01 octubre 2009

Alcalde de Diyarbakir: La desconfianza dificulta una solución pacífica al conflicto kurdo (EFE-Univisión)

Andrés Mourenza

Diyarbakir

La falta de confianza dificulta la búsqueda de una solución pacífica al conflicto kurdo en Turquía, tras ocho décadas en las que esta minoría no viera nunca cumplirse las promesas hechas por el Gobierno de Ankara, según el alcalde de Diyarbakir, Osman Baydemir. "Durante los últimos ochenta años, no se ha cumplido ninguna promesa hecha a los kurdos por el Estado, ni han tenido lugar avances reales. Y por eso ahora hay un problema de confianza", explica Baydemir en una entrevista a Efe durante la celebración del Foro Social de Mesopotamia en Diyarbakir, la capital oficiosa de los kurdos de Turquía, en el sureste del país. "Tampoco podemos decir que en el tema de la democratización o de los derechos humanos haya habido grandes avances", añade.

"Los kurdos quieren vivir en Turquía con los mismos derechos que los turcos. Vivir su identidad y su cultura libremente y que este derecho sea reconocido por la Constitución", explica este político del Partido de la Sociedad Democrática (DTP, nacionalista kurdo).

Actualmente, los medios de comunicación y la esfera política de Turquía debaten la llamada ´iniciativa kurda´, un proceso iniciado por el gobierno de Recep Tayyip Erdogan dirigido a poner fin a un conflicto que desde 1984 se ha cobrado más de 40.000 vidas entre civiles, militares turcos y militantes del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El líder histórico del PKK, Abdullah Öcalan, condenado a cadena perpetua en la isla-prisión de Imrali, también ha anunciado la publicación de una ´hoja de ruta´ en la que, según se especula, podría ordenar el desarme del grupo kurdo, considerado terrorista en Turquía, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

Baydemir, jurista de profesión, curtido en la defensa de los derechos humanos durante la década de 1990 en el sudeste de Turquía y, posteriormente, abogado defensor de Öcalan tras su captura en 1999, fue elegido alcalde de Diyarbakir por primera vez en 2004 y revalidó su victoria en las pasadas elecciones de marzo, con el 65,6 por ciento de los votos. Esta predilección entre los habitantes de Diyarbakir por Baydemir se explica por el gran carisma del alcalde y por la persecución judicial a la que se ha visto sometido a causa de su defensa de la cultura kurda.

Considerado por los nacionalistas turcos como un "amigo de los terroristas del PKK", Baydemir acumula cientos de juicios contra su persona, algunos de ellos por apología del terrorismo, pero la mayoría por usar la lengua kurda. Una de las últimas causas contra el alcalde de Diyarbakir, que fue archivada a petición del Ministerio de Justicia, fue debida al envío de felicitaciones de Año Nuevo que utilizaban las letras ´w´, ´q´ y ´x´, presentes en el alfabeto kurdo pero no en el turco. "Los fiscales piden en total 283 años de cárcel para mí y el 70 por ciento de esas penas son por utilizar el kurdo", cuenta.

A pesar de que la prohibición de expresarse en kurdo se levantó en 1991, esta lengua hablada por casi un 20 por ciento de la población de Turquía "aún está vetada en la esfera pública", denuncia el alcalde. Con todo, gracias a los esfuerzos de Turquía por buscar el visto bueno de Bruselas para adherirse a la UE con reformas de las leyes turcas siguiendo el acervo comunitario, el Gobierno de Ankara ha permitido en los últimos años la apertura de canales privados y públicos en kurdo, así como la enseñanza privada de este idioma, pero ello no es suficiente para el político del DTP.

"En la cárcel de Diyarbakir y en las cárceles de la región se encuentran cerca de 300 menores de 14, 15 ó 17 años, que se enfrentan a penas de hasta 30 años de cárcel por el simple hecho de participar en manifestaciones, hacer el signo de la victoria, corear eslóganes o tirar piedras. En esta atmósfera política nos encontramos", critica.

Por ello, la alcaldía de Diyarbakir ha puesto en marcha un modelo de administración participativa único en una región castigada por la pobreza, además de ofrecer sus servicios en lengua turca y kurda, que sirva de modelo alternativo al poder central del gobierno de Ankara. "En 10 años de gobierno (del DTP en las alcaldías de la región) hemos conseguido dar a la población cuatro o cinco veces más servicios que durante el resto de los 80 años de la República de Turquía", se felicita el alcalde.

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