03 marzo 2008

La otra cara de Diyarbakir

Foto: dos niños en la torre de los Siete Hermanos (Oficina de Prensa del Ayuntamiento de Diyarbakir)

Diyarbakir, la ciudad kurda cansada de guerra, lucha por mostrar otra imagen (EFE - Terra)

Por Dogan Tiliç

Diyarbakir, la "capital" del sudeste turco y de los kurdos de Turquía, lucha por cambiar su imagen de ciudad en guerra y ha logrado despertar interés en la XII Feria Internacional de Turismo y Viajes del Mediterráneo Oriental, que se celebra esta semana en Estambul.

"Diyarbakir está cansada de que se la relacione con el terrorismo. Queremos mostrar la otra cara de la ciudad", afirma Seyhmus Diken, conocido escritor que durante años ha presidido la Fundación de Promoción Cultural de Diyarbakir y que asesora en temas culturales al popular alcalde de la localidad kurda, Osman Baydemir.

En declaraciones a Efe, Diken explicó los problemas de la ciudad: "Cada vez que una bomba explota en el sudeste, incluso si sucede a cientos de kilómetros, la gente de fuera cree que ha sucedido en un barrio de Diyarbakir. Queremos cambiar esta errónea percepción".

"Diyarbakir es una ciudad muy antigua. Es una metrópolis. Los mismos eventos que tienen lugar en cualquier ciudad del oeste los tenemos en Diyarbakir también", añade el escritor.

"La París del Este" o "La ciudad de las sandías" eran los lemas con que se conocía a Diyarbakir hace un par de décadas, pero en los últimos 20 años se ha convertido en una ciudad de terrorismo y miedo, migración y pobreza, desempleo y niños sin hogar, por el conflicto entre los nacionalistas kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las fuerzas de seguridad turcas.

"Aviones que despegaron en Diyarbakir bombardearon hoy al PKK en el norte de Irak", "Un coche bomba mata a 7 personas y hiere a 63 en Diyarbakir" o "Cien mil personas se reúnen en Diyarbakir para celebrar el Newroz (Año Nuevo kurdo) y se enfrentan a la policía", son algunos ejemplos del reflejo de la ciudad en los medios internacionales que sus habitantes están cansados de oír.

Es cierto que la lucha que comenzó el PKK en 1984 en demanda del autogobierno para los 12 millones de kurdos que viven en Turquía ha causado 35.000 muertos y que el 35 por ciento del casi millón de personas que viven en Diyarbakir está sin empleo.

Pero, según explicó a Efe Nurcan Baysal, presidenta del Centro de Desarrollo de Diyarbakir, "aunque la mayoría de la gente se está empobreciendo aún más, algunos han mejorado (su nivel de vida) gracias al ambiente pacífico de los últimos años. Se han abierto nuevos mercados, cines e incluso clases de ballet".

Cuando uno viaja ahora desde Diyarbakir a Van (en la frontera con Irán), pasando a través de Mardin, Midyat, Hasankeyf, Batman, Siirt y Bitlis, se da cuenta de cómo ha cambiado una región por la que antes estaba prohibido circular por las carreteras de noche.

Nedim Çizmeci, presidente de la Asociación de Promoción y Turismo de Diyarbakir, se enorgullece al decir que el número de turistas se incrementó en un 110 por ciento en 2007, llegando al millón de viajeros. "Nuestro objetivo para 2008 es un millón y medio", añade.

¿Cómo pretende esta ciudad, cansada de la guerra, atraer turistas y, así, cambiar su destino?

"Diyarbakir es aún una ciudad viva, multicultural y multirreligiosa. Tenemos una iglesia asiria, donde aún se reza en la lengua original de Jesús. Hay iglesias caldeas y armenias, donde los fieles siguen orando. También poseemos la mezquita más antigua de Anatolia", explica Diken.

Las autoridades de Diyarbakir pretenden dar a conocer al mundo que la ciudad es uno de los centros religiosos más importantes del Oriente Medio, donde se hallan las tumbas de nueve profetas, la segunda ciudad sagrada para los judíos (Kalne) e incluso, siguiendo la tradición católica, en el mismo Diyarbakir se encuentra uno de los pedazos de la 'Vera Cruz' de Jesucristo.

Los habitantes de Diyarbakir también se muestran orgullosos de su muralla de 1.700 años de antigüedad que es la segunda más larga del mundo, después de la de China.

También se enorgullecen de que en el Palacio de Artuklu se encuentre lo que los arqueólogos consideran el primer robot del mundo, construido hace 900 años; o se conserve un Antiguo Testamento originalmente escrito sobre piel de gacela y, por supuesto, de que 27 "sahabes" (personas que vieron en vida a Mahoma) estén enterrados en Diyarbakir.

Pero no sólo de monumentos históricos o religiosos vive el hombre y el restaurador Selim Nazlican recomienda visitar la ciudad para saborear su cuidada cocina tradicional, como las famosas "costillas rellenas", cuya tierna carne se deshace en la boca.

"Lo tenemos todo para atraer a la gente a nuestra ciudad -garantiza Nazlican-. Lo que necesitamos es paz y cambiar la imagen de Diyarbakir, que siempre se relaciona con el terrorismo".

EFE

3 comentarios:

Anónimo dijo...

VISITEN DIYARBEKIR!! (Asi escriben los kurdos el nombre de la ciudad)
Realmente su gente es muy hospitalaria, los sitios turisticos muy interesantes, el lahmacun delicioso.
En una palabra: MARAVILLOSO!!
Estube ahi en febrero y los paisajes con nieve son preciosos!

Anónimo dijo...

Perdon... Olvide escribir mi nombre: Mary, escribiendo desde Mexico... y por cierto... me quedaron ganas de volver a Diyarbekir!! :D

VISITEN DIYARBEKIR!! (Asi escriben los kurdos el nombre de la ciudad)
Realmente su gente es muy hospitalaria, los sitios turisticos muy interesantes, el lahmacun delicioso.
En una palabra: MARAVILLOSO!!
Estube ahi en febrero y los paisajes con nieve son preciosos

Andrés Mourenza dijo...

Gracias Mary por tu aportación, la verdad es que yo estoy deseando visitar Diyarbakir, sobre todo después de haber probado el tradicional plato kurdo "Kaburga dolmasi" (Costillas de cordero rellenas de arroz) que se cocinan durante 8 horas y como dice Dogan Tiliç en su artículo se deshace en la boca.