Andrés Mourenza
Las poderosas Fuerzas Armadas de Turquía, conocidas por su historial golpista, han sufrido el mayor golpe judicial de su historia con la detención de 49 oficiales de alto rango acusados de planear derrocar al gobierno de Recep Tayyip Erdogan, que está hoy de visita oficial en España.Fueron arrestados 17 generales retirados, 4 almirantes en activo y 28 oficiales de menor rango, que hoy fueron puestos a disposición judicial dentro de la investigación del plan de golpe de estado "Balyoz" (Mazo), elaborado en 2003.
"Mazazo al golpismo" (Sabah), "Mazazo a los generales" (Vatan), "Mazazo a los pachás" (Posta), fueron algunos de los titulares más repetidos por la prensa turca de hoy, que consideró la operación judicial contra el Ejército como "la mayor de su historia". Este complot, revelado el pasado mes por el diario liberal 'Taraf', tenía previsto atentar contra dos mezquitas en Estambul, derribar un avión militar turco en el Mar Egeo para forzar un enfrentamiento con Grecia y encarcelar a intelectuales críticos con el Ejército.
Entre los altos mandos arrestados figuran el antiguo comandante de las Fuerzas Aéreas Ibrahim Firtina; el de la Fuerza Naval Özden Örnek y los antiguos generales del Primer Ejército de Tierra, Çetin Dogan y Ergin Saygun. Firtina, Örnek y Dogan, cuya firma figura en el plan 'Balyoz', formaban parte de la cúpula castrense entre 2003 y 2005, durante la primera legislatura del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado), cuando supuestamente tendría que haber tenido lugar el golpe de Estado. Sin embargo, según los diarios personales de Örnek, ahora analizados por la Justicia, el entonces jefe del Estado Mayor, Hilmi Özkök, conocido por sus credenciales democráticas, detuvo la maquinación golpista.
Otro de los apresados es el general Engin Alan, ex comandante de las fuerzas especiales del Ejército, quien dirigió en 1999 la operación de detención en Kenia del histórico líder del grupo armado kurdo PKK, Abdullah Öcalan, hoy aún en la cárcel en Turquía. El general Alan también fue agregado militar en la embajada de Turquía en Azerbaiyán a mediados de los años noventa, cuando hubo un intento de golpe de Estado patrocinado por Ankara contra el gobierno del fallecido Heydar Aliyev, en el que se cree que estuvo implicado, según la prensa local.
Aunque hasta ahora no habían sido detenidos, estos nombres ya habían sido mentados en los sumarios de acusación de la investigación sobre la trama golpista 'Ergenekon', relacionada con la 'Balyoz' (Mazo). Se trata de una supuesta red de ideología ultranacionalista que pretendía sembrar el caos en Turquía con atentados y asesinatos políticos para así justificar una intervención militar contra el Gobierno de Erdogan.
Los militares presuntamente implicados en el plan 'Balyoz' han desmentido las acusaciones y han dicho que nos se trataba de un plan golpista sino de "supuestos escenarios" presentados en un seminario de lucha antiterrorista. Visiblemente enfadado, el actual jefe del Estado Mayor, Ilker Basbug, hace unas semanas consideró infundadas estas acusaciones y criticó duramente a aquellos que "hacen política" sobre el Ejército.
Bruselas expresó ayer su "preocupación" por las acusaciones golpistas y las detenciones, ya que ha exigido que Turquía, país candidato a la adhesión a la UE, subordine el Ejército a la administración civil.
Las Fuerzas Armadas, autoproclamadas defensoras del laicismo y de la integridad territorial, han derrocado a cuatro gobiernos en el último medio siglo (1960, 1971, 1980 y 1997). El gobierno de Erdogan ha emprendido algunas de las reformas exigidas por la UE, lo que ha incrementado la tensión con el estamento castrense, cuyo cenit tuvo lugar en 2007 cuando el Ejército presionó para bloquear la elección del actual presidente de la República, el islamista moderado Abdullah Gül. El Ejecutivo ha reducido las competencias del Consejo de Seguridad Nacional, un organismo cívico-militar que antaño poseía gran influencia política. También ha eliminado diversos protocolos que daban poderes especiales al Ejército, pero su intento de reforma judicial para que los militares puedan ser juzgados en tribunales civiles ha sido hasta ahora infructuoso. Aunque la investigación sobre 'Ergenekon' ha sentado en el banquillo a varios generales, el gobierno de Erdogan se ha negado a ejecutar la propuesta de la oposición de impulsar un juicio contra los autores del golpe de Estado de 1980, durante el cual se redactó la Constitución vigente.
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