Hizo falta encender Sol para que se iluminaran lejanos puntos en la geografía de la dignidad. A las decenas de asambleas de ciudades y pueblos surgidas por todo el estado español se sumó la voz de otras tantas ciudades en todo el mundo que pedían el fin de un sistema injusto y criminal que margina a millones de personas al paro y la precariedad haciéndolas invisibles.
El mismo día que las asambleas se expandían por los barrios, en numerosos lugares se volvió a escuchar el rechazo a un sistema que se dice democrático pero que apalea a ciudadanos pacíficos que sólo reclaman sus derechos.
Las grandes agencias de noticias y los principales medios de comunicación españoles han dado una relativa importancia a las réplicas del movimiento 15M en diversos países europeos: las movilizaciones en Francia o Italia, por ejemplo, han recibido cobertura informativa, pero no ha sucedido igual con las desarrolladas en Europa oriental y sur-oriental; nada se sabe de Viena, Praga, Budapest o Estambul. Este silencio interesado trata de ocultar la marea de “indignados” que insisten en ser escuchados. Pese al bloqueo de los grandes medios, las demandas por una democracia real han surgido y crecido en otros muchos países. Es el caso de Turquía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario