06 junio 2008

¿Una pista sobre nuestro pasado?

DOGAN TILIÇ / ANTAKYA ANDRÉS MOURENZA / ESTAMBUL

Safiye Ulas, de 39 años, no sabe por qué le rodean las cámaras y los flashes, ni entiende el interés de los científicos. Solo se da cuenta de que no es capaz de caminar como sus padres, sobre las dos piernas, y de que los niños del pueblo se asustan cuando pasa. Quizás tampoco esto lo comprenda del todo. Safiye sufre del síndrome Unertan, bautizado así por el científico que lo dio a conocer, el profesor Uner Tan de la Universidad de Çukurova, ubicada en Turquía. Ella y otros cinco de los 19 vástagos del matrimonio Ulas son cuadrúpedos, es decir, caminan apoyándose sobre las palmas de las manos y las plantas de los pies, al modo de muchos primates, aunque una de las chicas consigue a veces alternar la marcha bípeda y cuadrúpeda. Otro de los hijos camina sobre las dos piernas aunque con mucho esfuerzo, tambaleándose. El resto de la familia se dedica a cuidar de sus hermanos. Según explica el profesor Tan, este comportamiento se debe a una mutación fruto de un gen recesivo presente en el árbol genealógico de la familia y que pudo desarrollarse por la consanguinidad de los padres. Bipedismo Hace 1,5 millones de años un antepasado del ser humano, el homo erectus, comenzó a caminar sobre las dos piernas. Algunas tesis apuntan a que se debió a una mutación genética que le permitió adaptarse mejor al ambiente que le rodeaba y, de hecho, científicos turcos identificaron recientemente uno de los genes implicados en el bipedismo. En el caso de la familia Ulas ha ocurrido justo al contrario: "Caminan como los seres humanos de hace cuatro millones de años a causa de una mutación genética, lo que de hecho supone una evolución hacia atrás", asegura Tan a este diario. "Solo pueden mantenerse de pie durante breves periodos y solo con las rodillas flexionadas de forma parecida a los chimpancés, nuestros parientes más cercanos". Los hermanos Ulas se comunican con apenas un centenar de palabras y sonidos ininteligibles para otras personas que no sean sus padres y ellos mismos, y sufren de un grave retraso mental. Según el profesor Tan, el caso de los cuadrúpedos permite estudiar cómo era el cerebro de los seres humanos durante el proceso evolutivo ya que la adaptación humana al bipedismo es quizás el paso más importante dentro de la evolución humana pues la libertad de las manos permitió a los seres humanos desarrollar el uso de herramientas. Para el surgimiento del lenguaje humano hubo que esperar hasta hace 40.000 años, pero se relaciona también con el bipedismo humano. El profesor inglés Nicholas Humprey, en declaraciones a un documental de la BBC, afirmó que el descubrimiento del caso de los Ulas ha abierto "una extraordinaria ventana a nuestro pasado". En Turquía, el profesor Tan y sus investigadores han encontrado nuevos casos de cuadrupedismo aunque no todos los científicos lo relacionan con una "involución humana" sino con una falta de tratamiento médico adecuado en una deprimida zona del país. Y es que el hallazgo científico también tiene su parte de drama humano. "Ni siquiera podemos ir a la plaza del pueblo. Nuestros vecinos dicen que los niños se asustan de nuestros hijos, que caminan como monos. Quieren que los tenga atados. Pero, ¿cómo puede un padre atar a sus hijos? ¿Acaso son animales?", se queja Resit Ulas en los medios turcos. Sacos de azúcar Los Ulas viven en una pequeña casa de dos habitaciones y aunque el padre, Resit, es granjero, la familia vive mayormente de las ayudas de los científicos. Los hijos afectados por el síndrome Unertan tampoco tienen hábitos alimenticios normales y tras cada comida beben entre 8 y 10 vasos de té cargados de azúcar. "En casa se consumen dos sacos de azúcar al mes y el dinero que gano no es suficiente para alimentarnos.", relata Resit Ulas. Afortunadamente, gracias a las sobrecogedoras fotos de Abdurrahman Antakyali sobre la vida de la familia, el Estado turco ofreció una pensión de minusvalía. Las cuestiones que preocupan al padre Ulas, de 69 años, son completamente diferentes a las que obsesionan a la comunidad científica: "Quizás tengan una minusvalía, pero son mis niños. Cuidaré de ellos hasta el final de mis días. Pero, ¿qué pasará cuando mi mujer y yo muramos?".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jeje, muy buena, Andrés, aunque esta noti ya salió hace un par de años. De hecho, una compi mía de EP siempre me preguntaba cuando yo estaba en Estambul que si la gente andaba a cuatro patas por la calle, jejeje. Un abrazo muy, muy fuerte desde los Madriles, Ilde.

Andrés Mourenza dijo...

En Estambul sólo andan así por efecto del raki...
Pues la verdad es que no había encontrado la noticia en español, con todo tiene su gancho periodístico ;) en los descubrimientos genéticos del profesor Tan. Un abrazo que vaya bien por Madrid,