Andrés Mourenza
Estambul
“¡Que alguien nos lo explique!”. Éste titular del diario liberal Radikal sintetiza la estupefacción con que ha recibido la opinión pública turca la detención de una docena de periodistas en las últimas dos semanas bajo la acusación de pertenecer a la trama golpista Ergenekon.
Especialmente llamativo ha sido el envío a prisión de los periodistas Nedim Sener y Ahmet Sik. Las investigaciones de Sener sobre la muerte del periodista turco-armenio Hrant Dink –asesinado por un grupo ultranacionalista en 2007- han permitido unir su causa al sumario sobre Ergenekon, tal y como exigía la familia de la víctima.
Poco antes de ser detenido, Ahmet Sik telefoneó a varios colegas de profesión alertándoles de que temía ser vinculado a Ergenekon por su nuevo trabajo: un libro de investigación en el que documentaba la infiltración en la policía de miembros de la cofradía religiosa dirigida por Fethullah Gülen, una especie de Opus Dei islámico muy cercano al gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Sik también había escrito uno de los libros sobre la red Ergenekon de mayor calidad.
Según el Sindicato de Periodistas de Turquía, actualmente 68 periodistas se encuentran en prisión por labores relacionadas con su labor. Sólo 7 han sido condenados y el resto están en espera de juicio. “Algunos desde hace 2, 3 y hasta 4 años”, apunta Ercan Ipekçi, presidente de la plataforma Libertad para los Periodistas. De los periodistas encarcelados, 15 están acusados de pertenecer a Ergenekon.
La UE, EEUU y Francia han condenado las detenciones de los últimos días y han exigido la liberación inmediata de estas personas. Incluso el jefe de estado, Abdullah Gül, del mismo partido que Erdogan, ha mostrado su “preocupación” por la situación. La única respuesta del gobierno ha sido: “Las detenciones no guardan relación con nosotros, son cosa de la Judicatura”.
“Si en un país se abren más de 2.000 juicios y 4.000 investigaciones contra periodistas, quiere decir que hay un problema en las leyes; y el responsable es el gobierno que las ha aprobado o que no las cambia”, denuncia Ipekçi. Este periodista explica a El Periódico que muchos de sus compañeros de profesión “tienen miedo” de ser los siguientes en la caza de brujas contra el periodismo que se ha desatado en los últimos meses. Especialmente problemático es el hecho de que, según diversos medios, 50.000 teléfonos están intervenidos en Turquía, aunque el Ministerio de Justicia se niega a dar datos sobre cuáles están pinchados y con qué motivo. “¿En que democracia ocurren estas cosas?”, se pregunta Ipekçi.
¿Qué es Ergenekon?
La investigación sobre Ergenekon comenzó en 2007. Según la Fiscalía, se trata de una red de ideología ultranacionalista formada por políticos, militares, académicos y periodistas cuyo objetivo sería sembrar el caos a través de asesinatos y atentados para justificar un golpe de estado. Los primeros detenidos fueron personajes conocidos en Turquía por sus lazos con la mafia y la guerra sucia contra los kurdos, pero en el último año las detenciones se han ampliado a opositores al gobierno de Erdogan.
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