El pasado sábado el primer ministro israelí, el derechista Benjamín Netanyahu, aseguró que su país no pediría perdón ni otorgaría compensaciones a los heridos y a los familiares de los ocho turcos y un estadounidense de origen turco fallecidos en el ataque a la 'flotilla'.
Hoy, la respuesta del gobierno de Tel Aviv tampoco se hizo esperar. "Quien quiere obtener una disculpa no utiliza amenazas y ultimátums, por lo que parece que lo que los turcos están buscando es otra cosa", declaró a Efe en Jerusalén un responsable gubernamental israelí que pidió no ser identificado.
Más duro fue el Ministro de Asuntos Exteriores israelí, el ultraderechista Avigdor Lieberman, quien aseguró que "quien debe pedir disculpas es Turquía", ya que, según la versión oficial de Israel, los soldados hebreos fueron atacados por "una turba que casi los mata" y hubieron de defenderse.
La principal asociación organizadora de la 'flotilla', IHH, una ONG de inspiración islámica, ha hecho público un informe en el que detalla lo que considera abusos de las Fuerzas Armadas israelíes en el asalto a los barcos, que se produjo en aguas internacionales, por lo que lo ha calificado de "ataque terrorista". Israel no ha accedido a aceptar las investigaciones de una comisión internacional, tal y como exige el gobierno islamista moderado de Ankara, sino que ha establecido una comisión de investigación propia.
En una entrevista con el diario turco 'Milliyet', el ministro israelí de Bienestar y Servicios Sociales, el laborista Isaac Herzog, aseguró que su gobierno se está tomando "muy en serio" la investigación de los hechos y que no cerrará en balde el incidente. Aunque Turquía no otorga mucho valor a las conclusiones de esta investigación interna, Davutoglu aseguró que si ello les lleva a pedir perdón será bienvenida.
Por otro lado, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió el pasado 18 de junio enviar una misión a Israel. "Hemos estado siguiendo los estudios de la misión de la ONU y estableceremos un calendario de acuerdo con ella", explicó el jefe de la diplomacia turca. "La recuperación de las relaciones no será posible si Israel no se disculpa. Aún no hemos establecido un plazo (para que pida perdón). Estamos esperando", añadió.
Lo que sí está decidido, por el momento, es que ningún avión militar israelí podrá sobrevolar el espacio aéreo turco. El pasado 28 de junio, el gobierno de Ankara impidió el paso de un avión de guerra israelí, algo que, según explicó Davutoglu a la prensa turca no es fortuito. "El espacio aéreo de Turquía está completamente cerrado a los aviones militares de Israel. No se trata de una prohibición que hagamos caso por caso, sino de una prohibición total", afirmó. Esta prohibición podría ampliarse a los vuelos civiles en caso de que Turquía cumpla su ultimátum.
El nuevo aviso llega sólo unos días después de la reunión secreta en Bruselas entre Davutoglu y el ministro de Comercio israelí, el laborista Benjamin Ben-Eliezer, para tratar de calmar los ánimos entre dos tradicionales aliados en Oriente Medio. La reunión ha causado una fuerte tensión entre los diversos socios de la coalición de partidos que gobierna Israel ya que, por ejemplo, Lieberman, ministro de Exteriores y jefe del partido ultraderechista Israel Betenu, no fue informado por el primer ministro Netanyahu sobre el encuentro. Sin embargo, los ministros laboristas del gabinete sí que han apoyado el encuentro. "Creo que ha sido un paso positivo y creo que (estas iniciativas) continuarán. (...) Estos temas tienen que ser discutidos cara a cara y en privado", opinó el ministro Herzog.
En Turquía, las duras palabras de Davutoglu se toman como un acto de presión hacia la administración que dirige Barack Obama, que mañana recibirá a Netanyahu en Washington en un encuentro de gran trascendencia política ya que se espera que el presidente estadounidense exija al mandatario israelí que inicie las conversaciones de paz directa con las autoridades palestinas.
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