De acuerdo a la cadena privada turca, las bombas utilizadas fueron MK-82 guiadas por láser y arrojadas en dos oleadas de ataques aéreos, cuyo principal objetivo fue el mando central del grupo armado en las montañas Kandil, situadas en territorio iraquí, junto a la frontera iraní.
En un comunicado, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Turquía confirmó esta mañana el ataque, precisando que hubo bombardeos en la mañana y en la tarde de ayer, así como la pasada noche. Según el Ejército, los aviones turcos "regresaron a sus bases sin percances" después de haber "golpeado" 28 grupos de objetivos en las zonas de Kandil, por un lado, y, por el otro, en Hakurk, Avasin-Basyan y Zap, donde se supone que se hallan campamentos logísticos del lado iraquí de la frontera con Turquía. Al mismo tiempo y de forma coordinada, añade el comunicado, "se mantuvo bajo intenso fuego de artillería las mismas zonas". La cúpula militar asegura haber adoptado todas las "precauciones necesarias" para no dañar a la población civil.
El Consejo de Seguridad Nacional de Turquía decidió ayer implementar una "nueva estrategia antiterrorista" que reduzca las debilidades y filtraciones en los servicios de inteligencia, incorpore a los gobernadores provinciales a la coordinación de las operaciones, aúne los esfuerzos de la policía con los de las fuerzas militares, haga mejor uso de las modernas tecnologías y acelere la profesionalización del Ejército.
El jefe de la oposición socialdemócrata, Kemal Kiliçdaroglu, ha ofrecido su apoyo al gobierno pero ha advertido de que "la solución (al conflicto con los rebeldes kurdos) no puede ser sólo militar", sino que es necesario un "acuerdo social" entre todas las fuerzas políticas. En cambio, Devlet Bahçeli, líder del ultraderechista Partido de Acción Nacionalista (MHP, tercera fuerza parlamentaria), ha exigido que se lleve a cabo una operación militar terrestre en suelo iraquí semejante a la desplegada en febrero de 2008.
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