15 abril 2009

Obama hasta en el postre

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Obama se convierte en reclamo para postres (El Periódico, 11/04/09)
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Andrés Mourenza
El presidente de EEUU, Barack Obama, regresó ya a casa y, por fin, la normalidad ha vuelto a las calles de Estambul y Ankara. Se acabaron los impedimentos a la circulación, los piquetes policiales, el aumento de los ya de por sí descomunales atascos, los cortes de calles -incluso para gente que necesitaba ir al médico-, todas esas molestias que, en Turquía, van incluidas en el precio de las visitas de mandatarios extranjeros, sobretodo si levantan tanta expectación como la de Obama.
La revista humorística Pengüen ironiza sobre los percances que causan este tipo de visitas con una viñeta en la que un policía avisa a los inquilinos de una casa: "Cerramos el tráfico entre el salón y las habitaciones, para entrar al baño tendrán que pasar un control de seguridad".
Con todo, el presidente de EEUU, un país que tanta aversión despertaba hasta ahora en el turco de a pie, se ha convertido en un verdadero icono de la cultura popular turca. Desde el momento en que fue anunciada la visita, las calles de Turquía se llenaron de su afroamericano rostro. No era ninguna propaganda gubernamental, sino el anuncio de un crédito de bajo interés que usa la cara de Obama como reclamo.
Cuando el presidente estadounidenses aterrizó en Estambul, todas las avenidas que recorrió hasta llegar al hotel estaban cubiertas de una interpretación minimalista del famoso póster de Shepard Fairey con el mensaje: Dijimos Hope (esperanza): nuestra única esperanza es T-box (marca de ropa interior).
Pero quizás, el uso más original de la marca Obama haya sido el de una de las más famosas reposterías de Estambul, Güllüoglu. Su dueño, el pastelero Nadir Güllü, ideó crear un retrato de Obama a base de su especialidad: el baklava, ese dulce de pasta filo, frutos secos y miel tan típico de Oriente Próximo. "Junto a mi hija, pensé en qué podríamos hacer nosotros para contribuir a la paz en el mundo", explica el jocundo confitero, ocultando sus intenciones comerciales con un bello y florido discurso que parece sacado de la carpeta del mismo Obama. "Y como estas guerras se ceban especialmente en los países musulmanes y nos iba a visitar Barack Hussein Obama -dice, remarcando el segundo nombre-, cuyo origen es musulmán, decidimos crear una bandeja de baklava con su rostro".
El encargado de esta obra fue el maestro pastelero Yavuz Inal, quien, junto a cinco ayudantes, trabajó en ella durante dos días cociendo por separado los varios tipos de baklava con los que luego formó el retrato. "La parte más difícil fueron las orejas", explica. El postre que resultó fue denominado Baracklava, en honor al presidente. "Ahora buscamos una manera de enviarlo a la Casa Blanca, aunque necesitamos alguien de confianza porque, si no, lo probarán los de seguridad y nos fastidiarán la obra", afirma Güllü. "Nuestro mensaje a Obama es claro: come dulce, habla dulcemente".
Pero, pese a lo maravilloso que pueda haber sido el trabajo de los pasteleros, que han puesto "el alma y el corazón" en ello, no hay mucha diferencia con el resto de baklava. Después de todo, el Baracklava está hecho de la misma pasta.

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