Los fiscales acusan a los implicados –periodistas, empresarios, políticos y militares- de formar la organización terrorista Ergenekon y de intentar derrocar a un gobierno democrático, para lo que se habrían valido de diversos atentados como el que en 2006 le costó la vida a un juez del Consejo de Estado y que fue atribuido al islamismo radical o los asesinatos de miembros de minorías religiosas. El objetivo de estas acciones era crear un estado de caos que ‘obligase’ a los militares a tomar las riendas del estado.
El plan golpista se conoció el año pasado gracias a la labor de la revista Nokta, que fue forzada a cerrar tras revelar un diario escrito en 2004 por el antiguo Almirante de
La investigación judicial sobre Ergenekon, dirigida por el fiscal Zekery Öz, comenzó en junio de 2007 tras descubrirse en una chabola de Estambul un depósito de granadas que pertenecían al ejército y cuyo número de serie coincidía con el de las utilizadas en diversos atentados ‘sin resolver’. Hilando fino, varios fiscales han conseguido establecer nexos con políticos y militares, lo que llevó el 1 de julio a la detención de dos ex generales, una casta que aún parecía intocable en Turquía.
Foto: el capitán del ejército turco en la reserva Muzaffer Tekin (supuesto instigador de los ataques al Consejo de Estado y al diario nacionalista Cumhuriyet en 2006) besa la mano del general de brigada de la Gendarmería retirado Veli Küçük, uno de los nombres ligados al escándalo de Susurluk durante el que los militares impidieron que se investigase sobre Küçük.
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