13 julio 2009

Líder uigur exige la retirada del ejército chino de Xinjiang (EFE - La Vanguardia)

Andrés Mourenza
Estambul
El vicepresidente del Congreso Mundial Uigur, Seyit Tümtürk, exigió hoy en Estambul la retirada inmediata del Ejército chino de Xinjiang y el envío de observadores independientes para reducir la tensión entre la etnia uigur y la china, que ha provocado al menos 184 muertes en los últimos días. "El ejército chino debe abandonar inmediatamente la zona. Se debe rechazar el uso de la fuerza. La ONU y la Organización de la Conferencia Islámica deben enviar inmediatamente observadores independientes", afirmó el activista uigur en una entrevista con Efe. También pidió que las autoridades chinas no cometan más "provocaciones" como la prohibición el pasado viernes del rezo semanal musulmán en las mezquitas de Urumqi, capital de la región autónoma de Xinjiang.
"Durante 60 años, China ha convertido el Turquistán Oriental (Xinjiang) en un lago de sangre. Nunca ha habido democracia, nunca se han respetado los derechos humanos", explicó el vicepresidente del Congreso Mundial Uigur. "Los habitantes del Turquistán Oriental están sufriendo intentos de asimilación de China, que envía a emigrantes chinos a la zona", dijo. "Nos han robado nuestras riquezas, nos hacen pasar hambre, nos han quitado el derecho a nuestra propia educación. Se llevan a nuestros jóvenes a China y los hacen trabajar como esclavos. ¿Dónde podemos encontrar una crueldad así en pleno siglo XXI sino en China?", añadió.
Tümtürk participó hoy en una manifestación contra las políticas chinas hacia los uigures que fue organizada en Estambul por el partido islamista Saadet y que congregó a unas 2.500 personas, entre ellos decenas de uigures exiliados en Turquía. "Yo me fui de China hace 27 años por las persecuciones que sufríamos y me traje a toda la familia conmigo. Sólo quedaron tres de mis hermanos, uno en Urumqi. Gracias a Dios están bien, pero no me pueden contar qué pasa. Nosotros tampoco podemos hablar", relató Muhammar Yusuf, un anciano uigur.
Mientras tanto, los participantes, que enarbolaban la bandera celeste del Turquistán Oriental y la de Turquía, gritaban ´¡Dios es grande!´ y lanzaban vítores a la libertad de los uigures, los chechenos, los iraquíes y los palestinos. "Estados Unidos, Rusia, India y China matan a musulmanes. También hay estados musulmanes que matan a los musulmanes. Pero llegará un día en que los musulmanes de todo el mundo nos uniremos", gritó desde el estrado un activista de IHH, una ONG islamista. "Al turco musulmán no se le puede aplastar, no se le puede quitar su estado, ni su bandera, ni su llamada a la oración", clamó el actor ultranacionalista Ahmet Yenilmez y toda la plaza de Çaglayan, en la que se congregaron los manifestantes, prorrumpió en aplausos.
Los organizadores llamaron boicotear a los productos chinos, tal como propuso la pasada semana el ministro de Industria turco, Nihat Ergün; una iniciativa que hoy recibió el apoyo de la Unión de Bolsas y Cámaras de Comercio de Turquía (TOBB). "Turquía ha salido en defensa de los uigures. Agradezco las palabras de Recep Tayyip Erdogan ya que, por primera vez, un primer ministro ha criticado tan duramente nuestra situación y ha pedido una solución. Además nos ha reconocido como gente del mismo pueblo que los turcos", dijo Seyit Tümtürk.
El Congreso Mundial Uigur, dirigido por la empresaria y activista Rebiya Kadeer, fue fundado en 2004 por exiliados para defender los derechos de los uigures y es considerado por Pekín como una organización terrorista por perseguir supuestos objetivos independentistas. Turquía mantiene estrechos lazos con los uigures, ya que se trata de un pueblo de origen turco-musulmán. De hecho, los líderes políticos uigures suelen recibir refugio y apoyo en Turquía y Estambul es un importante centro para las actividades de las asociaciones nacionalistas de esta etnia.

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