La filtración de comprometedores vídeos sobre políticos de la oposición y episodios de violencia callejera han marcado la campaña de las elecciones generales que se celebrarán en Turquía el próximo domingo y en las que se prevé una nueva victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Desde principios de mayo, varias páginas web han publicado vídeos de contenido sexual sobre las relaciones extra matrimoniales de miembros del ultraderechista Partido de Acción Nacionalista (MHP), lo que ha llevado a la dimisión de una decena de altos cargos de esta formación política, la tercera del país. Conversaciones con prostitutas, sexo con estudiantes universitarias e incluso con una menor de edad de 16 años, eran el contenido de esos vídeos, que fueron retirados de las páginas de internet por orden judicial al poco de publicarse. La dirección de este partido ha acusado al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, de estar detrás de este "chantaje político" ya que sería el principal beneficiado por la pérdida de votos de los ultranacionalistas, con quienes compite por el electorado más conservador.
Las encuestas vaticinan que el AKP logrará su tercer triunfo electoral con entre el 40 y el 50 % de los votos, que le otorgarían entre 290 y 350 diputados, frente a los 331 que tiene actualmente. Una horquilla suficientemente holgada para marcar los equilibrios de fuerzas en el Parlamento, en una legislatura en la que cada escaño será vital, ya que Erdogan pretende redactar una nueva Constitución que convierta a Turquía en un sistema presidencialista. Y es que el primer ministro aspira a sentarse en el sillón que en su día ocupó el fundador de la República, Mustafa Kemal Atatürk, aunque con unos poderes que hoy día no disfruta el jefe del Estado, un puesto con más carga simbólica que poder político.
El centro-izquierdista Partido Republicano del Pueblo (CHP) confía en que su renovado mensaje socialdemócrata y contra la pobreza le permita mejorar los resultados de 2007 y llegar hasta el 30 % de los votos y los 160 escaños. Los sondeos aseguran que los ultranacionalistas del MHP verán disminuido su apoyos a entre el 10 y el 15 % (35-70 escaños), en parte debido al escándalo de los vídeos. Mejor perspectiva tienen los nacionalistas kurdos del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), que crecerían en votos y, aunque concurren con candidatos independientes para sortear la barrera electoral del 10 % a nivel nacional, se alzarán con entre 25 y 30 diputados.
Este reparto de escaños que dibujan las encuestas augura dificultades para Erdogan en sus planes de modificar la Carta Magna, algo para lo que precisaría 367 diputados, si quiere evitar un referéndum o tener que llegar a difíciles compromisos con la oposición.
Lo ajustado de esas previsiones de voto ha provocado que ningún partido se haya privado de utilizar diversas tácticas para dañar a sus adversarios y arañar los votos necesarios para inclinar a su favor el futuro hemiciclo, bien sea a través de los citados vídeos o la tensión callejera. A dos semanas para la cita electoral, 18 personas, dos de ellas ligadas al MHP, fueron detenidas acusadas de planear un atentado contra un mitin del partido ultranacionalista y culpar al grupo armado kurdo Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). "Si hay 8 muertos, el MHP lograría el 25 % de los votos", dijo uno de los detenidos, según una escucha telefónica publicada por el diario "Sabah".
También el PKK, considerado terrorista por Turquía, la UE y EEUU, ha irrumpido en campaña con varios atentados, uno de ellos contra el convoy policial que protege a Erdogan, en el que murió un agente. La organización armada, con la que el BDP mantiene ambiguas relaciones, justificó estas acciones como una represalia por los ataques del Ejército a sus bases en la frontera turco-iraquí.
Pero la tensión no se ha circunscrito sólo a las zonas kurdas, sino que el 31 de mayo la policía reprimió con dureza una protesta izquierdistas contra un acto electoral de Erdogan en la ciudad nororiental de Hopa, en la que murió un manifestante y un policía resultó herido.
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Unas elecciones en Turquía claves para la solución del conflicto kurdo
Andrés Mourenza
Diyarbakir
El futuro de la cuestión kurda dependerá del resultado de las elecciones del próximo 12 de junio en Turquía, que reflejarán el poder de cada fuerza política para afrontar las negociaciones para cerrar el conflicto más grave en el país que ha dejado unos 45.000 muertos desde 1984.
"¡Ey, primer ministro! Si quieres poder presentarte ante el pueblo (kurdo), deberás (...) darnos autonomía y aceptar un sistema federal", dijo en uno de sus mítines electorales la candidata kurda y Premio Sajarov Leyla Zana. Estas palabras, por las que hace una década un político podría haber sido encarcelado, reflejan la confianza en sí mismos que han adquirido los nacionalistas kurdos.
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