Las lágrimas del delantero español Dani Güiza se han convertido en estampas habituales de la prensa deportiva de los lunes en Turquía. Los ojos húmedos, brillantes, de rabia e impotencia. Dani Güiza se agarra al poste de la portería. Otra ocasión que tampoco ha podido ser. El balón no ha querido entrar, han fallado las piernas, quizás la concentración. Pero, una vez más, el internacional español se ha quedado a las puertas del gol.
"Güizaaaaa... ¡por el amor de Dios!", los seguidores del Fenerbahçe se llevan las manos a la cabeza ante el televisor. El fútbol se vive en Turquía con pasión y la gente se desespera viendo los partidos del Fenerbahçe. Se desespera también el jerezano, pues no consigue hacer lo que mejor sabe: marcar goles.
El equipo no encuentra el modo de jugar; es algo que ocurre desde la marcha de Arthur Antunes Coimbra 'Zico' y que no pudo remediar el ex seleccionador español Luis Aragonés en su año de aventura turca. Esta temporada, con la vuelta del alemán Christoph Daum al club auriazul, los resultados han mejorado ligeramente, aunque no el juego, que continúa siendo bastante decepcionante.
Cuando Güiza llegó al Fenerbahçe, los aficionados llamaban al club "The rising sun over Europe" (El sol que nace sobre Europa) y el jerezano probablemente pensó que venía a un club con gran porvenir, al menos eso indicaban los números del talonario.Pero en sus dos años jugando en Turquía, a los 'canarios' de Estambul se les han escapado dos copas y dos ligas en el último minuto. El único magro consuelo hasta ahora ha sido la Supercopa que consiguieron al inicio de la presente temporada.
Las esperanzas puestas en el equipo gracias a sus estrellas brasileñas, a su millonario presupuesto y a que una vez, hace tres temporadas, el Fenerbahçe llegó a soñar con lo más alto de Europa tras vencer a Inter, CSKA, PSV, Sevilla y Chelsea, se han convertido en frustraciones. Y los aficionados, claro está, las pagan con Güiza, el fichaje más caro de la historia del fútbol turco (17,4 millones de euros), que llegaba con la etiqueta de pichichi de la mejor liga del mundo, la española.
No ha resultado un buen negocio para el Fenerbahçe, opinan los aficionados. "Vosotros los españoles sí que hicisteis un buen negocio vendiéndolo", se queja un taxista, mientras escucha las noticias deportivas en la radio de su vehículo. Las estadísticas goleadoras del antaño astro del Mallorca no han mejorado mucho en su segundo año en el Fenerbahçe: si en el primero marcó 16 goles, en esta ha logrado 18, contando los partidos europeos y los de liga y copa. Es cierto que en esta temporada ha mejorado su juego y, si bien no ha sido un gran anotador, ha ofrecido numerosas asistencias de gol, gracias a que Daum le ha dado pareja en ataque, algo a lo que insistentemente se negaba Aragonés.
Con todo, Güiza se confiesa feliz en Turquía, aunque reconoce que a su llegada esperaba rendir más. Le gusta el ambiente, el público fervoroso (aunque a veces ruja en su contra) y la ciudad. Tampoco hay que negar el bien que le ha hecho la tranquilidad de no tener que aguantar a la prensa rosa española tras su sonado divorcio. En Estambul, una urbe de 12 millones de personas, está a salvo de los paparazzi. "Esta temporada ha sido mejor que la anterior. Dani está en su mejor momento y aún le queda para rato. Incluso se ha barajado ampliar su contrato con el Fenerbahçe", asegura uno de sus representantes, Juan Carlos Cordero.
En el último partido de liga, Güiza anotó y lo primero que hizo fue correr hacia la grada besando el escudo que le da de comer. Los seguidores enloquecieron, era un paso de gigante hacia el título. Entonces sí amaban al español. Pero la grada turca es voluble "qual piuma al vento", como 'la donna' del Rigoletto de Verdi, y minutos después volvía a gritar en su contra por las ocasiones desperdiciadas.
Ahora a Güiza le toca pensar en la lista de convocados para el Mundial y, quizás, en el mercado de fichajes. "Hay equipos interesados, el Valencia es uno de ellos. Hay otros clubes europeos que también lo quieren, por ejemplo, en Inglaterra. Pero quien debe decidir es el presidente del Fenerbahçe", apunta Cordero. Decida lo que decida, de lo que no hay duda es que si sigue en Estambul la temporada que viene, deberá demostrar mucho más a la grada turca. El público volverá a rugir, del español depende que sea a su favor o en su contra.
1 comentario:
No quieren demasiado los turcos a Güiza...a ver si que pasa con Guti.
Me encantaría conocer tu opinión sobre las crónicas turcas que estoy escribiendo, aunque desde un punto de vista un poco menos periodístico:
papelesdeyesca.blogspot.com
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