el uso del velo en las universidades. Pero Büyükanit no resultó tan duro como lo han venido siendo los representantes de la llamada élite laica --jueces, rectores y altos funcionarios--, que quizá esperaba una respuesta similar a la firme oposición de los militares a la elección del presidente Abdulá Gül --cuya esposa lleva velo--, que desembocó en una crisis política. La causa de esta contención bien podría hallarse en la permisividad del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan con las operaciones militares contra los kurdos. Ayer el Ejército volvió a bombardear a los rebeldes kurdos en Irak, según fuentes kurdoiraquís. Y de hecho la propuesta para liberalizar el uso del velo es más tibia de lo que se esperaba del Gobierno conservador de Erdogan, ya que especifica que solo se levantará la prohibición en las universidades, no así en los colegios e institutos y tampoco en las administraciones públicas. Además, la cara deberá "quedar visible" y el velo "se anudará bajo la barbilla". El debate es ahora si solo se podrá usar un pañuelo al estilo abuela o también se permitirá el türban o hiyab, que cubre todo el cabello.

Naranjas portuguesas y palabrería española (EL Periódico)

ANDRÉS Mourenza
"Hoy se paga al contado, mañana fiado", reza, irónico, el cartel en turco de una tienda de ultramarinos del céntrico barrio estambulí de Beyoglu, en un tono tan similar a aquellas baldosas de cerámica que cuelgan en los más castizos bares de nuestra geografía. Y no es que las dos culturas --la hispana y la turca-- tengan lazos históricos en común; más bien sus parecidos son efecto del Mediterráneo, ese mar que une más que separa. El turco llegó a las orillas mediterráneas cabalgando junto a los jinetes de las estepas de Asia central y en nada se parecía esa lengua lejana a la linguafranca --mezcla de palabras en español, catalán, italiano, francés, griego y árabe-- que hablaban piratas y comerciantes en los siglos de galeras y combates navales. A través de esas aguas llevaron los comerciantes lusos las naranjas a Turquía, desde el Asia oriental. Y los turcos, que las llamaban naranjie, cambiaron su nombre por portakal, al ver que en las cajas se indicaba en letras grandes: Portugal, según una popular historia que cuentan los estambulís entre bromas. Y también como una broma suena uno de los pocos préstamos lingüísticos de la lengua española a la turca: palavra, que en turco se utiliza para indicarle a una persona que todo lo que dice es pura palabrería o mentira. El origen de este término está, dicen, en las discusiones entre comerciantes de ambos países en las que los españoles se enrollaban tanto intentando colocar sus productos que los turcos terminaban hartos de tanta palabra. En este aspecto, no ha cambiado mucho la imagen que los turcos tienen de los españoles, y los trabajadores del popular barrio de Sultanahmet son diestros en cazar al turista español: "Se les reconoce muy fácilmente, siempre hablan en voz alta sin escuchar al de al lado. Y siempre dicen: '¡Mira, mira, mira!'". En cambio, para los viajeros de la península, sucede ahora al contrario, pues no consiguen deshacerse de los pegajosos vendedores de perfumes y abalorios que pululan por las callejuelas del Gran Bazar. Será quizás porque han aprendido castellano. "Aquí hay buenos chollos", grita a los turistas Eren, un chaval de 18 años que, tras trabajar un año en el más famoso mercado cubierto de Turquía, ha aprendido la lengua cervantina a base de "preguntar un par de frases a cada turista español que pasa". En los negocios de mayor categoría se cuelgan carteles de Se habla español o Es parla català. Incluso se atreven a utilizar nuestros tópicos y al que se va sin comprar nada le espetan "catalán, catalán". "A los de aquí les decimos que son de Kayseri (ciudad de Anatolia central de ahorradores empresarios)", explica un dependiente. Pero lo cierto es que los turcos sienten una gran simpatía hacia los españoles y cada vez son más los que quieren aprender castellano. En el presente semestre, 2.000 estudiantes se inscribieron en los cursos que ofrece el instituto Cervantes de Estambul a pesar del elevado coste de las clases para el turco medio (unos 400 euros por trimestre). Por eso no es de extrañar que al ir al supermercado uno se encuentre con los pastelillos Bolero, las galletas Negro o el papel higiénico Familia.