Bajo el lema "Trabajo, Paz y Libertad", desde primeras horas de hoy miembros y simpatizantes de sindicatos de trabajadores y funcionarios, partidos de izquierdas, nacionalistas kurdos e incluso miembros del gobernante Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP, conservador), se reunieron en este simbólico lugar, donde las celebraciones del Primero de Mayo estuvieron prohibidas desde 1979. En 1977, mientras se reunía una manifestación de medio millón de personas, pistoleros apostados en los edificios que circundan la plaza de Taksim abrieron fuego contra la gente y provocaron una matanza de 34 personas. Dos años más tarde, el gobierno de la época, presionado por los militares, decidió prohibir las celebraciones en esa plaza, hasta que en la edición del pasado año se volvió a permitir. Por ello, los manifestantes recordaron este año a todos los trabajadores y manifestantes muertos durante las celebraciones de los Primero de Mayo y exigieron que se esclarezca la matanza de 1977, cuyos culpables nunca fueron detenidos.
La celebración estuvo presidida por la inmensa pancarta del "Obrero que rompe las cadenas" -que encabezaba las manifestaciones de la década de 1970- ya que por primera vez desde hace 34 años se dio permiso desplegarla. Otras grandes pancartas de unos diez metros de longitud que presidía la concentración exigían "Si no hay justicia y si continúa el desempleo, la voz, el poder y el gobierno deben ser del pueblo" y "La fuerza que cambiará el mundo es la clase obrera enarbolando el marxismo".
Los líderes sindicales y políticos, durante sus discursos, hicieron llamamientos a la hermandad entre los pueblos, para la solución pacífica del conflicto kurdo y exigieron mejoras laborales para los trabajadores. También recordaron que en Turquía, un país de unos 72 millones de habitantes, 3,5 millones de personas están oficialmente desempleadas, y elevaron las cifras reales a 5,2 millones de personas. Además, criticaron la pasividad el gobierno para facilitar la afiliación a los sindicatos y su polémica actuación ante los escándalos de copias en los exámenes de oposiciones, y denunciaron que cada seis minutos se produce un accidente laboral en Turquía.
Debido a que la plaza de Taksim es además un centro neurálgico del transporte en Estambul, el tráfico en un área de 10 kilómetros a la redonda hubo de ser cortado desde la mañana y hasta la tarde-noche de hoy. Con todo, las celebraciones obreras de Estambul transcurrieron sin incidentes reseñables por segundo año consecutivo, aunque no fue así en la capital, Ankara, donde grupos de jóvenes de diferente signo político protagonizaron una pelea. Tanto en Ankara como en Esmirna, la tercera ciudad del país, también se reunieron decenas de miles de personas para celebrar la Fiesta de los Trabajadores.
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