El entrenador del Besiktas, Bernd Schuster, cerró hoy su semana más "dura" desde que llegó a Turquía, al encadenar tres derrotas consecutivas con graves consecuencias para las aspiraciones de su equipo en la Superliga turca y en la Liga Europa.
Hoy el equipo blanquinegro perdió en casa 2-4 frente a su eterno rival, el Fenerbahçe, a lo que se añade la derrota del pasado fin de semana ante el modesto Ankaragücü, por lo que se sitúa sexto en la tabla a 16 puntos del liderato. El jueves había sido derrotado por el Dinamo de Kiev 1-4 en partido de ida de la Liga Europa, perdiendo gran parte de sus opciones de continuar en la competición en que mejor le iba.
"Ha sido una semana muy dura para nosotros", afirmó Schuster a pregunta de EFE. "Pero ahora lo primero que tenemos que hacer es recuperar la moral (...). No hay que mirar mucho más adelante, porque las cuentas hay que hacerlas a final de la temporada", añadió y recordó que a su equipo aún le quedan buenas opciones en la Copa de Turquía, en la que ha encarrilado la eliminatoria de cuartos de final con un 5-0 en el partido de ida.
Los malos resultados han provocado que parte de la grada se vuelva contra él y se escuchen pitidos hacia la tribuna de la dirección, el campo y el banquillo. "Si la afición me pita, no me molesta. Prefiero que me pite a mí que a mis jugadores, porque ellos son los que tienen que jugar y los que tienen que ganar. Si el público no está contento, que me pite. Esto es algo con lo tenemos que vivir y yo no empecé ayer en esto del fútbol", aseguró Schuster durante la rueda de prensa posterior a la derrota frente al Fenerbahçe.
También restó importancia a los artículos críticos en la prensa deportiva de Turquía. "Me dan igual, pues yo no entiendo nada (de turco)", afirmó.
Sobre el partido, Schuster subrayó lo "vibrante" del derbi y dijo que su equipo tuvo "mala suerte" ya que el penalti pitado en su contra cuando ganaba 2-1 dio la vuelta al encuentro.
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