15 septiembre 2010

El referéndum sobre la reforma de la Constitución en Turquía en tres pasos

Andrés Mourenza
Estambul
"Han sido nuestros chicos", susurraron al oído del presidente estadounidense Jimmy Carter tal día como hoy hace 30 años. Hacía apenas unas horas que nuestros chicos, los militares turcos dirigidos por el general Kenan Evren, habían tomado el poder en Ankara por la fuerza de los tanques.Fue un golpe de Estado bien visto por EEUU y Europa, ya que puso fin a la violencia política que vivía Turquía en los años 70. Pero no fue un golpe quirúrgico como los que se habían producido en décadas anteriores (1960 y 1971), sino que su objetivo fue modificar del todo el panorama político. Los partidos anteriores al putsch fueron clausurados y sus siglas ilegalizadas hasta bien entrados los años 90, y la represión se cebó en los políticos y sindicalistas, especialmente de la izquierda, que no volvió a recuperarse de aquel golpe. Medio millón de personas fueron detenidas, más de 200.000 procesadas, una cincuentena ejecutadas y 171 torturadas hasta la muerte.
En 1983, cuando el país regresó a la senda democrática, lo hizo bajo la atenta mirada de los generales: Evren fue convertido en presidente y se aprobó una nueva Constitución, aún vigente, que sustituyó a la de 1961, también impuesta por un golpe de Estado pero mucho más progresista y que los militares turcos consideraban un «lujo» para sus compatriotas.
Desde entonces, la Carta Magna ha sido modificada una decena de veces -por ejemplo, para eliminar la pena de muerte y reducir el poder del Ejército-, pero la reforma que se vota hoy tiene un significado especial. De aprobarse, se levantaría la disposición que impide perseguir judicialmente a los autores del golpe de 1980, de modo que el general Evren podría verse obligado a cambiar su plácida jubilación pintando cuadros de dudoso gusto por el banquillo de los tribunales.
«El 12 de septiembre fue un duro golpe para la democracia. La gente simplemente desaparecía. Si los muros de la prisión de Diyarbakir pudieran hablar...», dijo el primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, en uno de sus últimos mítines, precisamente en esta ciudad del sureste kurdo. Su objetivo es atraer hacia el sí a la población kurda, que en su mayoría aprueba la reforma pero la considera insuficiente. Tanto los nacionalistas kurdos como el grupo armado PKK -que ha declarado un alto el fuego durante el proceso electoral- han llamado al boicot, por lo que las encuestas prevén un resultado muy ajustado: 51% para el sí y 49% para el no.
TERMÓMETRO PARA ERDOGAN / Mientras el Ejecutivo, junto a asociaciones liberales y la UE, ha promovido el apoyo a la reforma, la oposición -desde la ultraderecha a la izquierda- ha convertido la consulta en un plebiscito sobre el Gobierno de Erdogan, por lo que el resultado será tomado como un termómetro cara a las elecciones generales del próximo año.
Lo que es cierto es que supondrá un antes y un después en la historia política turca. Fatmagül Matur, de la asociación antimilitarista Jóvenes Civiles y cuyos familiares y conocidos fueron reprimidos por los golpistas, lo tiene claro: si vence el sí, el lunes por la mañana se dirigirá a los tribunales para demandar al general Evren.

LA CLAVE: 26 enmiendas de la Constitución
-Los artículos más polémicos de la reforma constitucional son los que se refieren a la reforma del poder judicial, que actualmente es el mayor bastión de oposición al gobierno islamista moderado de Erdogan, y a permitir encausar a los militares en tribunales civiles.
-Aumentará el número de jueces del Tribunal Constitucional y del Consejo Superior del Poder Judicial, dando más poder al parlamento en su elección. La oposición critica que, al tener el partido de Erdogan mayoría en la asamblea, pondrá estos órganos bajo su control.
-Otras reformas menos polémicas incluyen el establecimiento del defensor del pueblo; medidas de discriminación positiva para niños, mujeres y minusválidos; la ampliación de los derechos sindicales y mayor protección de la privacidad.

Andrés Mourenza
Estambul
Los turcos dieron ayer un sí mayoritario a la reforma constitucional promovida por el Gobierno islamista moderado de Recep Tayyip Erdogan. «Esta noche ha perdido la mentalidad golpista», dijo el primer ministro tras darse a conocer los resultados: 58% para el si y 42% para el no, con un 77% de participación.
"El 12 de septiembre pasará a la historia de la democracia en Turquía. Con este voto se abre una página brillante sobre un proceso manchado por el golpismo. El régimen de tutela [militar] se tendrá que enfrentar a la historia". Estas palabras de Erdogan no eran meros adornos retóricos. A partir de hoy, gracias a la aprobación de la reforma, ya no rige la disposición que impedía juzgar a los militares que el 12 de septiembre de 1980 tomaron el poder por las armas para, dos años después, redactar la restrictiva Constitución aún vigente, aunque modificada.
Entre las enmiendas aprobadas por los turcos se encuentran varios puntos polémicos, como la reforma de la justicia que dará más poder a un Parlamento controlado por el partido de Erdogan a la hora de elegir a los miembros de los órganos judiciales. La oposición llamó a que se anticipen las elecciones -previstas para julio de 2011- y el jefe del principal partido laico, Kemal Kiliçdaroglu, afirmó que el Gobierno «ha presionado» al pueblo para que votara a favor de la reforma.
COMO EN LAS GENERALES / Tal y como manifestó a la CNN-Türk el exmagistrado del Tribunal de Estrasburgo Riza Türmen, «no se ha explicado bien al pueblo el contenido del referendo» y no está claro si los turcos votaron verdaderamente las enmiendas o lo hicieron según su filiación partidista. De hecho, el mapa de los resultados se correspondió casi exactamente con el de las elecciones generales. Votaron no la costa del Egeo y la Tracia, fieles al Partido Republicano del Pueblo (laico), el sur ultranacionalista y un par de provincias orientales de tradición izquierdista. Apoyaron la reforma todos los votantes de Erdogan y los kurdos que acudieron a las urnas.
Había gran expectación por los resultados en el sureste, donde se concentra la mayoría kurda, ya que tanto los nacionalistas kurdos del Partido de la Paz y la Democracia (BDP) como el grupo armado PKK habían llamado al boicot después de que Erdogan se negara a incluir en la reforma sus propuestas, como la protección constitucional de sus derechos culturales.
MILES DE POLICÍAS / El Gobierno desplegó miles de policías y hubo más de un centenar de detenidos por amenazar a quienes se acercaban a las urnas. Los medios kurdos, a su vez, denunciaron que las fuerzas de seguridad trataron de intimidar a la población para que fuese a votar.
Hay que tener en cuenta que la sociedad kurda, en especial cerca de la frontera iraquí, es muy rural, y donde todos se conocen y todo se sabe resulta muy difícil rebelarse tanto ante las llamadas al boicot de los rebeldes kurdos como frente a las presiones de los gendarmes locales. No hubo cifras oficiales, pero la agencia prokurda Firat cifró en torno al 40% la participación en las zonas kurdas. La gran mayoría votó sí.

EL ANÁLISIS Un espaldarazo a la candidatura presidencial
Recep Tayyip Erdogan debió frotarse las manos al conocer los resultados del referéndum. La que se votó ayer fue su apuesta política más atrevida ya que la oposición convirtió la consulta en un plebiscito sobre el gobierno y el futuro del líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Desde que accedió al gobierno en 2002, con un 35 % de los votos, Erdogan siempre ha vencido en las urnas: 42 por ciento en las locales de 2004; 47 en las generales de 2007 y 39 en las municipales de 2009.
Para nadie es un secreto que Erdogan ansía poder sentarse en la silla presidencial, cuyo primer ocupante fue el fundador de la República, Mustafa Kemal Atatürk. Según los analistas, si el apoyo en el referéndum hubiese superado el 60 por ciento, Erdogan no dudaría en presentarse a la elección presidencial de 2012, que por primera vez se llevará a cabo mediante voto popular. Pero el 58 por ciento conseguido invita a esperar a los resultados de las elecciones legislativas del próximo año, que deberá disputar contra una oposición dirigida por el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, cuya estrella, hasta el referéndum, iba en aumento.
Una eventual candidatura de Erdogan a presidente aterra a los sectores laicos de Turquía, que ya tuvieron que tragar con la de Abdullah Gül, islamista moderado pero que a la postre se ha revelado un político equilibrado y diplomático. Gül probablemente prefiere seguir él en la silla de árbitro, pero el más impulsivo Erdogan podría exigir su derecho a la sucesión.
Sólo ha habido un político turco que haya tenido más popularidad en las urnas que Erdogan: el primer ministro conservador Adnan Menderes, que en los años 50 gobernó con mayoría absoluta durante tres legislaturas. Acabó colgado por los militares.

La UE aplaude las reformas de Turquía pero pide más
Eliseo Oliveras / Bruselas
Andrés Mourenza / Estambul
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), la Comisión Europea y el Parlamento Europeo aplaudieron ayer la mayoritaria aprobación en las urnas de la reforma constitucional de Turquía, pero se mostraron cautos sobre su impacto en las bloqueadas negociaciones de adhesión de este país a la UE e insistieron en que Ankara necesita emprender aún muchas otras reformas para despejar su camino hacia la integración.
La división de los Veintisiete sobre el mensaje a transmitir a Turquía, y sobre la propia eventual adhesión del país a la UE, llevó a los ministros de Exteriores reunidos en Bruselas a trasladar a los líderes la responsabilidad de emitir una valoración común durante la cumbre europea que se celebrará el jueves.
Mientras los países más partidarios de la adhesión, como España, Suecia y el Reino Unido, consideraban el resultado del referendo un avance muy importante, los más reticentes, como Francia, Alemania y Austria, se mostraban mucho más reservados. Para España, el referendo constituye «una señal clara de la vocación europeísta de Turquía», destacó el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. «Demuestra el compromiso que tienen la sociedad y las autoridades turcas de modernizar las instituciones políticas y sociales y de dar un paso importante y cualitativo hacia la UE», añadió Moratinos.
PRUDENCIA / «El referendo abre la puerta europea, porque prepara el terreno para una evolución más abierta y democrática del país», destacó el ministro sueco de Exteriores, Carl Bildt, aunque advirtió que llevará tiempo preparar esa eventual adhesión. Alemania indicó que se trata de un «paso suplementario importante en el camino de Turquía hacia Europa», pero el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, está más abierto a la adhesión que la cancillera Angela Merkel, que se alinea con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en defender una relación especial de la UE y Turquía, pero sin que llegue a ser Estado miembro.
Incluso la Comisión Europea, en teoría favorable a la adhesión, subrayó que el referendo debe ir seguido de «otras muchas reformas en el ámbito de las libertades individuales y los derechos fundamentales». En la misma línea se pronunció el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek.
El contencioso sobre Chipre mantiene bloqueada la apertura de 18 capítulos clave de los 35 que componen el tratado de adhesión, y ya solo quedan tres capítulos cuya negociación pueda abrirse en el futuro sin un compromiso sobre la isla.
En clave interna, el sí en el referendo del domingo, además de dar un espaldarazo al primer ministro Recep Tayyip Erdogan, ha abierto nuevas posibilidades en la política turca. Incluida la posibilidad de aprobar una nueva Constitución totalmente civil, ya que la Carta Magna vigente fue aprobada durante la Junta militar (1980-1983).
El diputado de la mayoría y presidente de la comisión constitucional del Parlamento, Burhan Kuzu, se refirió ayer a dos posibilidades: la primera, seguir con las reformas para renovar totalmente la actual Constitución, y la segunda, esperar a los resultados de las elecciones del 2011 y que Gobierno y oposición colaboren en la redacción de un nuevo texto.
SILENCIO MILITAR / Por el momento, los militares, principales perdedores del referendo, permanecen callados. Y no puede ser de otra forma, ya que las reformas de los últimos años han reducido su poder. Quien sí habló fue la alta magistratura, que ve cómo aumenta el peso del Parlamento en la elección de sus órganos. «Hemos dado un paso atrás en la independencia judicial», lamentó Kadir Özbek, vicepresidente del Consejo Superior de Jueces y Fiscales.
La otra lectura de los resultados se halla en el Kurdistán: los nacionalistas kurdos se han revelado muy importantes en sus bastiones, pero no decisivos en el conjunto de Turquía. Por ello, el líder del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), Selahattin Demirtas, tendió la mano al primer ministro para cooperar en la solución del conflicto: «Si queremos que siga el alto el fuego del PKK [declarado por el referendo] el Gobierno debe hacer algo».
EL DETALLE: Llueven demandas contra los generales golpistas
Los tribunales de Ankara, Estambul, Esmirna, Bursa y Diyarbakir comenzaron ayer a recibir demandas contra el general Kenan Evren, quien dirigió el sangriento golpe de estado de 1980 y hasta la aprobación del referéndum del domingo disfrutaba de inmunidad. Evren, de 93 años, ha asegurado que si es llevado ante la Justicia se suicidará para proteger su honor militar.

1 comentario:

Javier dijo...

Me pareció una noticia extraordinaria. Espero que la situación avance por ese camino y Turquía siga acercándose a la Unión.

Un saludo.