Diyarbakir, Turquía.- Nuevos disturbios se produjeron hoy (lunes) durante las celebraciones del Newroz, el Año Nuevo kurdo, en la parte sudoriental de Turquía, especialmente en Silopi, una ciudad situada junto a la frontera con Irak.
A pesar de que tradicionalmente el Newroz se celebra el día 21, muchas alcaldías decidieron adelantar las celebraciones al domingo para que los estudiantes pudiesen participar en ellas, aunque en Silopi se decidió mantener la fecha original. Los participantes en las celebraciones en Silopi trataron de marchar por una de las avenidas del centro de la ciudad, pero lo impidió la policía, que durante los enfrentamientos entre ambos bandos lanzó gas lacrimógeno para reprimir las protestas. Según la agencia de noticias Firat, "un buen número" de personas hubieron de recibir atención médica, entre ellos la diputada nacional Sebahat Tuncel, del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), la mayor formación nacionalista kurda.
En Diyarbakir, la capital oficiosa de los kurdos de Turquía, hubo momentos de tensión en el segundo día de celebraciones cuando varios jóvenes lanzaron piedras contra los policías y éstos respondieron con chorros de agua a presión.
En toda Turquía más de tres millones de kurdos -según diversas fuentes- han participado en estos dos días de fiesta reivindicativa. "En Newroz hemos vuelto a llenar las plazas para plantear nuestras demandas. Queremos que se respete la voluntad popular, que se permita la educación en nuestra lengua materna, que se elimine la barrera electoral (del 10 %) y que se libere a los presos políticos kurdos", exigió la diputada del BDP Gültan Kisanak en una rueda de prensa en Diyarbakir."Pero ante nuestras demandas, ellos (el Estado y el Gobierno) han puesto los blindados, la policía y el gas lacrimógeno. Ésa es su forma de entender la democracia", criticó ante una mesa llena de casquillos de las bombas de gas utilizadas el domingo por la policía. Además, la parlamentaria denunció que se lanzaron bombas de gas desde los helicópteros que vigilaban la manifestación y que se impidió el paso de ambulancias a la hora de recoger a los heridos y los afectados por el gas lacrimógeno.
Por otra parte, la diputada de la región alemana de Renania del Norte-Westfalia por el partido Die Linke, Hamide Akbayir, denunció el "doble rasero" del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien critica la asimilación de los turcos en Alemania y exige que puedan educarse en su lengua materna, pero persigue la "asimilación de los kurdos en su propio país", según la política alemana.
"No vamos a abandonar las plazas hasta que se cumplan nuestras demandas", advirtió Kisanak, mientras a su alrededor cientos de jóvenes coreaban eslóganes favorables al grupo armado kurdo PKK, considerado una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se alzó en armas en 1984 para exigir la independencia de los 12 millones de kurdos que viven en Turquía y, desde entonces, unas 45.000 personas han muerto en la guerra entre fuerzas de seguridad turcas y los rebeldes kurdos.
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