28 enero 2009

El papel de Turquía en Oriente Medio

Aquí siguen dos piezas publicadas durante y al final (?) de la ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza relacionadas con el papel que desempeña o pretende desempeñar Turquía en la región de Oriente Próximo.
---------- La guerra de Gaza complica el papel mediador de Turquía en Oriente Medio (EFE, 14/01/09) ----------
Andrés Mourenza
Estambul, 14 ene (EFE).- La actual ofensiva israelí contra el movimiento radical islámico palestino Hamás en la franja de Gaza está complicando el papel de Turquía -el principal aliado musulmán de Israel- como mediador en el conflicto de Oriente Medio. Por esa razón, emisarios turcos buscan una solución dialogada a la actual crisis, aunque sus principales dirigentes, como el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, elevan a diario el tono de sus críticas hacia Jerusalén.
"Mis críticas son duras, pero no tanto como las bombas de fósforo (supuestamente utilizadas por Israel en Gaza)", manifestó Erdogan esta semana después visitar a diez palestinos heridos que han sido trasladados a Turquía para su tratamiento.
El presidente saliente de EEUU, George W. Bush, habló esta semana por teléfono con su homólogo turco, Abdullah Gül, para pedirle que comprendiese la actitud de Israel, aliado de ambos países. Según ha trascendido en los medios turcos, Bush comparó la ofensiva en Gaza con las operaciones turcas contra las posiciones del grupo armado kurdo PKK en el norte de Irak, a lo que Gül respondió que ambas situaciones no tienen parangón y que Turquía no ha matado a civiles.
Algunos analistas sostienen que la posición crítica con Israel podría minar la capacidad mediadora de Turquía en la región, un papel que Ankara pretende reforzar este año a través de su asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. La diplomacia turca no ha descansado desde el inicio de las operaciones militares contra Gaza a finales de diciembre, pese a que sus relaciones con Israel se han resentido, según indica el "think-tank" pro gubernamental SETA en un reciente informe. Un indicio del enfriamiento de las relaciones es que en su reciente gira mediadora por la región, Erdogan no pasó por Israel, y pocos días más tarde el gobierno turco rechazó una visita a Ankara de la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni.
Mientras tanto, el peso de las mediaciones lo lleva uno de los principales asesores de Erdogan en política exterior, Ahmet Davutoglu, considerado un 'ministro de Exteriores en la sombra'. Davutoglu, que en los últimos días ha viajado a Siria y Egipto para entrevistarse con sus líderes, mantiene estrechos contactos con Irán e incluso con el líder de Hamás en Damasco, Jalid Mashal.
Además, el emisario turco parece haber convencido a Hamás a aceptar una misión de observadores internacionales en Gaza, siempre y cuando Turquía participe en ella, lo que Ankara estaría dispuesta a hacer.
Pero Erdogan parece sentirse traicionado por Israel, ya que no fue informado de antemano sobre la ofensiva, en un momento en el que su país llevaba meses patrocinando un diálogo indirecto de paz entre Jerusalén y Damasco. Inciertos son los efectos a largo plazo del malestar turco hacia Israel, aunque cabe recordar que no es la primera vez que una ofensiva israelí ha causado tensiones entre los dos países. Pero al final el interés en la cooperación -sobre todo militar- siempre ha prevalecido. Israel y Turquía mantienen una estrecha colaboración comercial y militar. Entre 1996 y 2004 el ejército turco compró material militar a Israel por valor de más de 3.000 millones de dólares, incluyendo la modernización de cientos de tanques y aviones de combate turcos por parte de ingenieros israelíes. Turquía recibe de Israel aviones autopilotados que el ejército turco usa en su lucha contra el PKK, mientras que pilotos de las fuerzas aéreas israelíes suelen entrenarse en espacio aéreo turco. Además, Turquía es uno de los destinos preferidos por los turistas israelíes, de los cuales miles descienden de familias sefardíes radicadas en el Imperio Otomano durante siglos.
Aparte de la furia de decenas de miles de manifestantes turcos contra la ofensiva en Gaza y el malestar del Gobierno, hay otras razones que explican las duras críticas de Ankara contra Israel. Turquía celebra el próximo 29 de marzo elecciones locales y las más recientes encuestas señalan que el partido islamista SP (Saadet Partisi) podrían aumentar un 5 por ciento sus votos en detrimento del más moderado AKP de Erdogan.
Por eso, el ejecutivo turco continua buscando un alto el fuego a través de la diplomacia informal, de manera que su imagen pro-palestina de cara a la opinión pública turca no quede manchada, mientras prosiga la cooperación estratégica y militar con Israel.
---------- El amigo turco (Cuaderno del Domingo, El Periódico de Catalunya - 25/01/09) ----------

Andrés Mourenza / Estambul

Acaba de regresar. Ahmet Davutoglu habla con el cansancio del viaje y la calma de un diplomático, sereno, midiendo cada palabra que sale de su boca. Solo ríe cuando relata que al inicio de su gira por Oriente Próximo, el destino de su misión era tan incierto que muchos de sus colaboradores partieron con una sola muda de ropa y con ella hubieron de aguantar durante ochos días.

Cuando comenzaron los ataques de Israel sobre Gaza el pasado 27 de diciembre, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, encomendó a Davutoglu, su asesor en política internacional, un rol de mediador entre los países europeos y Hamas para intentar alcanzar una solución al conflicto. Unas semanas después, en una sala de conferencias de un lujoso hotel de Estambul, Davutoglu cree cumplida la primera parte de su misión: “Si Hamas ha aceptado el alto el fuego, ha sido gracias al esfuerzo de Turquía”, aunque reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer.

Turquía, cuyo proceso de adhesión a la Unión Europea camina por senderos inciertos debido a la lentitud de las reformas internas, ha jugado la carta de mediador internacional para sumar puntos a su candidatura europea. Su situación estratégica y su habilidad en las relaciones internacionales quedaron patentes en las negociaciones durante la guerra que enfrentó a Georgia y Rusia el pasado verano y en el acercamiento entre Siria e Israel, cuyo objetivo era alcanzar un acuerdo de paz y la devolución a Damasco de los Altos del Golán, ocupados por los israelíes desde 1967. A pesar de que este último proceso saltó por los aires cuando Israel comenzó a bombardear Gaza, la UE ha agradecido los esfuerzos diplomáticos de Turquía en ambos temas.

Pero Ankara también se ha involucrado en mejorar las relaciones del grupo radical islámico Hamas con Egipto, entre los que existe gran suspicacia; en solucionar la crisis política del Líbano; en convencer a los grupos suníes de Irak de que se integrasen en la vida política del país e, incluso, se ha ofrecido para mediar entre Irán y la nueva administración de EEUU. “Esta es nuestra región y no nos interesa que se desestabilice. Por eso no podemos permitirnos el lujo de no prestar atención a los problemas de Oriente Próximo”, explica Davutoglu.

Pero, ¿quién es este hombre que está detrás de los esfuerzos mediadores de Turquía? Profesor universitario y embajador, Davutoglu es un asesor silencioso que no gusta de cámaras ni presión mediática y el arquitecto de la nueva política exterior de Turquía, que algunos estudiosos han denominado “neo-otomana” porque busca recuperar la influencia de Ankara en los territorios que antaño pertenecieron al Imperio Otomano. “Turquía es un país europeo, asiático, caucásico, balcánico y de Oriente Próximo, así que tenemos una política exterior integrada”, defiende el asesor turco y enuncia los principios de su estrategia: “mantener buenas relaciones con todos los actores de la región y una política activa para rebajar las tensiones”.

Así pues, al comenzar ofensiva israelí, los servicios diplomáticos turcos se pusieron manos a la obra. Erdogan se mantuvo constantemente en contacto con varios líderes europeos y, en especial, con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien, a pesar de su oposición a la entrada de Turquía en la UE, parece haber encontrado en el primer ministro turco un aliado para una suerte de diplomacia europea algo más independiente. Una delegación encabezada por el embajador turco Feridun Sinirlioglu se desplazó a Israel. Otra, liderada por Davutoglu, viajó a El Cairo, para estar en contacto con los dirigentes egipcios, que desempeñan un papel clave en el conflicto de Oriente Próximo. Desde allí, Davutoglu voló varias veces a Damasco, donde se halla la cúpula de Hamas en el exilio, con quien mantiene contactos desde 2006, cuando Ankara intentó sin éxito que la comunidad internacional aceptase la victoria islamista en las elecciones palestinas. Y desde Siria, los turcos cerraban el círculo entregando los mensajes de Hamas a la UE, que al considerar al grupo palestino como terrorista no puede dialogar con él.

Esta cercanía a Hamas, sumada a las duras críticas de Erdogan al gobierno israelí por las masacres de civiles de Gaza (las definió como “crimen contra la humanidad”), ha provocado un enfriamiento de las relaciones entre Israel y Turquía, dos países cuyos lazos son antiguos y sólidos. En 2008, 600.000 israelíes pasaron sus vacaciones en Turquía y el ejército turco es uno de los principales clientes de las fábricas de armamento israelí. Los medios israelíes, como el diario Haaretz, han cargado contra la posición del gobierno turco y el gobierno de Tel Aviv ha rehuido los contactos con Turquía. “Un (país) que es líder en la región no puede permanecer callado ante la muerte de más de 1.000 personas. Las críticas no van dirigidas a la gente de Israel ni contra los judíos; si esto ocurre en otro país, Turquía reaccionará igual”, justifica Davutoglu y pide que Hamas no sea marginado nuevamente.

Según Sinirlioglu, el siguiente tema en la agenda es fomentar la “reconciliación nacional” entre Hamas y Al Fatah, el partido del presidente palestino Mahmoud Abbas, cuyo mandato terminó el 9 de enero. Puesto que “sin reconciliación palestina será imposible rescatar el proceso de paz con Israel”. Este proceso de reconciliación será dirigido por Egipto, con la asistencia de Turquía, Qatar y Siria y debería dirimir el reparto de competencias en los territorios palestinos, además de la fecha de las próximas elecciones legislativas y presidenciales. “Esta vez todos los países deben reconocer el resultado de las elecciones”, pide Davutoglu.

En otra cuestión candente, el control de la frontera entre Egipto y Gaza -a través de la que Hamas se abastece de armas, según Israel-, las negociaciones prosiguen. Egipto se opone a la presencia de una fuerza militar extranjera -aunque sea turca, como proponía Hamas-, alegando su derecho a la soberanía territorial, por lo que en los círculos diplomáticos se habla del envío de una misión de observadores. Con todo, el mediador turco, asegura que sí hay un “acuerdo implícito” sobre los principios para lograr la paz: la apertura de corredores humanitarios, la retirada total del ejército israelí de Gaza, conseguir una reconciliación nacional en Palestina y un mecanismo para levantar el bloqueo israelí sobre los territorios palestinos. “El bloqueo se levantará, eso es seguro, el problema es hallar un mecanismo que satisfaga a todos”, dice.

Davutoglu define 2009 como un año clave para la estabilidad en Oriente Próximo, ya que se deben celebrar elecciones legislativas en los territorios palestinos, Israel y Líbano; presidenciales en Irán y locales en Irak. “Si algo va mal en ellas, perderemos otros cinco años”.

1 comentario:

adriahna dijo...

Qué buenos los artículos Andrés. Cabría preguntarse qué peso tiene esta línea de mediación en relación con la occidental de El cuarterto de Oriente Próximo, EEUU y la ONU.

Quizá porque venimos de Occidente se nos escapa esta otra perspectiva...