06 junio 2008

Chipre abre el paso de la calle Ledra (El Periódico)

 Ciudadanos de ambos lados, en la calle de Ledra de Nicosia, ayer. Foto:  AFP / BIROL BEBEK
ANDRÉS MOURENZA ESTAMBUL

A las 9.30 de ayer (una hora menos en España) la calle de Ledra de Nicosia, símbolo de la dividida isla de Chipre, fue abierta al paso de peatones. La imagen recordaba a Berlín en 1989, pero esta vez los cientos de personas que querían cruzar al otro lado se agolpaban en ambas partes. La fiesta, sin embargo, no fue completa. Ya por la noche, las autoridades grecochipriotas decidieron cerrar de nuevo el paso "temporalmente" alegando que a su puesto de control se había aproximado una patrulla de policías turcochipriotas, lo que suponía una "violación" del acuerdo sobre la vigilancia de ese punto. Una media hora después se cerró también el puesto de control en el norte de la calle, controlado por la policía turcochipriota. Desde el 2003 hay cinco pasos fronterizos abiertos entre la zona sur de la isla, de mayoría grecochipriota, y la norte, turcochipriota, pero la calle de Ledra conservaba un simbolismo especial: se había mantenido cerrada 45 años, 17 más que el famoso muro berlinés. Su apertura, posibilitada por la mejora de las relaciones tras el cambio de Gobierno grecochipriota, marca un hito en el camino de la isla hacia la reunificación. Pese al incidente de anoche. Ledra, en sus 800 metros grecochipriotas, es una moderna avenida donde jóvenes con gafas de sol a la moda italiana comen helados y se divierten. En la garita junto al antiguo muro --sustituido el año pasado por una verja de plástico--,los soldados grecochipriotas vigilan aburridos esperando que pasen sus 25 meses de servicio militar. Al otro lado, más guardias aburridos, estos turcochipriotas, y el aspecto pobre de un pueblecito de Anatolia. En medio, hasta hace un par de días, la tierra de nadie, minada y con los edificios aún acribillados a balazos. Fue aquí donde el 21 de diciembre de 1963 un grupo de la minoría turca, harta de ser discriminada, se enfrentó a un policía griego y los disturbios se extendieron por toda la avenida, entonces repleta de comercios de las dos comunidades. Lo que siguió fue un anticipo de lo que habría de suceder en el Líbano o Bosnia: grupos paramilitares irrumpían en el barrio del vecino masacrando a la población. Solo en ocho meses murieron o desaparecieron 400 turcochipriotas y 174 grecochipriotas. GOLOSINAS Los primeros en cruzar ayer fueron la alcaldesa de la Nicosia griega, Eleni Mavru, y su homólogo turco, Cemal Bulutogullari. Y a todo el que traspasaba la llamada Línea Verde se le obsequió con golosinas y el sonido de las dulzainas. El comisario para la Ampliación de la UE, Olli Rehn, afirmó que "el valor simbólico de la apertura demuestra que las dos partes están preparadas para dejar de lado las dificultades y trabajar juntas para la reunificación de Chipre bajo los auspicios de la ONU". "Cada paso hacia adelante es importante. Aunque cuando crucemos tendremos que enseñar el pasaporte como si fuésemos a un país extranjero", explicó a este diario el activista por la paz Tony Angastiniotis.

No hay comentarios: