Los nacionalistas kurdos han amenazado con que su campaña de desobediencia civil en Turquía será mayor que las protestas que han llevado a la caída de presidentes en el norte de África, según informó la prensa local. "Vamos a exigir nuestra libertad con una voz más alta que en Túnez, Egipto o Libia", aseguró Ahmet Türk, expresidente del partido kurdo de la Sociedad Democrática (DTP), ilegalizado el año 2009 por el Tribunal Constitucional turco, según el diario "Cumhuriyet".
La formación heredera del DTP, el Partido de la Paz y la Democracia (BDP), que cuenta con una veintena de diputados en el parlamento turco, llamó la pasada semana a la población kurda a una campaña de "desobediencia civil", hasta que el gobierno turco cumpla sus exigencias. Éstas son: que se detengan inmediatamente todas las operaciones militares contra el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK); la eliminación de la barrera electoral del 10 %; la educación en lengua kurda y que se ponga en libertad a "todos los prisioneros políticos". Ésta es una alusión a los más de 150 activistas kurdos, incluidos varios alcaldes electos del Partido de la Paz, detenidos bajo la acusación de ser parte del entramado urbano de la tienda de los trabajadores.
La campaña consiste en protestas en puntos destacados de las ciudades de Turquía, incluidos cortes del tráfico en avenidas y carreteras. Como muchas de estas protestas no cuentan con el permiso de las respectivas delegaciones del gobierno, están siendo lideradas por los diputados del BDP, quienes gracias a su inmunidad parlamentaria no pueden ser apartados de los piquetes por la policía.
En Estambul, la mayor ciudad de Turquía y también en la que vive un mayor número de kurdos, se ha establecido una "tienda de la paz" donde los simpatizantes del BDP se reunirán periódicamente. Pero los puntos más problemáticos son las ciudades del sudeste, donde las manifestaciones han terminado en disturbios durante los últimos diez días.
Se espera que la tensión avance a medida que se acercan las elecciones generales turcas de junio, a menos que el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo dé pasos hacia la reforma de la actual Constitución, algo que no parece posible antes de los comicios. "Desde 2002, el AKP se ha acercado a los kurdos, especialmente a los más conservadores, con un mensaje abierto; pero si no lleva a cabo reformas prácticas, también estos se alejarán de él, como lo hicieron de los anteriores partidos conservadores", explicó a Efe Naci Sapan, director de un diario local en Diyarbakir. "En Turquía, ningún partido que se aleje de los kurdos puede ganar unas elecciones, porque somos un potencial de votantes demasiado grande", añadió.
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