por Andrés Mourenza (*)
ESTAMBUL, Turquía.- Las relaciones entre Turquía y Armenia, cuya frontera común permanece cerrada desde 1993, han comenzado a descongelarse en los últimos meses gracias a una combinación de encuentros secretos, declaraciones de buenos propósitos, contactos comerciales y un partido de fútbol.
Turquía fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Armenia tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, pero el conflicto que enfrentó entre 1993 y 1994 a Armenia y Azerbaiyán -aliado de Ankara- por el enclave de Nagorno-Karabaj, llevó a la ruptura de las relaciones.
Además, turcos y armenios mantienen una fuerte disputa en torno a la matanza de cientos de miles de armenios en 1915 a manos del Imperio Otomano, antecesor de Turquía, que Ereván considera un "genocidio", algo a lo que se opone Ankara.
El pasado día 18, el ministro turco de Exteriores, Ali Babacan, anunció que él mismo había designado a una delegación de diplomáticos que ya se han entrevistado con representantes de Armenia con el fin de "normalizar relaciones".
Unas semanas antes, el nuevo presidente armenio, Serge Sarkisian, había cursado una invitación formal a su homólogo turco, Abdullah Gül, para que asista en Ereván al partido de clasificación para el Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010 que enfrentará a las selecciones de ambos países el próximo 6 de septiembre.
"Si nos fijamos en la tendencia de los últimos meses, desde la invitación de Armenia a Gül hasta el despido del nacionalista Yusuf Halacoglu como presidente del Instituto de Historia Turca, vemos una serie de esfuerzos en favor del acercamiento", explica Soli Ozel, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Bilgi de Estambul.
El pasado miércoles, Abdullah Gül se convirtió en el primer jefe de estado turco en visitar las ruinas de Ani, la capital de uno de los principales reinos armenios de la Edad Media, situada en la provincia turca de Kars junto a la frontera con Armenia.
Ese mismo día, el gobierno turco decidió no renovar en el cargo al presidente del TTK, Yusuf Halaçoglu, un académico de ideas profundamente nacionalistas y cuyas declaraciones respecto a los armenios han sido muy polémicas en los últimos años.
Precisamente, la oferta de formar una comisión mixta turco-armenia de historiadores y arqueólogos para investigar lo que sucedió realmente en 1915 realizada por el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan en 2005 fracasó por las posiciones maximalistas del TTK y la negativa del gobierno armenio.
La tibia mejora en las relaciones tiene que ver con una serie de factores políticos internos, como la consolidación en Turquía del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), de tendencia islamista moderada y vocación europeísta, y la elección de Sarkisian en Armenia.
"No creo que Sarkisian sea más moderado que sus predecesores o que la Diáspora Armenia, pero sí que hay una serie de razones internas y externas que lo empujan a actuar así", afirma Özel.
Según el profesor turco, las dudas sobre la limpieza de las elecciones en las que perdió el opositor y favorable al diálogo, Levon Ter-Petrosian, forzaron a Sarkisian a adoptar una postura cercana a su adversario.
También el primer ministro, Tigran Sarkisian (que no guarda relación familiar con el presidente), apareció recientemente dirigiéndose a los jóvenes armenios para recomendarles que no sigan la política de "oponerse siempre a los países vecinos".
Por otro lado, Kaan Soyak, un turco de etnia armenia que preside el Consejo para el Desarrollo Empresarial Turco-Armenio (TABDC), enfatiza la importancia de la presión internacional.
"Hasta ahora no había una tercera parte que alentase a Turquía y a Armenia a trabajar por la normalización, pero ahora hay un consenso claro entre los países vecinos, incluido Irán, que es muy activo en la mediación. También Rusia, Estados Unidos y Francia están presionando", mantiene Soyak.
Pero si hay algo que está impulsando los contactos es, obviamente, el comercio bilateral.
La economía armenia sufrió un tremendo golpe tras la desaparición de la URSS, de la que dependía, y su PIB cayó en pocos años un 60 por ciento, aunque en los últimos años se ha recuperado gracias a un crecimiento anual superior al 10 por ciento, que le ha otorgado la confianza de las instituciones monetarias internacionales.
Las diferencias económicas entre Armenia y Turquía son palpables, con el PIB per cápita por año del primero en apenas 3.700 euros y el del segundo en 8.500 euros.
El porcentaje de la población por debajo del nivel de la pobreza es del 34,6 por ciento en Armenia y del 13 por ciento en Turquía, mientras que el volumen del comercio exterior armenio fue en 2007 de 2.817 millones de euros (con una tasa de cobertura de las importaciones del 35 por ciento) y el turco de 177.000 millones de euros (con una tasa de cobertura del 63 por ciento)..
Además, en Turquía residen unos 70.000 trabajadores armenios de forma ilegal.
Pero esto no significa que Turquía salga menos beneficiada de una eventual mejora de relaciones, ya que, en palabras de Ozel, podría "reforzar su papel de poder económico en todo el Cáucaso" y además la población de la empobrecida región turca de Anatolia Oriental reivindica la apertura de las fronteras para poder revitalizar su economía.
De hecho, ese ha sido el rol que se ha reservado en la construcción del oleoducto, el gasoducto y la línea de ferrocarril que unirán en breve Azerbaiyán, Georgia y Turquía, quedando Armenia marginada por la falta de relaciones con Ankara.
Según el responsable del TABDC, el comercio entre Turquía y Armenia funciona "muy bien", teniendo en cuenta la falta de relaciones diplomáticas.
"El principal obstáculo es el coste del transporte que, debido al cierre de las fronteras, se eleva en un 30 por ciento y en el mundo de los negocios actual es una cantidad muy alta", reconoce Soyak.
Por ello, la cifra de intercambios comerciales entre ambos países permanece baja y la balanza está enormemente desequilibrada: Armenia exporta a Turquía por valor de sólo 2 millones de euros (principalmente artículos de piel) e importa desde Turquía por valor de 83 millones de euros (sobre todo productos semielaborados, materias primas, productos químicos y maquinaría)..
Pero las ventajas para la parte turca no se limitan sólo a incrementar el comercio con el pequeño país vecino, sino que le podría abrir puertas en otros países, con fuerte diáspora armenia.
"La diáspora armenia en Latinoamérica puede jugar un importante rol. Los armenios de Argentina, Chile, Uruguay o Brasil, que son muy influyentes, procedían de Turquía, así que podrían actuar como intermediarios entre Sudamérica y Turquía", vaticina Soyak.
En todo caso, los analistas consultados por EFE reconocen que el diálogo será difícil porque aún existen en ambos países poderosos grupos de presión nacionalistas y contrarios a la normalización.
Por tanto, si el próximo día 6 de septiembre Abdullah Gül aparece en el palco del estadio de fútbol de Ereván servirá de prueba fehaciente de que el deshielo ha comenzado.
(*): EFE. (versión ampliada)
Fotos: Símbolos de las federaciones de fútbol de Armenia (Armradio) y Turquía (Ebay). Los presidentes de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, Turquía, Abdullah Gül, y Georgia, Mijail Saakashvili, en la inauguración de la línea de tren BTK que margina a Armenia del mapa ferroviario caucásico (SesTV). El presidente de Armenia, Serge Sarkisián, haciendo campaña electoral junto a un sacerdote el pasado febrero (elmundo.es)
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