En las últimas semanas las críticas contra el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, han arreciado, incluso entre la prensa afín a su gobierno debido al endurecimiento del acceso al alcohol y por sus críticas a una serie de televisión que muestra al sultán otomano Suleimán El Magnífico rodeado de concubinas de su harén y tomando alguna copa de más.
Dogan Tiliç
Ankara.- Kemal Kiliçdaroglu, líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP), la mayor formación de la oposición en Turquía, criticó con dureza a Erdogan, a quien acusa de llevar al país euro-asiático al "fascismo". En una entrevista con la Agencia EFE, el líder del CHP (laico, nacionalistas y socialdemócrata), afirmó que recientes decisiones, como el endurecimiento del acceso al alcohol, dan muestra de la "agenda secreta" del gobierno islamista moderado.
"A medida que consolidan su poder y van consiguiendo el control de las instituciones estatales, empiezan a hacer visible su agenda secreta. Después de la reforma constitucional han conseguido en gran medida el control de la judicatura y han empezado a interferir en el estilo de vida de la gente. Quieren cambiar el día a día de la gente. Es un gobierno que va a dirigir el país al fascismo paso a paso", afirmó Kiliçdaroglu.
En las últimas semanas las críticas contra Erdogan han arreciado, incluso entre la prensa afín, por el endurecimiento del acceso al alcohol, prohibido por el islam, y por sus críticas a una serie de televisión que mostraba al sultán otomano Suleimán "El magnífico" rodeado de concubinas de su harén y tomando alguna copa de más. Con la nueva regulación se imponen trabas a la venta de alcohol en bodas, recepciones y otros actos sociales. También se prohíbe la venta de alcohol en restaurantes cercanos a las autopistas y en locales donde estén presentes personas menores de 24 años. "Por supuesto que se debe de proteger a los más jóvenes de malos hábitos como la bebida y el tabaco. No estoy contra ello. Pero esto es algo diferente. Intentan controlar la vida social de las personas y las familias utilizando el pretexto del alcohol. Esto no tiene cabida en la democracia", aseguró.
"Fíjese en la actitud del primer ministro sobre el arte. Desea la destrucción de un monumento en Kars e impone restricciones sobre una serie de televisión. Un primer ministro no puede tener semejantes juicios de valor en una democracia. El arte y los artistas deben de gozar de libertad", agregó. En una reciente visita a Kars, capital de una provincia turca fronteriza con Armenia, Erdogan calificó de estéticamente "monstruosa" una escultura de 30 metros de altura en honor a la amistad turco-armenia y pidió al alcalde que la retirara antes de su próxima visita a la ciudad. El renombrado escultor turco Mehmet Aksoy, autor de la obra, dijo que la actitud del primer ministro era propia de "talibanes".
En el caso de la serie de Suleiman "El magnífico", a Erdogan no le gustó cómo se representaba al poderosos sultán, rodeado de lujos y placeres terrenales, por lo que dijo que se debía de proteger el buen nombre de las "figuras históricas".
Para las próximas elecciones parlamentarias previstas para el 12 de junio, el CHP espera obtener hasta el 37% de los votos para poder gobernar, incluso formando una coalición con otros partidos laicos. Kiliçdaroglu, a quien apodan el "Gandhi turco" por su parecido físico con el líder indio, ha conseguido desde su llegado al frente del CHP el pasado mayo aumentar entre un cinco y un diez por ciento el apoyo de su formación en las encuestas, hasta alrededor del 30%. Conocido por su lucha contra la corrupción y por su honestidad, su llegada a la cúpula del CHP hizo que por vez primera vez en nueve años su formación tenga esperanzas de vencer al partido de Erdogan, que gobierna Turquía desde 2002.
"Es lo que necesita el país. Necesitamos un segundo movimiento de liberación y la gente debe de apostar por un gobierno del CHP", afirmó subrayando su deseo de gobernar el país en solitario. "Las universidades están silenciadas. Hay alrededor de 50 periodistas en la cárcel. La gente tiene miedo de criticar al gobierno. Los periodistas tienen miedo de preguntar al primer ministro. Creo que nuestro amigos europeos empiezan a darse cuenta de todo esto", explicó sobre la necesidad del cambio.
Kiliçdaroglu se declara a favor de la Unión Europea (UE) y de los valores europeos, y sus modos, educado y discreto, distan mucho de la fogosidad de Erdogan, que sigue siendo después de ocho años en el poder el político más valorado. Otro aspecto en el que dice que se centrará es en la solución del conflicto kurdo, que desde principios de los ochenta ha costado la vida a 45.000 personas en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Sin embargo, Kiliçdaroglu nunca ha pronunciado en público desde que fue elegido líder del CHP la palabra "kurdo". "Estoy en contra de hacer política sobre bases étnicas. Todo se debe de discutir y hablar, pero se deben de dejar de lado las armas. Por desgracia en este país nos hemos convertido prisioneros de algunas palabras. Pronunciar o no pronunciar determinadas palabras hacen la discusión y la solución imposibles. Y nosotros nos vamos a centrar en la solución", aseguró.
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