El general Isik Kosaner fue elegido ayer nuevo Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Turquía poniendo fin a una semana de polémica y disputas entre el gobierno de Recep Tayyip Erdogan y el Ejército.
La madrugada del domingo al lunes, el presidente de la República, Abdullah Gül, ratificó la designación de los generales Kosaner y Erdal Ceylanoglu como Jefe del Estado Mayor y Jefe del Ejército de Tierra, respectivamente, tras una reunión de varias horas en la que las máximas autoridades del Estado, tanto civiles como militares, llegaron a un acuerdo. Durante varios días estos dos cargos de las Fuerzas Armadas, precisamente los dos más importantes, estuvieron vacantes al oponerse el gobierno islamista moderado a los designios del Ejército turco, el segundo más numeroso de la OTAN.
El gobierno de Erdogan no aceptó la promoción del general Hasan Igsiz a nuevo comandante del Ejército de Tierra al haber sido llamado a declarar por un juez en relación a una trama paralela a la red Ergenekon, una organización ultranacionalista formada por militares, mafiosos, políticos y académicos con el presunto objetivo de derribar al actual ejecutivo. Igsiz debería haber sustituido en su puesto a Kosaner, que sería ascendido al máximo escalafón de las Fuerzas Armadas y a cuyo nombramiento el gobierno no ponía objeciones.
Con la oposición gubernamental a Igsiz el ascenso de Kosaner quedó bloqueado y la reunión anual del Consejo Supremo Militar que comenzó el pasado 2 de agosto hubo de concluir sin reemplazar a parte de la cúpula militar. Durante la semana se propusieron los nombres de otros dos generales como sustitutos de Igsiz pero tampoco fueron aceptados, en un caso porque el oficial decidió jubilarse y en el otro porque el militar propuesto también ha sido implicado en un presunto plan golpista.
Curiosamente, el general Ceylanoglu, que finalmente el gobierno ha decidido para el puesto de jefe del Ejército de Tierra, fue el responsable de que una columna de tanques atravesase la ciudad de Sincan en 1997, una de las primeras acciones del golpe de estado que derribó al gobierno islamista de Necmettin Erbakan. Por ello se decidió que Ceylanoglu sólo dirija por un año el Ejército de Tierra y luego pase a la reserva, siendo sustituido entonces por el jefe de la Gendarmería, Necdet Özel. Por su parte, Kosaner, un militar que ha estado muy ligado a las fuerzas de ocupación turcas en Chipre, estará al frente del Ejército durante los próximos tres años.
La dura oposición del gobierno a las decisiones de la cúpula castrense (también logró bloquear el ascenso de 11 altos cargos citados por un tribunal en relación a planes golpistas) ha supuesto un antes y un después en las ya de por sí tensas relaciones cívico-militares en Turquía, un país en el que los generales han derribado cuatro gobiernos en los golpes de estado de 1960, 1971, 1980 y 1997. La oposición más nacionalista acusa sin embargo a Erdogan de querer "debilitar" a las Fuerzas Armadas de Turquía, autoproclamadas defensoras del laicismo y nacionalismo oficiales.
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