30 julio 2008

Atentado en el barrio obrero de Güngören, Estambul 1

Dos bombas causan 14 muertos y más de 100 heridos en Estambul

ANDRÉS MOURENZA Un atentado en el barrio de Güngören, en Estambul, produjo anoche un cómputo de víctimas de al menos 14 muertos y más de 140 heridos, mucho de ellos de gravedad. Aunque en un principio se especuló con la posibilidad de que se tratase de un escape de gas, el delegado del gobierno en Estambul, Muammer Güler, quien se desplazó de inmediato al lugar de la explosión, aseguró que se trataban de dos bombas y que fueron colocadas para causar el mayor daño posible. La policía turca sospecha que el doble atentado puede ser obra del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). "Ha sido una acción traidora, inhumana, en un lugar muy concurrido y dirigida a matar al mayor número posible de personas", condenó Güler. El explosivo utilizado en el atentado era plástico, aunque anoche se desconocía si fue accionado por control remoto. "Decenas de personas estaban esparcidas por el suelo; cabezas, brazos volaban por los aires", declaró a Reuters un testigo presencial. "Hemos recibido unos 30 heridos", declaró Abdulá Toker, director del hospital Güngören Kolon. Las imágenes de televisión mostraron a ambulancias transportando personas malheridas como consecuencia de la explosión. TÍPICA NOCHE DE VERANO Se trataba de una típica noche de verano en Güngören, un barrio obrero, con cierto número de pequeñas oficinas y fábricas, situado en la parte suroeste de la zona europea de Estambul y muy lejos del centro y de los lugares turísticos. Debido al calor estival, los vecinos habían salido de sus casas y cientos de personas paseaban o hacían la compra por la calle Menderes, que había sido cerrada al tráfico para mayor comodidad de los viandantes. Hacia las 21.45 horas se produjo una leve detonación junto a un cubo de basura, lo que provocó que una multitud de personas saliese de tiendas y cafés para enterarse de lo que había pasado. Según el gobernador Güler, hasta 1.000 personas se concentraron en el lugar. Y 10 minutos después, a unos 50 metros de la primera explosión, estalló el segundo artefacto, mucho más potente, que rompió vidrios de edificios y vehículos de los alrededores y provocó la totalidad de los muertos y de los heridos que se encuentran graves, según publicó anoche la edición electrónica del diario Hürriyet. La segunda explosión causó pánico entre la concurrencia, que temía una tercera. El lugar se llenó de ambulancias, policías y artificieros que cerraron la zona al tránsito. El gobernador Güler, junto al jefe de la Dirección General de Seguridad, Celalettin Cerrah, se personaron de inmediato en el lugar de los hechos y el ministro del Interior, Besir Atalay, viajó desde Ankara a Estambul. CAUTELA ANTE EL TERROR Güler pidió a los medios de comunicación turcos no mostrar las imágenes grabadas inmediatamente tras el atentado para "no extender el terror entre la población" ya que eran de una gran dureza, pues algunas víctimas habían resultado despedazadas por la potencia de la explosión. El último atentado terrorista en Estambul se produjo hace pocos días, cuando tres agentes murieron en un tiroteo frente al consulado de Estados Unidos.

El atentado sorprendió a un barrio obrero sin objetivos terroristas

La elección del barrio de Güngören, una zona obrera residencial sin potenciales objetivos para el terrorismo, resulta un tanto extraña, lo que hizo que los medios de comunicación turcos dudasen hasta el último momento de que se trataba de un atentado terrorista.

Por eso es también tan difícil atribuir desde un primer momento la autoría a algún grupo armado. En la zona de Güngören habita un considerable número de ciudadanos de etnia kurda y la cadena NTV fue la primera en especular con una acción de la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en respuesta a los ataques del Ejército turco a las bases del grupo kurdo en Irak. Esta organización, además, vive una guerra interna entre los sectores más radicales (los llamados sirios) y los moderados (los turcos), a los que representa el actual líder, Murat Karayilan, por hacerse con el liderazgo. Entre los grupos terroristas que se mantienen activos en Turquía hay que destacar a Al Qaeda y al Hizbulá turco, sin relación con su homónimo originario del Líbano. Tampoco cabe olvidar el agitado momento político que vive Turquía, ya que hoy comenzará la deliberación del Tribunal Constitucional en el proceso contra el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD, en el gobierno) al que se acusa de ser un "núcleo de actividades antilaicas" y que podría culminar con su ilegalización. Finalmente, durante los últimos meses se han producido decenas de detenciones de personas relacionadas con la red terrorista Ergenekon, cuyo objetivo es crear el caos. Muchas de ellas eran altos mandos militares retirados, mafiosos y políticos de tintes ultranacionalistas.

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