La nueva idea de Grecia para evitar que los inmigrantes indocumentados penetren en su territorio es excavar un inmenso foso en la frontera con Turquía, según se desprende de un reportaje publicado por el rotativo ateniense To Vima. La información ha sido confirmada a este periódico por fuentes de la región.
Ambos países comparten una frontera terrestre de algo más de 200 kilómetros que delimita el río Maritsa (Evros, en griego) a excepción de 12,5 kilómetros en los que ningún accidente greográfico impide el paso. Durante 2010, este lugar se convirtió en el principal agujero por el que inmigrantes y refugiados tratan de acceder a la Unión Europea.
Unos 128.000 sin papeles lograron cruzar la frontera, lo que llevó a Bruselas a establecer una misión de vigilancia del Frontex y al Gobierno griego a aprobar la construcción de un «muro antiinmigrantes», idea que finalmente desestimo a causa de las críticas de las oenegés y de la agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
EXCESIVO PRESUPUESTO / Sin embargo, ahora ha secundado un plan del Ejército griego –una institución ya criticada por su excesivo presupuesto en un país tan pobre y económicamente en crisis– de características demenciales. El foso, del que ya se han construido 14 kilómetros en torno a la población de Orestiada, tendrá una longitud de 120 kilómetros, una amplitud de 30 metros y una profundidad de 7 metros.
Además, será rellenado con agua, añadiendo un nuevo obstáculo a los inmigrantes que buscan llegar a la UE por Grecia y que ya ahora deben sortear numerosos peligros: los perros de los agricultores turcos, las corrientes del río Maritsa, los alambres de espino y las palizas de la policía griega, cuyos centros de detención han sido fuertemente criticados por su hacinamiento y malas condiciones higiénicas.
La primera oenegé en reaccionar contra el nuevo proyecto griego ha sido la alemana Pro Asyl, según la cual el foso «no hará sino incrementar el coste humano que pagan los refugiados por cruzar la frontera».
To Vima asegura que otras de las funciones del foso serán contener una hipotética invasión turca –a pesar de que ambos países hace años que superaron sus disputas y mantienen buenas relaciones– y hacer frente a las frecuentes inundaciones de la fértil llanura de la Tracia.
CARÁCTER ESTRATÉGICO / «Desde luego, se trata de un proyecto de carácter estratégico, aunque no se han dado muchos detalles sobre su función», explicó a este diario un periodista del lado turco de la frontera y testigo de las obras: «Pero si de lo que tratan es de detener a los inmigrantes, es una tontería, pues ahora ya cruzan a nado y en barca el río Maritsa, que es más ancho. ¿Qué más van a hacer? ¿Llenar el foso de cocodrilos?», se pregunta.
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