17 octubre 2006

Francia tensa la cuerda

La aprobación en la Asamblea Nacional francesa el pasado día 12 de una propuesta de ley que criminaliza la negación del “genocidio armenio” ha tensado las relaciones entre el país galo y Turquía, encendiendo las iras nacionalistas de los turcos con las consecuencias que ello puede acarrear en las negociaciones de adhesión a la UE. La propuesta presentado por el grupo socialista –que aún debe ser ratificada por el Senado y el Presidente de la República- penalizará con hasta un año de cárcel y 45.000 euros de multa a aquellos que públicamente nieguen la existencia del supuesto genocidio cometido por los otomanos durante la Primera Guerra Mundial contra la población civil armenia. El comisario para la Ampliación de la UE, Olli Rehn, ya avisó con antelación del peligro que la aprobación de esta propuesta podría tener para las negociaciones que mantienen la Unión Europea y Turquía. “Nuestro objetivo es solucionar el problema a través de un debate serio -afirmó el político finlandés según recoge el periódico turco The New Anatolian-. Esta proposición podría dañar el diálogo entre Ankara y la UE”. Fuentes diplomáticas confirmaron también a este periodista la preocupación latente entre los cónsules y embajadores de diversos países presentes en una reunión mantenida el diez de octubre para discutir la iniciativa francesa. La asociación francesa Historiadores para la Libertad también se posicionó en contra de la nueva ley, así como el escritor Jean-Michel Thibaux, quien solicitó la nacionalidad turca como acto de protesta. Los rotativos turcos, sin excepción, calificaron la propuesta francesa de “atentado contra la libertad de expresión” y, aunque algunos políticos turcos se han mostrado más comedidos, asociaciones de consumidores, sindicatos y agrupaciones empresariales han llamado al boicot de productos franceses. Se calcula que las empresas francesas podrían perder 10.000 millones de dólares en contratos e inversiones de Turquía y que se paralizarán numerosos proyectos comunes, según el diario económico Referans. “A pesar de que Francia fue un modelo para la joven república turca, perderá todos sus privilegios e influencia”, señaló un alto funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores al diario The New Anatolian. Ni siquiera los armenios presentes en Turquía han acogido con satisfacción esta propuesta. Según un reportaje emitido el viernes en el canal privado Star, los ciudadanos de origen armenio que han emigrado a Turquía huyendo de la pobreza de su país piensan que esta ley podría perjudicarles y no están de acuerdo con ella. El doble juego de Paris Desde el comienzo de las negociaciones de adhesión a la UE de Turquía el 3 de octubre del pasado año, Francia se ha distinguido como el mayor oposición a su entrada. Presumiblemente, Paris teme la pérdida de influencia que provocaría la entrada en la UE de un país con mayor número de población y situado en el sur de Europa. En las últimas semanas, la presidencia finlandesa de la UE ha buscado una solución al conflicto que Turquía mantiene con Chipre, país al cual aún no ha abierto sus puertos aéreos y marítimos. El plan finlandés propone la apertura del puerto turcochipriota de Famagusta bajo el auspicio de la ONU -lo que supondría un cierto grado de reconocimiento del gobierno de la República Turca del Norte de Chipre, algo que siempre ha buscado Ankara- a cambio de la apertura de Turquía al comercio con Chipre. Aunque el plan ha sido acogido con cierta tibieza por el gobierno turco, no hay duda que supone un paso adelante en las negociaciones para la resolución del contencioso, más aún, en vista a la presentación el próximo 8 de noviembre del informe de la Comisión Europea sobre el desarrollo de las negociaciones con Turquía. Sin embargo, la presión de los grupos nacionalistas turcos podría hacer saltar la propuesta finlandesa. ¿Y que mejor modo de fortalecer a estos grupos que tocando la fibra nacionalista altamente irritable en lo que respecta a las reivindicaciones armenias?

2 comentarios:

Defender of the Faith dijo...

Hombre yo veo bien la propuesta francesa. Es como la negación del holocausto. Otra cosa muy distinta es que la presenten justo ahora que se habla de la integración turca y que lo hagan para levantar una oleada de antieuropeísmo en Turquía y así que no entre y ellos sigan con la misma influencia. De eso sí que estoy en contra, además de ser una jugada totalmente rastrera. Pero bueno, los turcos, como todos, también tendrán que apechugar con su pasado, lo que no quiere decir que ellos sean unos genocidas.

Un saludo

Andrés Mourenza dijo...

Yo en principio no estoy de acuerdo con que se cierre la discusión pública sobre un tema con tanta facilidad (de hecho se rechazó la proposición de un diputado de origen armenio que excluía a los académicos y científicos de la ley). Y respecto a ningún episodio de la historia (lo que no quiere decir que apoye a los que pretenden un absoluto revisionismo histórico).
El problema también es que lo haya hecho Francia. El hecho de que el tema armenio sea tabú en Turquía se debe a su particular chovinismo, que no es sino una copia del francés (reconocidamente además). Hay cosas que tampoco suelen salir tanto en los diarios, como que el Parlamento francés llegó a votar (aunque la rechazó, si no me equivoco) una resolución que ensalzaba el papel de Francia durante su época colonialista y el bien que hizo en sus colonias.

Un saludo al Alto Aragón